Suspender las patentes crearía más problemas que ventajas
El Presidente Joe Biden anunció el 5 de mayo que es partidario de que se suspendan los derechos de patente (o derechos de propiedad intelectual) de las vacunas contra el Covid-19. Su propósito –dice- es que muchos fabricantes en los países en desarrollo puedan llevar a cabo, en muy pocos meses, una expansión de las cifras de vacunas disponibles en dichos países.
La decisión de Joe Biden supone un giro radical con respecto no sólo a la posición de su antecesor, Donald Trump, sino con la de todos sus predecesores desde hace varias décadas.
Un par de destacados periodistas del principal diario conservador británico, The Telegraph, se planteaban recientemente lo siguiente: “Suspender [ahora] las patentes de las vacunas contra el Covid-19 podría resultar noble, pero ¿es realmente la mejor solución?”
¿Cuál ha sido la reacción de gobernantes de países destacados de Occidente?
El izquierdista presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, manifestó –de inmediato- su apoyo a la idea de Joe Biden.
Sin embargo, el presidente centrista de Francia, Emmanuel Macron, y la todavía Canciller de Alemania, Angela Merkel, se han alejado de aquella propuesta.
Incluso, la (moderadamente conservadora) presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha dado en el clavo –por una vez- al resaltar que “para el corto y medio plazo, la suspensión [de las patentes de las vacunas] no solucionarán los problemas [de suministro]”.
Las negociaciones internacionales para la suspensión llevarían meses o años
El Wall Street Journal informaba, el día 6 de mayo, que “funcionarios de asuntos comerciales, autoridades sanitarias y directivos de las compañías farmacéuticas han declarado que las prolongadas negociaciones internacionales requeridas para suspender las patentes, así como las elevadas exigencias tecnológicas para poder fabricar las nuevas vacunas significarían que el impacto de esta iniciativa tardaría meses o años en hacerse notar”.
En la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde habría de negociarse dicha suspensión, las decisiones no se toman por mayoría, sino por consenso, esto es, por unanimidad. Si algún grupo de países se opusiera, lo que resulta muy probable, la batalla legal, a través de los mecanismos de solución de diferencias, llevaría años, como se ha comprobado en otros muchos anteriores conflictos comerciales internacionales.
En 2021 van a producirse más de 7.000 millones de dosis de patentes occidentales
La población mundial en 2020, se estima en 7.800 millones de personas.
La compañía estadounidense Pfizer (en colaboración con la alemana BioNTech) ha anunciado planes para fabricar unos 3.000 millones de dosis durante el presente año 2021. La británica AstraZeneca, también tiene prevista una producción semejante. Por su parte, la estadounidense Moderna ha programado producir unos 900 millones de dosis, este año.
Estas tres compañías, que son las principales productoras occidentales de las vacunas, suman casi 7.000 millones de dosis.
Por su parte, la estadounidense Janssen (de Johnson & Johnson), cuya vacuna sólo requiere una dosis, tiene previsto fabricar más de 300 millones de vacunas en 2021.
La población occidental, que es de unos 1.040 millones de personas (incluido Japón y Australia), quedará totalmente vacunada a comienzos de este próximo otoño. Probablemente, a partir de enero de 2022 se realizará una vacunación “de recuerdo” en los países desarrollados para extender la inmunización a lo largo del año 2022, pero esto se cubrirá –principalmente- con la producción de aquel año.
Se habrán destinado a los ciudadanos occidentales menos de 2.000 millones de dosis –ya que AstraZeneca es de una sola dosis y sólo es urgente vacunar al 70%-. Seguramente, los países occidentales almacenarán unos 1.500 millones de dosis, como medida de precaución ante posibles rebrotes. Por consiguiente, de la producción de vacunas occidentales, habrán quedado disponibles unos 3.500 millones de dosis para ser empleadas en los países en desarrollo, durante –sobre todo- la segunda mitad del presente año.
En 2021 se producirán también más de 3.500 millones de dosis de las vacunas de China y Rusia
A la anterior cifra, correspondientes a las patentes occidentales, hay que añadir entre 2.000 y 3.000 millones de dosis que China planea producir en 2021 de sus propias vacunas (de momento, Sinovac y Sinopharm) que destinará, ante todo, a su población de 1.400 millones de personas.
El 70% vacunado de la población total es la tasa estimada para alcanzar la inmunidad de rebaño, lo que para China representa unos 980 millones de personas. Con 2.000 millones de dosis –de producción propia- habrá logrado la inmunidad de grupo, en 2021. Aunque conserve una importante cantidad ante posibles repuntes de la pandemia en su propio país, China probablemente podrá exportar una cierta cantidad de vacunas a otros países en desarrollo durante el presente año.
La vacuna rusa se exportará a India y a otros muchos países
Con respecto a la vacuna de Rusia, Sputnik V, y refiriéndose tan sólo a sus compromisos con India, a fines de este mes de abril se han cerrado acuerdos de licencia para que 5 compañías farmacéuticas indias fabriquen durante 2021, pagando por el uso de su patente, 850 millones de dosis de la vacuna rusa. Hay que señalar que India dispone de una considerable experiencia y capacidad en la producción de vacunas, desde hace mucho tiempo.
Por otro lado, Rusia ha establecido un acuerdo comercial con la compañía india Dr Reddy’s Laboratories, para que comercialice en India 250 millones de dosis, fabricadas directamente en Rusia.
Por tanto, por una y otra vía, 1.100 millones de dosis de la vacuna rusa llegarán durante el resto de 2021 a los brazos de los ciudadanos indios.
No hay que perder de vista que unos 980 millones de personas son las que deberán ser vacunadas en India para alcanzar la inmunidad de rebaño. La población total de India –cerca de 1.400 millones- está ya muy próxima a la de China.
Contando tan sólo con la vacuna rusa Sputnik V, en 2021 podrán ser vacunadas cerca de 500 millones de personas, esto es, la mitad de lo que se necesita con más urgencia en India.
La británica AstraZeneca es la que más se ha empleado hasta ahora en India
Por otro lado, la compañía británica AstraZeneca ha cerrado ya un acuerdo de fabricación con un laboratoriosde India: acuerdo comercial para compartir la patente, contra un pago, no suspender la patente. A finales de abril, el 91% de los 120 millones de dosis que se habían puesto en India, era de la vacuna británica, que se habían fabricado principalmente en la India.
Además, no hay que olvidar la insensatez practicada por el Gobierno de India, lo que es de su exclusiva responsabilidad. Desde enero de este año, hasta la agravación de la pandemia en ese país a mediados de abril, India ha estado exportando a otros países en desarrollo, 65 millones de dosis (de su -insegura- vacuna, local, Covaxin), como parte de su diplomacia blanda, en lugar de emplearla para sus propios ciudadanos. Llevado por una desahogada situación sanitaria coyuntural, en febrero el Presidente Narendra Modi declaró que «India había derrotado ya » la pandemia. Llevado por su nacionalismo, el Presidente Modi no quiso importat vacunas fabricadas en otros países durante los primeros meses del presente año.
En 2022 la capacidad mundial de producción de vacunas será muy superior a la actual
Creo que a nadie se le escaparía el hecho de que, en una proceso tan rápido, tan acelerado, tan amplio como el que estamos comentando, cuando lleguemos al final del año 2021, habrán fallado alguna de las previsiones a las que me he referido más arriba. Pero, no obstante, el cuadro general no parece que habrá cambiado sustancialmente. Los procesos de expansión de las instalaciones de producción son muy reales.
Por ello, a comienzos de 2022, la capacidad de producción mundial de vacunas será mucho más elevado que la actual, con total independencia de la insensata propuesta del Presidente Joe Biden. Como las más perentorias necesidades de vacunación del mundo occidental y de China estarán ya cubiertas, durante 2022 una gran parte de la fabricación mundial de vacunas contra el Covid-19 podrá destinarse a los países en desarrollo.
Cuando algunos demagogos, como el Secretario de Estado de EE.UU., el demócrata Antony Blinken, manejan fechas tan inverosímiles como 2024 para la previsión de que finalice la vacunación en todos los países del mundo, lo hace para justificar la inverosímil propuesta del Presidente Biden de suspender las patentes de estas vacunas occidentales.
Además, lo que no explica Blinken, es que los lugares donde, muy probablemente, se va a retrasar mucho la vacunación –como en varios de los países más pobres de África- será por las severas limitaciones de los sistemas sanitarios nacionales, no por falta de disponibilidad mundial de viales de vacunas.
Serios inconvenientes de la suspensión de las patentes
Hay dos problemas principales, con efectos inmediatos, y una cuestión más profunda, que debilitaría todo el sistema mundial de compañías farmacéuticas en el medio y largo plazo.
1) Si cualquier empresa farmacéutica del mundo, con una solvencia mínima, pudiera empezar a fabricar vacunas contra el Covid-19 en base al contenido de las patentes –occidentales- “suspendidas”, ¿qué garantía habría de que el producto final, el principio activo, sería de una calidad suficiente, satisfactorio? La respuesta en: ninguna.
Las numerosas empresas que ya están fabricando las vacunas occidentales, en países como India, Japón, Suiza, Holanda …, actúan sometidos a una estrecha supervisión del titular de la patente que, por otro lado, ha elegido cuidadosamente en manos de qué compañía coloca el prestigio de su producto. Quienes comenzaran a fabricar mediante “patentes libres”, no reconocerían más responsabilidad que el que pudieran ir a prisión sus directivos si se produjera algún grave fallo de seguridad y ellos pudieran ser inculpados.
2) Por otro lado, ya en estos pasados meses se han conocido varios conflictos relacionados con las cadenas de suministro de varios de los ingredientes principales de las vacunas. Como de costumbre, el voluntarismo demagógico de los activistas pretende que no hay otros problemas para la multiplicación de las vacunas que la “codicia” de los laboratorios farmacéuticos occidentales. Pero eso es falso: como en cualquier proceso industrial, la disponibilidad mundial de ciertos ingredientes está limitada, en el corto plazo, estén o no vigentes las patentes sobre los procesos de fabricación.
Añadir toda una pléyade de nuevos fabricantes bisoños sólo contribuiría a crear disrupciones en los procesos de aprovisionamiento de los grandes fabricantes, acostumbrados a sortear este tipo de problemas.
El proceso de innovación en el sector farmacéutico occidental se debilitaría de modo permanente
3) Las patentes, de todo tipo de procesos de fabricación, son esenciales para la innovación tecnológica. Esto adquiere una relevancia mucho mayor en las actividades que requieren mucho tiempo y enormes cantidades de dinero antes de delinear un producto satisfactorio y muy delicados, como son las vacunas. ¿Qué empresa invertiría esas elevadísimas sumas de dinero si su, posterior, rentabilización estuviera en manos de los políticos –demagogos- de turno, como Joe Biden y Pedro Sánchez?
Los activistas de tipo pelaje dan por supuesto que “alguien” desarrollará –en Occidente- un excelente producto; un proceso del que ellos, luego, se apropiarían para “mejorar la sociedad”. Pero la innovación no funciona así. Claro que a los activistas varios del izquierdismo no les preocupa en absoluto la innovación, sino únicamente forzar la adopción de “reformas transformativas de la sociedad”, en su sentido anticapitalista.
Otra decisión izquierdista del supuesto moderado Joe Biden
Cada semana, el presidente Biden sigue dando muestras de su reconversión a las doctrinas del ala izquierdista de su Partido Demócrata. Su decidido respaldo a que, a través de una pretendida rápida negociación internacional, se suspendan los derechos de propiedad intelectual contenidos en las patentes de las vacunas occidentales contra el Covid-19, es una decisión sin precedentes de un presidente de EE.UU.
En mi artículo del pasado 30 de abril citando al diario británico The Telegraph, afirmaba lo siguiente: “Pero, una vez que accedió a la presidencia, Biden ha abandonado la postura favorable al compromiso [con el otro partido]. En vez de eso, se ha lanzado a forzar la adopción de un amplísimo programa de ampliación del sector público [de la economía]”.
“Personajes cercanos [al Presidente Biden] afirman que la pandemia ha ejercido una profunda incidencia sobre él y que ha llegado a convencerse de que EE.UU. se encuentra en una encrucijada de su historia, que hace necesario un cambio transformativo [del país y del conjunto del sistema]”.
La propuesta del Presidente Joe Biden que comentamos, supone un ataque directo al sistema de propiedad privada y un innecesario recorte del sistema capitalista que ha proporcionado una riqueza sin precedentes en todo el mundo y un incesante avance de la innovación, como nunca antes.
La vacunación en el mundo al 9 de mayo de 2021
Hasta el día 9 de mayo 2021, se han administrado en el mundo casi 1.300 millones de dosis, según una aplicación elaborada por la prestigiosa agencia estadounidense de noticias Bloomberg News. Recordemos que la población mundial, en 2020, se ha estimado en 7.800 millones de personas.
Por otro lado, conviene recordar que de un modo muy general se considera que la inmunidad de rebaño (o de grupo) se alcanza en un país cuando alrededor del 70% de su población total ya ha sido vacunada.
Fuente: Elaboración propia. Datos: Covid-19 Tracker. Agencia de noticias Bloomberg News.
https://www.bloomberg.com/graphics/covid-vaccine-tracker-global-distribution/
De los países de cierto tamaño, los que han alcanzado un más extenso nivel de vacunación –de más del 50%- son Israel (con el 58%) y la Unión de Emiratos Árabes (con casi el 52%). Un segundo grupo situado en cabeza –con alrededor del 40%-, está compuesto por EE.UU., Reino Unido y Chile.
Los países europeos, han alcanzado la vacunación de en torno al 20%.
De los países en desarrollo, como resultaba previsible, China es el que se encuentra más avanzado, con el 11,3% de su población, ya vacunada. La avanzada capacidad industrial del país, en general, y particularmente con haber sido capaz de desarrollar dos vacunas contra el Covid-19, la ha colocado en esa destacada posición,
Además, las autoridades sanitarias de China prevén que para el mes de julio habrán vacunado al 40% de su población. A los altos ritmos de producción de vacunas que está adquiriendo China, con cada mes que pasa, a fines del presente año o muy a comienzos de 2022 habrá alcanzado la inmunidad de grupo. Y estamos hablando del país más poblado del mundo: unos 1.400 millones de personas.
Situación en Hispanoamérica
En Hispanoamérica, aparte del gran éxito de Chile (y de su presidente conservador) –que pasa casi desapercibido para los medios-, es significativo que las protestas contra la pandemia (y su cobertura mediática) se hayan centrado en Brasil (que cuenta con un nivel de vacunación del 12,5%), muy superior al de –por ejemplo- México, con tan sólo el 8,6%. Tal parece que el presidente izquierdista de México, Andrés Manuel López-Obrador (AMLO), ha concitado la comprensión de los medios de comunicación internacionales.
Producción de las vacunas contra el Covid-19 en Europa y Japón
Producción y/o envasado de las vacunas contra el Covid-19 en Europa
Fuentes: Le Figaro y AFP (Agence France Presse).
https://www.lefigaro.fr/conjoncture/covid-19-peut-on-dire-que-la-france-produit-des-vaccins-20210410
Países propiamente productores, esto es, productores del principio activo: Reino Unido, Alemania, Bélgica y Países Bajos.
Países que envasan (esto es, acondicionan) esas vacunas en viales de vidrio: España, Francia e Italia.
Japón está administrando las vacunas de Pfizer y Moderna, compradas a EE.UU. Además, desde marzo de 2021, está fabricando –bajo licencia- la vacuna británica de AstraZeneca. Alcanzará la inmunidad de grupo a finales de septiembre.
Japón es, junto a EE.UU., Suiza, Reino Unido y la UE, uno de los grandes fabricantes mundiales, trdicionales, de vacunas, en general.
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