David Alandete no quiere entender la actuación general de Trump
El gran dilema para las personas conservadoras la noche del 8 de noviembre de 2016
Cuando la noche del día 8 de noviembre de 2016 el candidato outsider y excéntrico Donald Trump resultó elegido presidente de EE.UU. -contra casi todo pronóstico-, todos los políticos republicanos, los periodistas conservadores y las demás fuerzas vivas de la derecha tuvieron que responder perentoriamente a la cuestión decisiva: ¿y ahora, qué hacemos frente al elegido Presidente Donald Trump?
La gran mayoría pensó en la gravedad del momento para su país y en el riesgo de la más desoladora debacle que amenazaba al Partido Republicano y a las fuerzas conservadoras en general. Y eligieron lo correcto: colaborar estrechamente con Trump para hacer todo lo posible para encauzar su inexperiencia y sus insensatos impulsos, en pro de la estabilidad de la nación y de llevar a cabo una transformación conservadora de la sociedad, que atisbaba en las posiciones de Trump. Dos años más tarde, el éxito conseguido por aquellos políticos y personalidades es incuestionable.
Pero algunos acomplejados o RINOs (Republicanos/Conservadores Solo Nominalmente, Republican In Name Only), siguen sin entender nada, como David Alandete, corresponsal en Washington, D.C. del principal periódico de la derecha española, el ABC.
Quien tenga alguna duda respecto a la coincidencia de fondo entre las crónicas de David Alandete y las de El País, que dedique un poco de tiempo a leer ambas ante cualquier suceso importante relativo a Donald Trump. La fuente última de ambos diarios, se encuentra en el diario The New York Times, que desde hace unos pocos años ha adoptado una posición de izquierda extrema, como el diario El País o más allá.
¿Qué debe hacerse con el Presidente Trump?
No hace falta ninguna indagación. Simplemente, habría que plantearle a este prójimo -David Alandete- el asunto trascendental: ¿qué quiere Vd. que se haga con el Presidente Trump?
De sus crónicas se desprende claramente su respuesta: ser apartado de la presidencia, haya o no connivencia del equipo de campaña de Trump con las autoridades de Rusia en 2016, de lo que sigue sin aparecer ninguna evidencia. Esto no le importa a Alandete, igual que al New York Times.
Porque este señor no ve más que negatividad en la actuación del Presidente Trump, ¡a los casi 24 meses de su toma de posesión!, con lo que hemos presenciado ya de excelentes políticas desarrolladas por esta Administración, casi siempre impulsadas o respaldadas por Trump.
Parece claro que a este personaje tampoco le gustan aquellas saludables políticas de contención de lo políticamente correcto y en favor de los valores tradicionales de la derecha, sino las de medio pelo que hemos sufrido aquí en España en años anteriores, con el resultado que estamos viviendo ahora.
El gran riesgo para la derecha estadounidense
A la derecha estadounidense le llevaría, por lo menos, tres mandatos presidenciales recuperarse de semejante desastre -expulsar a Trump- (para el que no hay motivo jurídico alguno, de momento) y el país se vería sumido en una nueva avalancha de políticas progresistas como las de Barack Obama: sectarismo, ideología de género, ecologismo extremo, intransigencia ante los discrepantes, persecución feminista de cualquier hombre acusado de abuso sexual, intervencionismo económico que volvería a obstaculizar la actividad empresarial, acoso a la libertad religiosa, etc. Un tremendo retroceso.
Pero a David Alandete parece no preocuparle nada de lo anterior: está a lo suyo. Sólo le preocupa una sola cosa: que nadie pueda encontrar ni una sola opinión suya favorable a Donald Trump. Que no tengan base para acusarle de apoyo a Trump. En Estados Unidos, a los (muy pocos) personajes de derecha con tan erróneo posicionamiento, se les denomina ¨Never Trumpers¨ y son un desastre.
David Alandete es un Never Trumper
Pero, claro, David Alandete no es de derecha, en absoluto, en cuestiones de internacional, como tampoco hay uno solo de ellos en la redacción de internacional de El Mundo, dicho sea de paso.
Sabiendo que esta persona pasó años en El País, alcanzando el puesto de Director Adjunto, ¿qué va a esperarse de él? El caso de Hermann Tertsch no parece que vaya a repetirse entre gente tan sectaria y recalcitrante, que aplaudían entusiasmados a Rodríguez Zapatero, Pasqual Maragall y su Pacto del Tinell.
En el terreno mediático, David Alandete está aplicando, dentro de sus posibilidades, la actitud de cordón sanitario contra Donald Trump. Y con él, el diario ABC.
¿Qué pueden pensar del diario ABC las personalidades conservadoras serias, de peso, de Estados Unidos?
Su respuesta es ya pública; lo mismo que piensan sobre los Never Trumpers locales, que no hacen más que daño al conservadurismo estadounidense.
Y los lectores de ABC, ¿cómo van a entender algo de lo que sucede en EE.UU. de semejante pluma progre? ¿A qué juegan los directivos de ABC, a pasarse de listos?
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