Boris Johnson. Gran victoria conservadora en las elecciones británicas.
La holgada mayoría absoluta alcanzada ayer por el Partido Conservador británico, con en torno a 364 escaños (la mayoría está en 326), supone su mejor resultado desde la época de Margaret Thatcher, en su última victoria en 1987. El pueblo británico, no sólo abandonará la UE, sino que hoy comienza una nueva era en su historia que, pese a quien pese, no será obscura ni desastrosa, aunque vaya a pasar por dificultades transitorias.
La sociedad británica ha vuelto a dar una lección de determinación democrática, frente a quienes han intentado –por todos los medios, con cualquier estratagema- incumplir el resultado del referéndum de junio de 2016 en pro de abandonar la Unión Europea.
Una vez obtenido en 2016 aquel resultado en favor del Brexit, incluso quienes hubiésemos preferido la permanencia del Reino Unido en la UE, todos estaban obligados a respetar dicho pronunciamiento por parte del pueblo soberano. Ninguna burocracia no electa –como es el caso de la Comisión Europea-, ni nadie más tenía derecho alguno para cometer el fraude antidemocrático de invalidar aquel referéndum, porque no le gustase su resultado. ¿Qué democracia sería esa?
Los partidos favorables a permanecer en la UE salen muy debilitados
Las fuerzas británicas que han venido maniobrando para incumplir el referéndum, han quedado definitivamente batidas: ante todo, el Partido Laborista, pero también una reducida facción del propio Partido Conservador y el pequeño partido liberal –equivalente al partido Ciudadanos en España- (los Liberales Demócratas). Los votantes les ha colocado en el sitio que les corresponde: en una clara y reducida oposición.
La única excepción, ha sido el partido independentista escocés (el SNP), que ha reforzado su presencia en el parlaento de Wensmister. No obstante, tras esta victoria conservadora en las elecciones no hay ninguna posibilidad de que Boris Johnson autorice un segundo referéndum para la independencia, lo que el Partido Laborista si le hubiera concedido.
En el caso de los dirigentes conservadores partidarios de poner cualquier zancadilla para evitar llevar a cabo el Brexit, la nueva dirección del partido encabezada por Boris Johnson, les ha apartado de las listas electorales y de las filas conservadoras. No ha hecho esto para evitar una discusión interna –siempre saludable.-, sino por los métodos torticeros que han empleado aquellos desde hace más de un año.
El Partido Conservador ha salido muy reforzado y unido de estas elecciones, lo que le permitirá construir una sociedad algo diferente, adaptada a sus preferencias, tras la salida ordenada de la Unión Europea.
Desde hoy, los conservadores son con toda claridad, sin lugar a ninguna duda, el partido del Brexit y, por ello, el partido de los ciudadanos que no toleran que se les robe su decisión de junio de 2016, ya fuese una decisión correcta o incorrecta: era la decisión ciudadana y eso debe ser suficiente para cualquier demócrata.
Además de por el Brexit los votantes han querido rechazar a Jeremy Corbyn
De paso, los votantes británicos –incluidos numerosos distritos obreros-, han tenido la sabiduría de borrar del mapa –seguramente para varias décadas- el socialismo extremista representado por el dinosaurio marxista Jeremy Corbyn. Aunque esta mañana Corbyn se ha seguido agarrando al sillón, no le queda otra opción que dimitir como dirigente; son ya muchos sus candidatos que lo están pidiendo públicamente.
El resultado laborista –en torno a 203 escaños-, es el peor desde 1935.
Con Corbyn, muy seguramente, quedarán relegados los otros dirigentes de esta retrógrada corriente que han estado agrupados en torno a la organización extremista Momentum.
El 31 de enero de 2020, si no antes, el Reino Unido hará lo que se votó en junio de 2016: salir de la Unión Europea. Lo hará de manera ordenada, con el acuerdo que Boris Johnson logró arrancar a la Unión Europea en octubre. Quien quiera ver las diferencias con el acuerdo que anteriormente negoció Theresa May puede pinchar aquí, pero es preciso estar suscrito al The Telegraph.
Aunque muchos periodistas y políticos europeos –incluidos casi todos los españoles- no puedan comprenderlo, fuera de la UE Reino Unido podrá progresar como nación, tras haber ratificado en las elecciones de ayer su voluntad de que no le arrebaten sus decisiones. Los “pueblerinos” (esto es, los habitantes rurales y otros) han ganado la batalla a los que se creían unos listillos de Londres y otras grandes ciudades.
Repercusiones internacionales
Tras esta gran lección, otros pueblos europeos no dejarán tan fácilmente que les cometan fraude en futuras decisiones a tomar.
Por otro lado, tras la aplastante derrota del Partido Laborista radicalizado el presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, pierde el único apoyo político de importancia que mantenía en Europa. No hay que olvidar que el histórico Partido Socialista de Francia no alcanzó el 10% en 2017 y el Partido Socialdemócrata de Alemania pasa horas bajas, obteniendo sólo el 15% en los comicios generales de ese mismo año.
Visto desde otro ángulo, esta histórica victoria lo es de un estrecho aliado de EE.UU., y de su Presidente Donald Trump. ¡Enhorabuena y buena suerte, Reino Unido!
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