El gas cuesta ahora más de 10 veces en Europa (azul claro) que en EE.UU. (verde)
(Marzo 2021 al 25 febr. 2022)
Sin controlar el precio del gas no se logrará abaratar la electricidad.
(Precios en la escala vertical: de 10 a 60 US$ / MM Btu, Unidades Térmicas Británicas)
Fuente: International Energy Agency – IEA.
Un poco más adelante veremos las principales razones de esta enorme discrepancia de los precios del gas a éste y al otro lado del Atlántico, en contra de los hogares y de las empresas de Europa.
De momento, gracias al gráfico de aquí abajo, puede comprobarse la similitud de la evolución de los precios europeos del gas natural con los precios de la luz en España, a lo largo del crítico año 2021.
Concretamente, la aceleración de los precios desde abril de 2021, con un fuerte pico a principios de octubre, una fuerte caída posterior y un pico aún mayor antes del día de Navidad, con otra caída posterior aún más pronunciada que la de octubre.
Los picos del 7 de octubre y del 23 de diciembre de la luz en España coinciden, en buena medida, con los del precio del gas en Europa (Ver el gráfico de portada)
Fuente: Cinco Días.
Como es bien sabido, según van cerrándose centrales nucleares y las térmicas de carbón para generar la electricidad, son las centrales de gas (casi siempre, de ciclo combinado) las que pueden “respaldar” a las inestables e inseguras energías renovables, cuando el viento amaina en grandes zonas (debilitando la energía eólica) y el cielo se cubre de grandes frentes nubosos (empobreciendo el rendimiento de las solares). De ahí, la relevancia del precio del gas natural en la formación del precio de la electricidad, en las actuales circunstancias.
Divergencia del precio del gas natural entre Europa y EE.UU.
Simplificando, cabe distinguir dos factores muy distintos, uno a muy corto plazo, siendo el otro más bien estructural, debido a las características de la extracción de gas en ambos continentes.
A) A muy corto plazo, desde que la aguda crisis entre Rusia y Ucrania se agravó desde comienzos de febrero, el temor a un posible cierre –o a una gran disminución- del gas exportado desde Rusia a muchos países de la UE, así como la dificultad de encontrarle alternativas a corto plazo –antes del próximo invierno-, ha provocado un tremendo salto especulativo en Europa. Dicho gas ruso supone casi el 40% de todo el importado en Europa, mientras que es nulo para EE.UU.: este país sólo importa un poco de petróleo ruso.
B) A medio plazo, desde hace una década, el gas en EE.UU. viene siendo dos, tres y hasta cuatro veces más barato que en Europa, salvo en algunos cortos periodos.
Si se fijan, por ejemplo, en el gráfico de portada, ya en junio de 2021 –cuando no podía hablarse de una gran crisis entre Rusia y Ucrania- el precio del gas en Europa era 3 veces más alto que en EE.UU.: 10 US$/MMBtu, frente a 3,3 US$/MMBtu. Diferencia que continuó creciendo.
La principal razón de ello no tiene que ver con las reservas disponibles, en ambas áreas geográficas, ya que son bastante semejantes.
El motivo determinante es que en EE.UU. –a partir de 2008- se generalizó la práctica de extracción mediante el fracking, mejorándose las técnicas y desarrollándose todo un nuevo sector minero, muy dinámico, con este fin.
En 2019 (según la Energy Information Administration) el 86% de todo el gas extraído en EE.UU. (29,3 trillion cubic feet, del total de 33,9), procedía de yacimientos no convencionales de gas, explotados mediante el fracking.
La prohibición en Europa del gas no convencional ha sido absoluta
En Europa, por el contrario, los poderes políticos –tanto los nacionales de Europa occidental, como las instituciones de la UE (Comisión Europea, Parlamento …)-, asfixiaron en sus orígenes toda producción de gas de esquisto (shale gas) que, hoy en día, sigue siendo inexistente, en todo el continente (salvo en Rusia); dicho en términos cotidianos, cero patatero.
Cuando, por fin, se supere la obsesión climatista del ecologismo radical, se retiren infinidad de medidas que obstaculizan el desarrollo del fracking en nuestro continente y, específicamente, aquellas que ahogan su financiación, Europa podrá experimentar también –como EE.UU. desde 2008- una eclosión de nueva producción de gas natural, a lo largo de varias décadas, con sus muchos e importantes beneficios, como una considerable independencia energética respecto a proveedores poco fiables y, abiertamente, enemigos, como sucede con Rusia.
Europa ha recortado –deliberadamente- su producción de gas desde hace más de una década para “Salvar el Planeta”
La extracción conjunta de gas natural en Europa (sin contar Rusia, ni Turquía) ha caído un 20%, desde 2011, como expliqué detenidamente en mi anterior artículo.
Uniendo a esto los efectos de las demás políticas climáticas (subvenciones y altos costes de las renovables, cierre de centrales nucleares en Alemania, cierre de centrales térmicas de carbón en muchos países europeos, etc.), ha dado lugar –desde abril de 2021- al progresivo encarecimiento de la electricidad en Europa que, a partir de septiembre, se convirtió en una explosión de su precio.
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También puede leer: Considerable recorte de la extracción de gas en Europa occidental. 2 de marzo de 2022.
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No cabe la menor duda de que la crisis energética que comenzamos a sufrir en Europa desde septiembre de 2021, agravada desde febrero de 2022 por la invasión rusa de Ucrania, ha sido –principalmente- una crisis provocada voluntariamente por nuestros gobernantes y por gran parte de los electorados de los países europeos.
Esta gran insuficiencia de la producción de gas en Europa, ha tomado básicamente dos formas:
1) prohibición (sobre todo por Reino Unido) a que se comiencen a operar nuevas explotaciones de gas convencional en el Mar del Norte; y,
2) prohibición (desde los gobiernos nacionales y la Comisión Europea) a que se desarrolle la extracción de gas mediante fracking en los países que cuentan con más reservas recuperables, como Polonia, Francia, Ucrania, Rumanía, Dinamarca, Holanda y Reino Unido.
Las estimaciones de la U.S. Energy Information Administration (EIA) muestran que, considerando sólo estos siete países europeos, sus reservas recuperables de gas de esquisto (o de pizarra) suponen cerca del 90% de las del propio EE.UU.
Al renunciar a sus reservas de gas, Europa ha caído en una gran dependencia del gas de Rusia
En el mapa de abajo, se aprecia que la mayoría de los países antes aliados de la URSS (como Polonia, Chequia, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria, etc.) han seguido con una altísima dependencia del gas ruso que, casi siempre, supone más del 50% de sus importaciones totales de este producto. Finlandia, por su proximidad a Rusia y por su acomodación negligente (en lugar de conectarse a los gasoductos de Suecia, alimentados por el gas noruego), se ha colocado en una misma situación de sometimiento.
Más grave es que grandes economías de Occidente, como Alemania, Italia, Holanda, Austria y Grecia, que podían haber buscado –a tiempo- otras fuentes de aprovisionamiento, se hayan entregado también al combustible de origen ruso.
¿Comprenden ahora que, por ejemplo, Italia y Austria estén manteniendo una actitud muy timorata ante la gravísima invasión rusa de Ucrania?
Europa debe maximizar la producción de gas, para reducir su gran dependencia del gas ruso. Fuente: Eurostat.
En la situación inversa, con un reducido nivel de importaciones de gas desde Rusia, se encuentran España, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Noruega y Suecia.
Francia, por su parte, compra a Rusia casi el 20% de sus importaciones de gas, lo que no es nada despreciable.
El cuadro estadístico de aquí abajo, muestra el volumen de las importaciones de gas de varios países europeos y su dependencia del gas de Rusia. Todo ello, referido a 2019, último año anterior a la crisis económica derivada de la pandemia del covid-19.
Casi el 38% de todas las importaciones de gas de los actuales 27 países miembro de la UE, fueron originarias de Rusia.
https://ec.europa.eu/eurostat/databrowser/view/NRG_TI_GAS__custom_2232138/default/table?lang=en
Principales países del mundo exportadores de gas natural
El mercado mundial de gas está actualmente bastante tensionado y las ofertas disponibles no abundan.
Una vez más, las políticas aplicadas en muchos países (occidentales) para acabar con el uso de los combustibles fósiles (entre ellos, el gas), no han dejado de introducir obstáculos al desarrollo de nuevas explotaciones de gas en el mundo.
Esto es, también en el ámbito global las políticas climáticas son responsables directas de la actual insuficiente oferta mundial. Otra crisis provocada voluntariamente.
Principales países exportadores de gas natural en 2020
(Los volúmenes en azul, se transportaron por gasoductos.
Los tramos negros, en barco, en forma de Gas Natural Licuado, GNL)
(Exportaciones en miles de millones de metros cúbicos)
Fuente: Statista.
Datos: BP Statistical Review of World Energy. 2021.
Desechada Rusia, como fuente importante para el futuro, Europa puede echar mano para adquirir gas en forma de GNL de países aliados o amigos, con abundantes y capaces plantas de licuefacción, como EE.UU. (7 plantas), Catar (2 plantas), Australia (9 plantas) …
Aquellos tres países disponen de abundantes reservas de gas aún disponibles y de capacidad para licuarlo … siempre que Joe Biden no continúe con su programa para reducir la producción nacional de gas, en aras de intentar alcanzar el objetico del Cero Neto de emisiones, por lo que respecta a EE.UU.
En Australia, las posibilidades de sus yacimientos en la costa noroeste del país, sobre el Océano Índico, son enormes. Además, el actual gobierno conservador, del Primer Ministro Scott Morrison, está respaldando sostenidamente estos planes de expansión y la construcción de nuevas plantas de licuefacción.
Por otro lado, ya en estos años países europeos están importando gas licuado de Nigeria, dada su cercanía, aunque su capacidad de expansión no parece ser elevada.
La posición de España de cara al aprovisionamiento de gas
España, gracias a sus gasoductos desde Argelia, viene obteniendo de este país el 45% de sus importaciones; sólo una fracción entra como gas licuado, por barcos metaneros. También por barco, ha entrado un 9,6% de EE.UU., el 6,4% de Catar y el 4,3% de Trinidad y Tobago. Aunque poco conocido, a través de la red europea de gasoductos, España recibe de Rusia alrededor del 10% de sus importaciones.
Hay que señalar que España construyó -hace ya bastante tiempo- una amplia red de plantas de regasificación (seis), para transformar el gas licuado que entre por barco (a -160ºC) a las necesidades de la red española de gasoductos. Plantas que suponen el 25% de la capacidad total de Europa para regasificar el GNL.
El destino proyectado a esta muy importante red de regasificadoras iba mucho más allá del mercado nacional. Las empresas que las construyeron, en colaboración con el Estado, se proponían –aprovechando nuestra situación geográfica- hacer de vía de entrada de gas a buena parte del continente europeo.
Como nos ha sucedido en otras cuestiones, el permanente chovinismo de Francia, negándose a efectuar suficientes conexiones de su red de gasoductos con los de España, durante mucho tiempo frustró aquel acertado plan.
Hoy en día, en plena crisis bélica en Ucrania, con la vuelta a una situación prolongada de Guerra Fría, existe la oportunidad de que –por fin- se materialicen las suficientes conexiones con los gasoductos de Francia, facilitando en varios países europeos el remplazo del gas ruso por el de otros orígenes, gracias a nuestras seis plantas de regasificación, ya operativas, pero infrautilizadas.
Otros artículos de mi blog sobre el gas natural
Principal causa del encarecimiento del gas natural en los mercados internacionales. 7 de abril de 2022.
Considerable recorte de la extracción de gas en Europa occidental, durante los pasados años. Aumento de la dependencia respecto a Rusia. 2 de marzo de 2022.
El fracking en Europa del gas natural es primordial para superar la actual crisis energética y bajar el precio de la electricidad. 20 de diciembre de 2021.
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