Mapa referido a 1776 (Declaración de Independencia). Río Misisipi, límite del territorio de España (Las estatuas de Colón)
El buenismo retira las estatuas de Colón
A iniciativa de alcaldes y activistas de lo políticamente correcto, principalmente de izquierda, prosigue en Estados Unidos un goteo de retirada de estatuas de Colón. También continúa la sustitución de la fiesta del 12 de octubre en reconocimiento de la aportación positiva de Cristóbal Colón a EE.UU., por el Día de los “Nativo Americanos”.
Los estadounidenses son muy libres de celebrar lo que consideren más apropiado, pero sus motivaciones -como todo- pueden ser objeto de enjuiciamiento.
Sus justificaciones van del indigenismo del “buen salvaje”, a la hipocresía histórica de británicos y holandeses quienes -desde el siglo XVI- desarrollaron la Leyenda Negra contra lo español y las tropas españolas, a las que temían y no lograban vencer.
Carentes de toda honestidad, los izquierdosos estadounidenses de la actualidad intentan endosar a los españoles los atropellos y crímenes contra los indígenas que sus muy queridos antepasados cometieron.
La gravísima mortandad entre los indígenas provocada por el contagio de las enfermedades europeas, ya se trató en un reciente artículo. Fue un fenómeno enteramente involuntario, por muy desdichado que resultara ser. Hablar de genocidio sería una manipulación del lenguaje, como suele hacerse.
———————————————————————
Artículo sobre tema anáologo:
El vandalismo con pretexto racial contra estatuas es un ataque contra la Civilización
————————————————————————
¿Por qué no se retiran las estatuas y monumentos a los Pilgrim Fathers y a George Washington?
Creo que es de entender que ésta se trata de una pregunta retórica, a efectos del debate.
Fuimos los españoles quienes tuvimos el honor de primero colonizar la costa de Florida (y de algunos estados más al norte), fundando la primera población de Norteamérica (EE.UU. y Canadá) que ha perdurado hasta la actualidad: la ciudad de Saint Agustine (en el extremo norte, de la costa atlántica de Florida), en el año 1565. Hace poco se celebró su 450 aniversario, en 2015. Desde allí otros españoles exploraron toda la costa del Golfo de Méjico, penetrando al interior en muchos puntos.
La primera población duradera fundada por los británicos, Jamestown (Virginia), arranca de 1607, 42 años posterior a St. Agustine. La segunda, fue Plymouth (Massachusetts), en 1620, adonde se asentaron buena parte de los Pilgrim Fathers del Mayflower y del segundo buque que le acompañó.
Pero no fue Florida ni los (posteriores) estados del sur los que encabezaron la fundación de la gran nación estadounidense, sino las 13 colonias de británicos, situadas más al norte; la más sureña fue Georgia, en el límite con el territorio de Florida.
Fueron los descendientes de los Pilgrim Fathers quienes masacraron a los indios
Los descendientes de aquellos primeros pobladores británicos de las 13 colonias fueron quienes protagonizaron la expansión en masa hacia el oeste, primero hasta la cordillera de los Apalaches (la línea real británica de 1763) y posteriormente mucho más allá.
Ese movimiento desplazó -y masacró- a los indígenas, no los españoles quienes en general convivieron con ellos y nunca aplicaron una política sistemática de eliminarlos de grandes zonas.
Las primeras 13 colonias que declararon su independencia en 1776 tan sólo abarcaban el espacio entre la costa atlántica y la cordillera de los Apalaches, que discurre más o menos paralela a la línea de costa.
Los Padres Fundadores (Founding Fathers) de Estados Unidos, George Washington, Thomas Jefferson, John Adams, Benjamin Franklin y los otros, aunque fuese por omisión, dieron por buena la expansión hacia el oeste que los colonos ya habían realizado motu propio.
Respecto al futuro, los Padres Fundadores trataron a los indígenas en sus documentos fundacionales como “naciones extranjeras” (foreign nations), a las que no hacía falta indemnizar por las tierras que se les arrebatara, por las malas o por las peores.
Los indígenas se alinearon con Inglaterra en la Guerra de Independencia
Es por tanto lógico que la mayoría de las tribus de indígenas se aliaran con Gran Bretaña, en contra de las 13 colonias, en la Guerra de Independencia (1776 – 1783).
Llegados a este punto, frente al cinismo de los actuales buenistas de EE.UU., hay que recordar que la Corona de España siempre trató a los indios de América como “súbditos”, no como extranjeros y menos como esclavos. Otra cosa son los excesos que, sobre el terreno, se cometieron. ¡El país conquistador europeo que esté libre de este tipo de pecados, que tire la primera piedra¡
Solamente la profunda hipocresía anglosajona (y la leyenda negra creada por los holandeses y británicos) puede explicar el trato diametralmente opuesto que reciben ahora los primeros viajeros británicos y los Padres Fundadores de la República, en comparación al de los descubridores españoles y su precursor, el gran viajero genovés (Italia no se fundaría hasta 1861) Cristóbal Colón.
Los indigenistas de la muy progresista universidad de Berkeley y los demás, son quienes deberían rendir cuentas del comportamiento de sus antepasados, de sus tatarabuelos, sin intentar -cobardemente- escudarse en los españoles y en Cristóbal Colón.
Quienes propugnan aquellas fobias ¿por qué no se van a vivir a las reservas indias?
Todos sabemos que gracias a que la Corona de España organizó los viajes de Cristóbal Colón hacia el oeste del Océano Atlántico, se descubrió el nuevo continente. Sobre esa base, siguieron los portugueses, británicos y franceses.
Si hubo una visita anterior de los vikingos, como difunden algunos ahora, prácticamente no dejó constancia de ello y, además, careció por completo de incidencia en las nuevas tierras.
España sacó a los indígenas de su tremendo atraso
Fue el traspaso de conocimientos y técnicas europeos lo que posibilitó que el continente acelerara enormemente su desarrollo en todos los órdenes, superando el estado de incipiente Neolítico (esto es, del comienzo de la práctica agrícola) que existía en casi todas las tierras. Las zonas más avanzadas de Méjico, del istmo centroamericano y sus pobladores mayas y de áreas incas del actual Perú, eran las únicas excepciones al primitivismo imperante. Tres núcleos en los que sí que se dominaba la agricultura, pero no la ganadería.
Pero si, según la interpretación buenista, en realidad la aportación española y europea tuvo esencialmente un carácter negativo, destructivo, no pueden en buena lógica aceptar lo que se ha derivado de aquel aporte cultural y civilizador: el magnífico nivel de vida actual.
Deberían renegar de sus actuales condiciones de vida e irse a vivir a las reservas indias.
¿De dónde proceden estos lodos, sino de los polvos de las culturas española y europea? ¿O es que pretenden que sin la labor civilizadora de los europeos los indígenas habrían alcanzado, por sí solos, el nivel de desarrollo que ahora disfrutan los estadounidenses o algo semejante?
Sus argumentos no se sostienen, ni son coherentes con lo que dicen predicar. Es hipocresía.
Los indígenas americanos como sujetos de Derecho bajo la Corona de España
Tan sólo 19 años después de la primera vez que Cristóbal Colón puso el pie en las islas del Caribe americano, en diciembre de 1511, fray Antonio de Montesinos -mucho antes de fray Bartolomé de Las Casas (quien apenas vivió en el Nuevo Mundo, sino en la Corte)- realizó ante los propios conquistadores su admirable “Sermón de Adviento”, en Santa Domingo (La Española), propugnando tratar a los indios como iguales, a pesar de su evidente gran atraso técnico, social y cultural. A poco se montó un motín de quienes le escuchaban en persona.
“¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a aquestos indios? … Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos?”
Pero los frailes no predicaban en el desierto. Sólo un año más tarde, en 1512, la Corona emitió las Ordenanzas de Burgos. En 1513, las de Valladolid.
Las ordenanzas de Burgos y de Valladolid pecursoras de los derechos humanos
Las Odenanzas de Burgos “fueron las primeras leyes que la Monarquía Hispánica dictó para su aplicación en las Indias o el Nuevo Mundo o América en las que abolió la esclavitud indígena y organizó su conquista, que fueron firmadas por el Rey Católico Fernando II, el 27 de diciembre de 1512, en la ciudad de Burgos, para el gobierno de los naturales, indios o indígenas y que fueron el resultado de la primera junta de teólogos y juristas …
Dichas Ordenanzas proclamaron «que el indio tenía la naturaleza jurídica de hombre libre con todos los derechos de propiedad, que no podía ser explotado pero como súbdito debía trabajar a favor de la corona ”.
Las Ordenanzas “Se consideran como la [primera] precursora de la declaración de los Derechos Humanos, y del Derecho internacional.”
A los creyentes de lo políticamente correcto, cabe preguntarles ¿podrían Vds. mostrarnos un debate en Londres y unas reales ordenanzas equivalentes de la Corona de Inglaterra, al comienzo de su aventura americana, o la mitad, o al final? ¿Para qué hablar de los protestantes Países Bajos y de su exacerbado mercantilismo? ¿Y éstos se han atrevido a hablar sin descanso de la codicia española?
Ya que semejantes individuos son tan duros de mollera, o más bien son de escasa honestidad, habría que recordarles también que en toda Sur y Centro América, donde rigió la Corona de España, subsisten muchas decenas de millones de personas indígenas, a diferencia de en Estados Unidos.
O, más bien, a diferencia de las regiones de EE.UU. donde no estuvieron los españoles, porque estos nunca eliminaron a los indígenas de Tejas, Nuevo México, Arizona, Colorado … California.
La especial evolución de Argentina
Respecto al caso excepcional de Argentina, donde prácticamente no subsisten en la actualidad habitantes originarios, la razón es la siguiente.
Cuando Argentina se independizó en 1810, en la mayoría de su enrome territorio (la Pampa y la Patagonia) vivían en buen número indios mapuches, tehuelche, puelche, ranquel, indios porteños, entre otros muchos pueblos.
Fueron los criollos -descendientes de los conquistadores-, quienes se hicieron con el poder al acceder a la independencia en 1810, quienes al final del siglo XIX (1878 a 1884), en la llamada Conquista del Desierto, arrasaron y expulsaron a dichas tribus a zonas recónditas y marginales. Se sigue debatiendo si constituyó un genocidio. Los españoles -nuestros antepasados- no tuvieron nada que ver.
Nuevamente, los actuales argentinos son los descendientes de quienes realizaron dicha razia en su país y sólo ellos han de dar la cara por los excesos y crímenes que pudieran haberse producido.
Deja una respuesta