Liz Truss anuncia el plan energético británico de emergencia, en la Cámara de los Comunes. Sentados, de izquierda a derecha: Sra. Penny Mordaunt, jefe del grupo conservador; Sra. Therese Coffey, Viceprimera ministra, y Kwasi Kwarteng, Canciller del Exchequer (ministro de hacienda y economía). Fuente: UK Parliament /Jessica Taylor.
Ayer, 8 de septiembre, 48 horas después de que Liz Truss tomara posesión como nueva primera ministra del Reino Unido, ha presentado ante la Cámara de los Comunes los principales elementos de su plan de emergencia energética para este invierno, con el fin de atenuar seriamente la muy difícil situación a la que van a hacer frente a corto plazo millones de hogares y muchas decenas de miles de pequeñas y medianas empresas.
Simultáneamente, como ha querido destacar ella, también ha esbozado las medidas más importantes para el medio y largo plazo. Este programa a medio y largo plazo incrementará la oferta británica de energía e, incluso, como ha anunciado ella esta mañana, logrará la total autonomía energética nacional hacia 2040, convirtiéndose en un exportar neto a partir de dicha fecha.
Estas dos cuestiones son diferentes, pero ambas han de ser abordadas al mismo tiempo, desde hoy en día.
Algunas de las cifras más importantes del plan han sido ya desveladas ayer, aunque -naturalmente- hasta dentro de unas tres semanas no se podrán cuantificar las demás.
Un plan pensado y bien pensado
Quien crea que Liz Truss está pecando de precipitación e improvisación en este trascendental asunto, se equivoca.
Durante los casi dos meses que ha durado la peculiar campaña para la elección del nuevo jefe del Partido Conservador, Liz Truss ha ido diseñando su plan junto a sus principales colaboradores económicos (hoy en día, ministros) y, además, lo ha ido exponiendo al público, progresivamente. Con ello, los ciudadanos han podido ir reaccionando a sus diversas propuestas.
No se recuerda, en dicho país, pero tampoco en otros, una mayor celeridad de un nuevo gobernante en definir y desvelar algunas de sus principales propuestas, máxime teniendo en cuenta la complejidad y trascendencia que comportan las políticas energéticas para un país.
Como se dice en inglés, la nueva primera ministra ha querido “hit the ground running”, esto es, comenzar -su mandato- a la carrera. Enfrentada -como es el caso- a una gravísima crisis del coste de la vida -por los altos precios de la energía, principalmente-, esta agilidad y resolución de Liz Truss es lo que se espera de un verdadero dirigente. El comienzo de la gestión de esta primera ministra está siendo verdaderamente muy positivo, pero es pronto todavía para colocar adjetivos.
Liz Truss ha pasado de puntillas sobre la -inevitable- crítica de las políticas de sus predecesores … conservadores
La nueva primera ministra ha formulado una escueta valoración de las políticas energéticas de estos pasados años, bajo tres sucesivos gobernantes conservadores: David Cameron, Theresa May y Boris Johnson.
Liz Truss ha declarado, sin querer extenderse, que “voy a poner fin al enfoque cortoplacista de la seguridad energética y de un [suficiente] suministro de energía para Reino Unido, de una vez por todas”.
Por “cortoplacista” habría que entender un enfoque “muy equivocado” y un enfoque seguidista del laborismo y del ecologismo. Pero -naturalmente- ella no quiere abrir heridas con sus predecesores y seguidores, en estos momentos.
Quiero añadir que los términos “seguridad energética” y “seguridad de suministro“ han aparecido repetidamente en la intervención inicial de la primera ministra.
Para los lectores más jóvenes, que siempre han vivido en la actual demencia de las políticas energéticas diseñadas para “¡salvar el Planeta!” (sic), quiero informarles de que, desde hace décadas o casi siglos, cuando en los países europeos se hablaba de las medidas energéticas a tomar, aquellos dos conceptos de “seguridad”, así como la “autonomía energética nacional” eran -siempre- los objetivos primordiales, irrenunciables, junto a obtener una energía lo más abarata posible.
Antes de ir más adelante, deseo informarles de que el político que ha sido designado para la cartera responsable de las políticas climáticas y energéticas, esto es, el ministro de negocios y energía, Secretary of Business and Energy, ha sido nombrado Jacob Rees-Mogg. Este personaje, desde hace años, ha cuestionado la teoría del cambio climático y las políticas energéticas que se están aplicando en Reino Unido.
Jacob Rees-Mogg. Ministro (Secretary) de Negocios y Energía.
Naturalmente, los ecologistas se están rasgando las vestiduras. Lo que si es cierto, es que esto es la primera vez que sucede en Reino Unido, o en cualquier otro país de Europa occidental.
Ambicioso pero delicado plan de ayuda a las familias, PYMES y centros sanitarios y educativos
La primera ministra ha anunciado que los importes que pagarán los hogares británicos normales por sus consumos de energía (gas para calefacción y electricidad), no va a dejarse que sobrepasen los 2.500 libras anuales (esto es, unos 2.780 euros, o 230 euros mensuales, de media).
Como se aprecia en el gráfico de aquí abajo, dichos importes habían permanecido bastante estables desde 2019 -en torno a 1.150 libras-, pero en el otoño de 2021 empezó a aumentar. En abril de 2022 ya ascendía a casi 2.000 libras y para este cercano mes de octubre estaba previsto que alcanzase más de 3.500 libras, que en enero de 2023 se habrían convertido en 4.000 libras … mucho más que triplicando la cifra de 2020 (unas 1.150 libras).
El gobierno se hará cargo -pagándole a las suministradoras de esos consumos- de la diferencia entre los 2.500 libras de cada hogar y el gasto realmente incurrido.
Por consiguiente, cada hogar se beneficiaría -en la mayoría de los casos – de unas 1.000 libras esterlinas (unos 1.100 euros, anuales).
Evolución de los gastos anuales de las familias por consumos energéticos. Futuro tope de 2.500 libras esterlinas.
Este tope de gasto energético de las familias se hará efectivo el día 1 de octubre y se mantendrá durante 24 meses, tanto en los dos inviernos, como en los veranos, hasta septiembre de 2024.
Como ha declarado el nuevo ministro de hacienda y economía (Canciller del Exchequer), Kwasi Kwarteng, “millones de hogares británicos se sentirán aliviados al saber que podrán hacer frente a sus gastos energéticos” este invierno y el de 2023.
La primera ministra liberal se estrena con una inmensa intervención social
Este gasto que va a asumir el Estado durante dos años, unido a las ayudas a las empresas (que veremos a continuación) supondrá -en un cálculo muy provisional- a una cifra astronómica, de unos 130.000 millones de libras. Esto es, cantidades equivalentes y aún superiores a los cuantiosos programas de ayuda económica durante el Covid-19.
Todo esto, naturalmente, es lo contrario al pensamiento liberal de la primera ministra, pero la gravísima situación para las familias que ha heredado del conservador-progresista Boris Johnson, no le ha dejado una alternativa posible. Que éste sea su primera gran decisión, expresa que Liza Truss no excluye el pragmatismo de su acción de gobierno.
Ayudas a las facturas energéticas a las PYMES y centros sanitarios y educativos
Se aplicarán medidas de congelación del gasto a facturar a estas empresas y centros sociales, semejantes a las ya descritas. Pero su duración será de sólo 6 meses. Pasado ese plazo, únicamente los bares, pubs y restaurantes seguirán recibiendo ayudas.
La decisión de la nueva primera ministra ha sido que las elevadísimas sumas de las que estamos hablando las financie el Estado, endeudándose. Por otro lado, el propósito es devolver esta deuda pública en un plazo no superior a unos 15 años.
La oposición laborista, que sigue sumida en una considerable confusión -a pesar de los favorables pronósticos demoscópicos, insiste en que se aplique un “impuesto especial por los altos beneficios” (windfall tax) de las compañías petrolíferas, pero no son éstas quienes han creado la actual crisis y, además, resulta que esas compañías tributan ya en total por el 40% de sus beneficios, en lugar del 19% al que lo hacen otras muchas empresas. Fue Boris Johnson quien creó ya aquella figura tributaria hace, aproximadamente, un año.
Medidas para asegurar el suministro energético y posibilitar la seguridad energética del Reino Unido
Aquellas medidas de ayuda a familias y empresas únicamente suponen aliviar la situación económica y social que existe, al tiempo que se sostiene la demanda nacional de bienes y servicios, retrasando o quizá evitando la recesión que parece avecinarse.
Pero -en sí mismas- dichas ayudas no alteran apenas el problema subyacente de insuficiencia de la oferta de energía, por lo que los precios energéticos se han disparado.
Esta segunda parte del plan de acción operará, sobre todo, a medio y largo plazo, aunque algunas medidas actuarán también en el corto plazo.
La -desafortunada- moratoria que Boris Johnson estableció a fines de 2019 para la utilización de la técnica del fracking (o fracturación hidráulica), que es la única manera de extraer la gran cantidad del gas natural existente en las formaciones de esquisto (o pizarras) de Inglaterra, ha sido ayer anulada, por lo que las empresas interesadas -como la llamada Cuadrilla- pueden reactivar sus solicitudes de autorización. Lizz Truss ha estimado que en unos 6 meses podrá empezar a extraerse el gas natural del suelo británico.
RESERVAS DE GAS NATURAL DE ESQUISTO DE GRAN BRETAÑA
Fuente: DECC (Departamento de Energía …), tomado de The Telegraph. En rojo, las zonas con reservas comprobadas. Con rayas negras, las áreas que ya cuentan con licencias de explotación, aunque las licencias las paralizó Boris Johnson en noviembre de 2019. En rosa, terrenos para los que se podrían solicitar nuevas licencias de exploración.
Aunque únicamente pudiera extraerse el 10% del gas natural atrapado bajo el suelo de Inglaterra, según los estudios del Servicio Geológico Británico (BGS) se tendrían cubiertas las necesidades totales de gas de Inglaterra durante varias décadas. Sumando esto al gas que existe, también, bajo el Mar del Norte, Reino Unido se convertiría en un exportador neto de gas dentro de unos 14 años.
Inminente nueva licitación de permisos para extraer más gas y petróleo del Mar del Norte y nuevas centrales nucleares
La Sra. Truss ha hecho público también que en un cortísimo plazo -de una o dos semanas– se abrirá un nuevo concurso para que las petroleras interesadas puedan presentar solicitudes. El propósito es llegar a conceder más de 100 nuevas licencias.
Hay que recordar que han sido los 3 anteriores primeros ministros conservadores, quienes han venido oponiéndose, de manera total, a que se explotasen las riquezas energéticas que permanecen bajo el Mar del Norte.
El plan expuesto ayer jueves, comprende también una importante expansión de centrales nucleares, de las que no se ha construido ninguna durante los pasados 25 años.
Es muy curioso, observando el debate parlamentario de ayer, que el líder de la oposición laborista, Keir Starmer (que es uno de los más sensatos de los últimos años), echara en cara a la nueva primera ministra que sus antecesores conservadores no hubieran impulsado la construcción de nuevas centrales.
Como era inevitable, Liz Truss también impulsará las energías eólica y solar
Aunque, como los recursos financieros no son infinitos, da la sensación que las cuantiosísimas ayudas económicas que vienen recibiendo desde hace más de 20 años, van a disminuir considerablemente. Ya veremos.
Por último, conviene mencionar que Liz Truss no ha rechazado abiertamente el -demencial- objetivo de alcanzar el Cero Neto de emisiones para 2050, pero su relevancia -claramente- ha quedado ya en un segundo plano. Además, en su alocución de ayer, ha aclarado que se propone alcanzarlo “de una manera económica eficiente”, lo que ya se verá a qué da lugar.
Otros artículos de mi blog sobre estos asuntos:
Finalmente arranca el fracking en Inglaterra … pero fue prohibido nuevamente. 24 de septiembre de 2019.
El fracking en Europa del gas natural es primordial para superar la actual crisis energética y bajar el precio de la electricidad. 20 de diciembre de 2021.
Para abaratar la electricidad y derrotar a Rusia, a medio plazo, Europa debe maximizar la extracción de gas y diversificar su suministro. 9 de marzo 2022.
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