Miami Beach. Previsión de Al Gore hecha en 2006. Catástrofes climáticas
(Ilustración: The New Yorker)
La agencia internacional de noticias, estadounidense, Associated Press (AP) recoge las preocupantes declaraciones de un alto funcionario de Naciones Unidas del área de medio ambiente, según las cuales “naciones enteras podrán ser barridas de la faz de la Tierra por la elevación del nivel de los océanos si la progresiva tendencia al calentamiento no es paralizada antes de 10 años”. Serían auténticas catástrofes climáticas.
“La inundación de las zonas costeras y la caída de las cosechas podrán dar lugar a un éxodo de refugiados climáticos (eco-refugees), que ocasionarían un caos político” [mundial], ha dicho Noel Brown, director de la oficina en Nueva York del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con sede central en Nairobi (Kenya), creado en 1972.
Miami Beach. Situación real en 2018.
“Excesivos volúmenes de dióxido de carbono están siendo emitidos a la atmósfera por la Humanidad por su empleo de combustibles fósiles, y la quema de bosques lluviosos tropicales (rainforests)”.
Aquel directivo de NNUU “ha dicho que los estados [governments] tienen únicamente una ventana de oportunidad de 10 años para solucionar el efecto invernadero antes de que se convierta en [un fenómeno] fuera del control humano”.
“Al irse deshelando los casquetes polares por el calentamiento, el nivel de los océanos se elevará hasta 1 metro [3 pies], lo que será suficiente para cubrir [el conjunto de] las islas Maldivas y otros Estados-archipiélagos de muy baja altitud”, del Pacífico.
“Las áreas costeras se inundarán; lo que podría ocurrirle a la sexta parte de la superficie de Bangladesh, ocasionando el desplazamiento de una cuarta parte de los 90 millones de habitantes del país”, esto es, 22,5 millones de personas que se convertirán en refugiados climáticos.
“La quinta parte de las tierras cultivable del delta del rio Nilo, en Egipto, quedarán bajo el nivel del mar, quedando inutilizables como suministradoras de alimentos”.
“Las estimaciones científicas más prudentes indican que la temperatura de la Tierra se elevará entre 1 y 7 grados centígrados en los próximos 30 años”.
Déjà vu
Las catástrofes climáticas previstas por el alto directivo de Naciones Unidas, continúan:
“La modificación de las pautas climáticas haría volver al medio oeste de EE.UU. y de Canadá a las condiciones de los años 30 [a las que se llamó] “Cuenco de Polvo” (Dust Bowl)”, que consistieron en grandes sequías en las llanuras que provocaron tormentas de tierra, infertilidad del suelo, pobreza y hambre. Al mismo tiempo, en las frías tierras más al norte, al aumentar sus temperaturas hará que países como “la Unión Soviética vayan a poder obtener mayores cosechas …”.
Un momento, ¿cómo que la Unión Soviética? ¿De qué habla el directivo de NNUU?
Muy sencillo, habla de la URSS, porque sus vaticinios fueron formulados en junio de 1989.
Por consiguiente, los 10 años de ”ventana de oportunidad” para evitar todas aquellas desgracias venció alrededor del año 2000. Desde dicho plazo, han transcurrido otros 19 años (29 años en total) y ¿quién ha observado la generalización de todo aquel cúmulo de desastres, calamidades y catástrofes climáticas por todo el planeta?
Siempre hablan de los gravísimos problemas que se presentarán en el futuro, porque cualquier repaso minucioso de los desastres naturales vividos año a año sólo nos conduce a la repetición de lo que viene sucediendo desde hace muchos siglos (recogidos en crónicas medievales y anteriores), con total independencia de las emisiones de CO2 por las actividades de los humanos, desde mediados del s. XIX, aproximadamente.
Por otro lado, si hubiera sido cierto que tras aquellos primeros 10 años ya no habría “vuelta a atrás”, que el problema “habría escapado al control de la Humanidad”, ¿por qué se sigue afirmando -una y otra vez- que “sólo nos quedan 10 años” para evitar la catástrofe mundial?
El paso del tiempo aclara muchas cosas. Esta es una de ellas. La repetida invocación a un “punto de no retorno” en la degradación catastrófica del clima mundial, que “incluso pondrá en peligro la subsistencia de la Humanidad” es un embuste de los ecologistas radicales y de sus interesados epígonos en la arena política, mediática e incluso de la investigación científica.
Los verdaderos propósitos de las organizaciones ecologistas
Meter el miedo -más bien, el terror- al futuro entre las poblaciones es la estrategia elegida por las elites mundiales (occidentales) para imponer su agenda climática radical (ahora rebautizada como transición ecológica o transición energética), lo que equivale a someter y controlar a aquellas sociedades, dominarlas políticamente.
Obtener y conservar un poder político tan enorme es el principal móvil del ecologismo extremist, y, hay que reconocer que, lo han venido consiguiendo en los países occidentales. ¿Puede extrañar a alguien que un grupo de presión -los Greenpeace, WWF, etc.- quiera ejercer una gran influencia en la política en sus países?
Obtener ingentes cantidades de dinero (público y privado), es el segundo objetivo de estos lobbies, que también lo han logrado. Por ejemplo, los “ingresos consolidados [mundiales] de WWF en 2017 fueron, nada menos, que de 767 millones de dólares”.
Al Gore también se columpió hace una década, con el Nobel bajo el brazo
Ya en mi artículo de diciembre de 2009, hacía referencia a “personajes deshonestos como Al Gore … [quien] en su engañosa película ¨Una verdad incómoda¨ [2006], el exvicepresidente de EE.UU. representaba las playas South Beach de Miami inundándose hasta cubrir seis metros sus famosos hoteles art decó, dando a entender que esto se producirá en un futuro próximo si no se adoptaban sus medidas contra el cambio climático. Ni que decir tiene que su catástrofe anunciada, si es que llega a materializarse algún día, sería dentro de varios siglos o milenios; por eso Al Gore se cuidaba mucho en no mencionar un plazo preciso; le era suficiente con insinuar su inminencia. Los espectadores, caerían en el engaño”, y así fue.
Según el muy serio diccionario Collins, en inglés cantamañanas se traduce por bullshitter, calificativo que se ajusta perfectamente al farsante premio Nobel de la Paz (2007), Al Gore.
Las previsiones de NNUU y lo que realmente ha sucedido
“Previsión de NNUU 1989”
Realidad, casi 30 años después
“La temperatura de la Tierra se elevará entre 1 y 7 grados centígrados en los próximos 30 años”
“La tasa de calentamiento durante los últimos 15 años, entre 1998 y 2012 fue de 0,05 [-0,05 a 0,15] ºC por decenio”. Esto es, en esos 15 años subió 0,075 Cº. A este periodo se le llama la “pausa climática”. Fuente: IPCC (de NNUU), AR5, 2013. Pág. 3, del Resumen para Responsables de Políticas.
“Naciones enteras podrán ser barridas de la faz de la Tierra por la elevación del nivel de los océanos”
Ni una sola nación isleña ha experimentado una inundación, ni tan siquiera parcial.
En el Pacífico sur, la elevación entre 1992 y 2010 fue de 1 mm/año (-1 to +3 mm/year), esto es, 1,9 cm en aquel periodo de 19 años. ¡Aterrador!
El archipiélago Tuvalu (Pacífico) ha crecido en extensión.
“El nivel de los océanos se elevará hasta 1 metro (3 pies), lo que será suficiente para cubrir [el conjunto de] las islas Maldivas y otros Estados-archipiélagos”.
En 2014 la elevación de los océanos fue de 3,3 mm por año (revista Nature), equivalente a 33 cm por siglo. Aunque ese ritmo se acelere en el futuro, se tardarían más de 2 siglos en alcanzar el metro de elevación del mar anunciado por NNUU.
Islas Maldivas (Índico). Su evidencia morfológica (física, de sus costas) no muestra un aumento del nivel del agua, sino lo contrario (Nils-Axel Mörner et al).
“La inundación de las zonas costeras … podrán dar lugar a un éxodo de refugiados climáticos … que ocasionarían un caos político mundial”.
Han pasado casi 30 años: ¿Alguien ha escuchado hablar de un “caos político mundial” por los refugiados climáticos?
“22,5 millones de personas de las zonas costeras de Bangladesh se convertirán en refugiados climáticos”.
Hasta 2014, tan sólo una persona en el mundo había solicitado formalmente el estatus de “refugiado climático”, exigiendo que Nueva Zelanda le admitiera como tal, por el supuesto hundimiento de su isla Kiribati (del Pacífico). El tribunal de NZ desestimó su petición en mayo de 2014 y le mandó de vuelta a su pueblo.
Si los necios occidentales muestran tanto -aparente- terror ante las catástrofes climáticas, no es extraño que algún listillo trate de copnseguir algo en los tribunales.
En el apartado “5.4.3. Human Systems”, del Informe del Grupo de Trabajo II (GTII), del Informe de Evaluación de 2013, AR5, del IPCC (NNUU), ya apenas aparecen referencias a los refugiados climáticos, tras salir escaldados con sus alarmistas pronósticos en las anteriores ediciones. Se limitan a mencionar (pág. 382) que “de 72 a 187 millones de personas quedarían desplazadas en 2100 debido a la pérdida de terreno por sumergimiento” bajo el agua del mar … “en caso de no tomarse medidas de protección”.
En 2008, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA. UNEP en inglés) anunció solemnemente que para dos años después, en 2010, se producirían 50 millones de “refugiados climáticos” (climate refugees). Pueden verificar el titular encima del mapa de abajo. ¿Por qué se escandalizarán algunos cuando expresamos escepticismo sobre NNUU?, aunque es mejor que exista, claro, pero sin hacerle apenas caso.
Figure 3. Fifty million climate refugees by 2010. Climate refugees will mainly come from developing countries, where the effect of climate changes comes on top of poverty and war
En 2011, una tal Cristina Tirado, del Institute of the Environment and Sustainability, de la californiana universidad UCLA, retomó tranquilamente el cuento sobre los 50 millones de “refugiados medioambientales” que avanzarían hacia el norte, en torno a 2020, o sea, ya mismo, escapando a la falta de alimentos debida al cambio climático. Por favor, ¿alguien los ha visto? Quienes se cuelan impunemente por las débiles vallas de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla (en el norte de África), ¿alguna vez han declarado escapar del cambio climático? ¿Acaso no existía hambre y pobreza en África antes de que empezaran a actuar las emisiones de CO2 a mediados del s. XIX?
Otra más de las falsas catástrofes climáticas.
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