El mayor organismo de Naciones Unidas para el cambio climático (el IPCC) ha venido manteniendo desde 2007 que era muy probable que los glaciares del Himalaya desaparecieran en 2035. Ningún estudio avala dicha afirmación. Simplemente se la inventó un científico en una entrevista telefónica en 1999, y el IPCC la asumió como propia. Le venía bien para asustar y provocar mala conciencia en la opinión pública.No es cierto que los glaciares Himalaya en peligro.
“Los glaciares del Himalaya están retrayéndose mas rápidamente que en cualquier otra zona del mundo y … la probabilidad de que desaparezcan completamente en el año 2035 es muy elevada”. Esta rotunda y alarmante previsión contenida en el Informe IPPC de 2007 sobre el Cambio Climático, de Naciones Unidas (WG II, sección 10.6.2, página 493, versión en inglés), acaba de reconocerse como enteramente falsa y carente de cualquier base científica, dando lugar a un nuevo escándalo internacional.
El IPCC organismo de Naciones Unidas obligado a retractarse
El 20 de enero 2010 el organismo IPCC se ha visto obligado a emitir desde Ginebra un comunicado rectificativo -lo que es muy inusual en una organización cargada de soberbia- que podría interpretarse como la retirada de las falsas previsiones del informe de 2007: el retroceso anormalmente rápido de dichos glaciares durante las dos pasadas décadas y la fecha límite de 2035.
Si bien, con la prepotencia que caracteriza sus actuaciones, el IPCC únicamente reconocía en su comunicado que esas dos estimaciones estaban “pobremente fundamentadas”.
Un par de semanas antes se había desvelado que en el origen de tan sorprendentes previsiones sobre el futuro de los glaciares del Himalaya no había habido ningún amplio estudio científico adecuadamente contrastado en reuniones internacionales y por las revistas especializadas en glaciología.
Esas falsedades nacieron en 1999 en una entrevista telefónica de la revista New Science al glaciólogo Dr. Syed Hasnain. En ella el glaciólogo y ecologista pura y simplemente se las inventó, razón por la cual este científico indio nunca se ha atrevido a presentarlas en un estudio profesional para su discusión académica.
Él, ahora (el 11 de enero 2010), ha reconocido el engaño a la propia revista New Scientist, en un intento de eludir su responsabilidad en esta enorme manipulación.
Ciclo habitual de los mitos climáticos
Lanzado el embuste en 1999, el ambiente internacional de alarmismo climático que ya se había creado se encargó de concederle rápidamente la mayor reputación y divulgación en todo el planeta.
Decenas de revistas medioambientales, de segundo orden -no así las mas prestigiosas-, y otros medios de comunicación deseosos de incrementar sus tiradas, reprodujeron las falsas previsiones por todo el mundo y, además, criticaban agriamente a quien osara cuestionarlas.
Un nuevo mito del cambio climático catastrofista había nacido … literalmente, de la nada. Resultando tan útil para atemorizar a sociedades enteras de Asia y así forzar su aceptación del programa climático radical, al mito se le hizo intocable.
Todo se somete al principio central de la propaganda política, no de la ciencia
Ya lo decía el ministro de propaganda del III Reich, Joseph Goebbels: “Una mentira repetida cien veces se convierte en una verdad”.
Lo cierto es que la -supuesta- amenaza del completo deshielo de los glaciares del Himalaya hacia 2035 caló hondamente en la mente de los asiáticos durante los años 2000.
De haber sido ciertas dichas previsiones se hubieran producido grandes perjuicios para la vida de más de 1.000 millones de asiáticos que habitan en las cuencas de 7 grandes ríos de India, Pakistán, Bangladesh e Indochina: el Ganges, el Indo, el Brahmaputra y el Mekong, que nacen en la cordillera del Himalaya y cuyos caudales se nutren en buena medida del deshielo estacional de los glaciares cada primavera y verano. Severas reducciones del caudal para usos humanos y agrícolas, al tiempo que catastróficas inundaciones eran los efectos anunciados.
Pero eso nunca ha pasado durante las primeras dos décadas del siglo XXI, ni se espera que ocurre.
Por último, la ratificación definitiva del supuesto rápido deshielo de los glaciares y de la fecha de 2035 se produjo con su inclusión en el Informe de 2007 del IPCC, que es el organismo de Naciones Unidas encargado de determinar qué fenómenos y amenazas del cambio climático gozan de respaldo científico y deben ser tenidos en cuenta por los Estados del mundo y las organizaciones internacionales.
El insuficiente comunicado de rectificación del IPCC del 20 de enero 2010, no ha zanjado ni mucho la intensa discusión en el seno de esta organización ni en el ámbito científico y mediático internacional.
El lobby ecologista WWF contribuyó a la farsa
Pero ahí no acaban las responsabilidades por este escándalo. En 2005, la conocida organización ecologista WWF (World Wide Fund for Nature) -que en España se conoció como ADENA-reprodujo en lugar destacado, sin verificar nada, las previsiones alarmistas del Dr. Syed Hasnain acerca del final de los glaciares en un estudio propio -no profesional- (An overview of glaciers, glacier retreat … in Nepal, India and China. 1 marzo 2005). De hecho el IPCC-2007, a falta de investigaciones profesionales en las que basar sus afirmaciones, citaba como su fuente el documento del WWF.
Hace diez días WWF-Australia emitió un comunicado (imposible de localizar en la web de WWF Internacional, salvo dos citas parciales, escondidas en 2005) en el que, tras admitir por fin lo erróneo de las previsiones, declaraba con fingido candor que su reproducción en 2005 había sido hecho “de buena fe”.
No obstante, los numerosos estudios de glaciólogos indios y de otras nacionalidades publicados desde 2005 cuestionando la desaparición de los glaciares no movió nunca a WWF a revisarlo, hasta que todo el montaje se ha venido abajo. Extraña “buena fe” la de WWF. Más bien resulta empecinamiento en el error (o en la manipulación).
(En marzo de 2019 expuse otro escándalo ligado al WWF. Esta vez, su comportamiento fue mucho más grave al referirse a torturas repetidas de indígenas por parte de gardas de parques nacionales, financiados enteramente por WWF)
Deja una respuesta