A finales de enero de 2017 ha quedado casi completo el equipo ministerial propuesto por Trump, aunque tan sólo cuatro de ellos han obtenido en este momento la confirmación por el Senado. Trump está constituyendo un gabinete mucho más sólido y experimentado de lo que se esperaba, especialmente en el área de defensa y seguridad nacional.
Miembros Gabinete de Trump. Febrero 2017
A finales de enero ha quedado casi completo el equipo ministerial propuesto por el nuevo presidente (a falta de designar el Director del Consejo de Consejeros Económicos), aunque tan sólo cuatro de ellos han obtenido ya la confirmación por el Senado.
A diferencia de lo que se temía tras la victoria del 8 de noviembre, Trump está constituyendo un gabinete mucho más sólido y experimentado de lo esperado, lo que ha rebajado bastante la incertidumbre e inquietud iniciales.
En total, estamos hablando de 23 muy altos cargos de la Administración, de los que 21 requieren confirmación senatorial, pero no el Vicepresidente Mike Pence, ni el Consejero de Seguridad Nacional. Este grupo constituye el Gabinete ministerial.
Separadamente, está el equipo de más alto nivel de la Casa Blanca, exento de revisión por el Senado, que puede cifrarse en 7 personas, aunque su número es cambiante.
La selección de Mike Pence para la Vicepresidencia se produjo en la convención nacional del mes de julio 2016, pero es preciso destacar el efecto tranquilizador de la presencia en el gabinete Trump de un político de la extensa experiencia y espíritu moderado de Mike Pence.
El segundo mayor acierto de Trump se ha producido en el decisivo área de la seguridad nacional y de las relaciones exteriores: los Secretarios de Defensa (ha obtenido el apoyo de 98 de los 100 senadores), Seguridad Interior (le votaron 88), director de la CIA (66 votos), Embajadora ante NN.UU. (obtuvo 96 votos) y el Secretario de Estado. Además, el Jefe de Gabinete de la Casa Blanca es un veterano del Partido Republicano. También han sido muy apropiados los nombramientos para Secretario de la Energía, el de Interior (que gestiona la exploración minera y de hidrocarburos en las tierras federales) y la agencia medioambiental EPA. Los propuestos para encabezar cuatro departamentos sectoriales (Transportes, Agricultura, Trabajo y Asuntos de los Veteranos) son personas de gran solvencia política y profesional.
Los otros cinco propuestos son recién llegados a la política, pero tres de ellos tienen una gran experiencia en la dirección de grandes empresas multinacionales.
Entre los propuestos con experiencia política figuran tanto personas de la corriente central del Partido Republicano, como otros –en general más jóvenes- que proceden del movimiento Tea Party de 2010, hoy casi desaparecido. Esta circunstancia actuará en favor de la unidad del partido.
Lo que puede producir mayor inquietud del equipo ministerial es el círculo de leales, inexpertos y populistas del que Trump se ha rodeado en la Casa Blanca, empezando por Steve Bannon. En estos días desde la toma de posesión de Trump el 20 de enero, ya han provocado algún sonado estropicio, en el campo de la inmigración, con la primera orden ejecutiva –redactada por estas personas- que fue rápidamente paralizada por los tribunales.
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Pocos días después de la sorprendente victoria de Trump en las elecciones del 8 de noviembre, el presidente electo comenzó a hacer públicos los nombramientos que se dispone a realizar tras su toma de posesión el día 20 de enero de 2017. Como en todos los relevos, el equipo del presidente electo deberá cubrir cerca de 4.000 puestos, teniendo en cuenta no solo los propios departamentos ministeriales sino el elevado número (varios cientos) de agencias federales existentes que asumen importantes responsabilidades. Pero tan solo unas pocas docenas representarán la cúpula de su Administración, asumiendo rango de miembro del gabinete. De ellos, 21 deberán ser sometidos a la confirmación del Senado, a quienes indicaremos abajo con un asterisco *; quince de ellos son las cabezas de los 15 departamentos ministeriales. A diferencia de lo que sucede en Europa, los departamentos no cambian casi nunca su denominación, número, ni sus funciones.
El proceso de confirmación por el Senado pasará primero por el comité sectorial correspondiente (por ejemplo, el de asuntos judiciales para el llamado Fiscal General), a veces por un segundo e incluso tercer comité, pasando luego al pleno. En el pleno del Senado el Partido Republicano hará valer su mayoría actual (52 a 48), a menos que el propuesto suscite la oposición de varios senadores de la derecha. Este proceso arrancó tras la constitución del nuevo Senado a comienzos de enero 2017 pero se alargará varios meses, ya que no es un simple trámite sino una severa revisión de los propuestos por el nuevo presidente.
Durante la campaña Trump había actuado en todo momento como un candidato anti-sistema –un outsider– y, por tanto, buscó deliberadamente el enfrentamiento con el aparato del Partido Republicano, distanciándose de los miembros del Capitolio y de los dirigentes en anteriores Administraciones republicanas. Las más de las veces echó mano para su equipo de otros outsiders, totalmente inexpertos en la política federal y se temía que repitiera ese criterio al elegir a la cúpula de su gabinete.
Afortunadamente, Trump está integrando en su gabinete a una mayoría de personas del establishment republicano, con experiencia en sus respectivos campos y fuertes conexiones con el aparato del Partido, lo que suavizará bastante la hondísima división aún existente en esta formación política y aportará eficacia a la alta dirección de la Administración. Naturalmente, en las designaciones hay unas cuantas excepciones, que merecen otra valoración.
Las designaciones que se han ido anunciando apuntan a una extensa y profunda revisión y, probablemente, a un desmontaje de muchas de las medidas que ha adoptado Barack Obama. En particular, el aluvión normativo en todo tipo de campos de la política federal (medido en muchas decenas de miles de páginas de nuevos reglamentos) que se ha producido los pasados ocho años, será drásticamente recortado dando lugar a una amplia y saludable liberalización de la economía y de la sociedad. La sociedad civil recuperará mucho del protagonismo que le ha sido arrebatado por Obama en favor de diversos poderes públicos.
Nunca antes, el equipo ministerial de un Presidente de EE.UU. había comprendido un número tan elevado de personas con convicciones pro vida: 12 del total de los 30 altos cargos que estamos considerando en este informe. Durante la Presidencia de Obama no hubo ninguno, ni lo habría habido bajo Hillary Clinton.
[Nota posterior: Pinchando aquí podrá acceder al resumen de los cambios de altos directivos que tuvieron lugar a lo largo de 2017]
Vicepresidente.- Mike Pence.
Hasta ahora había sido Gobernador del Estado de Indiana, donde ha conseguido superávits presupuestarios y ha respaldado una ley de libertad religiosa (frente a las intransigencias del lobby LGTB). Antes, fue congresista en el Capitolio durante 12 años. Constituye un miembro de la corriente principal del Partido Republicano, con extensa experiencia y una personalidad equilibrada. Fue elegido por Trump unos meses antes de las elecciones, como contrapeso personal a sus excentricidades de outsider. Son conocidas sus convicciones pro vida. De forma más amplia, Pence forma parte de la corriente en el Partido Republicano conocida como “conservadores sociales”.
Los dos primeros cargos anunciados por Trump -una semana después de las elecciones-, se refirieron a la administración de la Casa Blanca, que comprende cerca de 2.000 empleados -la mayoría altamente cualificados, y permanentes- y cuya principal misión es asesorar al Presidente sobre las respectivas políticas y supervisar y evaluar la actuación de la Administración federal en los diversos campos.
El Jefe del Gabinete (Chief of Staff) es el primer responsable de esta maquinaria, y quien ahora estará ejerciendo más influencia en la selección de un centenar de segundos escalones.
Reince Priebus fue designado para este cargo.
Durante los anteriores cinco años Priebus había sido el presidente del Comité Nacional Republicano (la tercera cabeza más visible del establisment del partido, tras los líderes en ambas Cámaras legislativas), con quien Trump había tenido constantes roces durante toda la campaña, dada su actitud anti-establishment; su elección, por tanto, expresó el deseo de Trump de reconciliarse con el aparato del partido e incorporarlo a su Administración. Son conocidas las convicciones pro vida de Priebus.
Trump también designó como estratega en jefe (Chief Strategist) de la Casa Blanca a Steve Bannon.
Se trata de un cargo de relativa reciente creación y de responsabilidades un tanto difusas, como gran consejero (Senior Advisor) del Presidente. Steve Bannon ha sido el jefe del equipo de campaña de Trump, o sea, un leal. Profesionalmente, era el presidente de Breitbart News, un medio digital de ideología conservadora populista, y él tiene un carácter un tanto escandaloso y provocador.
Estos dos personajes simbolizan las dos almas de la nueva Administración: la tradicional y experimentada y el núcleo de leales a Trump, inexpertos y populistas. La primera de ellas está consiguiendo un peso mayoritario (en los departamentos ministeriales), mucho mayor del antes previsto.
Consejero de Seguridad Nacional (National Security Adviser).- Teniente General, retirado, Michael Flynn.
Este cargo y su oficina forman parte de la administración de la Casa Blanca (Executive Office of the President). Es el principal y directo asesor del presidente en seguridad nacional, quien además coordina a todas las –numerosas- organizaciones implicadas, como el Pentágono, la Agencia de Inteligencia Militar, la Agencia de Seguridad Nacional, la CIA, el Departamento de Seguridad Interior y muchas otras.
Michael Flynn es Teniente General retirado. Apoyó y asesoró a Trump desde casi el comienzo de las primarias.
Dirigió la Agencia de Inteligencia Militar bajo Barack Obama, quien le despidió. De hecho, hasta ahora, sus posicionamientos políticos siempre se habían inclinado a la izquierda. Incluso defendió la idea de Obama de facilitar la entrada de Rusia en la guerra civil de Siria lo que, desde luego, constituyó un disparate. Desempeñó varios puestos de mando operativos (en Irak y Afganistán) y en el sistema de inteligencia de EE.UU.
Desde la izquierda estadounidense se le critica por haber declarado cosas como que hoy en día el miedo a los musulmanes es racional. Esta, como cualquier otro breve pronunciamiento, requiere matizaciones pero su significado central es del todo acertado en las circunstancias del mundo actual. El New York Times le intentó descalificar por pensar que “el yihadismo islámico constituye un peligro existencial” para EE.UU., como si esto fuese discutible. En cualquier caso, varias de sus opiniones han levantado polémica, no solo en la izquierda.
Nota posterior.- Flynn dimitió de su cargo a mediados de febrero, a conocerse que había mantenido contactos con el Embajador ruso, mintiendo al Senado y al Vicepresidente Pence sobre este asunto.
A los pocos días, Trump nombró como nuevo Consejero de Seguridad Nacional al Teniente General McMaster (quien tampoco ha tenido que someterse a confirmación senatorial).
Tras la negativa de dos posibles sustitutos de Flynn a asumir el cargo ante la resistencia del aparato populista de la Casa Blanca (Steve Bannon) a permitirles que eligiesen a sus inmediatos subordinados, Trump finalmente ha cedido autorizando a McMaster la selección de los ejecutivos de más nivel.
McMaster es un militar en activo. En la primera guerra del Golfo dirigió una fuerza de carros de combate, mientras en la segunda sirvió en una unidad de contrainsurgencia (principalmente en Tal Afar) y como asesor del General Petraeus, entonces comandante en jefe de las fuerzas de EE.UU. en Irak. A McMaster se le considera un militar en sintonía con el nuevo Secretario de Defensa, Mattis. En la pasada década McMaster ha estado integrado en los centros militares responsables del diseño de la estrategia de las fuerzas armadas, siendo considerado un estratega.
Conforme al Wall Street Journal, el Ten. Gen. McMaster, “como el Gen. Mattis, han criticado con dureza (en el pasado) los casos en que el mando militar se ha embarcado en operaciones a instancias del poder político sin elaborar suficientemente la estrategia, los fines y los planes de contingencia”. Dicho de otra manera, no seguirán ciegamente los planes de un presidente sin considerar a fondo las circunstancias y los posibles resultados. Actitudes estas muy tranquilizadoras considerando la personalidad impulsiva y poco reflexiva del actual inquilino de la Casa Blanca.
Secretario de Defensa.- General de Marines, retirado, James Mattis *.
El Secretario dirige las Fuerzas Armadas de EE.UU., estimadas en unos 2 millones de militares, además de varios cientos de miles de contratistas civiles. El presupuesto del Pentágono (580.000 millones de dólares, para 2017), representa el 15% del gasto público federal.
James Mattis ingresó en los Marines en 1969. En 2003-2004 dirigió una división en Irak; antes había intervenido en la primera guerra del Golfo y en Afganistán. Finalmente, asumió la dirección del Comando Central de EE.UU. Es uno de los generales más prestigiosos de su generación. Ha calificado repetidamente a Irán “el mayor peligro para la paz en Oriente Medio”. Los enemigos exteriores de EE.UU. se lo pensarán dos veces antes de tantear a la nueva Administración, con Mattis en el Pentágono.
El congresista Demócrata en el Comité de las FF.AA. de la Cámara Baja, Adam Smith, expresó un “enorme respeto” por el general Mattis.
A este prestigioso militar se le conoce entre la tropa como “perro loco”, apelativo que no busca denigrarle, lo contrario, ya que goza de enorme prestigio en los cuarteles. Pero la prensa digital progre de España y en las redes sociales creyeron encontrar en esto un rotundo motivo para su total descalificación. No parece que la demagogia y la estupidez vayan a desaparecer del quehacer diario de la izquierda española.
Justo antes de la toma de posesión de Trump Mattis obtuvo el apoyo de 98 de los 100 senadores, lo que evidencia un casi unánime reconocimiento bipartidista y el acierto en la propuesta de Trump.
Secretario de Seguridad Interior (Department of Homeland Security).- General de Marines, retirado, John F. Kelly *.
Este departamento, creado tras el 11 de septiembre 2001, realiza funciones análogas a los ministerios del interior en otros países, antes desperdigadas en varias carteras. Sus tareas comprenden la lucha antiterrorista en el interior del país, el control de las fronteras (incluidas las aguas costeras, puertos y aeropuertos), el control de la inmigración, la protección civil ante desastres y ataques, etc. Su plantilla es de unos 240.000 empleados, la tercera más extensa de la Administración federal. Este departamento lleva a cabo sus tareas en colaboración con otros departamentos pero, muy especialmente, con el de Justicia (al que está adscrito el FBI).
El General retirado John Kelly ha servido en las FF.AA. más de 40 años, ganándose un amplio reconocimiento. Su confirmación por el Senado parece casi segura. Perdió a un hijo en combate en Afganistán.
Al haber sido jefe del Comando Sur, que se ocupa de América central y del Sur, conoce bien la situación en la frontera con Méjico y ha expresado su preocupación por los riesgos que implica para su país.
Kelly ha chocado con Obama respecto al papel de las mujeres en los puestos de combate en las Fuerzas Armadas –en lo que Obama finalmente dio el discutible paso de abrir todos esos puestos a las mujeres- y al proyecto del Presidente de cerrar el centro de internamiento en Guantánamo (lo que Obama no ha conseguido hacer).
La puesta en práctica de la política de Trump hacia los inmigrantes ilegales, será una de las tareas de más dificultad de este puesto, a menos que el nuevo Presidente dulcifique sus postulados de campaña. Evitar un nuevo gran atentado terrorista en EE.UU. seguirá siendo una prioridad de este Departamento, como siempre; durante los pasados 15 años, bajo diversas Administraciones, lo ha conseguido, a pesar de producirse constantes intentos.
Justo antes de la toma de posesión de Trump votaron por la confirmación de Kelly 88 de los 100 senadores: 52 republicanos y 36 demócratas. Un muy sólido respaldo bipartidista, imposible de conseguir por alguien que no fuese idóneo para el puesto.
Director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).- Michael Pompeo*.
La CIA es una agencia federal independiente, al responder directamente al Presidente, aunque no esté integrada en la administración de la Casa Blanca.
Pompeo es congresista en la Cámara Baja por Kansas, desde hace seis años. Llegó al Capitolio en 2010 con el movimiento Tea Party, centrando luego sus posiciones. En su juventud fue militar, graduándose en West Point y siendo destinado a Berlín y a la guerra del Golfo. Son conocidas sus decididas convicciones pro vida.
En la Cámara de Representantes trabajó en los subcomités sobre la CIA, sobre el sistema de inteligencia, el de energía y otros varios.
Se espera que dé un giro al modo de operar de la CIA. Se opuso con dureza al acuerdo nuclear con Irán, que ahora tratará de reformar o de aplicarlo de un modo muy restrictivo. Es partidario del mantenimiento del centro de Guantánamo.
Pompeo ha criticado las políticas de cambio climático de Obama, calificándolas de radicales y contraproducentes para la economía y la seguridad de EE.UU. Durante la época de Obama la CIA también fue arrastrada a esta obsesión.
La confirmación se produjo en los días siguientes a la toma de posesión de Trump. El voto fue 66-32; le apoyaron 14 demócratas.
Secretario de Estado (Ministro de asuntos exteriores).- Rex Tillerson *.
La designación de este alto cargo es una de las que más tiempo ha llevado al nuevo Presidente. Rex Tillerson ha sido hasta ahora el consejero delegado de la petrolera Exxon Mobil y por dicho motivo ha mantenido numerosas negociaciones con multitud de gobernantes extranjeros del más alto nivel. Pero esta ventaja podría convertirse en una grave dificultad, ya que el Presidente ruso Vladimir Putin es uno de los dirigentes con el que ha cerrado muy importantes acuerdos energéticos.
No solo los senadores demócratas, sino también varios republicanos de peso (McCain, Marco Rubio y otro más) han expresado su preocupación por dicha relación, augurando un exigente proceso de confirmación en el Senado.
Sin embargo, tres destacados ex dirigentes de la Administración Bush hijo (la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, el Secretario de Defensa Bob Gates y el Consejero de Seguridad Nacional Stephen Hadley) han abogado en favor de Tillerson.
Nadie cuestiona sus habilidades empresariales. No obstante, en Exxon Mobil Tillerson introdujo unas ciertas medidas en base a la consideración del cambio climático como un serio problema mundial, lo que para algunos significa una actitud claudicante ante el movimiento ecologista, que podría repetirse en el Departamento de Estado.
El Partido Demócrata ha anunciado que se opondrá fuertemente a su confirmación por el Senado.
El Fiscal General (esto es, el Ministro de Justicia), dirige el Departamento de Justicia que comprende, entre otras agencias, el FBI. Jeff Sessions *.
Sessions es senador desde hace veinte años. Entre otros, ha ocupado puestos en la dirección de los comités de asuntos judiciales y militares del Senado. Hace muchos años, fue fiscal.
En general se ha alineado con el ala más conservadora de los republicanos y fue el primer senador en apoyar a Trump. Hace décadas, en los 80s, se le acusó de racismo, sin conocerse ningún incidente posterior.
Sessions mantiene desde hace tiempo una postura muy dura con respecto a la inmigración ilegal en Estados Unidos. El Departamento de Justicia interviene constantemente en estos asuntos.
Hace años, se opuso a un intento bipartidista de llevar a cabo una reforma general de la normativa sobre inmigración, reforma que fracasó. Aducía que el proyecto concedería una amnistía a los inmigrantes ilegales.
Su designación ha sido respaldada por el máximo dirigente del Senado, Mitch McConnell (Repub.). Son conocidas sus convicciones pro vida.
El Partido Demócrata ha anunciado que se opondrá fuertemente a su confirmación por el Senado.
Embajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas.- Nikki Haley *.
Desde hace seis años es la Gobernadora de Carolina del Sur. Emergió con el movimiento Tea Party en 2010, integrándose luego en la corriente central del Partido Republicano, siendo una de sus estrellas ascendentes. Durante la campaña electoral, se opuso públicamente a Trump. No tiene otra experiencia internacional que las relaciones con las muchas multinacionales extranjeras instaladas en su Estado. Es contraria al acuerdo nuclear con Irán. Será la primera Secretaria hija de emigrantes indios. Son conocidas sus convicciones pro vida.
Nikki Haley ha sido confirmada por una amplísima votación en el Senado: 96 – 4, pocos días después del traspaso de poder.
Secretario de Energía.- Rick Perry *.
Este departamento, además de diseñar la política energética nacional –que ha estado y va a continuar en el centro mismo del debate político nacional- y dirigir la investigación tecnológica pública para la energía, es responsable de la conservación del arsenal nuclear de EE.UU. –a lo que destina la mitad de su presupuesto- y de tratar de prevenir la proliferación internacional. También fija las normas técnicas para casi todos los electrodomésticos vendidos en el país.
Rick Perry fue Gobernador de Tejas durante catorce años, hasta recientemente (2014). Tejas ha sido siempre el Estado con mayor producción de petróleo y gas natural. Desde 2015 Perry ha sido consejero de una gran compañía petrolera tejana (Energy Transfer Partners), que está impulsando el oleoducto Dakota Access, bajo ataque de los ecologistas, que han instrumentalizado a una tribu de indios Sioux. Perry es un firme republicano tradicional, que comparte la postura de este partido en favor del desarrollo de los hidrocarburos, aunque también ha impulsado la energía eólica en Tejas. Como gran parte de los republicanos, Perry cuestiona la urgencia y relevancia de las políticas contra el cambio climático.
Como Gobernador de Tejas impulsó una ley estatal fijando nuevos requisitos para la práctica del aborto (que el Tribunal Supremo revocó a finales de 2016), así como legislación en favor de los inmigrantes, incluso ilegales.
Agencia de Protección Medioambiental (EPA – Environmental Protection Agency).- Scott Pruitt *.
La EPA es una agencia federal independiente, al depender directamente del Presidente, aunque no esté integrada en la administración de la Casa Blanca.
Obama la ha utilizado como el principal peón de brega para llevar a cabo la política medioambiental más extremista que jamás se ha aplicado en EE.UU., relegando los intereses de trabajadores, empresas industriales y mineras, agricultores, ganaderos y otros varios sectores de la sociedad, lo que ha provocado un rechazo generalizado hacia esta agencia. El personal de la EPA está altamente politizado y ha actuado a diario en connivencia con los activistas del ecologismo radical, sin apenas guardar las apariencias.
Durante seis años Scott Pruitt ha sido el Fiscal General (FG), esta vez en sentido estricto, del Estado de Oklahoma, que es uno de los principales productores de hidrocarburos. A lo largo de este periodo Pruitt ha sido uno de los más activos litigantes contra los abusos y extralimitaciones de la EPA, que ahora dirigirá. Junto con los FGs de otros 23 Estados, Pruitt ha conseguido parar en los tribunales –de momento- la principal medida de Obama: el llamado plan de la electricidad limpia (Clean Power Plan), base esencial de la política contra el cambio climático del Presidente Obama.
La designación de Scott Pruitt al frente de la EPA ha provocado consternación y depresiones entre los empleados de la agencia, y en toda la izquierda radical de EE.UU. (los liberals). Por otro lado, al ir a ser dirigida por un jurista profesional es muy previsible que la EPA regrese al respeto de las leyes, de las que se ha apartado con mucha frecuencia en los ocho últimos años. Pruitt supone una excelente propuesta para dar un gran giro a esta politizada y autoritaria agencia, que es intensamente criticada por la mitad de la población.
Es de suponer que la EPA recupere en adelante su misión original de proteger el agua y el aire de ser contaminados, sin ser empleados estos cometidos como excusa para las políticas climáticas que están causando enormes pérdidas económicas (que la nueva Administración podrá cuantificar) y perjudicando la competitividad de la primera economía del mundo. Scott Pruitt es conocido por sus convicciones pro vida.
El Partido Demócrata ha anunciado que se opondrá fuertemente a su confirmación por el Senado, pero es muy improbable que consigan evitarla.
Secretario del Interior.- Ryan Zinke *.
Este departamento no se ocupa en modo alguno de las funciones de orden público. Sus principales áreas de responsabilidad son las siguientes: administrar y conservar las tierras de titularidad federal (unos 2 millones km², una quinta parte de la superficie del país, y cuatro veces la de España) y las aguas marinas de la zona económica exclusiva de EE.UU. (11,3 millones km2). Administra los parques nacionales. Específicamente, gestiona las concesiones para la exploración y explotación de hidrocarburos en las aguas territoriales y en las tierras federales, a las que Obama ha introducido un sinnúmero de restricciones que seguramente van a ser retiradas o muy suavizadas por la nueva Administración. Este departamento también se ocupa de las cuestiones de los pueblos y naciones indígenas.
Ryan Zinke es diputado de la Cámara Baja por Montana desde hace un par de años, donde se ha ocupado de los asuntos de la energía y la minería. Antes fue miembro del Senado de Montana. Durante más de veinte años Zinke perteneció a las fuerzas especiales Navy SEALS, combatiendo en Irak.
Su designación apunta a la determinación de abrir más las tierras y aguas federales a la explotación de hidrocarburos y minerales, pero Zinke se opone a la venta de esas tierras a los Estados. Zinke apoyó el oleoducto Keystone XL (que transportaría crudo de las arenas bituminosas de Canadá y que ha sido uno de los principales caballos de batalla de los ecologistas) que Obama finalmente vetó, pero que la nueva Administración va a retomar con toda seguridad. Zinke es moderadamente pro vida.
Secretario del Tesoro (equivalente a un Ministro de Economía).- Steve Mnuchin *.
Este puesto es clave para la futura política económica de EE.UU. y, nadie lo ignora, el elegido por Trump de entrada carece de los atributos que se supone para tan alta responsabilidad. Mnuchin es, básicamente, un leal a Trump (dirigió su campaña de captación de donativos), con experiencia como banquero en Wall Street pero lejos de las materias de política que ahora tendrá que dirigir. Este departamento cuenta con una alta profesionalización de su personal, pero la dirección sin duda flojeará, al menos al principio. Un mal paso. Viendo lo positivo, Mnuchin coloca la consecución del crecimiento económico como su principal obligación y, además, ha insistido en la necesidad de rebajar el tipo impositivo para las sociedades que, al 35% actual, es uno de los más elevados del mundo desarrollado. Al parecer, es partidario de la liberalización comercial internacional pero apenas cuenta con competencias en ese terreno. La reforma de la fiscalidad de sociedades y la relajación de la legislación del sector financiero que introdujo Obama tras la crisis (la ley Dodd-Frank) serán sus prioridades. También deberá determinar si China practica la depreciación de su moneda, para favorecer abusivamente la exportación de sus productos, como acusó Trump en la campaña electoral.
El Partido Demócrata ha anunciado que se opondrá fuertemente a su confirmación por el Senado.
Secretario de Comercio.- Wilbur Rose *.
Este departamento asume gran parte de las funciones habituales de un ministerio de comercio (salvo las negociaciones comerciales internacionales), pero también las correspondientes a un ministerio de desarrollo económico, en busca de la creación de empleos y la mejora de la competitividad. De manera más general, actúa de portavoz privilegiado del mundo empresarial ante el resto de la Administración federal. Lleva asimismo las relaciones comerciales bilaterales con terceros países, la propiedad intelectual, la normalización, etc.
Willbur Ross, como el futuro Secretario del Tesoro, es un leal a Trump y también ha sido banquero. En conjunto, las políticas económica y comercial no han ido a parar a manos expertas.
Históricamente el Departamento de Comercio ha sido terreno abonado para los favores a las empresas con contactos adecuados (programas de subvenciones a determinadas empresas, etc.) y probablemente esto no vaya a cambiar. Trump es partidario de una menor intervención pública en la economía, pero en el terreno comercial parece que ha buscado otro enfoque, poco acertado.
Representante para el Comercio (para las negociaciones comerciales internacionales. U.S. Trade Representative – USTR).- Robert E. Lighthizer *
Su oficina es una agencia federal, que forma parte de la administración de la Casa Blanca (Executive Office of the President).
A finales de los 80s, bajo Ronald Reagan, Lighthizer fue Representante Adjunto para el Comercio. En las décadas posteriores ha sido socio de importantes bufetes de abogados en Washington DC, centrándose en las tradicionales disputas comerciales de firmas estadounidenses con Estados extranjeros, así como en asesoramiento a grandes compañías de ese país.
Los acuerdos comerciales internacionales han sido uno de los blancos constantes de las críticas de Trump durante la larga campaña electoral, culpándolos del descenso del empleo industrial en EE.UU.
La elección de Lighthizer augura una posición comercial dura frente a China.
Es probable que Lighthizer no promueva nuevas negociaciones comerciales, al menos al comienzo, pero habrá de dar una solución al acuerdo de libre comercio TPP (Trans Pacific Partnership) ya firmado por la Administración Obama, que tratará de reformar; este acuerdo comprende a EE.UU. y once otros países de la cuenca del Pacífico (asiáticos, hispanoamericanos y Australia) pero no China. También habrá de retomar las negociaciones en curso con la UE para el acuerdo TTIP; tras un endurecimiento de las demandas de EE.UU. es posible que se cierre el acuerdo, ya que la preocupación de Trump es la huida de puestos de trabajo hacia las economías emergentes. Más adelante, la nueva Administración podría acometer nuevas negociaciones comerciales, pero puramente bilaterales, no con grupos de países.
Según declaraciones de miembros del equipo de Trump, es probable que el designado Secretario de Comercio, Wilbur Rose, vaya a jugar en adelante un papel en dirigir las negociaciones comerciales internacionales, juntamente con Lighthizer, a diferencia de lo que ha venido sucediendo en anteriores Administraciones.
Es de esperar que Trump no cumpla sus promesas de campaña de entablar guerras comerciales en sentido estricto con China, Méjico y otras economías emergentes, limitándose a ejercer presión sobre ellos, obtener nuevos beneficios comerciales y escaramuzas de alcance limitado (mediante imposición de derechos antidumping, etc.).
Secretaria de Educación.- Betsy DeVos *.
La gestión de los centros de enseñanza corresponde enteramente a los Estados y autoridades locales (durante toda la historia de este país), por lo que el departamento federal se centra en definir políticas y conceder subvenciones para respaldar sus programas. Su personal es el más reducido de todos los departamentos federales: unos 4.500.
Obama que, de candidato, proclamó su interés bipartidista por la reforma educativa, luego ha dificultado la libre elección de centros de enseñanza alternativos a los públicos, incluso los centros públicos (charter schools) de primaria y secundaria no enteramente controlados por los sindicatos de profesores, que están altamente ideologizados hacia la izquierda. Además, ha instigado guerras culturales en las aulas y ha insistido en introducir la ideología de género en el sistema educativo con más intensidad que nunca, al tiempo que ha invadido –de modo informal, pero efectivo- las prerrogativas de los Estados, y ha politizado los complejos problemas educativos.
Betsy DeVos, una adinerada filántropo (ha donado más de 20 millones de dólares para la educación de niños de familias de bajos recursos y para un hospital pediátrico) y activista conservadora, es firme partidaria del sistema de cheques (vouchers) educativos, que Obama rechazó de plano; esta medida favorecería la expansión de los colegios privados y religiosos. Su designación ha levantado la ira de los sindicatos de profesores. Muy probablemente, la Sra. DeVos reducirá la intromisión federal en la educación, reconociendo plenamente las competencias de los Estados, dejándoles margen para que busquen sus propias soluciones (a lo que en EE.UU. se denomina el federalismo en la educación) sin tanta receta uniforme cocinada en Washington. En EE.UU., como se ve, la situación en este campo es la inversa de la existente en España. Betsy DeVos es de convicciones pro vida.
El Partido Demócrata ha anunciado que se opondrá fuertemente a su confirmación por el Senado.
Secretario de Trabajo.- Andrew Puzder *.
Andrew Puzder es ahora el consejero delegado (CEO) de la cadena de comida rápida CKE, que emplea a 75.000 trabajadores en EE.UU.
El escasísimo avance durante los pasados diez años de los sueldos medios de los empleados en posiciones medias y bajas ha sido uno de los motivos decisivos de la revuelta social que ha acabado en la elección de Trump. En ocho años Obama no obtuvo prácticamente ningún resultado en este terreno, llevando a cabo una multiplicación de la normativa laboral y apoyando las prerrogativas de los sindicatos. Es lógico que ahora vaya a ensayarse otra política, que Puzder personifica muy bien.
Históricamente Estados Unidos adoptó un sistema económico y laboral diferente al europeo, con un desarrollo del estado del bienestar muy inferior al europeo. La menor protección legal de los empleados es compensada por una creación de empleos mucho más intensa que en Europa –desde la Segunda Guerra Mundial-, que cada año atrae a millones de extranjeros. La movilidad laboral, incluso vertical, es muy superior a la existente en Europa. Muy a menudo, como en el final de 2016, la economía se encuentra casi en pleno empleo: la tasa de desempleo en noviembre ha sido del 4,6%.
Los republicanos –y Puzder- son partidarios de un salario mínimo reducido, aunque Trump ha expresado una postura más próxima a los demócratas quienes propugnan la cifra de 15 dólares por hora para todo el país.
Los sindicatos, que en 2015 solo agrupaban al 6,7% de la fuerza laboral y que por tanto solo representan a una pequeñísima parte de la misma –aunque insistan en presentarse como representantes de la totalidad-, van a ver recortados las múltiples facultades y facilidades que Obama les ha concedido durante sus dos mandatos.
La tasa de actividad laboral –que bajo Obama no ha dejado de disminuir, del 66% en 2009 al 62,8% en la actualidad, reducción que equivale a 8 millones de personas- es muy previsible que se recupere y que personas que hoy no encuentran trabajos a tiempo completo, lo consigan en los próximos años.
El objetivo del Partido Republicano y de Puzder es impulsar un crecimiento económico lo suficientemente intenso (en torno al 4%, de forma sostenida) para que se puedan elevar los salarios medios del conjunto de los trabajadores, lo que requiere entre otras cosas, más flexibilidad laboral y más emigración legal (como viene repitiendo Andrew Puzder).
El Departamento de Trabajo, entre otros varios, interviene en la regulación y control de la inmigración.
El Partido Demócrata ha anunciado que se opondrá fuertemente a su confirmación por el Senado.
Nota posterior: Finalmente, Andrew Puzder se retiró a mediados de febrero al darse a conocer un maltrato a su ex-esposa hace un par de décadas; varios senadores republicanos le retiraron su apoyo y la Casa Blanca no le respaldó.
En su lugar, la Casa Blanca propuso enseguida a un hispano, Alexander Acosta*, hijo de emigrantes cubanos. Acosta cuenta con mucha experiencia en la Administración federal. Fue miembro del Consejo Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, en inglés), luego dirigió la división de derechos civiles del Departamento de Justicia (en calidad de viceministro) y, bajo George Bush, fue fiscal del principal tribunal federal de distrito de Florida. En la actualidad es decano de la facultad de derecho de la Universidad Internacional de Florida. Acosta es un republicano convencional y, por otro lado, ya ganó la confirmación del Senado para anteriores nombramientos, lo que augura un proceso sin sobresaltos. Alexander Acosta para Secretario de Trabajo es una excelente propuesta.
Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano (Department of Housing and Urban Development) .- Ben Carson *.
Fue un prestigioso neurocirujano (hecho a sí mismo, procedente de una familia muy humilde, que recibía ayuda alimentaria pública) y precandidato a estas elecciones presidenciales, rival por tanto de Trump; es una persona de estilo pausado que no esconde sus verdaderas opiniones. Nunca ha desempeñado un cargo público. Su inexperiencia en el sector –salvo en las facetas sanitarias del urbanismo- ha sido criticada. Es el único dirigente de raza negra en el futuro equipo de Trump. Se le sitúa como un “conservador social”, preocupado especialmente por cuestiones tales como la familia tradicional, la ideología de género, el feminismo, la religión en la vida diaria, etc. Son conocidas sus convicciones pro vida.
La rehabilitación de muchos centros urbanos degradados será una de sus principales preocupaciones. Por otro lado, los actuales programas de este departamento dan ayuda a 5 millones de arrendatarios en el pago de sus alquileres. El colectivo LGTB ha expresado el temor a que Carson ponga fin a las imposiciones que Obama introdujo en 2010 a los propietarios privados de viviendas en alquiler en favor de aquel colectivo, cuyos componentes apenas pueden ser rechazados en una negociación, ante la amenaza de que el propietario sea procesado. Carson ha declarado que este tipo de políticas suponen “un ataque a los derechos de los americanos”; ya se dijo que no oculta sus convicciones.
Secretario de Sanidad y Servicios Sociales (Department of Health and Human Services, HHS).- Tom Price *.
Tom Prince es médico y ejerció como cirujano. Durante doce años ha sido congresista, habiendo ocupado puestos de responsabilidad en numerosos comités de la Cámara de Representantes, varias veces la presidencia del Subcomité de Sanidad (Health).
En la actualidad es presidente del Comité de Presupuestos y miembro del Comité que controla el gasto (Ways and Means), lo que está estrechamente vinculado a la reforma sanitaria.
Tom Price elaboró hace un par de años un proyecto de reforma del Obamacare, que no prosperó. Durante 2016 intervino en la elaboración de la propuesta sanitaria de los congresistas republicanos de cara a las elecciones presidenciales (que no era muy detallada), que ahora servirá de orientación para la reforma que se va a acometer.
Price es consciente que la reestructuración de los sistemas sanitarios públicos debería ser aprobada en estos dos primeros años –preferiblemente en 2017-, cuando los republicanos tienen mayoría en ambas Cámaras del Capitolio. Tras las elecciones de mitad de mandato de 2018, nadie sabe aún qué puede suceder.
Price es un “conservador social”, partidario de ampliar la libertad religiosa (frente a las exigencias del lobby LGTB) y de eliminar la obligatoriedad de practicar abortos dentro del programa sanitario Obamacare.
El Partido Demócrata ha anunciado que se opondrá fuertemente a su confirmación por el Senado.
Secretaria de Transportes.- Elaine L. Chao *.
La Sra. Chao nació en Taiwan, en una familia de muy pocos recursos y emigró a EE.UU. a mediados del pasado siglo. En los 90s fue Secretaria Adjunta de Transportes, con George Bush padre. A comienzos de este siglo fue Secretaria de Trabajo durante los ocho años de Presidencia de George Bush hijo. La señora Chao es, por tanto, una experimentada gestora y política.
Durante la campaña Trump se apartó totalmente de la postura tradicional de los republicanos al anunciar su firme propósito de adoptar un amplísimo plan de inversiones públicas en infraestructuras (principalmente de transportes) por un importe total de un billón (español) de dólares, a lo largo de diez años. Se construirían o ampliarían carreteras, puentes, puertos, ferrocarriles, pero también infraestructuras de suministro de agua, redes eléctricas y otras.
Su plan no se financiaría al modo europeo, enteramente con fondos públicos, sino principalmente mediante inversiones privadas alentadas por un sistema de estímulos fiscales a las empresas constructoras, esto es, empleando colaboraciones públicos – privadas (PPPs) a gran escala.
Según lo previsto, la elevada pérdida de ingresos fiscales federales derivada de los estímulos se compensaría con la mayor recaudación proveniente del mayor crecimiento económico general que daría lugar el plan, limitando a una pequeña cuantía el déficit público que generaría.
El Partido Republicano no ha promovido sino que se ha opuesto a este tipo de grandes planes de inversión en las recientes décadas, desde que Eisenhower expandió decisivamente el sistema nacional de autovías (Interstate highways) en la segunda mitad de los 50s. No obstante, es casi seguro que los congresistas republicanos acabarán aceptando un plan de este tipo a cambio del respaldo presidencial a sus propuestas en otros campos.
Fue confirmada por el Senado a final de enero, por un amplio voto bipartidista de 93 a 6.
Secretario de Agricultura.- Sonny Perdue*
Sonny Perdue fue Gobernador de Georgia durante dos mandatos, a comienzos del presente siglo. Se crió en una granja y obtuvo un doctorado en veterinaria.
Este departamento se encarga de impulsar y aplicar las leyes federales referentes a la agricultura, la ganadería, la alimentación y los asuntos forestales. Actúa en colaboración con el sector agrario y fomenta el comercio internacional de dichos productos. También se ocupa de la seguridad alimentaria y del desarrollo rural.
La gran mayoría de su presupuesto se destina al Programa de Asistencia Nutricional Suplementario (Supplemental Nutrition Assistance Program que antes se denominaba el programa de los Sellos Alimentarios – Food Stamps), dirigido a las personas con bajos o nulos ingresos, que suponen unos 45 millones de ciudadanos. Como puede verse, constituye un elemento importante de las redes de asistencia social del país.
Como es sabido, el propósito de este departamento de fomentar una alimentación sana entre el conjunto de la población viene fracasando desde por lo menos la segunda guerra mundial.
Los sectores agrícola y ganadero están haciendo frente a las consecuencias de tres grandes cosechas consecutivas, que han elevado los stocks y recortado los precios a casi la mitad, poniendo en dificultad a muchos campesinos y ganaderos. La postura proteccionista del nuevo presidente seguramente perjudicará la ampliación de los mercados exteriores de los que depende mucho el futuro de estos sectores.
Como gobernador, Perdue impulsó varias medidas pro vida.
Secretario de Asuntos de los Veteranos.- David Shulkin *
El Dr. Shulkin es actualmente Vicesecretario del departamento (su número dos) y jefe del sistema médico, que constituye el núcleo de este ministerio; previamente trabajó en el sector sanitario privado. El Dr. Shulkin no es un veterano de guerra, a diferencia de los anteriores secretarios de este departamento.
El Departamento de Asuntos de los Veteranos es el que suele ocupar el segundo lugar en cuanto al número de sus empleados, con unos 250.000, debido a la extensa red de hospitales y otros centros médicos públicos (que ascienden a 1.234, en número) que atienden directamente a unos 20 millones de veteranos y sus familiares, constituyendo la mayor organización de sanidad pública del país.
En 2014 se desató un escándalo en torno a este departamento por excesivo tiempo de espera y algunos fallecimientos que pudieran estar relacionados, así como su ocultación sistemática por la dirección. De todos modos, una plantilla tan amplia ha ocasionado disfunciones y grandes problemas de administración de tiempo en tiempo, en varias Administraciones.
El nuevo secretario, además de reformar el funcionamiento del departamento, deberá llevar a cabo el compromiso de Trump de incrementar el gasto para la atención médica a los veteranos.
Administración para las Pequeñas y Medianas Empresas (Small Business Administration – SBA).- Administradora Linda McMahon *.
La SBA es una agencia federal independiente, al depender directamente del Presidente, aunque no esté integrada en la administración de la Casa Blanca.
La Sra. McMahon no forma parte del establishment republicano, ni tiene experiencia política previa, habiendo sido cofundadora de una compañía que ahora cotiza en bolsa, para la promoción de eventos deportivos en el ámbito internacional.
Director del Consejo de Consejeros Económicos (Council of Economic Advisers) de la Casa Blanca.- * En la fecha de publicación de esta entrada nadie había sido propuesto para este cargo, todavía.
Este Consejo forma parte de la Executive Office del Presidente. Su función es proporcionar asesoramiento al Presidente para la formulación de la política económica tanto en el ámbito nacional como internacional.
Presidente de la Oficina de Administración y Presupuestos (Management and Budget Office. MBO) de la Casa Blanca.- Mick Mulvaney *.
La MBO es el mayor componente de la Executive Office del Presidente, preparando la propuesta presidencial para el presupuesto federal (que sigue un complicado y largo proceso en el Capitolio), al tiempo que evalúa la calidad de la actuación de las diversas agencias federales, sus políticas y coordina las iniciativas que implican a múltiples agencias.
Mick Mulvaney es lo que se denomina un “conservador fiscal”, esto es, un político que concede prioridad al control del déficit público, evaluando críticamente las políticas de los diversos departamentos desde esta óptica.
Mulvaney fue elegido a la Cámara de Representantes en 2010, como parte del movimiento Tea Party, habiéndose mantenido en posiciones rígidas hasta la actualidad. Su visión seguramente chocará con algunas de las iniciativas de Trump, como el plan de inversiones en infraestructuras. En el último año, ha incidido frecuentemente en la necesidad de poner coto al gran aumento de la deuda pública de EE.UU. durante la Administración Obama.
En el recuento de la llamada diversidad, el Gabinete propuesto por Trump (hasta este momento) se diferencia en realidad bastante menos de lo que se ha publicado al compararlo con la última Administración Obama (constituida en enero de 2013). En el gabinete de Trump hay 4 mujeres (6 en el de Obama). Una de las actuales Secretarias es hija de emigrantes hindús y otra es emigrante de Taiwan. Hombres negros hay uno (frente a 3 con Obama). En la Administración Trump hay un hombre hispano (igual que con Obama). En la actual propuesta habrá 14 hombres blancos, frente a 10 con Obama. ¿Se llegará establecer cuotas obligatorias, también en esto?
El equipo de la Casa Blanca de Trump
Ninguno de los cargos que me mencionan a continuación necesita confirmación del Senado.
Normalmente, los presidentes han colocado en una posición preeminente sobre todos sus demás consejeros a su jefe de gabinete (Chief of Staff). En este caso el elegido, como ya dijimos, es Reince Priebus, un miembro muy destacado del establishment del Partido Republicano: alguien experimentado y de posiciones centristas dentro del partido.
Pero Trump, en la práctica, ha colocado a dos de sus principales asesores de campaña en cargos de equivalente autoridad a la de Priebus: Stephen Bannon, un populista de características preocupantes, como Estratega Principal y Kellyanne Conway como Consejera del Presidente. Conway ha intervenido en las campañas de media docena de congresistas republicanos en los últimos quince años y tiene una estrecha relación política con el actual Vicepresidente Mike Pence, lo que resulta tranquilizador.
Parece que Trump desea que los tres responsables mencionados operen como un triunvirato –apoyándose en la opinión de uno u otro en cada ocasión, dirimiendo sus diferencias-, pero el riesgo de que esto intensifique las luchas intestinas y la descoordinación dentro de la Casa Blanca es considerable.
Sean Spicer, el nuevo Secretario de Prensa de la Casa Blanca, es un veterano miembro del Comité Nacional Republicano (CNR) -del que fue director de comunicaciones durante seis años- y, por tanto, un insider, con experiencia.
Jared Kushner, yerno de Trump y uno de los estrategas de su campaña, es un fiel, inexperto, de quien poco más puede decirse todavía.
Stephen Miller, el Asesor Político Principal (Senior Policy Adviser), tiene de jefe a Jared Kushner. Durante una década participó en las campañas de congresistas y senadores, actuando luego como ayudante de varios de ellos; recientemente, ha colaborado con el senador Jeff Sessions, que está propuesto como Fiscal General. Según Los Angeles Times, Miller ha sido uno de los artífices de la controvertida orden ejecutiva de Trump para limitar la entrada de inmigrantes y refugiados de una serie de países de Oriente Medio y África. Stephen Bannon también intervino en la preparación de esta medida de inmigración. Va a resultarle difícil a Miller enmendar su hoja de servicios abierta con dicha orden ejecutiva.
Donald McGahn, es el nuevo Consejero de la Casa Blanca. Durante nueve años fue consejero del grupo parlamentario republicano, siendo luego elegido por Bush miembro de la Comisión Electoral Federal. Durante 2016 intervino en la campaña de Trump.
Es conveniente recordar que incorporar a la Casa Blanca a miembros de las campañas de un nuevo presidente no es nada inusual, aunque Trump lo haya practicado más de lo normal.
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