Presentador de TVE Carlos Franganillo y los anunciados billetes de 20 dólares USA
Bajo el socialista (PSOE) e izquierdista presidente de España, Pedro Sánchez, la oficial Televisión Española (TVE) ha convertido los noticiarios en descarados programas de propaganda política, con una total parcialidad y constante manipulación de las noticias, nacionales e internacionales. Ayer, en el principal noticiario -el de la noche- TVE informaba sobre el dilatado retraso anunciado por la Administración Trump para la puesta en circulación de nuevos billetes de 20 dólares con el rostro de una admirable mujer negra, de mediados del s. XIX: Harriet Tubman. Se afirmaba en TVE que el motivo del retraso era la admiración del Presidente Trump hacia su antecesor en el puesto, entre 1829 y 1837, Andrew Jackson, cuya efigie aparece desde hace años en dichos billetes de banco. A este controvertido presidente, quien fue muy popular en su época, se le calificó de esclavista, racista y populista, lo cual es cierto. Pero a TVE se “le olvidó” mencionar un pequeño detalle.
Andrew Jackson -el 7º presidente- fue el líder del Partido Demócrata durante sus dos mandatos. Pero fue mucho más que eso. Jackson fue el fundador del Partido Demócrata, con ocasión de su primera campaña electoral, en 1828.
Quien quiera escuchar la noticia, puede pinchar aquí y colocarse en el minuto 20:40 del Telediario vespertino.
Andrew Jackson en los billetes de 20$
A más a más -que dicen los catalanes- la gran popularidad de Andrew Jackson no se limitó a sus años como presidente, a comienzos del s. XIX. Hasta hace una década o algo antes, Jackson fue siempre incluido entre los 10 (o 6) mejores presidentes de Estados Unidos, de los 43 que hubo hasta George Bush hijo.
En conclusión, no es sólo Donald Trump quien ha admirado a Andrew Jackson. Muchos de los líderes de izquierda en estos dos siglos, han venido ensalzando a Jackson.
Y eso que, a la lista de sus malas creencias y obras no añadieron la de asesino y exterminador de los indios. Jackson es el presidente que más merece dicho título, aunque no es el único.
En EE.UU. todo el mundo conoce todos esos hechos, hasta los niños pequeños. Por eso, no hay más remedio que preguntarse, ¿cómo es posible que ni Carlos Franganillo -el principal presentador del Telediario-, ni la joven Cristina Olea -actual corresponsal de TVE en Washington, DC- lo desconozcan?
Cristina Olea. Corresponsal de TVE en Washington, D.C.
O bien estos dos destacados periodistas de TVE son unos perfectos ignorantes, o algo peor: unos manipuladores, que ocultan algo trascendental sobre el asunto del que estaban informando.
Para evitar confusiones, hay que señalar que en aquellos años al actual Partido Demócrata se le denominaba Partido Republicano. Pero no tenía nada que ver con el constituido en 1854, para oponerse a la esclavitud, al frente del cual se colocó enseguida Abraham Lincoln, antes de alcanzar la presidencia en 1861, justo al inicio de la Guerra de Secesión. En plena guerra, Lincoln emitió en 1863 la Proclamación de Emancipación, esto es una orden ejecutiva aplicable tanto a los esclavos del norte como a los del sur, en cuanto pudieran escapar al territorio unionista.
Personalidad contradictoria
A quien esté sorprendido por la duradera fama y reconocimiento en EE.UU. de alguien como Andrew Jackson -con tantos defectos- hay que recordarles que también tuvo importantes virtudes y éxitos. De vez en cuando los humanos no somos blancos o negros, sino ambas cosas a la vez.
Jackson destacó en la carrera militar, obteniendo una decisiva victoria sobre las fuerzas británicas en 1815, en Nueva Orleans (más de 2.000 bajas británicas), en el marco de la guerra emprendida en 1812. Victoria que hizo de Jackson un héroe nacional y puso fin a aquella guerra.
Justo después, dirigió la guerra contra los indios seminoles, en Florida, derrotándoles y, de paso, expulsando a España de sus últimos dominios en el actual territorio de EE.UU., sin dar la oportunidad al congreso a declarar formalmente la guerra. Mediante un tratado de 1819 España cedió Florida a Estados Unidos, a cambio de una suma de dinero, ya que carecía de fuerzas para defender dicho territorio en ese momento, al poco de librarse de la invasión napoleónica de la península.
Lo anterior, aumentó aún más la fama del General Andrew Jackson.
A lo ya expuesto, hay que añadir el éxito de la fundación del Partido Demócrata, en 1828, y su elección presidencial en dicho año por mucha diferencia.
Andrew Jackson a los ojos del historiador Paul Johnson
El historiador conservador, contemporáneo, Paul Johnson, en su obra de 1997, Estados Unidos, La Historia (A History of the American People. Page 329) afirma lo siguiente: “Jackson puede haber sido un militar autocrático, pero lo que le diferencia de los caudillos de Latinoamérica y de los dirigentes europeos tipo Napoleón, es que era un genuino demócrata. Fue la primera gran figura de la política estadounidense en creer en la voluntad popular y no fue por accidente que crease el Partido Demócrata”.
Y añade: “Jackson pensaba que el pueblo es instintivamente moral y correcto, mientras que un gran sector público [Big Government] -como el que contemplaba crecer en la capital, Washington-, era fundamentalmente equivocado e inmoral”. “Su cometido, tal como él lo veía, consistía en liberar dicha gran fuerza moral popular, apelando a la misma por encima de las cabezas de la arraigada oligarquía, la corrupta élite gobernante”.
Y “bajo Jackson … la economía se expandió y creció fuertemente”.
Andrew Jackson “fue, de hecho, el primer caso de carisma presidencial en la historia de EE.UU.”.
“En 1832 Jackson fue reelegido de modo abrumador, siendo el primer caso en la historia de la presidencia de EE.UU.”.
Andrew Jackson el primer gran dirigente populista de EE.UU.
Jackson es considerado por todo el mundo el primer gran dirigente populista de EE.UU. Pero corresponde a un populismo democrático, no del tipo de Getúlio Vargas en el Brasil de los años 30, los Perón (Domingo y Eva) en los años 40 y 50, el venezolano Hugo Chávez (a comienzos de este siglo, 1999 a 2013), etc.
En la obra Geografía del Populismo (2017), promovida por la Fundación FAES, se dice: “Con Andrew Jackson … concluyó la era fundacional [de EE.UU.]. Militar y sin estudios, curtido en el Oeste, era un héroe de guerra. No pertenecía a la saga de padres fundadores, notables de Nueva Inglaterra o ilustrados plantadores de Virginia. Inauguró la era jacksoniana. Fue el ¨rey de la multitud¨, el ¨amigo del pueblo¨, la voz del Sur frente a los buitres financieros de la Costa Este”.
Que el populismo en EE.UU. es de un tipo muy diferente a los clásicos, da cuenta con claridad la siguiente anécdota que tiene por protagonista a alguien tan poco de derecha como Barack Obama. Está relatada en la obra de FAES (pág. 391-392). Ocurrió el 29 de junio de 2016, en la cumbre en Ottawa (Canadá) de los tres líderes de Norteamérica.
El presidente mejicano, Peña Nieto, aludió en tono crítico al populismo, ya que por entonces Donald Trump estaba ya muy en cabeza en el proceso de primarias republicanas para la elección presidencial. Es de suponer que Peña Nieto se estaba expresando en base a los antecedentes -muy negativos- de su tierra: Latinoamérica.
Entonces, “Barack Obama … sin pensárselo dos veces … afirmó que contra lo antes señalado por su vecino del sur … ser populista es ¨estar cerca de la gente y querer dar beneficios a los más pobres¨ y, por tanto, que él también era un populista”.
Es indudable que lo que Obama tenía en la cabeza al autotitularse populista, no eran los ejemplos clásicos de Perón y demás, sino la peculiar tradición populista estadounidense, que arrancó justamente con Andrew Jackson a comienzos del s. XIX.
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