El profesor Anastasios Tsonis, de la Universidad de Wisconsin, ha declarado: “No creo en las teorías catastrofistas. El calentamiento producido por el hombre (con las emisiones de CO2) se ve compensado por ciclos naturales (como el de los océanos)”.
Mitad oriental de Estados Unidos
El invierno que finalizó hace un par de semanas ha sido particularmente severo no sólo en España y en la mayoría de Europa (en Hamburgo se registraron -22ºC, el frío mas intenso desde 1965), sino en prácticamente todo el hemisferio Norte. En algunos momentos, más del 55% de todo el territorio de Estados Unidos (que son 8 millones de kilómetros cuadrados, sin contar Alaska) ha estado cubierto de nieve (4,4 mill. km2), lo que no sucedía desde hacía varias décadas. Burlington (la mayor ciudad del estado de Vermont) quedó prácticamente sepultada bajo 80 centímetros de nieve caída durante un fin de semana, la precipitación más intensa desde 1969.
En un lugar tan al sur como Cuba, donde en enero las temperaturas permiten a menudo el baño en sus playas, este mes de enero ha registrado algunas máximas diarias de 5º.
En Gran Bretaña este ha sido el invierno más frío desde 1978/79, según la BBC; en Escocia se registraron -22ºC. A principios de enero gran parte de las islas británicas estuvieron cubiertas de nieve, a pesar del recurrente pronóstico de los alarmistas climáticos de que los niños británicos crecerían sin ver caer nieve en su país.
En muchas partes de Siberia las temperaturas se acercaron a las mínimas de varias décadas y, según el diario The Times del 5 de enero, en el nordeste de China los episodios de frío han sido los peores en más de 50 años; en el norte, se registraron -32ºC. Peking soportó nevadas de hasta 16 cm., las mas intensas desde 1957, y se alcanzaron -16ºC. Seúl, la capital de Corea del Sur, padeció la mayor nevada desde 1937: 25 centímetros.
Los partidarios del calentamiento global han aducido que los episodios de frío y nieve en el hemisferio Norte este invierno no constituyen mas que un suceso puntual sin ninguna significación y que sus predicciones sobre el calentamiento global siguen plenamente vigentes; esto es, la atmósfera continuará calentándose en los próximos años y décadas en tanto la actividad humana siga emitiendo importante cantidades de CO2.
No obstante, diversos científicos vienen advirtiendo que probablemente el clima mundial esté entrando en un periodo de enfriamiento que podría durar una o dos décadas. Sus efectos, nada alarmantes, supondrían una pequeña reducción con respecto a las temperaturas de las décadas recientes.
La causa de este enfriamiento serían los cambios cíclicos que se producen en las grandes corrientes oceánicas (principalmente en el Atlántico y el Pacífico), que lograrían contrarrestar la tendencia al calentamiento ocasionado por las emisiones de CO2.
En definitiva estos científicos, que en su mayoría no son escépticos respecto al cambio climático, consideran erróneo interpretar que el clima mundial esté en la actualidad dominado por completo por los efectos de las emisiones de CO2, despreciando factores naturales que vienen operando desde hace milenios, como las denominadas Oscilaciones multi-decadales (MDO, en sus siglas en inglés) del Atlántico y del Pacífico.
Entre estos científicos destaca Mojib Latif que dirige un equipo de investigadores en el renombrado Instituto Leibniz de Ciencias Marinas de la Universidad alemana de Kiel. Durante 20 años ha colaborado con el IPCC de Naciones Unidas sobre el cambio climático.
El profesor Latif no solo discrepa de las predicciones convencionales sobre el futuro del clima, sino también sobre su evolución pasada. En opinión de Latif, buena parte del calentamiento producido de 1980 a principios de este siglo (unos 20 años) se debió también a los efectos de las corrientes oceánicas que, en dicho periodo, favorecían la elevación de la temperatura de la atmósfera; lo cual contradice la interpretación convencional sobre el origen humano (antropogénico) de la casi totalidad de dicho proceso de calentamiento global.
A comienzos de septiembre de 2009 el profesor Latif expuso sus análisis a los 1.500 especialistas asistentes a la Conferencia Mundial sobre el Clima, de Naciones Unidas, en Ginebra. Latif atribuyó también a la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) la recuperación de las precipitaciones en el Sahel (la franja al Sur del Sahara), tras las grandes sequías de los años 70 y 80.
James Murphy, jefe de la unidad de predicciones de la oficina meteorológica británica (Met Office), coincidió con la anterior opinión de Latif sobre el Sahel y además relacionó la pérdida de hielo en el Ártico durante los veranos con la Oscilación del Atlántico Sur (AMO) -en lugar de atribuirlo exclusivamente al calentamiento global-. Otro responsable de la Met Office, Vicky Pope, estuvo de acuerdo en atribuir parcialmente el retraimiento del hielo en el Ártico -que alcanzó un mínimo el verano de 2007- a ciclos naturales de los océanos, independientes del cambio climático.
El profesor Latif y sus colegas de la Universidad de Kiel expusieron por primera vez sus tesis sobre el desencadenamiento de un periodo de frío causado por las corrientes oceánicas en un artículo de 2008, publicado en la revista Nature (453. 1 May 2008).
Latif ha desarrollado nuevos métodos para medir la temperatura de los océanos a 1.000 metros de profundidad, de donde obtienen indicaciones del efecto de calentamiento o enfriamiento que producirán sus ciclos naturales sobre la atmósfera. Para Europa el factor decisivo es la temperatura en profundidad en el centro del Atlántico Norte que, actualmente, está varios grados por debajo del existente durante los años del calentamiento a finales del siglo XX, lo que hace prever la caída de las temperaturas en los próximos años.
El 9 de enero 2010, en declaraciones al diario londinense Daily Mail, el profesor Latif afirmó que dichos ciclos oceánicos “se han colocado ahora en modo inverso, por lo que inviernos como el actual serán mucho más probables (en el futuro). Los veranos probablemente también tenderán a ser algo mas fríos, y todo esto podrá durar dos décadas o más”. Concluyendo que “por ahora, el calentamiento global se ha detenido”.
Los importantes efectos de los ciclos naturales de la circulación oceánica-atmosférica sobre el clima no están restringidos al hemisferio Norte. El profesor Anastasios Tsonis, jefe del Grupo de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), ha mostrado recientemente que las MDO (Oscilaciones multi-decadales, en diversas cuencas oceánicas) operan de manera sincronizada a lo ancho del planeta, ocasionando la alternancia de ciclos de 20 a 30 años de temperaturas atmosféricas en aumento o en disminución.
En enero de 2010 el profesor Tsonis declaró al Daily Mail que “estas variaciones (oceánicas) explican todos los grandes cambios de las temperaturas mundiales del siglo XX y (de comienzos) del XXI”. “Ahora nos encontramos en uno de dichos cambios por lo que es de prever 20 a 30 años de temperaturas más bajas”.
Anastasios Tsonis tampoco es un científico escéptico del cambio climático, pero en enero 2010 declaró al Daily Mail que “sencillamente no es cierto que (el frío y las nevadas de este invierno) se trate de un simple fenómeno pasajero. Podemos esperar que se den inviernos fríos durante unos cuantos años (más)”. Añadiendo: “no creo en las teorías catastrofistas. El calentamiento producido por el hombre (con las emisiones de CO2) se ve compensado por ciclos naturales (como el de los océanos)”.
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