Las instrucciones de 2011 de la Administración Obama amenazaban a las Hermanitas de los Pobres con multas de 70 millones de dólares al año, por no querer proveer anticonceptivos ya que iba contra sus creencias. La nueva Administración ha restablecido la libertad religiosa en este campo. Las Hermanitas Pobres y Obama se enfrentaron por esto y ganó la congregación religiosa.
Little Sisters of the Poor
Habiendo tenido conocimiento de esta cuestión recientemente, por su interés la expongo en estos momentos.
El 16 de mayo de 2016 el Tribunal Supremo de Estados Unidos revocó, por unanimidad, la sentencia de un tribunal de rango inferior que obligaba a la congregación de monjas católicas, las Hermanitas de los Pobres (Little Sisters of the Poor) y a todas las congregaciones religiosas, a proporcionar a sus empleados todo tipo de anticonceptivos en base a que esto no suponía violentar sus creencias religiosas, y por ello que no vulneraba la primera Enmienda de la Constitución.
Dos organizaciones católicas más fueron también demandantes en este caso. Otras 486 organizaciones caritativas católicas en EE.UU. se encontraban en esa misma situación, así como miles de centros sanitarios sin ánimo de lucro regentados por otras confesiones cristianas.
Este litigio se conoce como el asunto Zubik v. Burwell.
Varios profesionales, como Ashley McGuire, una de las dirigentes de la organización The Catholic Association (TCA) estima que éste ha sido “el mayor caso judicial sobre la libertad religiosa en el último medio siglo de la historia de EE.UU.”.
Esta disputa arranca en agosto de 2011 cuando el Departamento de Sanidad y Asuntos Sociales (HHS, en sus iniciales en inglés), a iniciativa de la Casa Blanca de Barack Obama, promulgó unas instrucciones sobre el no reconocimiento del derecho de objeción de las organizaciones religiosas a la obligación de proveer todo tipo de servicios anticonceptivos a los empleados contratados. A este deber se conoce como “el mandato de los anticonceptivos” para los empleadores y se introdujo a través de la reforma sanitaria Obamacare.
En este caso judicial no estaba en cuestión, en modo alguno, la posibilidad de que las mujeres estadounidenses pudieran acceder a métodos anticonceptivos, ya que en EE.UU. hay miles de ambulatorios públicos y privados donde poder conseguirlos.
Las Hermanitas de los Pobres fueron asistidas jurídicamente con éxito en el proceso judicial por la organización denominada el Becket Fund (Becket Fund for Religious Liberty).
La sentencia del Supremo no fijó los criterios que deben aplicarse en estas circunstancias, sino que devolvió el caso al tribunal inferior (el Tribunal de Apelación del Décimo Circuito, en Denver, Colorado) pero, eso sí, tras juzgar incorrecta la sentencia de éste. Además, esta decisión paralizaba, de momento, la aplicación de las sanciones económicas.
Los medios favorables a la actuación de la Administración Obama han pretendido que la sentencia del Supremo de mayo de 2016 “se limita” a devolver el caso al tribunal inferior, sin pronunciarse sobre el fondo, pero cuando el Alto Tribunal devuelve un asunto, es que discrepa de la sentencia previamente emitida.
Conforme a las instrucciones del HHS de 2011 las Hermanitas de los Pobres, que disponen de 25 residencias de acogida de ancianos pobres, deberían haber pagado multas de alrededor de 70 millones de dólares por año, que hubieran provocado prácticamente la bancarrota de la organización y el abandono de los ancianos a su cargo. Pero el ex-presidente salió perdedor en el conflicto Hermanas Pobres y Obama.
La Administración Obama, en lugar de haber admitido que se había lesionado la libertad religiosa, aunque intentó alcanzar un arreglo extrajudicial, nunca reculó en lo principal, haciendo imposible un acuerdo. Semejante intransigencia y sectarismo ha caracterizado la actuación general de aquel ex–presidente.
Como se dice en la web de la The Catholic Association: “La libertad religiosa solía ser una cuestión que concitaba un apoyo bipartidista. Pero los tiempos recientes la han visto convertirse en una especie de cuña empleada para debilitar a los ciudadanos a quienes debían proteger. … La libertad religiosa se ha visto atacada incluso en la esfera privada …”.
En mayo de 2017 el Presidente Trump emitió una orden ejecutiva para que el Departamento de Sanidad (HHS) y varias agencias federales protegiesen a las Hermanitas de los Pobres y a otras organizaciones religiosas de las instrucciones de 2011.
En el litigio Hermanitas Pobres y Obama, Trump se ha decantado por la congregación religiosa
Finalmente, el Departamento de Sanidad y Asuntos Sociales (HHS), el 6 de octubre de 2017 publicó unas nuevas instrucciones que anulaban las multas que en la época de Barack Obama amenazaban a las Hermanitas de los Pobres y a otras organizaciones religiosas y caritativas, permitiendo la exclusión del “mandato de los anticonceptivos” por motivos religiosos o morales. Trump, en el litigio Hermanitas Pobres y Obama, claramente se ha decantado por la orden religiosa.
Al día siguiente al anuncio de estas nuevas instrucciones del HHS, organizaciones feministas, como la National Women’s Law Center, informaron que se estaba preparando el texto de un recurso para impugnar las nuevas instrucciones ya que “constituyen una afrenta a los derechos de las mujeres” y “la Administración federal no debe autorizar ninguna discriminación contra las mujeres, en nombre de la religión ni por otros motivos”.
Las nuevas instrucciones del Departamento HHS son adecuadas para las organizaciones religiosas, pero ciertamente todavía no hay una sentencia judicial definitiva sobre el asunto, por cuanto la nueva Administración que se constituya en 2021 podría dar marcha atrás a las presentes instrucciones.
Se espera que el Departamento de Justicia intervenga para propiciar un pronunciamiento definitivo de la Justicia sobre el mandato de los anticonceptivos, reafirmando los derechos de libertad religiosa de todos los estadounidenses.
Como este caso vuelve a evidenciar de manera nítida, las organizaciones religiosas en Estados Unidos y quienes las apoyan no se rinden al primer obstáculo que salga en el camino para el cumplimiento de lo que consideran su misión religiosa, ni aunque el impedimento sea el mismísimo presidente de EE.UU. La persistencia y la tenacidad son un signo distintivo de ellas, que convendría que fuesen imitadas con mayor frecuencia en otras latitudes.
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