Probable pérdida del control del Congreso de EEUU por los demócratas.
Todo indica que el hoy radicalizado Partido Demócrata va a cosechar una gran derrota e0n las elecciones a mitad de mandado (midterm elections) del 8 de noviembre, dentro de once días.
Hay multitud de indicios de que perderán la -exigua- mayoría de la que actualmente disponen en ambas cámaras del Congreso en Washington, D.C., desde 2021. Mayorías que le han permitido sacar adelante muchos de sus proyectos legislativos nacionales, que apuntan a una transformación radical progresista de la economía y la sociedad estadounidense.
Transformación que no nos es en absoluto ajena a los europeos, ya que los respectivos partidos de izquierda radical en Europa occidental (como el PSOE actual, en España) e, incluso, los gobernantes centristas -como el francés Emmanuel Macron- se esfuerzan en trasladar con rapidez a nuestros países europeos, como la ingeniería social de género, el adoctrinamiento de nuestros niños, la apertura de las fronteras, la permisividad para con los delincuentes, la intransigencia hacia el discrepante con las proyectos políticamente correctos, etc.
La principal baza que se juega en estas elecciones -a los dos años tras las presidenciales- son las dos cámaras del Congreso.
Pero también se deciden los gobernadores de 35 de los 50 Estados de la Unión y muchas decenas de diputados de los congresos de los Estados. No hay que olvidar que en EE.UU. -desde su establecimiento como una confederación- la Constitución fijó una gran descentralización del poder, en favor de los estados, por lo que tiene mucha importancia lo que ocurra en estas elecciones estatales.
En tercer lugar, también se llevan a cabos elecciones en una serie de municipios, pero no en la mayoría.
La situación en las dos cámaras del Congreso
En la Cámara de Representes (o Cámara Baja) se renuevan todos los puestos cada 2 años y, por tanto, ahora. Los demócratas disponen de 220 escaños, desde enero de 2021, frente a 212 los republicanos, habiendo tres vacantes. Basta con que los republicanos ganen 6 escaños ahora ocupados por demócratas, para que tomen el control de la cámara.
Prácticamente siempre, en todas las elecciones de este tipo (de mitad de mandato), el partido del nuevo presidente pierde algunos diputados. Además, cuando esos dos primeros años del presidente han sido especialmente conflictivos, como es el caso con Joe Biden y sus proyectos radicales, la pérdida de puestos de su partido suele ser todavía mayor.
Aunque las previsiones demoscópicas son diversas, podría decirse que una ganancia de 15 escaños por los republicanos es muy probable e, incluso, podría ser mayor.
En el Senado se renueva aproximadamente la 1/3 parte (de los 100) cada dos años, esto es, ahora 35 escaños están en juego. La situación en el Senado es aún más comprometida para los demócratas: existe un empate entre ambos partidos, 50 a 50. Pero, según las normas del Senado, la Vicepresidente Kamala Harris dispone de un voto de calidad que permite a los demócratas sacar adelante sus proyectos, por la mínima. Es sumamente improbable que el partido GOP (republicano) no arrebate 1 o 2 escaños a sus oponentes. El cambio, probablemente, tendrá lugar en las elecciones en Georgia, Nevada, Carolina del Norte o Pennsylvania.
Los demócratas no están logrando que éstas sean unas “elecciones contra Trump” y se están debilitando
Conocedores de la animadversión que levanta el anterior Presidente, Donald Trump, los demócratas han hecho lo posible por sacar a relucir a Trump. La Administración Biden, a comienzos de agosto, montó el numerito del registro de un sinnúmero de agentes del FBI en la residencia de Trump en Florida, llamada Mar-a-Lago, lo que fue algo sin precedentes y más todavía a tres meses de unas elecciones legislativas nacionales.
Durante el verano, la izquierda más o menos logró su propósito, pero a medida que se acercan los comicios los electores están mostrando claramente -en las encuestas- que Trump no está entre sus mayores preocupaciones.
Como han expresado, recientemente, los editorialistas del principal diario conservador del país, el Wall Street Journal (WSJ), “los demócratas han tratado con vigor de arrastrar a Trump de nuevo a la campaña de 2022 … pero él no figura en ninguna de las papeletas de noviembre. Por tanto, los votantes están teniendo la oportunidad de centrarse en la gestión de los gobernantes demócratas de Biden”.
El giro izquierdista de los demócratas es lo que va a ser castigado por los votantes en estas elecciones
Además, el WSJ nos ofrece su explicación de por qué los electores -según muestran casi todas las encuestas- se están alejando del Partido Demócrata y dando un mayor respaldo a los candidatos republicanos.
“Los demócratas están en dificultades porque han nombrado a demasiados candidatos cuyos planteamientos sobre la [creciente] criminalidad, la inmigración, [las políticas] climáticas y la economía resultan prácticamente imposible de defender [ante los votantes] de las zonas donde los comicios están muy disputados [¨competitives¨]”.
Ante la muy previsible derrota de los demócratas, los editorialistas del WSJ enuncian su conclusión: “Finalmente, los demócratas están pagando por su giro a la izquierda durante la presidencia de Trump”.
Estos dos años de presidencia de quien se presentó como el gobernante moderado que necesitaba el país para unirlo y reducir la profunda polarización que hubo bajo Donald Trump, han resultado ser todo lo contrario.
Como ya expuse ante las presidenciales de 2020, el candidato Joe Biden se alió estrechamente con la ascendente ala izquierdista de su partido, esto es, con Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), etc.
Las cuestiones esenciales de estas elecciones
Los asuntos que van a desempeñar un mayor peso en lo que voten los ciudadanos el 8 de noviembre, son los siguientes:
— la grave crisis económica, por la elevada inflación de precios, que en septiembre ha llegado al 8,2%, a pesar de que Biden dijo repetidamente que se trataba de un fenómeno “transitorio”, aunque era evidente que durará años;
— la escasez y los altos precios de los productos energéticos, debido principalmente a la obstaculización por la Administración Biden de extraer mayores cantidades de petróleo, gas y carbón, y su sustitución por las caras energías renovables para generar electricidad;
— la elevadísima criminalidad existente en decenas de grandes y medianas ciudades de EE.UU., empezando por Nueva York, Filadelfia, Chicago, Nueva Orleans, Los Angeles y San Francisco;
— la crisis inmigratoria existente en la frontera sudeste, con México, desde que Biden llegó a la Casa Blanca, al haber anunciado a bombo y platillo su propósito de casi suprimir los controles efectivos en dicha frontera. De 458.000 “encuentros” (detenciones) en el último año del Presidente Trump, 2020, en el año fiscal de 2022 (que concluye en septiembre) han pasado a 2.380.000, multiplicándose por más de 3 veces. Parecida evolución habrá seguido el número de inmigrantes ilegales que hayan logrado evitar a los guardias de frontera -de la mano de las mafias mexicanas-, colándose en EE.UU.
— De un modo secundario, también pesará en el ánimo de los votantes la sentencia del Tribunal Supremo, de julio, anulando el supuesto derecho al aborto -en el plano nacional-, pero permitiendo que cada estado decida su propia política, restrictiva o totalmente permisiva.
De estas cinco cuestiones, tan sólo la última está favoreciendo a los demócratas, mientras que las demás incitan a votar a los candidatos republicano.
Aumenta el apoyo a los republicanos según se acerca la fecha de las elecciones
El diario nacional de centroizquierda USA Today, en base a sus encuestas (USA Today/Suffolk University), titula del siguiente modo su crónica de hace unos días:
“Se incrementa el apoyo a los republicanos [a nivel nacional], siendo la inflación lo que motiva a los electores”
A continuación, amplia estas ideas: “Los republicanos se están afianzando a medida que la campaña para las elecciones a mitad de mandato entra en su recta final … en medio de la preocupación por la capacidad real de liderazgo del Presidente Biden y por el estado de la economía”.
“A medida que los estadounidenses van sintiendo el efecto negativo de la inflación en sus vidas diarias, desde comer fuera de casa con menor frecuencia hasta cancelar vacaciones, los electores se están tomando abrumadoramente estas elecciones como una oportunidad para enviar un mensaje a la Casa Blanca: el mensaje es que cambien de rumbo”.
Según aquella encuesta, el pesimismo es ya dominante entre los ciudadanos. “Las 2/3 partes de los encuestados, el 66%, afirmaron que el país ya se encuentra en recesión e, incluso, en una depresión [económica]. Únicamente el 10% considera que hay una recuperación de la economía”.
Más concretamente, “los [estadounidenses de origen] hispánicos están siendo particularmente afectados. Casi 6 de cada 10 de ellos está retrasando sus vacaciones y el 44% afirma que la economía es su principal preocupación [de cara a las elecciones], más que los blancos o los negros”.
Hay que tener en cuenta que los ciudadanos de origen hispano, desde hace muchos años, han votado principalmente a la izquierda y que, en esta ocasión, pueden dar su apoyo, preferentemente, a los republicanos. Esto trastocaría muchos de los cálculos electorales de los pasados años, favoreciendo a los republicanos.
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