El Pentágono contradice al Presidente Joe Biden. Los dirigentes talibanes se han hecho cargo –tranquilamente- del gobierno de Afganistán, mientras los soldados americanos se retiran –sin disparar un tiro- por orden de Biden.
Según recogieron todos los medios de comunicación estadounidenses y del mundo entero, este pasado día 31 de agosto, -el plazo que el presidente de EE.UU. se había marcado voluntariamente para concluir la total evacuación de las tropas estadounidenses de Afganistán-, el presidente Joe Biden formuló inequívocas declaraciones de satisfacción ante el final que él acababa de dar a la guerra más larga que EE.UU. jamás ha librado: 20 años.
Por ejemplo, la agencia de noticias británica Reuters, tituló la noticia de este claro modo:
“El presidente estadounidense Biden califica la evacuación de Afganistán como un extraordinario éxito”
La principal agencia de noticias estadounidense, Associated Press (AP), abría de la siguiente manera su noticia del día 1 de septiembre:
“El Presidente Joe Biden, a la defensiva, denominó el martes [día 31 de agosto] la operación de extracción aérea … para poner fin a 20 años de guerra, como un ¨éxito extraordinario¨”.
El principal diario estadounidense de izquierda extrema, el New York Times, comenzaba su crónica de modo análogo a la AP:
“El Presidente Biden rechazó contundentemente el martes [31 de agosto] las críticas a su decisión de poner fin a la guerra de 20 años de EE.UU. [retirando la totalidad de las tropas], saludando lo que calificó de ¨extraordinario éxito¨ de la evacuación de Kabul y proclamando el fin de una era …”.
En ningún momento Biden ha aclarado si para él esa indigna retirada de Kabul ha sido una victoria o una derrota bélica. Calculado trampantojo verbal
Como hemos apreciado en las citas reproducidas, el propio presidente y sus sirvientes de los medios, han jugado en todo momento a intentar confundir a los ciudadanos estadounidenses y a la opinión pública internacional, negándose a cumplir una de sus principales obligaciones al poner fin a una larga guerra: aclarar si estamos ante una victoria o una derrota bélica.
Biden y su Casa Blanca han mezclado –de modo completamente intencionado- la valoración de la guerra, con la de la operación de evacuación aerotransportada: “Nunca antes, ninguna potencia, había evacuado por avión a más de 110.000 personas en sólo quince días”, y afirmaciones semejantes.
Ante la opinión pública, la calificación de “extraordinario éxito”, referida sobre todo a la evacuación, pero repetida mil veces, en distintos contextos, ha calado algo, siendo interpretada como la valoración del propio fin de esta guerra: un extraordinario éxito.
Como es bien sabido, los progresistas han aprendido mucho de las exitosas técnicas de propaganda y manipulación desarrolladas por el movimiento comunista internacional.
¿Recuerdan Vds. los eslóganes de la Internacional Comunista, en pleno año 1938, cuando el presidente del gobierno de la República, Juan Negrín, y el propio PCE eran unas simples marionetas de Stalin, del tipo: “La victoria de la España republicana supondría un gran éxito para la libertad y la paz internacionales”?
Se equivocaría quien pensara, ¿a qué viene esto ahora, aquí? Dichas perversas y profundas tergiversaciones históricas no sólo les resultaron útiles entonces. En la actualidad, más de 80 años después, son todavía creídas –a pie juntillas– por millones de progres españoles –eminentemente personas ignorantes, al tiempo que fanáticas (o sea, que se consideran inclusivas)-, como el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del detestable PSOE actual.
Semejantes tergiversaciones deben ser desenmascaradas de raíz, desde su misma creación, como lo del “éxito” del abandono de Afganistán.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Milley, ante el Senado, ha calificado el abandono de Afganistán como un “fracaso estratégico” para EE.UU.
Esas han sido las palabras que los senadores republicanos obtuvieron del general Milley en su comparecencia ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, el martes, 28 de septiembre: “fracaso estratégico” (a strategic failure), aunque el general también repitió lo de que la operación aerotransportada había constituida un “éxito logístico”.
El general Mark Milley, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, ante el Senado el 28 de septiembre.
Otra mentira: los militares recomendaron a Joe Biden mantener 2.500 efectivos para retrasar la caída del régimen democrático de Afganistán
Los editorialistas del principal diario conservador del país, The Wall Street Journal, nos recuerdan lo siguiente: cuando hacia el día 20 de agosto –tras la caída de Kabul en manos de los talibanes el día 15-, la cadena de TV ABC, de centro-izquierda, preguntó al Presidente Biden “si sus responsables militares le habían urgido a conservar en el país una reducida presencia militar [estadounidense], Joe Biden contesto: ¨Nadie me dijo eso, que yo recuerde¨”.
Ah, ¿no? Pues en sus testimonies en el Senado el pasado día 28, tanto el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Milley, como el responsable militar directo de las Fuerzas Armadas de EE.UU. sobre Asia del sur (Commander of U.S. Central Command), el general Kenneth McKenzie, “ambos dejaron claro que habían recomendado [al Prersidente Biden, semanas antes] mantener unas 2.500 tropas sobre el terreno en Afganistán con el propósito de demorar la toma de control de los talibanes” sobre el gobierno nacional.
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Otro artículo sobre el mismo asunto:
Afganistán se desmorona ante la impotencia de Joe Biden y Kamala Harris 16 de agosto de 2021.
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Nefastas consecuencias de la urgencia de Joe Biden por “lavarse las manos” como Pilato
A lo anterior, podemos añadir de nuestra cosecha, que el tiempo que se hubiera ganado con el mantenimiento de aquel reducido contingente militar, habría servido para organizar mejor y de manera más completa la evacuación de todos los ciudadanos americanos y de las decenas de miles de los colaboradores afganos y de sus familias. En la realidad, el derrotista Joe Biden dejó en Afganistán a bastante más de 100 ciudadanos estadounidenses y a decenas de miles de aquellos afganos que les han habían ayudado a lo largo de veinte años, a su suerte.
Al haber mantenido el control estadounidense de toda la ciudad de Kabul varias semanas o meses, en lugar de encerrarse en el aeropuerto de Kabul (como ordenó Biden), se habría dificultado mucho la ejecución del atentado por el Estado Islámico, a las puertas mismas del aeropuerto el 26 de agosto, en pleno caos, en el que fallecieron 13 soldados de EE.UU. y unos 200 afganos que pugnaban por abandonar el país … entre puestos de control de los talibanes.
El cobarde Joe Biden abandona a su suerte a Afganistán y a sus habitantes, precipitadamente. Fuente de la foto: Fox News
Aquel tiempo extra, también hubiera sido decisivo para estructurar grupos de exmilitares e informantes afganos que les pudieran mantener al corriente, detalladamente, sobre lo que vaya sucediendo en el futuro dentro del país, actuando a modo de una quinta columna, y para canalizar la ayuda económica y militar a cuantos grupos étnicos y tribales se vayan levantando en armas contra el poder talibán en los meses y años venideros como, con absoluta seguridad, va a ir sucediendo.
Por último, las ensoñaciones de Joe Biden sobre prevenir “desde grandes distancias” la expansión de los grupos terroristas en Afganistán, tampoco son compartidas por sus generales
Para el derrotista y embustero Presidente Joe Biden, “la guerra en Afganistán ha acabado”. Pero eso no se lo cree nadie, ni siquiera sus propios generales.
Bajo el nuevo poder talibán, los grupos terroristas extranjeros, como Al Qaida, Estado Islámico (ISIS, también conocido como Daesh), etc. volverán a concentrar sus fuerzas en Afganistán, reconstruirán sus campos de entrenamiento y volverán a lanzar mortíferos ataques terroristas contra EE.UU., Reino Unido … y España (por constituir el eslabón más débil de la cadena europea, con su impresentable pacifismo y un gobierno claudicante).
Antes o después, los ejércitos occidentales tendrán que regresar a intervenir en Afganistán, pero será en condiciones muchísimo más adversas de las que han existido hasta este pasado mes de agosto … Para entonces, Biden ya no será el presidente y no le importa nada.
Para tratar de difuminar y confundir sobre esta triste previsión, el Presidente Biden y su Vicepresidente la Sra. Kamala Harris, repiten que tan preocupante futuro podrá evitarse actuando desde muy lejos (over-the-horizon), desde bases en lejanos (y aún no disponibles) países de Asia Central o incluso desde más lejos, como portaviones en el océano Índico o en el golfo Pérsico.
“Cuando el general McKenzie [Commander of U.S. Central Command] fue preguntado por el senador [demócrata] por Arizona Mark Kelly si ¨tenía confianza en que vayamos a poder impedir [desde lejos] que organizaciones como Al Qaida e ISIS puedan hacer uso de Afganistán como plataforma para sus actividades terroristas” [contra los países occidentales], el general respondió: No puedo decir que tenga confianza en ello¨”.
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