El Presidente Donald Trump acaba de anunciar que por lo menos hasta que se celebren las elecciones legislativas el 6 de noviembre, no piensa cambiar al ministro de Justicia, el llamado Attorney General, Jeff Sessions. Éste es el secretario de departamento que se encuentra cuestionado por Trump. Por consiguiente, lo más probable es que se mantenga la actual composición del Gabinete Trump y de los demás altos responsables de la Administración federal hasta final de año, esto es, dos años desde el día de la inauguración de Trump (20 de enero de 2017). Casi el 70% de los secretarios (ministros) y de los otros altos cargos se mantienen en sus puestos desde enero de 2017.
La situación de grave inestabilidad que muestran los medios sólo corresponde a los consejeros de la Casa Blanca de Trump, no a la Administración federal ni a sus principales agencias que vienen trabajando con normalidad, llevando a la práctica el programa político de liberalización y reforma del presidente que tanto anhelaba la mitad de los estadounidenses, para poner fin al buenismo e izquierdismo de los ocho años de Barack Obama.
En mi artículo del 15 de enero de 2018, se repasaba en detalle la situación de todo el equipo directivo de la Casa Blanca y de la Administración federal, al año de la toma de posesión de Donald Trump.
En la Casa Blanca, fue durante los primeros 8 meses de la nueva presidencia cuando más vaivenes y equivocaciones se produjeron. Con la entrada del general retirado John Kelly como jefe de gabinete de la Casa Blanca en agosto de 2017, y hasta hoy en día, se puso coto a las trifulcas intestinas, a las constantes filtraciones a los medios y el funcionamiento conjunto ha mejorado drásticamente, así como su eficacia.
John Kelly
Como se aprecia en el cuadro de más arriba, de los 15 secretarios de departamento, 11 (el 73%) proceden del inicio mismo de la presidencia Trump.
En la decisiva área de seguridad nacional, a pesar de los cambios producidos (3, de las 4 carteras) la continuidad ha sido en realidad considerable. En Seguridad Interior (Homeland Security) su primer secretario -el general retirado John Kelly- no rompió con el presidente Trump; por el contrario, pasó a ocupar el segundo puesto en importancia de la Casa Blanca: jefe del gabinete. Quien le sustituyó en el departamento como secretario fue su número dos, la Sra. Kirstjen Nielsen, que ha mantenido unas políticas continuistas respecto a Kelly.
Kirstjen Nielsen
Es en Relaciones Exteriores (Departamento de Estado) donde, afortunadamente, se ha producido una corrección del rumbo seguido por el primer secretario, Rex Tillerson. Esta persona, procedente del alto mundo empresarial, mostró una notable debilidad en la dirección del departamento y sometimiento al lobby ecologista, tratando de evitar la salida de EE.UU. del Acuerdo del Clima de Paris y otros errores análogos. Trump colocó en abril de 2018 a quien era el director de la CIA: Mike Pompeo. La acción exterior ha ganado en eficacia y coherencia, el departamento ya apenas intenta vivir al margen del nuevo presidente y la sintonía de Pompeo con Trump es perfecta.
Mike Pompeo
En la Agencia Central de Inteligencia el relevo también ha respondido a la continuidad. La Sra. Gina Haspel, que era la número 2 de Pompeo en la CIA, ha asumido las riendas de la agencia.
Gina Haspel
La Sra. Haspel -primera mujer en dirigir la CIA- no ha accedido a su puesto por ningún lamentable cupo feminista, sino por su capacidad y la dedicación de toda su vida a la Agencia, desde agente operativo en Irak en la segunda guerra del Golfo a la cima.
Tradicionalmente se han presentado tiranteces entre la CIA y el Departamento de Estado. La estrecha relación entre Mike Pompeo (nuevo Secretario de Estado) y Gina Haspel hace prever menores roces en las relaciones entre ambas organizaciones en el futuro
Por otra parte, será la primera (o la segunda) persona procedente de la propia Agencia en alcanzar la cúspide de la organización. Esta circunstancia debe haber tranquilizado mucho a los mandos intermedios y operativos de la CIA, tras las desafortunadas palabras de descalificación de la Agencia pronunciadas por Trump en los primeros meses de su presidencia, en lugar de haberlas circunscrito al anterior director, nombrado por Barack Obama, John Brennan, que es quien merece dichas críticas. De todos modos, Mike Pompeo ya había conseguido durante 2017 un efecto tranquilizador en el interior de la CIA.
El general retirado Jim Mattis, Secretario de Defensa, es el miembro del área de seguridad nacional que no ha sido sustituido desde su nombramiento el 20 de enero de 2017.
Gen. Jim Mattis
La satisfacción con su trabajo al frente de las fuerzas armadas de EE.UU. es total, tanto por parte del Presidente Trump, como de una mayoría de los congresistas, del Partido Republicano y de los mandos militares.
No fue casualidad que Jim Mattis obtuviese en enero de 2017 el apoyo de 98 de los 100 senadores, para confirmarle en su puesto, siendo 52 los senadores republicanos.
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