Shelby Steele y la condición de los ciudadanos negros
El racismo es algo inherente a la condición humana
Shelby Steele es investigador principal (Senior Fellow) del centro de estudios Hoover Institution (Universidad de Stanford, junto a San Francisco), desde 1994. Su especialidad son las relaciones entre las diversas razas de la sociedad estadounidense, la discriminación positiva y los demás instrumentos que persiguen la integración racial y sus respectivas consecuencias, positivas y negativas.
Su bibliografía aparece al final. Más abajo se reproducirán varios pasajes del artículo que publicó Steele en el Wall Street Journal el 12 de enero de 2018, bajo el título “Las protestas de los negros han perdido su fuerza”.
El motivo inmediato de su artículo es el movimiento de protesta que protagonizan algunos de los jugadores negros de rugby (de la National Football League, NFL) desde agosto de 2016 [todavía bajo Obama], sin un motivo definido, consistente en arrodillar una pierna en el momento en que suena el himno nacional (national anthem) de EE.UU. antes del comienzo de un partido. En dicho país se observa un gran respeto por su himno nacional, por cuanto la actitud de estos jugadores supone motivo de escándalo para muchos ciudadanos.
Lo verdaderamente relevante son las reflexiones que Shelby Steele efectúa sobre la situación actual de los ciudadanos de color en Estados Unidos.
(Nota: Las negritas y los textos explicativos entre corchetes, a continuación, son mías.)
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Extractos del artículo de Shelby Steele
“Las recientes protestas de los jugadores negros de la Liga Nacional de Rugby (NFL) resultaron un tanto tristes por su futilidad. Pueden suponer el fin de una era para la América negra y para el país en su conjunto, una era en la que las protestas han constituido el principal medio para la mejora de los negros en la vida del país”.
“… las protestas han sido largamente una tradición ennoblecedora de la vida americana negra. Del boicot a los autocares en Montgomery [Alabama, en 1955] a la marcha sobre Selma [Alabama, en 1965], de las irrupciones en las barras [de las cafeterías sólo para blancos, en los 60s], a la marcha sobre Washington en 1963 [por el empleo y la emancipación, de unas 250.000 personas], únicamente las protestas pudieron abrir la senda a la libertad y al reconocimiento de nuestra plena humanidad. … Requería un gran sacrificio y suponía un gran riesgo. Martin Luther King, el prototipo del luchador negro, asumió muchos sacrificios, ennobleció a toda América [EE.UU.], tras lo cual fue asesinado de un disparo” [el 4 abril 1965].
“… La protesta, en vez de la inmigración, fue nuestra puerta de acceso al sueño americano”.
“… Para los jugadores de rugby [hoy, su protesta] no está representando ningún sacrificio real ni riesgo alguno, ni [están consiguiendo] ningún resultado”.
“… La sorpresa ha sido que [estas protestas] no han funcionado [esta vez]”.
“De lo que se están olvidando [estos jugadores] es de una verdad simple pero indecible: la opresión de los negros se ha acabado. Esta afirmación es políticamente incorrecta pero, no obstante, verdadera. Los negros, actualmente, somos personas libres …”
La condición humana lleva aparejada la existencia de algún nivel de racismo
“Naturalmente, esto no significa que el racismo haya desaparecido por completo de la vida americana. El racismo es intrínseco de la condición humana, como lo es la estupidez. En todo momento debemos permanecer atentos contra ello”.
“Pero actualmente [a diferencia del pasado] se considera una lacra, que constituyó la mayor inmoralidad de nuestra historia …”
“Lo que sucedió es que la América negra hizo frente a un nuevo problema: el choque de la libertad. Esto es lo que ha reemplazado al racismo como nuestra principal dificultad. Los negros hemos sobrevivido a multitud de formas de degradación con ingenio, autodeterminación, un profundo sentido del humor, capacidad para reinventarnos y una fortaleza heroica. Pero carecíamos de experiencia de vivir bajo una amplia libertad”.
“… Los negros alcanzamos la libertad con una componente de crueldad ya que significó que en adelante habríamos de contemplarnos sin la disculpa de la opresión. Cuatro siglos de deshumanización nos dejaron subdesarrollados en varios aspectos, y eso en el interior de la sociedad más avanzada del mundo. Cuando nuestra libertad aumentó, quedamos expuestos a la responsabilidad por aquel subdesarrollo. Por consiguiente, la libertad nos puso en riesgo de ser valorados como seres inferiores, lo que precisamente había sido siempre empleado en nuestra contra”.
“Escuchar [ahora], por ejemplo, que más de 4.000 personas de Chicago fueron asesinadas en 2016 nos avergüenza porque semejante nivel de criminalidad entre los negros no puede simplemente atribuirse al racismo de los blancos”.
La libertad nos ha hecho responsables de nuestros actos
“Podemos afirmar que la pasada opresión nos dejó sin la adecuada preparación para la libertad. Lo que es indudablemente cierto. Pero no puede consolarnos. La libertad es libertad. Es una condición, no un agente del cambio. No aporta el desarrollo o la elevación de aquellos que la ganan. La libertad nos hace responsables [de nuestros actos] con independencia de las desventajas que hayamos heredado del pasado. La tragedia de Chicago, para bien o para mal, es un reflejo de la América negra”.
“Desde los años 60 los negros hemos vivido en una burbuja porque los blancos nos trataron con deferencia por temor a ser tomados por racistas …”
“… Pero las protestas del rugby pueden ser el heraldo de un cambio. Sacaron a la luz una considerable cantidad de resentimiento [blanco]. Se han producido contraprotestas. La audiencia televisiva [de los partidos de rugby] ha descendido. La venta de los billetes [en los estadios] también ha caído. Lo que resulta excepcional de estas reacciones es que pueden presagiar una nueva valentía entre los estadounidenses blancos, una nueva voluntad de los blancos (y de los negros que no se escudan en la victimización) de exponerles a los ciudadanos negros lo que realmente piensan y sienten, juzgando a los negros con ecuanimidad conforme a las normas universales”.
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Bibliografía de Shelby Steele
Las dos principales obras de Shelby Steele han sido las siguientes.
“La culpa de los blancos. Cómo los negros y los blancos liquidaron la promesa de los derechos civiles” (White Guilt: How Blacks and Whites Together Destroyed the Promise of the Civil Rights Era). 2006
“Verguenza. Cómo los pecados del pasado de América han dividido al país” (Shame: How America’s Past Sins Have Polarized Our Country). 2014. Pinche aquí para escuchar una entrevista sobre esta obra.
Para acceder a un artículo de 2017 sobre la filosofía de Shelby Steele, en la web Black Leadership Analysis, pinchar aquí.
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