El texto completo de la reforma fiscal presentado por los republicanos en la Cámara de Representantes ha desvelado por fin los detalles de las medidas propuestas. Sería la mayor reforma tributaria en 30 años. Todas las personas y empresas se verían afectadas, en su gran mayoría de manera positiva. La reforma fiscal de EEUU constituiría un hito para la economía del país.
Paul Ryan. Speaker (jefe) de la Cámara de Representantes
El 2 de noviembre los republicanos de la Cámara de Representantes hicieron público el texto completo de la reforma fiscal, al que denominan Ley de Rebajas Fiscales y de Empleos (Tax Cuts & Jobs Act), cuyas líneas maestras habían sido anunciadas el 27 de septiembre.
Su propósito es concluir la tramitación del proyecto en la Cámara Baja para el Día de Acción de Gracias (este año, el 23 de noviembre). En la semana del 6 al 10 de noviembre debería concluir su aprobación en el comité encargado de los asuntos fiscales, el Ways and Means Committee (que es el que siempre tiene la iniciativa legislativa en este campo, antes que el Senado), pasando a toda prisa al pleno de la Cámara de Representantes.
Se espera que los republicanos en el Senado presenten su propio proyecto de ley –como es obligado- en la semana que comienza el día 6 de noviembre. Considerando la gran prisa que tienen los republicanos en aprobar esta importante ley en el primer año natural de la Presidencia de Trump, seguramente acaben presentando en el pleno del Senado el mismo proyecto que haya aprobado la Cámara Baja, eludiendo de este modo el trabajoso y prolongado proceso de conciliación entre ambos proyectos.
Durante estas tres semanas tanto las fuerzas políticas, los diversos Estados (que se verían afectados de diferente manera), las múltiples oficinas de lobistas de Washington (situadas principalmente a lo largo de la calle K) en nombre de un sinfín de grupos empresariales, colectivos profesionales y ONGs (medioambientales y de otros tipos), etc. desplegarán una frenética actividad para influir en la redacción final de la ley, con el propósito de que los intereses de sus clientes no sean perjudicados o, a ser posible, sean colocados en mejor situación que con la actual legislación.
Tanto en la Cámara de Representantes como, sobre todo, en el Senado (52 a 48 votos) el Partido Republicano no puede perder apenas a ninguno de sus parlamentarios para sacar adelante la ley, ya que es poco previsible que ganen el voto de algunos demócratas. La reforma fiscal de EEUU sólo podrá salir adelante por estrechos márgenes.
Los congresistas republicanos y el Presidente Trump se juegan mucho en este intento de reforma fiscal. En caso de fracasar en su tentativa (tras haberlo hecho –repetidamente- en su intento de reforma sanitaria durante 2017), todo el mundo considerará en EE.UU. que han perdido todo el primer año de la nueva presidencia y que no sirven para gobernar, bueno, en este caso, para legislar. Sería casi segura una sonada derrota política en las elecciones de noviembre de 2018, perdiendo posiblemente el control de una de las dos cámaras.
Ahora ya se sabe que el importe total de las rebajas de impuestos que están planteando los congresistas republicanos asciende a 5 billones (continentales, con 12 ceros) de dólares, a lo largo de una década. Esto se refiere tanto al impuesto de sociedades (corporate tax) como al de la renta de las personas físicas (income tax o personal income tax).
Como el Presupuesto federal que acaba de ser adoptado por el Congreso se incluyó un recorte neto decenal de 1,5 billones de dólares (para que la reforma fiscal sólo necesite 51 votos en el Senado, en lugar de 60), necesitan conseguir incrementos en la recaudación tributaria por un valor de 3,5 billones de dólares que, muy principalmente, procederán de la supresión o el recorte de deducciones fiscales actualmente en vigor.
De los 1,5 billones de dólares de recorte neto (decenal), 1 billón lo disfrutarán las empresas, 300.000 millones de US$ favorecerá a las personas y familias en sus declaraciones anuales (tax returns), mientras que los restantes 200.000 MUS$ procederán de una rebaja del impuesto federal de sucesiones.
La eliminación o rebaja de cada deducción fiscal perjudica a determinadas empresas o grupos de personas, y sus representantes políticos de la derecha –los senadores y congresistas republicanos- se opondrán a los mismos, a menos que obtengan compensaciones por otras vías.
Este intento de satisfacer –hasta cierto punto- a todos los congresistas conservadores lleva en marcha varios meses, pero es ahora cuando se juegan las bazas que serán las definitivas, en la reforma fiscal de EEUU.
La gran mayoría de los elementos de la reforma fiscal de EEUU comenzaría a aplicarse en el ejercicio fiscal 2018, cuyas declaraciones se presentarían en 2019.
La mayoría de quienes han analizado el proyecto de ley han concluido que se consigue una simplificación del enjundioso sistema actual.
Al final de este artículo, se resume quienes saldrían ganando con esta reforma fiscal y, por el contrario, quienes saldrían perjudicados.
El impuesto de sociedades (Corporate tax)
El proyecto mantiene la anunciada rebaja del actual 35% a casi la mitad, el 20%, que estaría bastante en línea con los tipos vigentes en las principales economías occidentales. Este recorte es uno de los puntales de la reforma fiscal de EEUU que se busca, por su efecto impulsor de la actividad económica nacional. Trump no firmaría una ley que no incorporase esta medida. Sería la mayor bajada del tipo de este impuesto que se ha producido nunca.
Amortización inmediata de ciertas inversiones empresariales (Full expensing of investments o Accelerated depreciation)
Se considera la inversión en maquinaria y equipos, pero no en inmuebles de ningún tipo. Durante los próximos cinco ejercicios, entre 2018 y 2022, se permitiría la amortización de las inversiones de una sola vez, al año siguiente a su realización. Las empresas dispondrían enseguida de más beneficios, al no tener que prolongar la amortización a lo largo de, a menudo, 10 o 15 años.
La disponibilidad de más activos líquidos favorecería el aumento de la inversión empresarial y, con ella, el empleo y el incremento de la productividad, que es una de las condiciones requeridas para que aumenten los salarios.
El proyecto de ley elevaría el límite de inversión de una empresa que podría acogerse a la amortización inmediata de los 0,5 M$ actuales a 5 M$.
Tributación de los propietarios individuales (Sole proprietorships) y de las compañías colectivas y comanditarias (Partnerships)
Los hombres de negocios que operen como propietarios individuales o por medio de compañías colectivas o en comandita, que son las que aportan la mitad de los ingresos tributarios federales por renta de sociedades, obtendrán una figura fiscal propia por la que tributarán al tipo de 25%, el más bajo en 80 años. En el presente, tributan sus negocios por el impuesto de la renta de las personas físicas, cuyo tipo máximo es el 39,6%. Por tanto, muchos de estos hombres de negocios y profesionales obtendrían una bajada de 14,6 puntos porcentuales.
De momento, el proyecto no contempla extender este régimen a proveedores de servicios profesionales, tales como los abogados y los despachos de contabilidad. Una de las asociaciones de estos proveedores están reclamando su inclusión, en tanto que “pequeñas empresas”.
A estos tipos de negocios se les denomina, desde el punto de vista fiscal, “pass-through businesses”.
Se han definido procedimientos para evitar abusos en la aplicación de esta nueva figura fiscal y que no se traslade a este nuevo régimen lo que son rentas personales.
Beneficios de multinacionales en el exterior
Los 2,6 billones (continentales) de US$ de beneficios que las multinacionales de EE.UU. han ido acumulando en el exterior desde 2004 (fecha de la última “vacación fiscal”) podrían acogerse por una sola vez a su repatriación al tipo de 12%, en lugar del 35% en vigor, tratándose de activos líquidos; los demás activos, solo pagarían un 5%.
Se crearía un sistema fiscal territorial para la tributación de sociedades, quedando exento de tributación en EE.UU. la totalidad de los dividendos originarios de las sucursales en el extranjero, a diferencia del sistema de base mundial hoy en vigor.
El impuesto sobre la renta de las personas físicas (Income tax o Individual tax)
Al considerar rentas familiares, hay que tener presente que en EE.UU. su nivel es más del doble que en España y que suelen trabajar ambos cónyuges. Cifras de renta que en nuestro país serían de familias adineradas, allí corresponden a familias de clase media.
Los siete tipos aplicables en la actualidad se reducen, finalmente, a cuatro: 12%, 25%, 35% y 39,6%.
Por consiguiente, no se ha modificado el tipo máximo, el 39,6%, que seguirá correspondiendo a las fortunas del país (a partir de medio millón de dólares de renta anual). A pesar de esto, los progresistas siguen repitiendo que la reforma fiscal de EEUU beneficiaría casi exclusivamente al 1% más rico de la población.
No solo el tipo máximo no cambia (39,6%) sino que una familia lo viene aplicando desde una renta de 470.700 $ y conforme al proyecto ese suelo sería de más del doble: 1 millón de dólares. Las familias situadas entre esas dos cifras (de renta media alta) pasarían a pagar el 35%, 4,6 puntos porcentuales menos, lo que representa una gran rebaja: unos 30.000 $ menos de media en la cuota.
Las familias con rentas entre 90.001 $ y 260.000 $ (renta media y media baja), pagarían el 25%, frente a tres tipos en la actualidad: 25%, 28% o 33%. Su rebaja tributaria sería de 0, 3 u 8 puntos porcentuales (que equivaldrían a unos 20.000 $ menos en la cuota, como máximo).
Aparte de la considerable rebaja en los tipos, en las deducciones se produce también una ganancia para la mayoría de los contribuyentes individuales, como veremos a continuación.
El siguiente cuadro muestra las cinco mayores deducciones fiscales en el impuesto sobre la renta de las personas físicas. Algunas de ellas se verán recortadas, pero otras varias deducciones mejorarán, ofreciendo un saldo neto positivo para la mayoría de los contribuyentes, sobre todo los de renta media y baja.
Deducción por compra de vivienda (Mortgage deduction)
Se mantendría la deducción por los intereses de la compra de una vivienda, pero hasta ahora se pueden deducir los intereses del primer millón de dólares de la hipoteca, cifra que se recorta a la mitad: 0,5 M$.
Con el límite actual se están dedicando recursos federales para apoyar la construcción de grandes viviendas en la mayor parte del país, donde los precios no son tan altos como en la ciudad de Nueva York o en San Francisco.
Este recorte en la ayuda fiscal a la compra de viviendas, ha puesto en pie de guerra a la asociación nacional de constructores de viviendas, muchos de los cuales obtienen sus mejores beneficios de construir grandes mansiones.
Deducción federal por impuestos pagados al Estado y al Ayuntamiento (State and local tax – SALT- deduction)
Se mantendría esta importante deducción (la segunda de mayor importe total, ver el gráfico) –cuya eliminación se había sopesado hasta hace pocos días (para obtener más recaudación)-, pero se limitaría su importe a 10.000 $ por declaración fiscal (tax return), no habiendo existido hasta ahora ningún techo.
Esta deducción ha venido favoreciendo sobre todo a las personas que viven en Estados y Municipios que han expandido más sus gastos y que suelen tener gobernantes de izquierda. Por su naturaleza, beneficia más a las personas más ricas y se quería suprimirla en la reforma fiscal de EEUU.
Los republicanos de la Cámara baja han tenido que ceder, parcialmente, en este asunto para asegurarse el voto de los congresistas republicanos de aquel tipo de Estados, como Nueva York, California y Massachusetts, que no aceptaban la total supresión de esta deducción. Con aquel techo, la mayoría de los votantes de aquellos congresistas (los de rentas media y baja) casi no pierden nada, afectando sobre todo a las rentas más altas que hasta hoy sobrepasan con mucho dicho techo de 10.000 $.
Otras deducciones para las personas físicas en la reforma fiscal de EEUU
La deducción general (standard deduction), aplicable a todos los declarantes, sería casi duplicada. Para las declaraciones individuales pasaría de 6,350 $ a 12,200 $, y para las conjuntas de 12.700 $ a $24.400 $. Es sabido que las personas de rentas bajas y medias son las principales beneficiarias de una medida de este tipo.
La deducción por hijo aumentaría un 60%, pasando de 1.000 $ a 1.600 $. Si una persona no estuviese obligado a declarar un año, recibiría de la Hacienda el reembolso de la deducción o subvención que le corresponda. Todas las personas de renta baja y la mayoría de renta media (hasta 230.000 $) pueden aplicar esta deducción. Hasta ahora, el techo era de sólo 110.000 $, saliendo favorecidos varios estratos de rentas medias.
La deducción por gastos médicos privados desaparecería. Solo han podido incluirse los gastos que superasen un cierto mínimo y cumpliesen otra serie de condiciones, como presentar un formulario ampliado (itemized deductions).
La deducción por aportaciones a organizaciones caritativas y otras sin ánimo de lucro (la quinta con mayor cifra, ver gráfico), por ahora se mantiene. Su posible supresión había movilizado a sus representantes, incluidos los de congregaciones religiosas. Indirectamente pueden verse perjudicados ya que para que los donantes se desgraven deben rellenar el formulario ampliado (itemized deductions) y con la reforma menos contribuyentes lo harán.
Deducción por aportación del empleador a los planes de pensiones de sus empleados. Es el tercer mayor tipo de deducción (ver gráfico). Se le conoce comúnmente como planes 401 (k), por el apartado de la ley que los creó. Se emplea de forma muy amplia en EE.UU. Por su volumen los congresistas consideraron su limitación, siendo el Presidente Trump quien públicamente se opuso a cualquier recorte. El proyecto de ley de la Cámara de Representantes no los ha tocado.
Impuesto federal de sucesiones (Federal estate tax)
La medida prevista afectaría principalmente a las transmisiones mortis causa de inmuebles residenciales y consta de dos partes.
De forma inmediata, esto es desde el ejercicio 2018, se duplicaría el mínimo exento pasando, por ejemplo, de 11,2 M$ a 22,4 M$ para un matrimonio que declare conjuntamente. Esto favorecería sobre todo a las clases medias y medias altas. Es preciso tener en cuenta que los valores de los inmuebles son mucho más elevados que en España.
Por otro lado, la reforma fiscal de EEUU prevé que a partir del ejercicio 2024 este impuesto podría suprimirse, lo que beneficiaría a las clases medias altas y altas, pero en realidad debería decidirse dentro de bastantes años; en el proyecto es solo una posibilidad.
Donaciones a universidades (University Endowment Income)
Las donaciones a universidades (que pasen a engrosar sus activos para mantener programas de investigación o enseñanza, con finalidades específicas) pasarían a tributar al 1,4% un impuesto específico (excise tax) de nueva creación.
Solo se aplicaría a las mayores universidades (con 500 estudiantes o más) y a las más solventes, con por lo menos 100.000$ de activos por estudiante, esto es, un mínimo de 50 M$ en activos. Se calcula que unas 150 universidades, privadas y públicas, quedarían sometidas a este impuesto específico.
Desde hace años se viene discutiendo si las universidades privadas aportan suficientemente a los gastos de la sociedad, considerando el favorable régimen tributario del que disfrutan.
Los republicanos calculan que dicho impuesto específico podría recaudar 3.000 M$ en 10 años.
Las personas que efectúan estas donaciones continuarían obteniendo las correspondientes deducciones fiscales, tras la reforma fiscal de EEUU.
Intereses de los préstamos a universitarios (Student loan interest)
El proyecto fiscal republicano acabaría con la posibilidad de que las personas que estén devolviendo su préstamo de la universidad pueda deducirse por hasta 2.500 $ en cada declaración anual. Por otro lado, propone suprimir también las rebajas en las tasas universitarias para los empleados de las universidades y sus familiares. El cálculo de ahorro fiscal de los republicanos lo sitúa en unos 47.500 M$ en una década.
Consolidación de los créditos fiscales a universitarios (College tax credit consolidation)
Los tres principales programas de ayuda pública a universitarios a través de créditos fiscales anuales se unificarían en uno solo, suprimiendo solapamientos y complejidad. El nuevo sistema concedería a las familias hasta los primeros 2.000 $ gastados en tasas, libros y material académico. Los republicanos también proponen alargar el programa a un quinto año, con el crédito reducido a la mitad: hasta 1.000 $.
El ahorro para la hacienda federal de esta reestructuración sería de 17.300 M$ en 10 años, al aplicar la reforma fiscal de EEUU.
Modificaciones fiscales para el sector de la energía
La elevada subvención federal (de 7.500 $) que Obama instauró para la compra de cada automóvil eléctrico (hoy por hoy, fabricados por Tesla y unos pocos por General Motors, con su Chevy Bolt) sería suprimida al final de este año. Cuando en algún Estado, como Georgia en 2015 se eliminó una subvención estatal (de 5.000 $) las ventas de Tesla cayeron a menos del 10% de las cifras anteriores. O sea, en condiciones de mercado, sin subvenciones, las ventas nacionales de coches eléctricos sufrirían una intensa caída en EE.UU. (aunque seguramente no tan grande como en Georgia) que podría evidenciar el carácter insostenible de su fabricación comercial. Esta medida aportaría unos 4.000 M$ al plan de reforma fiscal: unos 400 M$ por cada año. Tesla y la izquierda californiana hará todo lo posible para que se mantenga esta ayuda pública en la reforma fiscal de EEUU.
Respecto a las energías renovables, los republicanos han mantenido dos importantes subvenciones para la energía solar y la eólica. Sin embargo, han rebajado en una tercera parte otra ayuda fiscal a la energía eólica; los 2,3 centavos por kWh que se está pagando, pasará a 1,5 c por kWh.
En relación al petróleo y el gas natural, el proyecto mantiene tres disposiciones que permite a las compañías de prospección ahorrar 2.000 M$ al año. Se refieren a la norma contable LIFO para valorar sus reservas minerales, así como la reducción de la base imponible a medida que los yacimientos van agotándose.
Para las compañías petrolíferas y de gas, la amortización inmediata de algunas de sus inversiones y la gran bajada del tipo de sociedades constituyen un muy considerable impulso a su actividad productiva y a su salud financiera.
Las compañías eléctricas convencionales, por su parte, seguirían disfrutando de una deducción fiscal que les permite restar de la base imponible el pago de intereses por la elevada financiera requerida por sus inversiones en grandes plantas de generación y en la construcción de las líneas de transporte de la electricidad. Hace meses, congresistas republicanos consideraban su supresión. La amortización acelerada de inversiones es también importante para estas empresas.
La subvención de 1,8 centavos por kWh a la generación de electricidad por nuevas centrales nucleares, se prolongaría más allá de 2021 que era el plazo previsto. La nueva central Plant Vogtle, en Georgia, de la compañía Southern Co. entrará en funcionamiento alrededor de 2021. Esta ayuda durará ocho años y tiene un tope de 6.000 M$.
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Antes de pasar al último apartado, conviene aclarar que, al menos en este proyecto de ley, los republicanos han renunciado a utilizar la reforma fiscal para tratar de suprimir un par de impuestos y recargas instituidos por la Administración Obama para financiar su reforma sanitaria.
El proyecto tampoco ha modificado los tipos para las rentas del capital, que suelen constituir el principal componente de las rentas de las personas más ricas.
Quienes ganarían y quienes perderían con la reforma fiscal de EEUU
Obtendrían una gran ganancia, por varias vías, las grandes y medianas empresas que estarían en buenas condiciones de incrementar sus inversiones productivas.
En particular, lograrían un enorme ahorro tributario las multinacionales que han mantenido en el extranjero elevadísimas sumas de sus beneficios (lo que es legal) desde que en 2004 George Bush concedió unas “vacaciones fiscales” semejantes a las que ahora ofrece Trump.
Las pequeñas empresas también recibirían una considerable ayuda tributaria, al bajar su tipo marginal del 39,6% al 25%.
Si llega a materializarse el impulso inversor de las empresas por las medidas que acabamos de mencionar, los trabajadores y clases medias obtendrían más empleos y, sobre todo, mayores sueldos que han permanecido estancados los pasados años.
Perdería la población de los Estados y municipios con una elevada oferta de servicios públicos, gobernados en general por demócratas, como Nueva York, California … También perderían aquellos Estados y Ayuntamientos ya que se verían impelidos a reducir su gasto o a incrementar su deuda.
Ganarían los habitantes de Estados y Municipios poco dispendiosos, gobernados en su mayoría por republicanos, como Tejas, las Carolinas, los de la mayoría del Midwest (el centro del país), etc.
Mejoraría las condiciones de sucesión de las clases medias por la rebaja inmediata del correspondiente impuesto federal. Las clases más adineradas obtendrían grandes beneficios si, finalmente, este impuesto federal se suprimiera en 2024.
La inmensa bolsa de contribuyentes de rentas medias y bajas ganaría en su declaración anual de la renta gracias a tipos inferiores en hasta 8 puntos porcentuales y, también, a deducciones más generosas en términos netos: ganan con unas más de lo que pierden con otras.
Perderían los constructores de viviendas, por el recorte a la deducción por los intereses pagados por las hipotecas para la compra de la primera vivienda.
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