Fracasa la Conferencia de Copenhague de manera desastrosa. De las 180 páginas del texto previsto, en el último momento se adoptó un micro-acuerdo de 3 páginas, que no vincula jurídicamente a ningún estado. Los estados podrán decidir unilateralmente lo que se comprometen a hacer, en qué plazo y, si lo desean, retirar por su cuenta dichos compromisos. La UE ha sufrido una de las mayores derrotas diplomáticas de toda su historia.
Las 18:00h del pasado viernes (18 de diciembre 2009) era el momento que figuraba en el programa de la Conferencia de Copenhague (COP-15) para el cierre de las sesiones. A esa hora, sin embargo, ninguno de los tres o cuatro borradores que estaban circulando entre los líderes mundiales concitaba el acuerdo de una mayoría de las 193 naciones participantes en la cumbre; además, las decisiones debían tomarse por consenso de todos los participantes, no por mayoría. La Conferencia estaba abocada a un fracaso total, cerrándose sin haber producido ningún tipo de documento, frente a las 180 páginas que preparó la ONU (el UNFCCC) en septiembre pasado. El periodo de sesiones hubo de ser extendido hasta la madrugada.
En torno a las 19:00 h de ayer viernes, el Presidente Obama irrumpió en una reunión de los primeros ministros de China, India y Brasil, a la que no había sido invitado, haciendo aceptar su presencia y participación. Luego se sumaría Sudáfrica. De esta reunión in extremis de los 5 líderes, al margen de los órganos de la Conferencia, salió el que ya se denomina “Acuerdo de Copenhague”, recogido en un texto de tres páginas, con cuatro anexos. La Unión Europea no fue tampoco invitada, quedando marginada en el momento decisivo de las negociaciones climáticas.
Repasando los principales puntos de este acuerdo político de cinco países, tal como se conocen a mediodía del sábado (día 19), se comprueba su enorme alejamiento respecto del tipo de acuerdo que muchas naciones -empezando por la mayoría de las europeas- esperaban obtener en la capital danesa.
CARÁCTER DEL ACUERDO
Acuerdo meramente político, que enumera los propósitos de quienes lo han suscrito. Lo previsto hasta noviembre, desde hace dos años, era un acuerdo con carácter legalmente vinculante, que se firmara en Copenhague.
PAÍSES PARTICIPANTES
En su inicio, únicamente EE.UU., China, India, Brasil y Sudáfrica lo suscribieron. En la noche de ayer viernes los demás países, hasta un total de 193, debían adherirse a dicho acuerdo que era el único existente. Formalmente la Conferencia COP15 “tomó nota” del mismo, pero no decidió realmente su aceptación. Un numerosísimo número de países en desarrollo (PEDs), encabezados por los Estados-Isla del Pacífico y el Caribe, proclamaron su intención de mantenerse al margen. De momento, la aceptación colectiva del acuerdo está en el aire y reina la confusión.
PROCESO NEGOCIADOR POS-COPENHAGUE
Desde que en noviembre 2009 se constató la imposibilidad de cerrar en Dinamarca un tratado de naturaleza legal, se pretendía incluir en la declaración política el plazo de junio de 2010 para consensuar dicho acuerdo o, a más tardar, diciembre de 2010, como fecha improrrogable. El acuerdo de ayer no recoge ninguna fecha límite para cerrar el acuerdo; dejando un calendario abierto; las negociaciones pueden continuar durante años.
LÍMITE DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
El acuerdo establece en 2º centígrados el máximo de calentamiento que debería permitirse durante el presente siglo. La reclamación de los PEDs, de hace una semana, para fijarlo en 1,5º C, no ha prosperado.
REDUCCIÓN DE LAS EMISIONES HASTA 2020
Se recogen en dos anexos. Cada uno de los países desarrollados declararán-unilateralmente- cual es su objetivo; la UE, por ejemplo, ya se ha comprometido unilateralmente al 20%, con independencia del resultado de la cumbre. Para otros, como EE.UU., su objetivo (4% respecto a 1990) es condicional de la decisión final de su Congreso. En ningún caso, estas reducciones son legalmente vinculantes. Los PEDs, enumeran en otro anexo las medidas de mejora de la eficiencia energética de sus economías y para las energías renovables que, voluntariamente, se proponen introducir.
REDUCCIÓN DE LAS EMISIONES A MEDIO PLAZO: 2050
La mención que se hacía en anteriores borradores a que en 2050 el conjunto mundial de las emisiones de los países ricos y de los en desarrollo (PED) se redujese un 50% respecto a 1990, ha desaparecido. La única mención es a que “se requieren grandes reducciones” de las emisiones.
MECANISMO INTERNACIONAL DE SUPERVISIÓN Y CONTROL DE LAS EMISIONES
Para los países desarrollados se mantendrá, básicamente, el sistema vigente. Para las economías emergentes (como China, India, Brasil …), hasta ahora exentas de toda obligación, se establece un instrumento de informes a la ONU cada dos años, acompañado de un control muy poco exigente, como reclamaba principalmente China.
AYUDA FINANCIERA A LOS PAÍSES POBRES
En términos generales el texto declara: “Los países desarrollados proporcionarán recursos financieros en volumen adecuado, predecible y sostenible, así como transferencia de tecnología y ayuda para construir capacidades administrativas a los países en desarrollo, para que les sea posible aplicar planes de adaptación” al cambio climático. Para el periodo puente 2010-2012, los países desarrollados aportarán alrededor de 30 miles de millones de dólares. Un anexo recogerá las aportaciones de cada nación; de momento, EE.UU. se compromete a 3,6 miles de millones de dólares, la UE a 10,6 y Japón a 11.
Respecto al medio plazo, el documento declara: “Los países desarrollados se fijan la meta de movilizar conjuntamente 100.000 millones de dólares al año, que se alcanzarían en 2020, para cubrir las necesidades de los países en desarrollo. Dichos fondos provendrán de una variedad de fuentes, tanto públicas como privadas, bilaterales y multilaterales”.
PROTOCOLO DE KIOTO
Este Protocolo, firmado en 1997, que vence a finales de 2012, que los PEDs habían porfiado por prorrogar hasta 2020, no se menciona en el acuerdo de Copenhague por lo que en enero de 2013 perderá toda vigencia. China, que encabezó esta reclamación del mundo en desarrollo como una operación táctica, la ha abandonado una vez conseguidos sus verdaderos propósitos.
PROGRAMA DE PROTECCIÓN DE LOS BOSQUES
El acuerdo “reconoce la importancia de reducir las emisiones que genera la deforestación y la degradación de los bosques y la necesidad de reforzar la fijación de los gases de efecto invernadero que producen los bosques”, acordando que los países desarrollados proporcionen “incentivos positivos” que financien los programas de los países pobres.
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