Derogado el derecho al aborto en EEUU. Vallas de protección del Tribunal Supremo, por primera vez en la historia del país.
Hoy, 24 de junio, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha hecho pública una sentencia verdaderamente histórica, que supone que ha quedado derogado el derecho al aborto en EEUU, tal como se veía venir desde hace unos meses.
A) Esto ha ocurrido al pronunciarse el Alto Tribunal sobre el recurso presentado contra una ley del Estado de Misisipi, de 2018, que limita el aborto a las primeras 15 semanas del embarazo. Por tanto, la sentencia del Supremo, al rechazar el recurso, ha permitido que la ley estatal de Misisipi, limitando el aborto –solo en su territorio-, entre en vigor y ya no pueda ser recurrida en ninguna instancia, más que algún fleco secundario.
Recordemos que hasta el día de hoy y desde 1973, el aborto ha podido practicarse -en todo el país, al menos– durante las primeras 24 semanas (unos cinco y medio meses). La diferencia es de 9 semanas, unos dos meses. Los estados más progresistas, alargaron dicho periodo, a menudo, hasta el momento mismo del parto, lo que evidentemente ha supuesto un infanticidio (lo que, por ejemplo, apoyó abiertamente Barack Obama).
B) Por otra parte, y como extensión del estricto caso de Misisipi, el Supremo ha derogado la sentencia Roe vs. Wade, de enero de 1973 (de este mismo alto tribunal) -revalidada por otras sentencias posteriores- que creó el llamado derecho al aborto en E.UU., a nivel nacional. En consecuencia, también ha quedado derogado el denominado derecho al aborto, como un derecho de carácter nacional.
Es muy poco frecuente que el Tribunal Supremo derogue una sentencia propia anterior. Esto eleva la trascendencia de la decisión de hoy.
El Supremo ha adoptado dos decisiones diferentes, en una única sentencia
Son dos decisiones relacionadas, pero claramente diferentes. De hecho, la aprobación de la ley de Misisipi (sobre las 15 semanas, en sólo aquel estado) ha contado con el voto de los 6 magistrados considerados conservadores, frente a los 3 progresistas, lo que supone una sólida mayoría.
Pero la decisión de derogar la sentencia del propio Supremo, de 1973, de mucho más alcance, sólo ha tenido el voto favorable de 5 de los magistrados conservadores. Como era de suponer, el presidente del Tribunal Supremo –John Roberts-, como viene haciendo en estos pasados meses, se ha colocado junto a los progresistas: el voto ha sido de 5 a 4. Ni que decir tiene que muchas sentencias, sobre muy diversos asuntos, han salido adelante a lo largo de las décadas con una mayoría de 5 a 4, lo que no les quita ninguna legitimidad; ahora bien, las aprobadas con más amplias mayorías adquieren mayor solidez, que es otro asunto.
El texto de esta sentencia procede de la pluma más consistentemente conservadora del Tribunal Supremo actual: el magistrado Samuel Alito, quien lleva 17 años en esta Corte, y que fue nombrado por el denostado Presidente George Bush, hijo, en 2005. Es este magistrado, fiel continuador del gran magistrado Antonin Scalia (fallecido en 2016), quien está encabezando el esperanzador y sólido giro que está tomando la Justicia en EE.UU. y cuyas repercusiones van a sentirse en todo Occidente: que nadie lo dude.
Magistrado Samuel Alito.
Algo personal
En mitad de algo tan trascendental, permítanme que les relate una anécdota personal. Estando cenando con unos familiares no hace mucho, al comentar la posible derogación del aborto en EE.UU., una simpática e inteligente joven -B- exclamó: “Pero eso lo decidirían unos vejestorios [o sea, los magistrados del Supremo], etc.”.
Esta muy querida familiar parecía repetir las “creativas” ideas de la política de identidad (que es parte de la funesta e irracional ideología woke), según las cuales sólo los jóvenes tendrían que decidir sobre “sus asuntos”, los ciudadanos negros serían los únicos validados para adoptar políticas y sentencias que les afecten particularmente y, como también dijo ella, el aborto es un tema que «sólo deberían decidir las mujeres«. ¡Te quiero mucho, B!, a pesar de que leas tanto el diario izquierdista español El País … y les creas, a pies juntillas. Claro que, si yo escuchara ahora lo que yo decía a su edad …
La cuestión del aborto “vuelve a los representantes de los ciudadanos”
La derogación de la sentencia Roe vs Wade, de 1973, no ha sido por discrepancia con el contenido de dicha sentencia, sino por juzgar que el Supremo carecía de jurisdicción para intervenir en un asunto como el del aborto, ni en uno ni en otro sentido, ni a favor ni en contra.
Como reproduce hoy el principal diario conservador nacional de EE.UU., The Wall Street Journal (WSJ):
“La Constitución no hace referencia al aborto, ni éste está protegido implícitamente por ninguna disposición [de rango] constitucional [, como una enmienda]”. Esta frase es parte de la literalidad de la sentencia de hoy, redactada por el magistrado Samuel Alito.
Dicho de otro modo, si el derecho al aborto no estaba previsto, en 1973, por la Constitución ni por ninguna enmienda, el Tribunal Supremo no debió haber “creado” este derecho. Esa es tarea exclusiva del Congreso nacional, en Washington, D.C. y, en caso de que éste no legisle sobre este tema -que era la situación en 1973 y todavía hoy en día-, pueden hacerlo los Congresos de los 50 estados.
El texto de la sentencia prosigue: “Ha llegado el momento de acatar la Constitución y devolver el asunto del aborto a los representantes de los ciudadanos”.
Va a crearse todo un abanico de situaciones: una distinta en cada uno de los 50 estados.
Como dije en un anterior artículo, lo dicho aquí arriba “implica que la sociedad de cada Estado legislará en función de su propia inclinación particular … Por tanto, el procedimiento será plenamente democrático y, por decirlo de algún modo, descentralizado”. No hay que perder de vista que EE.UU. es un país-continente, que abarca muchas comunidades muy distintas unas de otras.
Esta descentralización histórica del poder estadounidense responde al principio de federalismo, que traté en un anterior artículo.
Habrá 50 situaciones legislativas diferentes, sobre el aborto
Continuaba yo, así: “De hecho, cada Estado ya ha ido aprobando sus propias leyes sobre el aborto, durante estos pasados años y décadas, muy diferentes entre unos y otros Estados”.
Por un lado, 22 estados, incluido Tejas y Michigan, disponen ya de leyes que prohíben el aborto en muchos casos y en diversos plazos, pero siempre muy inferiores a las 24 semanas. Estas leyes estaban en suspenso por la vigencia de la sentencia de 1973. Ahora, podrán entrar en vigor en poco tiempo
Entre los Estados en la situación restrictiva anterior, figuran muchos del Sur, centro (Midwest) y oeste del país: Misisipi, Luisiana, Oklahoma, Arkansas, las 2 Dakotas (la del Norte y el Sur), Wisconsin, Georgia, las dos Carolinas, etc.
En mi anteriormente citado artículo, añadía que “Por el contrario, unos 15 estados y el (muy progre) Distrito de Columbia (D.C.) tienen ya aprobadas leyes para “defender los derechos reproductivos”, ante la eventualidad de que Roe vs Wade sea derogada [con plazos de 24 semanas o de muchas más]. Se encuentran, principalmente, en ambas costas oceánicas: California, Oregon y el estado de Washington en el Oeste (junto a Nevada, donde está Las Vegas). En la costa atlántica, Nueva York, Nueva Jersey, Maryland y casi toda Nueva Inglaterra: Massachusetts, Connecticut, Maine, etc.”
Además de las leyes estatales que ya estaban aprobadas -pero en suspenso-, cada estado podrá legislar en el futuro sobre el aborto del modo que sea mayoritario en cada territorio.
La crónica del Wall Street Journal añade lo siguiente: “esta decisión supone un momento decisivo para el Tribunal Supremo, que es más conservador de lo que ha sido en muchas décadas, y un gran cambio en la doctrina judicial [de EE.UU.], que ha sido posible gracias a que Donald Trump nombró tres [nuevos] magistrados”.
Previsibles reacciones izquierdistas violentas contra la sentencia de hoy. Una persona intentó asesinar en su domicilio a un magistrado conservador hace unas semanas
Diversas organizaciones progres, extremistas, vienen convocando por las redes sociales una especie de asalto al edificio del Tribunal Supremo en Washington, D.C., para la noche en que se hubiera anunciado la derogación de Roe vs Wade, esto es, para esta noche, del viernes día 24 de junio.
Es de temer que algo de esta índole vaya a producirse esta noche. Las reacciones violentas vienen teniendo lugar desde hace un par de meses: concretamente, desde que un borrador de esta sentencia se filtrara -de modo totalmente ilegal- a la prensa, el pasado 3 de mayo.
Tan en serio se han tomado estas amenazas, que desde mediados de mayo se han colocado varias líneas de protección del edificio, mediante vallas. Hay que resaltar que ni durante las dos guerras mundiales, ni tan si quiera a lo largo de los años de la Guerra de Secesión (1861 a 1865), nunca se habían colocado sistemas de protección semejantes.
Los medios españoles no recogieron, ni mucho menos, con la gravedad que comportaba, el hecho de que hace un par de semanas se detuviera a un joven izquierdista, que merodeaba a medianoche por los alrededores del chalet que habita el magistrado conservador Brett Kavanaugh.
“Un sospechoso armado en el exterior del [magistrado] Kavanaugh se proponía dispararle por el asunto del aborto, según la Policía”
(Fuente: Diario conservador The Washington Times. 8 junio 2022)
Una vez detenido, se le encontró una pistola, varios cargadores y herramientas para forzar la entrada en el chalet. En el interrogatorio, el sospechoso confesó que tenía la intención de disparar contra el magistrado para provocar su muerte, y así evitar que el Supremo pudiera aprobar la derogación de la sentencia de 1973 sobre el aborto.
El jefe demócrata del Senado de EE.UU. incitó hace un par de años a atacar violentamente a magistrados conservadores del Tribunal Supremo
Esta prevista violencia contra el Tribunal Supremo, esta noche, así como el intento de asesinato de un magistrado, no son consecuencia, únicamente, de minorías extremistas, ni de jóvenes exaltados. Uno de los principales dirigentes del Partido Demócrata, el senador Chuck Schumer, que en la actualidad es el Jefe del Senado, se expresó del siguiente modo amenazante, violento, el 3 de abril de 2020, en un acto de protesta en favor del derecho al aborto ante el propio Tribunal Supremo:
“Quiero decirle [magistrado] Gorsuch; quiero decirle [magistrado] Kavanaugh: Ustedes han desencadenado la vorágine, y ¡pagarán el precio! ¡No sabrán qué les habrá golpeado, si siguen adelante con estas espantosas decisiones [sobre el aborto]!”
(“I want to tell you, Gorsuch; I want to tell you, Kavanaugh: You have released the whirlwind, and you will pay the price. You won’t know what hit you if you go forward with these awful decisions.”)
Quien quiera oír, alto y claro, al dirigente demócrata Chuck Schummer amenazando con actos de violencia a los magistrados conservadores del Supremo (Kavanaugh y Gorsuch), puede pinchar aquí.
Hay un sabio refrán español que dice: “Quien siembra vientos, recoge tempestades”. Pero, en el caso de los dirigentes demócratas, actualmente radicalizados al máximo, debería rezar de este modo:
“Quien siembra vientos, provoca tempestades (e intentos de asesinato)”
Otros artículos de mi blog sobre este asunto:
El derecho al aborto en EEUU a punto de quedar anulado, en el ámbito nacional. Se afianzaría la apertura de una nueva era conservadora en Occidente. 13 de junio de 2022.
Joe Biden promueve el aborto. La Conferencia Episcopal considera negarle la comunión. 22 de junio de 2021.
Vuelco en el Tribunal Supremo de EEUU. Histórica victoria conservadora. 27 de octubre de 2020.
Sobre el feminismo y el antifeminismo en EE.UU. 4 de marzo de 2019.
La cuestión del aborto en Estados Unidos históricamente. 12 de julio de 2017.
Trump y Obama ante el aborto. 17 de mayo de 2017.
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