El profesor Peter Ridd, víctima del autoritarismo ecologista
En abril de 2018, el profesor Peter Ridd, de la Universidad James Cook (JCU) de Queensland (Australia), fue despedido por criticar a otros profesores y a la propia Universidad sobre la forma en que llevan a cabo investigaciones sobre la Gran Barrera de Coral. Este profesor solicita que se refuercen los mecanismos de comprobación de la calidad de los estudios.
Su delito fue cuestionar la argumentación y los métodos empleados por aquellos científicos en torno a la supuesta catástrofe irreversible que vive la Gran Barrera de Coral, situada al nordeste del país, de unos 2.300 km. de longitud.
El 11 de octubre expuse, sucintamente, los términos del debate científico que está teniendo lugar en Australia sobre esta cuestión: el estado actual y el futuro de la Gran Barrera de Coral. ¿Está ya condenada a muerte por el cambio climático?
Un tribunal federal australiano (el Federal Circuit Court, en Brisbane) sentenció en abril de 2019 en contra de la decisión de la Universidad, por “actuar ilegalmente al despedir al profesor Peter Ridd tras sus críticas públicas a la Universidad [James Cook] y a uno de sus científicos estrella por sus opiniones acerca del impacto del calentamiento global en la Gran Barrera de Coral”. La fundación británica GWPF, cita al diario The Australian, el de mayor tirada nacional, al que sólo suele accederse por suscripción (pero conviene tantear el acceso).
El profesor Peter Ridd es un geofísico y científico marino, que lleva más de 35 años estudiando la Gran Barrera de Coral. En la Universidad James Cook -al nordeste del país-, trabajaba en el laboratorio Marine Geophysical Laboratory.
La Universidad James Cook condenada a pagar 1,2 millones de dólares australianos por los costes jurídicos y los daños causados
Finalmente, el 6 de septiembre de 2019 el mismo tribunal federal impuso a la Universidad la obligación de pagar al profesor Peter Ridd la cantidad de 1,2 millones de dólares australianos, equivalentes a unos 730.000 euros, al cambio actual.
Dicha cantidad corresponde a “1.094.214 dólares en compensación por los perjuicios económicos presentes y pasados por su ilegal despido, así como por tres años de trato injusto”. Otros “125.000 $ a pagar serán a título de multa”. En total: 1,219 millones de dólares australianos, unos 730.000 euros.
Aquella compensación comprende, además del sueldo que ha dejado de ganar, los costes jurídicos soportados, que en Australia son muy elevados.
El Dr. Peter Ridd ha gastado (hasta mediados de septiembre 2019) la cantidad de 460.000 dólares AU en abogados y otros gastos conexos. 200.000 AU$ los ha puesto de su bolsillo, y los otros 260.000 AU$ los consiguió de minidonativos procedentes de una campaña que tuvo lugar en Australia, EE.UU. y Europa, en la que contribuimos unas 3.000 personas.
Por su parte, la Universidad James Cook había gastado -malgastado- unos 630.000 dólares AU hasta julio pasado, en los gastos de este caso.
Este dato se obtuvo por una solicitud presentada al amparo de la ley de libertad de información de Australia, que es el equivalente a la Ley de Transparencia y Buen Gobierno existente en España. Dicha Universidad es pública.
Aquella gestión la hizo el Institute of Public Affaris (IPA), que es un veterano think tank (centro de estudios) australiano de orientación conservadora (creado tras la II Guerra Mundial), que está respaldando la batalla legal del Dr. Peter Ridd. Este centro de estudios es partidario de la liberalización de la economía, la privatización de varias empresas públicas y cuestiona diversas políticas climáticas.
Significado de este litigio judicial
El mayor y principal diario nacional de aquel país, The Australian, se ha expresado del siguiente modo el pasado mes de abril al conocerse la sentencia en favor del profesor.
“Petter Ridd ha propinado un gran golpe a la noción de que la verdad científica puede obtenerse por medio del consenso”.
“Al ganar la sentencia judicial por despido improcedente … el profesor Ridd ha mostrado que hablar con claridad y tener una mente abierta aún puede superar a la intromisión burocrática y al camino equivocado de la conformidad”.
“La victoria del profesor Ridd supone un triunfo de la libertad de expresión y de la libertad de prensa”.
“En la época del dogma del cambio climático, en la que algunos piensan que hay que arrinconar a aquellos con planteamientos diferentes, el despido del [profesor] tocó una fibra sensible alrededor del mundo”.
“Y miles de personas de EE.UU., Europa y Australia abrieron sus carteras [y monederos] para ayudar a combatir la injusticia…”
El autoritarismo ecologista impera en universidades australianas
En sucesos como éste, se aprecia el autoritarismo ecologista que, desde los lobbies del ecologismo, se ha extendido al mundo académico en gran parte de los países del mundo occidental, así como a la mayoría de los medios de comunicación, que niegan la palabra a quienes discrepan del pensamiento único.
Por su parte, el centro de estudios Institute of Public Affairs (IPA), en uno de sus comunicados de julio pasado, declaró lo siguiente:
“Las vergonzosas actuaciones de la Universidad James Cook prueba por encima de toda duda que existe una crisis de libertad de expresión en las universidades australianas”.
Y el director del IPA, Gideon Rozner, añadió:
“El mero hecho de que una universidad australiana esté dispuesta a volcar todo el peso de su administración -sostenida con fondos de los contribuyentes- para sofocar la libertad académica de expresión, envía un mensaje escalofriante a cualquier miembro de la comunidad académica que tome parte en debates”.
Pero este no es final de su batalla contra el autoritarismo ecologista
La Universidad James Cook podía haber aceptado la sentencia del tribunal, y ahorrar a los contribuyentes (de cuyos impuestos proceden muchos de los fondos de esa Universidad) nuevos gastos jurídicos. Diversas instituciones, como el centro de estudios Institute of Public Affairs, le pidieron a la Universidad que no recurririera.
Pero la Universidad recurrió la sentencia. El próximo año se verá ante la Federal Court of Australia (más o menos equivalente a un Tribunal Supremo). Más tarde, posiblemente, pasará a la High Court (que viene a ser algo parecido al Tribunal Constitucional).
Como suele ocurrir, los bolsillos de la Universidad son profundos -y bien repletos de fondos- y parece que juega a ganar la batalla gracias a arruinar al profesor Ridd.
Éste y sus abogados han calculado que llegar hasta el final le costaría 1,3 millones de dólares adicionales, además de los 460.000 $ ya gastados. Totalizarían 1,76 millones AU$.
Quien desee efectuar un donativo a esta campaña, puede hacerlo pinchando aquí abajo:
Peter Ridd Legal Action Fund
En julio de este año, el profesor Peter Ridd hizo público que su propósito no es conseguir que le readmitan, ya que “la reacción de la Universidad James Cook indica que si se reincorporase, su existencia [profesional] se haría muy problemática”.
Su objetivo es ganar el litigio contra esta Universidad, ser indemnizado y, así, facilitar la carrera profesional de otros investigadores en circunstancias profesionales similares a las que él sufrió.
En la actualidad -a mediados de octubre de 2019-, aquella campaña de donativos ha superado ya la cifra de 720.000 AU$.
460.000 $ ya fueron gastados, y por tanto hay 260.000 AU$ disponibles para los próximos pasos del proceso judicial. Faltan todavía un millón de dólares australianos.
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