Valla (fence), en zona rural
El cierre parcial de la Administración federal iniciado el sábado, 22 de diciembre, ha tenido su principal motivo en las discrepancias sobre la financiación para la construcción del muro con Méjico. Trump exige dichos fondos y los demócratas se niegan a concederle más de 1.300 millones de dólares (frente a los 5.000 millones demandados). Además de para construcción, servirían para medidas de seguridad en la frontera diferentes a la construcción del muro: instalación de vallas bajas, tecnología de imágenes térmicas, vehículos aéreos no tripulados (drones), alumbrado en más tramos…
Escuchando a los medios de izquierda, parecería que el muro es una ocurrencia de Donald Trump, pero antes de él dos presidentes de la izquierda y dos republicanos (ambos George Bush) ya acometieron dicha construcción, desde 1993.
Por otro lado, se informa en este artículo del cambio de normas sobre la disciplina en la enseñanza obligatoria (primaria y secundaria) que Obama había introducido en 2014. Su legado, sigue siendo diezmado.
La construcción del muro con Méjico
Cuando Donald Trump accedió a la Casa Blanca (el 20 de enero de 2017) se habían construido ya unos 1.000 km. de muros (walls) y vallas (fences), en el anterior cuarto de siglo (desde 1993); esto es, un tercio del total de la frontera, como se explicaba en mi artículo del 6 de febrero de 2018.
El primer tramo de barrera física entre EE.UU. y Méjico se construyó en 1993, para separar las ciudades de San Diego (California) y Tijuana, sobre la costa del Pacífico, donde en la actualidad están concentrados la mayoría de los centroamericanos que participaron en las caravanas que intentaron forzar -sin éxito- su entrada en EE.UU.
La construcción de aquel primer tramo se realizó en el primer año de la presidencia de Bill Clinton (demócrata), en 1993, aunque George Bush padre había diseñado anteriormente el proyecto.
Bill Clinton, además, promovió en 1996 una ley (la IIRIRA) que instaba a convertir la muy simple valla inicial de San Diego en un sistema más efectivo de tres barreras físicas paralelas, que se finalizó en 2006 (bajo George Bush hijo).
Más de la mitad de los senadores demócratas (26), incluido Barack Obama, votaron en octubre de 2006 la Ley de una Valla Segura (Secure Fence Act) promovida por el Presidente Bush.
Además, Barack Obama, quien accedió a la presidencia en enero de 2009, prosiguió la construcción del muro hasta 2011, conforme a lo dispuesto por la ley aprobada en 2006 bajo George Bush, que él había votado como senador.
La Administración Trump restablece normas lógicas de disciplina en los colegios
El 21 de diciembre de 2018 los Departamentos de Educación y Justicia de EE.UU. las caravanas que intentaron forzar oficiosas -pero en la práctica de obligado cumplimiento- que la Administración Obama instituyó en enero de 2014, sin pasar por el Congreso, a las bravas -como adora hacer la izquierda-.
Dichas ¨directrices¨ amenazaban a los colegios (primary y middle schools) e institutos (high schools) de todo el país con penalizaciones si los alumnos negros o de otras minorías eran castigados (con suspensiones, expulsiones …) con ¨excesiva¨ frecuencia, por encima -más o menos- de su peso numérico relativo en las aulas.
Como de costumbre, se argumentaba que si se castigaba en un alto porcentaje a los estudiantes negros no era por que fuese necesario, sino por motivo de discriminación por ¨racismo¨.
En definitiva, se creó un cierto sistema de cuotas (raciales) relativas a la aplicación de disciplina, que dejó a los profesores con las manos atadas frente a muchos de los principales alborotadores en las aulas.
Para solucionar las graves alteraciones que se presentaran, la Administración Obama llamaba -adivinen- a más ¨diálogo¨ con los infractores.
Los profesores y los colegios han venido quejándose de que las aulas se han hecho más peligrosas y muchos de los graves perturbadores apenas pueden ser castigados.
La decisión actual de la Administración Trump, en lugar de fijar criterios y normas iguales para todo el país, devuelve a los colegios y a los distritos escolares más autoridad para fijar sus propios métodos, según su situación y los deseos de sus comunidades.
En EE.UU., las administraciones de izquierda suelen inmiscuirse en la autonomía estatal y local, ejerciendo un excesivo dirigismo desde el centro, en un país que es un continente. Es la situación inversa a lo que sucede en España.
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