A los tres días de su toma de posesión, Trump mantuvo una larga reunión con dirigentes sindicales. “El presidente nos ha tratado con respeto, no solo hacia nuestras organizaciones sino también hacia nuestros afiliados”, declaró a la salida uno de ellos. El movimiento sindical se debate sobre cómo posicionarse ante el nuevo presidente.
El lunes 23 de enero 2017, solo tres días tras la toma de posesión del nuevo presidente, Donald Trump se reunió en la Casa Blanca con cerca de una docena de dirigentes sindicales, especialmente quienes representan a los trabajadores de la construcción, los soldadores y el sector siderúrgico.
En EE.UU. este tipo de reuniones son mucho menos frecuentes que en España. Barack Obama la mantuvo el 30 de enero 2009, diez días después de su toma de posesión.
Trump dedicó casi hora y media a los dirigentes sindicales, más del doble del tiempo que pasó con los consejeros delegados de una docena de las mayores empresas del país, ese mismo día por la mañana.
El encuentro tuvo lugar en el Despacho Oval, que es la estancia más emblemática de la Casa Blanca.
“El presidente nos ha tratado con respeto, no solo hacia nuestras organizaciones sino también hacia nuestros afiliados”, declaró a la salida Terry O’Sullivan, presidente de Laborers’ International Union of North America (Liuna). Durante la reciente campaña electoral, O´Sullivan apoyó a Hillary Clinton, no a Trump. Para O´Sullivan el momento en que se celebra la reunión supone un signo de respeto. “La toma de posesión del nuevo presidente ha sido este viernes y hoy lunes hemos sido invitados a mantener una reunión de calado”. Estuvieron presentes la mayoría de los altos consejeros de la Casa Blanca y también el Vicepresidente Pence. “Todo su equipo, lo que nos impresionó mucho”.
Los principales temas que se abordaron en el Despacho Oval fueron el plan de construcción de infraestructuras que se está preparando (100.000 millones de dólares anuales, durante 10 años), la liberalización y el impulso del sector de la energía (comprendida la construcción de oleoductos) y la nueva política hacia los acuerdos comerciales internacionales, todos ellos asuntos de gran interés para los sindicatos. Sobre el último tema, Trump les informó que acababa de firmar una orden ejecutiva anunciando la salida de EE.UU. del acuerdo comercial con países de la cuenca del Pacífico (pero no China), conocido como TPP. Los dirigentes sindicales acogieron la noticia con un aplauso … ¡al Presidente Trump!
“Toda la reunión versó sobre las oportunidades laborales de la clase media, sobre cómo podemos crear empleos”, declaró uno de los sindicalistas.
Según la encuesta de CNN a pie de urna el 8 de noviembre 2016, Trump obtuvo el voto del 42% de los electores ligados a los sindicatos, recibiendo Hillary Clinton el 51%. Un auténtico vuelco en favor del Partido Republicano comparativamente con las pasadas dos décadas y media (comienzo de los 90s).
Según reconocidos comentaristas de la derecha, como Peggy Noonan, “el Partido Republicano está en camino de retomar el carácter que tuvo históricamente hasta hace unas pocas décadas: el partido de los hombres y mujeres trabajadores, una fuerza amiga de aquellos que se sienten abandonados”.
Deja una respuesta