Hoy día 16, el pleno de la Cámara Baja ha aprobado el proyecto de reforma fiscal republicano. La principal incertidumbre que resta para el éxito de la reforma es la votación en el pleno del Senado, a finales de este mes. Los proyectos que saldrían de ambas Cámaras, aunque contienen considerables diferencias, podrían conciliarse durante la primera quincena de diciembre y el texto unificado ser firmado por Trump en torno a Navidad. Si fracasara en el Senado …
Mitch McConnell. Jefe del Senado (Majority Leader)
Introducción
El 9 de noviembre los republicanos (los senadores del Grand Old Party, GOP) presentaron su versión de la reforma fiscal, ya que de acuerdo con el proceso legislativo general del Congreso las medidas fiscales son siempre propuestas por la Cámara de Representantes (el Ways and Means Committee), pero el Senado debe elaborar su propio proyecto de ley. Como casi siempre discrepan los proyectos aprobados por ambas Cámaras, luego se abre el denominado proceso de conciliación, en un órgano temporal con representantes de las dos cámaras, que suele tomar varias semanas hasta alcanzar un texto unificado, que deberá ser aprobado por los plenos de las dos cámaras. En casos de urgencia, una de las cámaras podría votar el mismo proyecto aprobado en el otro órgano de representación, pero en esta ocasión parece que no va emplearse este procedimiento expeditivo, dada la trascendencia del asunto y los difíciles equilibrios que requerirá su tramitación.
Por cierto, a diferencia del uso casi unánime en Europa, en Estados Unidos el poder ejecutivo, la Casa Blanca, carece de iniciativa legislativa; no puede presentar ningún proyecto de ley al Congreso. Únicamente están habilitados para hacerlo los senadores y los representantes de la Cámara de Representantes.
Se ha dicho que el poder ejecutivo está representado por la Presidencia de la Unión, porque en EE.UU. el Gabinete ministerial no se reúne prácticamente nunca, ni adopta decisiones en nombre del Gobierno de la nación. Los contactos y discusiones sobre los múltiples asuntos de gobierno los realiza el presidente y su Oficina Ejecutiva de manera bilateral con los departamentos y agencias federales implicados y, en última instancia, decide la Casa Blanca. Por algo se le denomina un sistema de gobierno presidencialista.
La Casa Blanca incide en el proceso legislativo expresando públicamente sus prioridades y las disposiciones de su preferencia, así como mediante muy frecuentes contactos y reuniones con los congresistas de su partido y, también, con los de la oposición. Al fin y al cabo, tras la adopción por el Congreso todas las leyes han de ser refrendadas y firmadas por el Presidente, quien dispone de derecho de veto, cuya revocación es muy difícil de conseguir: los 2/3 de ambas Cámaras.
La dirección del Senado es también bastante peculiar a ojos de los europeos. La Presidencia del Senado la ostenta el Vicepresidente de la Unión, en este mandato, Mike Pence. Pero, salvo una eventual presencia protocolaria, este Presidente no realiza las funciones de dirección de la Cámara Alta, ni casi nunca está presente en las sesiones. Quizá el mayor de sus poderes en el Senado es disponer de un voto de calidad; en cualquier tipo de materia, su voto decide el resultado cuando se produce un empate de 50 a 50.
Por otro lado, el Vicepresidente reemplazaría al Presidente en caso de fallecimiento o incapacidad, como sucedió con Lyndon Johnson tras el asesinato de John F, Kennedy. El tercero en la línea sucesoria es el Speaker (Jefe) de la Cámara de Representantes, actualmente Paul Ryan, realzando su papel institucional.
La presidencia efectiva de la Cámara Alta la ejerce el líder del grupo parlamentario mayoritario, en inglés el Majority Leader, quien actualmente es Mitch McConnell. Por ello, en español –para entendernos- ha de usarse la denominación informal de Jefe del Senado.
Respecto a la postura de los senadores en relación al proyecto de reforma fiscal, debe tenerse en cuenta que la circunscripción por la que son elegidos son Estados completos. Los representantes de la Cámara Baja, sin embargo, son elegidos por distritos electorales, de los que por término medio hay casi 9 en cada Estado. Circunscripciones más pequeñas implican que en algunas puede predominar el medio rural, en otras las zonas suburbanas residenciales, etc. Los representantes (de la Cámara Baja) suelen estar más condicionados por la especificidad de su distrito, a diferencia de los senadores que abarcan todos los ámbitos posibles, lo que les deja las manos más libres, en general. No ha de extrañar que ante aspectos muy definidos de la reforma fiscal (como acabar o no con la deducción de los impuestos pagados por las personas a sus Estados y municipios, SALT) senadores y congresistas de la misma zona y del mismo partido adopten distintas posturas.
A pesar de las múltiples diferencias entre los proyectos de sendas Cámaras –como luego veremos-, ambos tienen un sólido núcleo en común: darle a la reforma fiscal un carácter intensamente favorable al crecimiento económico y, en segundo lugar, una simplificación del enrevesado sistema en vigor. En España apenas se considera, en general, las medidas fiscales como relacionadas con la actividad económica, centrándose casi en exclusiva en los efectos de redistribución de la renta y aumentos (sin fin) de las ayudas sociales. En EE.UU. la mayoría de la derecha es de la opinión de que la mejor “ayuda social” es que la gente pueda disponer casi siempre de un empleo y que los sueldos vayan creciendo prácticamente de manera continua. Por otra parte, los conservadores estadounidenses prefieren, por lo general, bajar los impuestos a la mayoría de los contribuyentes (y que ellos decidan qué hacer con ese dinero), en lugar de conceder muchas subvenciones (y deducciones fiscales) que incorporan una decisión de las autoridades.
Los miembros de la llamada Banda de los Seis (Gang of Six) fueron los encargados de conseguir esta concentración de esfuerzos y la eficacia a lo largo de la tramitación –al menos hasta este momento-. Los integrantes de dicho grupo fueron los siguientes: Paul Ryan, Jefe de la Cámara Baja; Mitch McConnell, Jefe del Senado; Kevin Brady, presidente del Comité fiscal (Ways and Means) de la Cámara Baja; Orrin Hatch, presidente del Comité de Finanzas del Senado; Gary Cohn, principal asesor económico del presidente y Steven Mnuchin, Secretario del Tesoro (equivalente al Ministro de Economía). Este grupo viene reuniéndose desde primavera, para activar el proyecto de reforma fiscal.
Enmiendas de última hora en la Cámara Baja al proyecto de reforma fiscal
El 9 de noviembre, al aprobarse en el Comité de medidas fiscales (Ways and Means) el proyecto del Partido Republicano, se adjuntaron por el GOP una serie de enmiendas que deberán ser sometidas al pleno junto con el proyecto en sí mismo. Uno de los motivos de estos cambios, entre otros, era reducir el coste total del plan, que superaba ya el tope marcado en el Presupuesto federal: 1,5 billones de US$ en recorte fiscal neto, a lo largo de diez años.
Los 24 congresistas republicanos del Comité, votaron todos unidos. Ningún demócrata les apoyó. En estos casos prácticamente no se acepta ninguna enmienda de la oposición.
Las principales enmiendas son las siguientes:
1) Preservar la deducción fiscal por adopción (Adoption Tax Credit ), cuya desaparición estaba prevista en la versión inicial. Hoy en día asciende a 13,570 $, cuando el niño requiere cuidados especiales.
2) Crear un tipo impositivo especial del 9% para determinados ingresos de pequeños negocios. La patronal del sector (la National Federation of Independent Business. NFIB), que se había opuesto a la versión inicial del proyecto, ahora lo apoyará. Temían que la mayoría de los menores negocios, que son millones, no pudiesen aplicarse el tipo del 25% que creará la reforma.
3) Permitir deducir un mayor nivel de intereses a los concesionarios de automóviles, al adquirir los vehículos en exposición. En EE.UU. muchos de estos concesionarios son de pequeños empresarios. También beneficiará a los concesionarios de maquinaria agrícola y de construcciones públicas. La National Automobile Dealers Association (NADA) ha pasado a respaldar el proyecto de reforma fiscal republicano, que antes rechazaba.
4) Hacer que muchos de los gastos de investigación de las empresas se amorticen en solo 5 años y otros en 15 años (los realizados en el extranjero).
5) Aumentar en 2 puntos, al 14%, el tipo del impuesto que se aplicaría –una sola vez- a la repatriación de los beneficios de las multinacionales acumulados en el exterior, para compensar los recortes de impuestos a las empresas y a las personas.
6) Reducir o eliminar, según los supuestos, la aplicación de un impuesto especial del 20% que crearía la actual reforma fiscal, de aplicación a los pagos realizados (por royalties, intereses, etc.) por las sedes centrales en EE.UU. a sus sucursales en el exterior, que podrían encubrir desviación de beneficios a países con impuestos de sociedad más bajos.
El proyecto republicano y las discrepancias con el de la Cámara Baja, actualmente en discusión
En mi artículo del 6 de noviembre se explica la versión inicial de la Cámara Baja, del 2 de noviembre.
Más abajo figura un cuadro resumen de ambos proyectos de ley.
En estos momentos ya hay una versión definitiva de la reforma por parte de la Cámara de Representantes, votada hoy 16 de noviembre.
El proyecto del Senado seguramente se someterá a votación del pleno los últimos días de noviembre. A partir de entonces, echará a andar el proceso de conciliación para unificar –a toda prisa- ambos textos y que Donald Trump pudiera firmarla antes de acabar el año.
La versión del Senado también debe acomodarse a lo establecido en el Presupuesto federal, sobre el límite de 1,5 billones de dólares en bajada de impuestos a lo largo de 10 años.
Desde hace una semana diversas organizaciones conservadoras y grupos empresariales y profesionales están desplegando una intensa campaña nacional de anuncios en favor de la reforma fiscal y en pro de ciertas modificaciones, que proseguirá hasta que finalmente se apruebe o fracase.
Medidas del Senado relativas a la fiscalidad sobre las empresas
La rebaja por el Senado del tipo para las sociedades lo situaría también al 20%, pero entraría en vigor un año más tarde de lo fijado por la otra cámara: en 2019, en lugar de en 2018. El nuevo tipo del 20% sería permanente, igual que en el otro proyecto. Esta rebaja permanente es mucho más favorable que el retraso de un año en su aplicación que, probablemente, se mantenga en la reforma. Este retraso es una forma de intentar que cuadren las grandes cifras.
Ambas Cámaras están considerando pasar el impuesto de sociedades del actual sistema mundial (que hace tributar en EE.UU. también los beneficios obtenidos por las sucursales en el exterior) a un sistema de base territorial: en EE.UU. solo tributarán por los resultados obtenidos en el país, lo que hará más competitivas a las empresas estadounidenses y eliminará una de las razones por la que las multinacionales aparcan en el exterior lo ganado por sus sucursales extranjeras. El otro factor decisivo es la bajada del tipo al 20%. Además, esas dos medidas atraerán más inversiones extranjeras a EE.UU.
Para la tributación de los propietarios individuales (Sole proprietorships) y de las compañías colectivas y comanditarias (Partnerships) -que suponen el 95 por ciento del número de los negocios en EE.UU.- el Senado propone un sistema diferente y más simple que el de la otra Cámara.
Estos pequeños empresarios hasta ahora vienen tributando en su declaración anual (tax return) de personas físicas, cuyo tipo máximo llega al 39,6%. El proyecto de reforma fiscal de los senadores republicanos es que continúen haciéndolo de este modo, pero con dos cambios importantes. El tipo máximo bajaría 1,1 puntos, situándose en el 38,5%. El otro cambio sería que, una vez calculada la base imponible podría reducirla en un 17,4% y aplicar a esa base disminuida el correspondiente tipo del impuesto personal.
La asociación nacional de pequeños negocios y otros colectivos habían protestado al considerar que el 25% previsto por la Cámara Baja suponía un trato desfavorable en relación a las grandes empresas, que recibirían el 20%.
El proyecto en el Senado no hace extensivo este beneficio fiscal a los servicios profesionales de abogados, contables, auditores, etc.
El sistema propuesto por el Senado para las pymes es más sencillo que el de la Cámara Baja y posiblemente acabe en la ley final.
Proyectos fiscales de ambas Cámaras
(Situación el 15 de noviembre de 2017)
Cámara Baja | Senado | |
Tipo máximo de Impuesto personal | 39,6% | 38,5 |
Nº de tramos del Impuesto personal | Cuatro | Siete |
Impuesto de Sucesiones | Se dobla el mínimo a unos 11 M$ por persona. Se suprime en 2024 | Se dobla el mínimo a unos 11 M$ por persona. |
Deducción de impuestos del Estado y Locales | Se mantiene para el “IBI”, hasta 10.000 $ | Se suprime |
Deducción general | Casi se dobla, a 12,200 $ | Casi se dobla, a 12,200 $ |
Otra deducción personal (exemption) | Se suprime | Se suprime |
Forma alternativa de cálculo (AMT) | Se suprime | Se suprime |
Deducción de gastos médicos | Se suprime | Se conserva |
Deducción intereses préstamos estudiantes | Se suprime | Se conserva |
Deducción por hijos | Se eleva a1.600 $ por hijo, desde 1.000 $ | Se eleva a 1.650 $ por hijo, desde 1.000 $ |
Deducción por intereses de compra de vivienda | Se mantiene, pero el techo aplicable del principal baja a la mitad, 0,5 M$ | Como hasta hoy. Se deducen los intereses del primer millón $ de hipoteca |
Deducción por adopción | Se mantiene | Se mantiene |
Impuesto de Sociedades | 20% | 20% |
Año inicio recorte en Impuesto Sociedades | 2018 | 2019 |
Tipo máximo impuesto Pymes (Pass-through businesses) | 25% | Reducción del 17,4% de la base imponible. Bajada 1,1 puntos en el tipo máximo |
Amortizac. inmediata Inversiones empresa. | Durante 5 años, en el ejercicio siguiente | Durante 5 años, en el ejercicio siguiente |
Repatriación de beneficios en exterior | 14% para activos líquidos, una sola vez. Sistema territorial | 10% para activos líquidos, una sola vez. Sistema territorial |
Fuente: Cámara de Representantes y Senado. EE.UU. (Wall Street Journal, parcial)
En verde cuando una medida es igual o casi igual en ambos proyectos.
En burdeos si hay diferencias relevantes entre los proyectos.
Medidas del Senado relativas a la fiscalidad sobre las personas físicas
El Comité de Finanzas del Senado tan sólo cuenta con 26 miembros y la mayoría conservadora es más ajustada que en la otra Cámara: 14 a 12.
Lo mismo pasa en el pleno: 52 a 48. Si de dos de los senadores del GOP votan en contra, el Vicepresidente Mike Pence inclinaría la balanza a favor del sí. Pero si fuesen tres, el proyecto no prosperaría a menos que ganen algún voto demócrata.
Otro obstáculo, aunque resulta salvable, es que el Senado está sometido a la norma Byrd, que supone que la propuesta no puede contribuir ningún déficit federal a partir del undécimo año, si no se aprueba con la mayoría cualificada de 60 votos, como es el caso.
El proyecto del Senado mantiene los mismos 7 tramos actuales, pero reduce ligeramente el tipo máximo, en 1,1 puntos porcentuales, situándolo en 38,5%. En el otro proyecto se integran los tramos en 4. El tramo máximo, al igual que hace la otra Cámara, más que duplica el mínimo pasando a 1 M$, lo que favorece a quienes ganan entre 0,5 y 1 M$, que en EE.UU viene a corresponder aproximadamente con la clase media alta.
Los senadores republicanos piensan que hacen falta los 7 tramos para poder favorecer específicamente a las rentas medias y bajas, y así figura en su proyecto de reforma fiscal.
El Senado propone suprimir la deducción SALT, que consiste en restar de la base imponible los pagos que haya efectuado el contribuyente a su Estado de residencia y a su Ayuntamiento, por ciertos tributos.
Ésta en una medida muy controvertida para los congresistas republicanos de Estados de elevada imposición, como Nueva York, Nueva Jersey y California, gobernados en su mayoría por demócratas. Muchos ciudadanos de renta baja y media saldrían bastante perjudicados. La Cámara Baja propone en su proyecto de reforma fiscal reducir esta deducción, limitándola a 10.000 $, para facilitar el éxito electoral de sus candidatos en 2018 en esas áreas del país. Lógicamente, el actual proyecto de reforma fiscal jugará un considerable papel en las elecciones de este noviembre.
El tratamiento definitivo de esta deducción SALT será uno de los aspectos difíciles a resolver en la conciliación entre ambos proyectos, en la llamada conferencia entre ambas cámaras. En la Cámara Baja ha provocado hoy día 16 que la mayoría de las defecciones de congresistas del GOP al votar en el pleno. Aunque se mantenga este beneficio fiscal, con el techo de 10.000 $ para no perder votos, lo cierto es que –como decía el Wall Street Journal el día 9- la suerte a medio plazo de esta deducción estaría ya echada: su desaparición.
Los proyectos de la Cámara de Representantes y del Senado coinciden en doblar la actual deducción general a 12.200 $ para una sola persona, suprimir otra deducción personal (exemption) y también el segundo sistema de cálculo del impuesto personal (el AMT). A continuación se explican los das últimas cuestiones.
Otra deducción personal (llamada Personal Exemption) viene siendo aplicada a todos los contribuyentes que no superen ciertos techos y luego baja por escalones, hasta desaparecer, variando con el número de miembros de la familia. Es compatible con la deducción general. El importe base en 2017 es de 4.050 $.
La forma alternativa de cálculo (Alternative Minimum Tax, o AMT) constituye una de las complicaciones del sistema fiscal, no sólo para las personas físicas, sino también para las empresas. Cada uno de estos dos colectivos tiene reglas propias, pero puede decirse que en general consiste en una manera paralela de efectuar la liquidación tributaria (tratando de otra formas los ingresos y las deducciones) al cálculo normal y, al final, se aplica el que ofrezca una mayor recaudación para la hacienda federal (el IRS).
Para evitar esa complicación, ambos proyectos proponen la eliminación del cálculo AMT, al menos para las personas físicas.
Ambos proyectos casi coinciden en la deducción por hijos, que de los actuales 1.000 $ pasaría a 1.650 $, 50 $ más que la otra Cámara.
El impuesto federal de sucesiones (Estate tax o Death tax) también doblaría el mínimo exento a 22.400 $ para un matrimonio que declare conjuntamente, de forma inmediata. No contempla su eliminación en 2014, a diferencia de la otra Cámara.
Pero el Senado no prevé la posibilidad de que desaparezca este impuesto en 2024, a diferencia del proyecto de reforma fiscal de la otra Cámara.
En 2026, cuando desaparecerán algunas de las deducciones fiscales para las rentas bajas y medias, los hogares con rentas inferiores a 75.000 $ sufrirán aumentos en sus pagos a la hacienda federal conforme al proyecto del Senado, en comparación con el sistema hoy vigente.
Se ha previsto la desaparición de una serie de deducciones para las personas, para poder cumplir con la norma Byrd del Senado, que prohíbe cualquier aumento del déficit a partir del undécimo año de una medida económica, votada con una mayoría simple.
Nuevas propuestas GOP en el Senado desde la presentación de su proyecto
Hace escasos días, los senadores conservadores encargados de la reforma fiscal decidieron en el Comité de Finanzas incluir en esta reforma la eliminación del llamado “mandato individual” que forma parte de la reforma sanitaria de 2010, conocida como Obamacare. Todos los republicanos de dicho comité secundaron esa decisión y casi todos los republicanos la vienen demandando desde 2010. Este mandato obliga a todos los ciudadanos entre ciertas edades a disponer de un seguro de asistencia sanitaria. Quien decide no hacerlo, ha de pagar una multa, lo que se considera un abuso. La supresión del mandato generaría un ahorro fiscal de 300.000 M$, en 10 años, ya que quienes se ven forzados a tomar una póliza de seguros reciben elevadas subvenciones federales. Pero, según la imparcial Oficina Presupuestaria del Congreso (Congressional Budget Office. CBO) esta medida ocasionaría que casi 13 millones de personas quedasen sin seguro, al final de 10 años.
Por otra parte, el Comité de Finanzas decidió el día 14 que todas las deducciones para las personas que sean ahora mejoradas y los recortes en los tipos de la tributación personal, desaparecerán en 2026. Esta decisión es para poder cumplir la Byrd norm. Este tipo de medidas son las que producen los llamados en EE.UU. abismos fiscales (fiscal cliffs): en un mismo año quedarían suprimidas muchas deducciones u otras medidas simultáneas, provocando un grave problema si so se renuevan o se busca otra solución. Pero esa patata caliente les caerá en las manos a otros gobernantes.
La Cámara de Representantes ha aprobado hoy el proyecto de reforma fiscal del GOP
El 16 de noviembre el pleno de la Cámara Baja ha aprobado el proyecto de ley propuesto por el GOP, con 227 votos a favor y 205 en contra. Trece representantes conservadores no apoyaron el proyecto, así como ninguno de los demócratas. La mayoría de los 13 republicanos disidentes eran de Nueva York, Nueva Jersey y California, principales perjudicados por el recorte de la deducción SALT, de los impuestos pagados a los Estados y los Municipios. Afortunadamente, para este proyecto de reforma fiscal, casi no hay senadores conservadores de aquellos Estados.
El Presidente Trump visitó el Capitolio unas horas antes de la votación, pidiendo el apoyo al proyecto de reforma fiscal republicano. La votación de hoy refuerza al Jefe de la Cámara, Paul Ryan.
Alegre, Paul Ryan declaró que “nos encontramos en un momento definitorio para nuestro país” y que “finalmente han prevalecido en Washington los intereses generales del país frente a intereses particulares” que suelen salir ganando en la capital.
También ha resultado fortalecido el Presidente Trump, quien ha respaldado el proyecto de reforma fiscal en todo momento. La aprobación definitiva de la reforma daría cumplimiento a su compromiso electoral de favorecer a las clases medias y bajas e impulsar el crecimiento económico nacional.
El tipo del 20% para las sociedades, de llegar a aprobarse, sería el más bajo desde 1939.
En conjunto, el proyecto de reforma fiscal aprobado reduciría la recaudación fiscal, en términos netos, en 1,4 billones (continentales) de dólares, a lo largo de 10 años.
El conjunto de la reforma fiscal sería la de mayor importancia desde la realizada por Ronald Reagan hace 31 años, en 1986.
En caso de culminar con éxito la reforma fiscal, la mayoría de los ciudadanos experimentarían sus primeros efectos beneficiosos con la rebaja de retenciones en el sueldo de enero de 2018.
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