Macron no se distancia mucho y Le Pen acaricia la presidencia
Ayer, día 10 de abril, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, los votantes de este crucial país de Europa occidental han apuntado la posibilidad de embarcar a su gran nación (en la 2ª vuelta de las elecciones, el 24 de abril) en un cambio histórico, cuyas posibles consecuencias reverberan ya hoy a lo largo y ancho de toda la Europa democrática.
El actual presidente, el centrista de izquierda Emmanuel Macron, se ha colocado en primer lugar, con el 28,3% del voto emitido. En segundo lugar, la candidata de derecha dura Marine Le Pen, con el 23,6%.
Por tanto, Le Pen está 4,7 puntos por debajo de Macron, como preveía la encuesta de referencia IFOP (instituto privado) del 4 de abril. Tan sólo hace un mes, las encuestas daban a Macron una ventaja de más de 10 puntos. Esto ilustra el progresivo crecimiento del apoyo a Le Pen en las últimas semanas de la campaña, lo que no augura nada bueno para Macron en la segunda vuelta.
Por consiguiente, Macron y Le Pen son los dos candidatos que pasan a la segunda vuelta de estas elecciones.
Los partidos políticos convencionales casi han desaparecido en Francia
El día 24 de abril, podría comenzar en Francia un cambio regenerador –desde luego, preñado de dificultades, riesgos y probables errores- que está atrayendo ya la simpatía y devolviendo la esperanza a unos 70 millones de europeos (según los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo, de 2019). Ciudadanos estos, de casi todos los países de la UE, que no nos sentimos representados por los partidos políticos convencionales (de izquierda, centro, ni de derecha) que han venido desgobernando nuestro querido y admirable continente desde finales del pasado siglo XX, agrupados todos ellos en torno al conjunto del programa de la corrección política (de incuestionable origen izquierdista).
[Nota: dichos 70 millones de europeos comprenden los respectivos ciudadanos del Reino Unido, porque todavía formaban parte de la UE y, en todo caso, siguen siendo europeos. Por otro lado, esa cifra supone la extrapolación al conjunto de la población europea adulta de los resultados de las elecciones europeas de 2019, en las que participaron sólo el 50% de los potenciales votantes]
Por cierto, en las elecciones de ayer, los partidos políticos franceses convencionales se han hundido, al fondo del pozo: el histórico Partido Socialista de Francia ha obtenido lo que se merece, el 1,7%, mientras que el partido conservador histórico y gaullista (hoy llamado Les Républicaines, los Republicanos) se ha quedado en el 4,8%. Esto debería servir de “mensaje para navegantes” en España, aunque dudo mucho que vayan a reaccionar adecuada y suficientemente.
Valérie Pécresse. Candidata de Los Republicanos (derecha)
Le Pen está actuando a través de los mecanismos electorales y respetando la supremacía de la Ley
Aunque, a menudo, no es fácil descifrar las intenciones últimas o los planes ocultos de personajes políticos poderosos en ascenso, como ahora Le Pen, Ambrose Evans-Pritchard, uno de los redactores del The Telegraph, principal diario conservador británico, nos ayuda en esta pesquisa.
“Le Pen sigue siendo una ferviente nacionalista [a pesar de su evolución en estos recientes años hacia una cierta moderación y pragmatismo]… pero no hay base alguna para tratar de trazar paralelos con [los intentos golpistas populistas en Francia en] los años de 1930 [tras la revolución bolchevique de 1917 y la expansión del movimiento comunista por Europa], ni con [los planes para levantar, entonces,] un estado policial desde el Palacio del Elíseo [sede de la Presidencia de la República] …”
Al mismo tiempo, el redactor del diario británico conservador resalta que “Le Pen está desarrollando su actividad mediante los procesos electorales y respetando el imperio de la ley”.
“Nadie [serio] está sugiriendo que [ella, caso de llegar al poder] planee introducir algo así como la Ley Habilitante de 1933 [mediante la que Hitler se arrogó poderes absolutos, una vez que había llegado a ser presidente del gobierno mediante unas elecciones libres]”.
Los socialistas españoles, sus aliados europeos y la Comisión Europea carecen de autoridad para seguir colocando fuera del juego político, mediante su intransigente “cordón sanitario”, a un amplísimo sector de la sociedad francesa, que está respetando la Ley
Digámoslo clara y rotundamente: en España, el actual Partido Socialista (PSOE), radicalizado al extremo, ha introducido en su Gobierno a una fuerza comunista (Unidas Podemos, UP) cuyo objetivo expreso es acabar con el sistema capitalista, ir cercenando la propiedad privada (como mediante la defensa de los detestables Okupas, etc.) y, en definitiva, negar toda libertad política a quienes disentimos de su ideario totalitario y liquidar la Constitución española de 1978, por cualquier medio a su alcance.
Nada, nada semejante a lo anterior, puede ser achacado a la Sra. Le Pen por mucho que ella mantenga varias propuestas políticas equivocadas (de las que yo discrepo totalmente), haya cultivado “amistades peligrosas” (sobre todo, la de Vladimir Putin) –actitud peligrosísima que yo rechazo con rotundidad- y, desde luego, como cualquier otro gobernante, Le Pen podría cometer graves errores desde el poder, que dañen a su país y al resto de Europa. Como puede leerse en el Nuevo Testamento: “Quien esté libre de pecado [gubernamental], que tire la primera piedra”.
“Marine Le Pen puede llegar a ser la nueva Presidente de Francia”
Esto es lo que puede leerse hoy en gran parte de la prensa francesa y en la de otros muchos países. Y, lo cierto, es que así es.
La ventaja de Macron de cara a la segunda vuelta de las elecciones, el próximo día 24 de abril, no ha dejado de acortarse según ha ido avanzando la campaña electoral para la 1ª vuelta. Dos días antes de esta 1ª vuelta, se publicó la siguiente encuesta que, prácticamente daba un empate técnico entre ambos candidatos: Macron, 51%, frente un 49% para Le Pen.
Por ello, en estos últimos días, Emmanuel Macron se ha mostrado no sólo preocupado, sino perturbado e irascible.
Encuesta del 8 de abril de 2022, sobre la 2ª vuelta de las Presidenciales
Fuente: Elabe (Gabinete de estudios demoscópicos). Encuesta sobre la 2ª vuelta de las elecciones, el 24 de abril de 2022.
Es importante recordar que en 2017, en la segunda vuelta, Macron –que era un candidato outsider, casi sin partido, pero sin el desgaste que comporta el ejercicio del poder máximo-, barrió a la candidata Le Pen, por 32 puntos: 66%, Macron, mientras que Le Pen únicamente obtuvo el 34%.
Como pueden ver, la perspectiva hoy en día, es totalmente distinta a la de 2017. Marine Le Pen puede llegar a ser Presidente de Francia.
¿De dónde obtendría Le Pen los votos para ganar el 24 de abril?
El otro candidato de derecha dura, Éric Zemmour, ya ha pedido a sus seguidores que apoyen a Le Pen en la segunda vuelta, lo que con toda seguridad harán. Le Pen tendría, por tanto, unos 35,6 puntos, de partida.
Éric Zemmour
Nicolas Dupont-Aignan, del partido de derecha En pie, Francia, ha pedido que se vote a Le Pen, lo que llevaría a unos 37,5 puntos en favor de Marine Le Pen.
La candidata del partido gaullista, Valérie Pécresse, aconseja que se vote a Macron, pero –seguramente- la mitad de sus seguidores optarán por Le Pen, llevando su suma a unos 40 puntos.
El resto, hasta el 50%, según indican múltiples encuestas, vendrían –aunque parezca sorprendente- de los votantes de extrema-izquierda que han dado su sufragio a Mélenchon (La Francia Insumisa, equivalente a Unidas Podemos). Éste, ha conseguido 22 puntos, de los que cerca de la mitad irán a Le Pen. El motivo de este extraño trasvase de votos, es que dichos votantes odian a Macron más que a Le Pen y, por otra parte, se sienten atraídos por la política social un tanto izquierdosa (con multitud de ayudas sociales, etc.) de la dirigente de la Agrupación Nacional.
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Puede leer: Primer enfrentamiento del movimiento chalecos amarillos – Macron: 2 a 0. 7 de diciembre de 2018.
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Que intentaran impedir la victoria electoral o la toma de posesión de Marina Le Pen, echando mano de muy reales conspiraciones desde los organismos del poder estatal, como hizo el FBI, etc. contra Trump en 2016, sería absolutamente inaceptable
El proceso electoral en Francia está siendo escrupulosamente libre y democrático, como era de esperar. Si los ciudadanos franceses deciden darle el poder nacional a Marine Le Pen, dicha decisión soberana habrá de ser totalmente respetada y aceptada, por mucho que eso disguste a poderosos personajes, a múltiples organizaciones del estado republicano y a sectores de la sociedad. Eso y no otra cosa, es a lo que llamamos sistema democrático y merece ser defendido con el mayor tesón … pese a quien pese.
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Puede leer: El exdirector del FBI infringió las normas para perjudicar al Presidente Trump. 17 de septiembre de 2019.
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En 2 meses, elecciones a la Asamblea Nacional
Durante este próximo mes de junio, también con dos vueltas, se celebrarán elecciones a la Asamblea Nacional de Francia o cámara baja. Su mandato es de 5 años, coincidiendo con el año de las presidenciales.
Normalmente, sus resultados se asemejarán bastante a los de la presente 1ª vuelta, de ayer.
Por tanto, es muy probable que los diputados conservadores alcancen una mayoría en la Asamblea Nacional, aunque, como hemos visto, esa derecha estaría algo dividida: parte del partido gaullista podría alinearse con la oposición.
Con esta Asamblea Nacional tendrá que gobernar el nuevo presidente de Francia, sea cual sea, Macron o Marine La Pen.
El Senado (o cámara alta del poder legislativo) tiene un sistema de elección indirecto –a partir de los concejales locales- y se renueva a mitades, cada tres años. Cada senador ocupa su escaño 6 años.
La última renovación fue en 2020, obteniendo el partido histórico de derecha, Los Republicanos, una amplia mayoría. El próximo año, 2023, se renovará la mitad del Senado.
Como es bien sabido, el sistema político de la V República en Francia es fuertemente presidencialista, por lo que resulta menos adverso que en otros muchos países que un presidente no disponga de una mayoría parlamentaria.
El Gobierno de Le Pen
Si Marine Le Pen se hace con la presidencia el 24 de abril, es seguro que integraría en su gobierno –en una posición subalterna- a representantes del nuevo partido de derecha dura de Éric Zemmour, Reconquête!, en el que, además, se ha integrado hace poco tiempo la sobrina de Le Pen Marion Maréchal.
Marion Maréchal (Una dirigente de Reconquête! Sobrina de Le Pen)
Naturalmente, desde hace años, Le Pen ha venido atrayendo y acercándose a numerosos altos funcionarios, grandes empresarios, técnicos, etc. con quienes contaría al formar su gobierno.
Además de a los dirigentes de algunas otras pequeñas familias políticas de su propia orientación, y ante la segura negativa de los gaullistas del partido Los republicanos a incorporarse como partido, trataría de ganarse la integración de algunos de sus dirigentes, a título individual, así como de algunos dirigentes del partido de Macron, buscando Le Pen su debilitamiento. Esto mismo, es lo que hizo Macron en 2017, a su derecha y a su izquierda. En Francia, eso funciona con bastante frecuencia.
¿Y si Le Pen pierde?
Aunque no he visto ningún cálculo, podría decidirse hoy en día que ambos candidatos cuentan con una probabilidad semejante de alzarse con el triunfo: digamos, 50 a 50.
Un reelegido Presidente Macron, tendría dos factores en su contra, en comparación con su primer mandato, que arrancó en 2017. Habría triunfado con un estrecho margen, en vez de con los 32 puntos de diferencia, que logró entonces.
En segundo lugar, tendría en su contra el Senado y, seguramente, también la Asamblea Nacional.
Por otro lado, como el partido presidencialista actual, La República en Marcha (EM) se formó ex novo, a toda prisa, en 2017, con políticos procedentes de la izquierda y la derecha, podría comenzar un cierto número de fugas del partido de Macron.
Como estamos viendo, en Francia, desde hace décadas, muchos de los partidos –a diferencia de en España y en casi todos los países europeos- existen como organizaciones de apoyo a personalidades políticas: Macron, en su día Sarkozy, etc.
Dicho de otro modo, en base a las presentes circunstancias, Le Pen pasaría a constituir sin lugar a dudas la verdadera oposición a Macron en la Asamblea Nacional. En el Senado, lo seguirá siendo el partido conservador Los Republicanos.
El pujante movimiento conservador que se ha fortalecido en Francia en el pasado medio año, no desaparecería en caso de fracasar en su empeño de alcanzar el Palacio del Elíseo.
El programa político de Marine Le Pen, en conjunto es positivo, aunque contiene serios errores
En un próximo artículo, abordaré con la debida extensión este trascendental asunto. Ahora, únicamente, mencionaré de pasada lo referente a la Unión Europea.
Digamos, de entrada, que hace ya unos cuantos años que Marine Le Pen ha desechado sus disparatadas propuestas de 2017, de abandonar –pura y llanamente- la Unión Europea (el Frexit), así como de salir del euro y recuperar su franco francés, como moneda nacional. Esto, es un enorme cambio de posición, positivo.
Aunque, sorprendentemente, en España apenas existe una reflexión colectiva sobre lo que está suponiendo la progresiva integración europea a través de la UE, en Francia y en otros muchos países, sí que recibe la atención que merece, desde hace décadas.
Es incuestionable que la UE debe seguir existiendo, pero ¿con qué contenido, con qué carácter?
Marine Le Pen, frente a una imparable expansión de las instituciones de la UE, abarcándolo todo, desde Bruselas, siempre en la misma dirección (“Más Europa”), propone recuperar para las naciones elementos de la soberanía nacional que han ido siendo “delegadas”, una tras otra, a la UE.
Una “Europa de las Naciones” es el lema de Le Pen. La letra de esta propuesta no está del todo definida, pero su música me gusta y me parece del todo necesaria. Sí, echar algo para atrás, en favor de las instituciones nacionales, como los tribunales.
Le Pen plantea transformar la UE desde dentro.
Concluir esta transformación requeriría, naturalmente, un nuevo Tratado de la Unión, que sustituyera al Tratado de Lisboa (de 2007). No parece nada factible que esto se pueda conseguir en un único mandato, pero de lo que no cabe duda es de que Le Pen contaría con el firme apoyo de casi todos los estados de Europa central y oriental: Polonia, Chequia, Eslovaquia, Croacia …
Buenos días,
Le Pen ha dado tantos bandazos que no es de fiar. Me da más miedo que los partidos tradicionales. Es una antisistema sin ideología fija. No conozco bien el programa de Zemmour, pero creo que le votaría mucho antes que a Le Pen, y más aún si tiene en su partido a Marion Marechal Le Pen, quien espero que sea la futura líder de la derecha francesa.
Y más miedo me da ahora. En el momento bélico en el que estamos no podemos cometer el error de tener al enemigo en casa, porque usted sabe igual que yo que Le Pen le debe favores a Putin. Europa tiene que tener un mensaje unánime hacia el exterior si quiere ser algo en el mundo y, en este caso, si quiere que cada uno de sus países sigan existiendo. El problema ruso puede ir para largo, muy largo, entremos directamente o no en el conflicto. Yo fui de los que avisé de que esta guerra podía ocurrir perfectamente y soy de los que hace años ve repetirse la historia europea y española, salvando las distancias, de guerra en los años 30 de cada siglo. Somos tan torpes y tan humanos, que siempre repetimos nuestros errores. Europa no ha aprendido de su historia. Rusia es la nueva Alemania nazi y Europa se esta armando tarde.
Estimado Damián:
Lamento el retraso en responder, pero el otro día, acabé el segundo artículo sobre Le Pen y, enseguida, me fui de vacaciones unos días por la Semana Santa.
Muchas gracias por sus meditados comentarios. Para ir a lo más general, puedo decirle que en estas circunstancias -como en otras muchas, en diversos países- la elección no es por el mejor, sino por la menos mala de las alternativas. La lista de errores y futuros peligros derivados de Marine Le Pen sería muy larga. y, no se si sabe, que añadió otro grave error al día siguiente de la 1ª vuelta: rechazó ante los periodistas la posibilidad de incorporar a Marion Marechal o Éric Zemmour a su Gobierno. ¡Menudo disparate!, por puro despecho personal.
Luego voy al importante asunto de Rusia.
No tengo inconveniente en decirle que me ha llevado un par de semanas hacer esta elección y, a pesar de los muchos pesares, sigo creyendo que es la menos mala. Todos conocemos bien el papel decisivo que juega Francia en Europa y, también, en la UE. Vencer la «anti-Santa Alianza» europea entre los partidos convencionales y sus infinatos aliados no será nunca nada sencillo. Aunque yo no soy creyente, respeto mucho lo que la religión, en general, y el cristianismo han hecho por Europa. Y, como dicen los creyentes -por muchas diferencias que haya con nuestra realidad europea- «A veces Dios escribe con renglones torcidos». Entenderá que no estoy colocando al Señor en el transfondo de esta cuestión, es un simple símil.
Pues bien, sigo pensando que Marine Le Pen puede ser uno de esos «renglones -muy- torcidos» mediante los que podría irse habriendo paso una no muy definida pero necesaria alternativas general a los partidos tradicionales. En realidad, me ayudó mucho haber tenido que optar en noviembre de 2016, frente a la victoria electoral de Donald Trump, que no me había gustado nunca, ántes. Pero, como se dice en España, » a lo hecho, pecho», esto es, a lo elegido por los votantes conservadores americanos, mejor tirar para adelante que contribuir a su caída, lo que hubiera supuesto un inmenso retroceso en EE.UU.
Como , seguramente, Vd. comprende el francés, le doy el enlace con un muy reciente artículo del diario (convencional de derecha) Le Figaro, sobre lo que significa esta elección en Francia, gane quien gane. La entrevistada, Laure Mandeville, fue corresponsal del Le Figaro en D.C. en la época de la elección de Trump; también ha estado destinada en Moscú, etc. Me parece una redactora muy informada y sensata y, desde luego, no estoy nada seguro de que apoye a Le Pen, ni a Marion Marechal.
https://www.lefigaro.fr/vox/culture/alexandre-devecchio-les-lecons-de-la-campagne-d-eric-zemmour-20220413
Respecto al asunto de Rusia, Francia -casi- siempre ha supuesto un serio problema para Europa (y lo seguirá siendo), porque la mayoría de sus gobernantes y políticos se inclinan hacia esa potencia. Para quedarnos en la actualidad, Macron lo está haciendo, hasta el colmo del ridículo, y de la desunión de Europa. El candidato Melenchon, que -por desgracia- ha obtenido un muy buen resultado, en 2014 «aplaudió la anexión de Crimea» por Putin; puede buscar esto en El País, por ejemplo. Éric Zemmour es más pro-ruso que Le Pen …
A fin de cuentas, sólo el paso del tiempo nos dirá cual era la mejor opción para la actualidad. Suerte con su búsqueda.
Reciba un cordial saludo,
Gustavo Jaso