Aprobada la reforma de las pensiones por el Consejo Constitucional.
Derrotada la barbarie sindical e izquierdista en Francia: ha quedado aprobada definitivamente la ley de reforma de las pensiones que -principalmente- situará la edad de jubilación en los 64 años desde los actuales 62 años. El aumento será progresivo y sólo desde 2030 se aplicará el límite de los 64 años que, como es sabido, es uno de los más bajos de los países europeos.
La pasada semana el Consejo Constitucional (equivalente al Tribunal Constitucional de España) avaló los principales aspectos de la reforma propuesta por el gobierno francés. En menos de 24 horas el Presidente Macron firmó el texto de la ley, quedando esta promulgada. Ya no hay ninguna posible vuelta atrás.
El presidente y su gobierno han conseguido una indudable victoria política. De hecho, esta reforma fue el principal elemento del programa con el que se presentó Macron a las presidenciales el año pasado.
Pero quien -sobre todo- sale ganando es la economía y la sociedad francesa, aunque la mayoría de sus ciudadanos (en torno al 62%) se empeñe en no entenderlo todavía, imbuidos de una arrogancia tan gala como irracional.
Ratio de empleados por cada jubilado en Francia
y su previsión antes de la reforma
Fuente: WSJ y Pensions Advisory Council.
El gráfico de aquí arriba muestra que con las normas anteriores a la reforma únicamente había 1,7 empleados en activo para sostener a cada jubilado de Francia. Insostenibilidad que no habría hecho más que seguir empeorando con el tiempo.
La mayoría de los franceses se sigue aferrando a privilegios hoy insostenibles
La sociedad francesa sigue sin querer comprender que la situación de sus pensiones es ya, en realidad, extremadamente favorable en comparación con la de los demás grandes países occidentales. El gráfico de abajo muestra que, por término medio, un jubilado francés obtiene como jubilación – antes de esta reforma- el 74% del sueldo que estuviera ganando (referido a personas con empleos a tiempo completo). Incluso en la muy socialdemócrata Alemania quienes se jubilan sólo reciben el 53%, según datos de la OCDE.
Tasa de comparación de las pensiones con los salarios
Fuente: Wall Street Journal y la OCDE.
Un presidente socialista creó este problema hace décadas
Cada año y cada década que pasa Francia va quedando atrás con respecto a sus competidores occidentales y eso no sucede por alguna desconocida maldición. La maldición tierne nombre y apellido: el Partido Socialista de Francia (PSF), hoy en total decadencia (en las presidenciales de 2022 sólo obtuvo el 1,7% en la primera vuelta), pero que dominó en buena medida el país durante pasadas décadas.
Como ejemplo de dicha decadencia económica relativa, podemos indicar que en 1982 (datos del Banco Mundial) Francia superaba ampliamente al Reino Unido (RU), en el PIB per capita (medido en dólares US): 10.500 $ en Francia, frente a 8.700$ en RU, esto es, un 20% más. Sin embargo, en el año anterior a la pandemia, 2019, el Reino Unido había superado ya a Francia, que se encontraba un 5% por debajo: 40.495 $ de Francia, frente a 42.750 $ de RU.
En la campaña presidencial de 1981 el ambicioso y demagogo candidato socialista François Mitterrand dio el campanazo al prometer bajar la edad de jubilación de los 65 a los 60 años. Tan demagógica promesa le permitió acceder al poder, pero su victoria fue bastante estrecha (51,8%, frente a 48,2%), por cuanto habría salido derrotado de no ser por su envenenado regalo electoral.
Mitterrand había perdido en las anteriores elecciones (1974), pero a partir de 1981 consiguió mantenerse en el cargo nada menos que 14 años (dos mandatos, de los de entonces), hasta 1995.
Durante 40 años la economía francesa no ha logrado levantar cabeza, por la irresponsable decisión sobre las pensiones y por otras varias medidas económicas igualmente intervencionistas y contraproducentes para la competitividad internacional de Francia como, por ejemplo, la nacionalización de la banca que llevó a cabo Mitterrand en 1982, que tuvo que ser revertida a los pocos años.
El partido de Marine Le Pen también ha adoptado el populismo, pero sin ejercer violencia alguna
Agrupación Nacional (RN, Rassemblement national), el partido de Marine Le Pen, es realmente el que cuenta con el mayor número de diputados de la oposición en la Asamblea Nacional (o Cámara Baja): 89, encontrándose en la mejor posición parlamentaria de toda su historia. El partido de extrema izquierda La Francia Insumisa (LFI), equivalente a Unidas Podemos (UP) en España, tiene 75. Pero, contando a los diputados ecologistas, comunistas y socialistas, con quienes LFI constituyó en 2022 la coalición electoral Nupes (Nueva Unión Popular, Ecologista y Social), suman 130 diputados.
Dicha coalición -que logró un buen resultado en las elecciones de 2022 para la Asamblea Nacional- está claramente dirigida por los izquierdistas de La Francia Insumisa (LFI), lo que resulta insatisfactorio para las otras tres formaciones. Con frecuencia surgen tensiones entre esos partidos y algunos se proponen presentarse con sus propias siglas a las elecciones europeas de la primavera de 2024.
El partido de derecha conservadora de Marine Le Pen se ha colocado desde el primer momento (enero de 2023) en contra del proyecto del gobierno para las pensiones. Ahora bien, se ha mantenido totalmente al margen de la violencia ejercida en la calle -y en las instituciones- por la izquierda radical y antisistema, agrupada en la coalición Nupes.
Esta postura política de Agrupación Nacional (RN) para las pensiones (no aproximar la edad de jubilación hacia la media europea), que venía manteniendo desde hace años, le está abriendo muy buenas perspectivas electorales, pero supone una irresponsabilidad. Podría haberle ofrecido al gobierno respaldarle en las pensiones a cambio de que éste asumiera alguna de sus demandas políticas como, por ejemplo, un mayor control de la inmigración ilegal, el reforzamiento de las fuerzas policiales para hacer frente mejor a la delincuencia rampante, la exclusión del adoctrinamiento trans en las escuelas, etc.
“La encuesta sobre elecciones presidenciales que trastoca el tablero”. Le Figaro
Este era el titular que empleó Le Figaro, el principal diario conservador de Francia, al hacer público el resultado de un sondeo nacional hace un par de semanas, a comienzos de abril. Las elecciones presidenciales se celebraron hace doce meses y la encuesta actual preguntaba a los ciudadanos a quien votarían si los comicios se repitieran en estos momentos, con aquellos mismos candidatos.
Le Figaro concluía que Marine Le Pen “sería el único [candidato] en salir reforzado por el caos político creado por el proyecto de ley sobre la reforma de las pensiones”.
Marine Le Pen, por primera vez, aparece en cabeza -y de modo destacado- con el 31% de la intención de voto, en la primera vuelta de los comicios; gana 7,5 puntos porcentuales respecto al año pasado, lo que supone un gran avance.
Macron ocupa la segunda posición, con el 25% de los sufragios, descendiendo 2,8 puntos. Esto significa que su retroceso no es tan intenso como se hubiera podido prever; conserva gran parte de los apoyos que logró hace doce meses, del núcleo duro de sus votantes.
Pero, según esta encuesta nacional, el gran perdedor es el candidato antisistema Jean-Luc Mélenchon, el dirigente de La Francia Insumisa (LFI) que ha incendiado las ciudades de Francia con sus constantes llamamientos a ejercer la violencia. Con sólo el 17%, quedaría totalmente fuera para la segunda vuelta (en la que únicamente participan los dos primeros resultantes). Además, pierde 4,5 puntos porcentuales; únicamente el 78 por ciento de sus votantes de abril de 2022, mantienen su apoyo.
Comicios presidenciales (1ª vuelta)
Sondeo de marzo de 2023 y el resultado de abril de 2022
Encuesta nacional de finales de marzo 2023 para Le Figaro Magazine.
Apuntan cambios relevantes en la estructura electoral
Le Figaro señala el alcance limitado de esta encuesta, realizada cuatro años antes de los próximos comicios presidenciales, pero sí que denota una evolución llamativa.
Los analistas de Le Figaro concluyen que el presente sondeo consolida la estructura electoral tripartita que se constituyó en las presidenciales de 2017, que ganó Macron. Un bloque de centro (dirigido por el actual presidente, quien se ganó a buena parte del voto conservador), un bloque de extrema izquierda (dirigido por Nupes) y el bloque de la derecha conservadora (dirigido por Marine Le Pen).
Pero el sondeo revela importantes cambios dentro de esta estructura tripartita. La derecha conservadora se coloca en cabeza, por primera vez en Francia.
Además, hay que señalar que el cuarto candidato nacional resultante de esta encuesta es Éric Zemmour (con el 6% del total de la intención de voto), quien también forma parte de la nueva derecha conservadora.
Éric Zemmour, acompañado por varios de sus candidatos a la Asamblea Nacional.
En la primera vuelta de las presidenciales de 2022 Éric Zemmour también se colocó en cuarta posición, con el 7% (2,5 millones). En la presente encuesta para Le Figaro, Zemmour todavía concita el apoyo del 6%, con una pérdida de sólo un punto.
Esto es, Éric Zemmour sigue estando por delante de los socialistas (PS), de la derecha convencional (Les Républicains, LR) y de los ecologistas (EELV).
Éric Zemmour, que en 2021 y 2022 encabezó un amplio movimiento ciudadano de derecha conservadora que, pocos meses antes de las elecciones cuajó en el partido ¡Reconquista! (Reconquête!, REC), debido a sus desavenencias con Marine Le Pen (quien le puso numerosas zancadillas electorales) no logró ningún diputado. Aunque se encuentran en una larga y dura travesía del desierto, la encuesta desvela nuevamente que este partido y sus votantes no van a desaparecer.
Otros artículos de mi blog sobre estos temas:
Francia recae en la violencia, la paralización y en el fiasco político. 24 de marzo de 2023.
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