Incendios y saqueos en EEUU
Tres y medio meses de saqueos (looting), incendios provocados (arson) y todo tipo de violencia en multitud de ciudades de EE.UU. –desde la muerte del ciudadano negro George Floyd, a manos de policías locales blancos, en Minneapolis, el 25 de mayo– han hecho de los actuales disturbios urbanos los más destructivos en 50 años en aquel país.
Que los medios de España no se estén apenas haciendo eco de esta gravísima crisis de seguridad ciudadana y de ataque a las libertades fundamentales de millones de pacíficos ciudadanos, negros y blancos -salvo cuando hacerlo beneficia a los demócratas-, no significa que no sea una preocupante realidad. Sólo en los pasados días está observándose una cierta disminución de este tipo de actos violentos, en el plano nacional.
Algunos de los disturbios recientes
23 agosto 2020.- La policía local de Kenosha (Wisconsin) mató de varios disparos en la espalda a un joven negro de 29 años, Jacob Blake, alegando que había blandido una navaja contra el agente que conducía un coche patrulla que había sido cercado; la navaja apareció dentro del vehículo (Associated Press). Siguieron tres noches de disturbios, en los que murieron otras dos personas en extrañas circunstancias, no por la policía; docenas de edificios fueron quemados. El Gobernador de Wisconsin, Tony Evers, un demócrata, se vio obligado a movilizar a 500 integrantes de la Guardia Nacional del estado para controlar las revueltas, a pesar de que los dirigentes de su partido suelen oponerse a que se haga eso actualmente, para no perder votos el 3 de noviembre.
29 agosto 2020.- En la ciudad-sin-ley, Portland (Oregón), una turba prendió fuego con colchones ardiendo a la entrada de un edificio donde se encuentra el sindicato de la policía local, según la agencia Associated Press (AP). Luego, un coche pasó disparando tiros al aire.
El día anterior había tenido lugar una sentada, de unas 150 personas, en el hall [lobby] del edificio donde vive el alcalde, Ted Wheeler, demócrata, reclamando su dimisión. Este acoso multitudinario al alcalde se repitió varias otras veces, llegando a provocar un incendio justo en el exterior del edificio, causando el pánico de los otros habitantes del inmueble, como informa el británico Daily Mail. El alcalde tuvo que irse a otra vivienda, en un lugar desconocido.
La agencia AP explicaba lo siguiente: “A lo largo de tres meses Portland ha sufrido protestas nocturnas, desde que George Floyd fue matado por la policía [local] de Minneapolis [el 25 de mayo]. Las manifestaciones, con frecuencia violentas, se han dirigido normalmente contra edificios de la policía [local] y [de organismos] federales”.
Izquierdista asesina a un manifestante conservador
29 agosto 2020.- “Por primera vez, un auto-identificado miembro del movimiento activista ¨Antifascista¨ ha sido acusado … de asesinar a un partidario de Donald Trump el sábado [29 de agosto] en Portland, Oregón” (Voice of America News).
3 septiembre 2020.- “La policía disparó y mató la noche del jueves [3 sept.] a una persona auto-declarada ¨Antifascista¨ en el estado de Washington [ciudad de Olympia]”, cuando se opuso violentamente a su detención “acusado de haber perpetrado el homicidio de un contramanifestante conservador la semana anterior en Portland, Oregón” (Reuters). El estado de Washington se encuentra en la costa oeste, es fronterizo con Canadá y está justo encima del estado de Oregón.
4 septiembre 2020.- “La policía [local] de Portland (Oregón) practicó numerosas detenciones la noche del viernes [4 sept.], cuando [esta ciudad] se acerca a los 100 días de movilizaciones ¨¨contra el racismo estadounidense y la brutalidad policial¨¨, que a veces han degenerado en violencia”. La agencia británica Reuters frecuentemente asume la retórica progresista sobre la “brutalidad policial”, etc., para justificar a la organización extremista Black Lives Matter (BLM).
Acción particularmente criminal: intento de quemar vivos a policías en Seattle
La noche del 24 de agosto, los amotinados en la principal ciudad del estado de Washington, Seattle, -junto a la frontera con Canadá- llevaron a cabo dos acciones simultáneas, en el edificio de la comisaría de la policía local denominada East Precinct: A) sellaron las puertas de la comisaría, con un pegamento de acción rápida; B) iniciaron un fuego (arson) en el edificio. Según la web de noticias locales My Northwest, “la intención parece que era quemar el edificio con los policías [atrapados] dentro”.
Además de policías locales, en el edificio trabajaban también otros empleados municipales.
La web de la cadena TV conservadora Fox News, el 29 de agosto, informaba que “se están colocando barreras de hormigón alrededor del East Precinct del Departamento de Policía de Seattle, días después de que los alborotadores supuestamente intentaran incendiar el edificio, atrapando a empleados públicos en su interior”. Los agentes de policía lograron abrir las puertas y escapar al exterior.
El político y periodista de Seattle, del Wall Street Journal (WSJ), John Carlson, relata el 2 de septiembre que “el acusado de intentar quemar el edificio (arson) es un activista de Black Lives Matter (BLM) de Alaska [Desmond Davis-Pitts, de 19 años], quien voló [a Seattle] tres días antes”. Luego, se ha inculpado a otras dos personas más. Deseo recordar que como repite el New York Times y demás medios de izquierda, los miembros del BLM son ¨gente pacífica y democrática¨, que ¨representan el sentir del conjunto de los ciudadanos negros¨.
Ningún concejal de Seattle condenó el intento de asesinato
Políticamente, lo más grave es lo que pasó después. John Carlson cuenta que “Ni uno sólo de los 9 miembros del Consejo Municipal de Seattle ha condenado aquel ataque” a la comisaría East Precinct. Forman el Consejo “8 demócratas y un miembro del partido Alternativa Socialista, [de ideología] troskista”. Supongo que los diarios españoles y los dirigentes socialistas del PSOE se negarían a denominar de extrema izquierda al concejal troskista de Seattle … ni a sus sabios electores.
Los demócratas excusan y obvian los actos violentos
El presente fanatismo de activistas de extrema izquierda estadounidense, tanto negros como blancos, es la principal materia prima de aquellos desmanes. Pero sus actos no se habrían extendido tanto, ni habrían durado tantos meses de no ser por el apoyo sistemático -abierto o encubierto- que le están prestando los alcaldes y gobernadores demócratas.
Muchas ciudades gobernadas por los demócratas han ardido por su inacción y complicidad calculadas, pero pretenden que es el Presidente Donald Trump el culpable de tanta destrucción, cuando son los alcaldes y gobernadores quienes controlan casi todas las fuerzas policiales y a la Guardia Nacional: fuerza paramilitar de reserva, organizada por los Estados, integrada por voluntarios entrenados, que reciben una paga de los Estados al ser movilizados. En EE.UU. únicamente el FBI es una fuerza policial de carácter federal, pero que no patrullan las calles.
Por su parte, los medios de comunicación progresistas (empezando por el New York Times y la CNN) han justificado aquellas revueltas y delitos, día a día, mes a mes, hablando de “personas que protestan por las injusticias raciales y la brutalidad policial”. Confundir el pretexto aducido por dichos vándalos con su auténtico propósito –ante las elecciones presidenciales y su ansia de anarquía y devastación- constituye una grosera manipulación. La gran mayoría de la prensa española ha repetido, dócilmente, la misma falsedad.
Son bandas de criminales negros quienes asesinan cada año a miles de ciudadanos negros, no la policía
Los vándalos izquierdistas que están arrasando varias ciudades de EE.UU. emplean como excusa la existencia de un racismo sistémico en el país. También aducen que hay una permanente brutalidad policial en contra de los ciudadanos de color y de otras minorías. Ambas acusaciones son falsas y, en especial, la segunda.
Como expliqué detalladamente el pasado 1 de junio, en base al sistema estadístico del FBI, son asesinos negros quienes –desde hace décadas- acaban cada año con la vida de unas 2.500 personas de su propia raza. Pinche aquí para consultar dicho artículo y las estadísticas del FBI.
¿Cómo es que los activistas radicales negros no mencionan nunca esta insoportable matanza, dentro de su propia comunidad, pero organizan todo tipo de disturbios y destrucciones cuando un policía mata a una persona negra?
El cinismo de aquellos activistas, de sus aliados del Partido Demócrata y de los medios progresistas, resulta insufrible.
Habría que manifestarse, reiteradamente, contra la brutalidad de los asesinos negros, no de la policía, pero eso iría contra el pensamiento políticamente correcto, de la izquierda.
La connivencia con los alborotadores puede provocar una reacción en contra de los votantes
Consintiendo la violencia los gobernantes demócratas han buscado el desgaste político del candidato del Partido Republicano, el Presidente Donald Trump, de cara a las elecciones del 3 de noviembre.
Pero resulta bastante probable que el tiro les vaya a salir por la culata, provocando el hartazgo de los ciudadanos moderados y centristas, que hubieran votado al candidato de izquierda Joe Biden, ante tamaño cinismo y manipulación política, a consta de los pequeños negocios que están siendo reducidos a cenizas por la extrema izquierda.
Esto está comenzando ya a manifestarse, de alguna forma, en una encuesta de hace unos días realizada en el epicentro mismos de los actos violentos e, incluso criminales, de todo EE.UU.: la ciudad de Portland (Oregón). Este estado presenta un gran predominio de las posiciones progresistas, desde hace muchos años. El alcalde de Portland, por ejemplo, viene siendo un demócrata desde 1980: hace 40 años.
El 11 de septiembre, la web de la radio televisión púbica del estado de Oregón (Oregon Public Broadcasting – OPB) titulaba así su crónica:
“Los votantes de Oregón expresan que las protestas de Portland ahora ya suponen un perjuicio, no algo positivo, según una encuesta”.
E informaba de que el 66% de los encuestados estaban en desacuerdo con aquellas protestas. Específicamente, el 55% del total opinaron que aquellas movilizaciones no constituyen “protestas” (protests), sino “disturbios” (riots). El 42% opinaba que la policía no había empleado suficiente fuerza, contra el 29% que la juzgaba excesiva.
Las dos fuerzas de choque: Black Lives Matter y los Antifas
Aquella extrema izquierda está agrupada, principalmente -a estos efectos-, en dos organizaciones. La racista (anti-blancos) “Black Lives Matter (BLM)”, que justifica ejercer todo tipo de violencia contra los policías blancos, incluido quitarles la vida, y prender fuego a barrios enteros, de las propias minorías, como táctica para intentar arrastrarlos por la fuerza hacia su causa.
El otro brazo de la extrema izquierda más que una organización estructurada y constituida legalmente, es una constelación informal, sin personalidad jurídica para dificultar la inculpación judicial por sus actos ilegales. Su ideología es anarcoide, antisistema y liberticida y se hacen llamar “Antifas” (Antifascists). Buscan extender el caos, siempre que puedan, con multitud de excusas: ahora toca el pretexto racial.
Los Antifas, por ejemplo, hace muchos años que impiden por la fuerza que oradores de ideas conservadoras puedan hablar en la mayoría de las universidades, empezando por las más prestigiosas. Gracias a su actuación –y a la connivencia de los profesores universitarios progresistas- la libertad de expresión está en la actualidad seriamente cercenada en muchas universidades estadounidenses, como nunca había sucedido antes.
Escraches a la americana
Últimamente, ambos grupos están practicando escraches contra alcaldes, rodeando sus viviendas unifamiliares –que están mucho más expuestas que las situadas en edificios en altura- y, a menudo, insultan y acosan a los miembros de sus familiares. Otras veces, los alcaldes viven en edificios de pisos (condos). Todo muy democrático y muy progre.
Esto lo practican incluso contra alcaldes demócratas, cuando no asumen plenamente sus fanáticas reivindicaciones, como la de dejar sin fondos [Defund] y disolver las fuerzas policiales locales y de los condados. “Nosotros nos ocuparemos de proteger a los ciudadanos” en nuestras comunidades, aducen estos cerriles izquierdistas, cuando en realidad someterían a sus convecinos con la violencia, avasallando las libertades de los ciudadanos pacíficos, aunque sean éstos la inmensa mayoría.
Claro que los “nobles luchadores contra las injusticias raciales” del Black Lives Matter (BLM) extienden aquellas ideas colectivistas y totalitarias –al estilo de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) castristas- también a la organización social básica de la sociedad estadounidense.
Destrucción de la familia
Estos angelitos del BLM no dejan de repetir que su propósito es suprimir la “familia nuclear” de los capitalistas, esto es la familia existente que mejor funciona desde hace siglos, sustituyéndola por el cuidado colectivo de los niños por los miembros adultos de los edificios y barriadas populares. “Colectivizar” a las criaturas. Experimento que han intentado todos los totalitarismos del siglo XX, empezando por la Unión Soviética y la China Popular, con el resultado que es bien conocido: total desarraigo personal, indiferencia moral y sometimiento servil a las autoridades y organizaciones despóticas.
Resulta sorprendente y preocupante que en España todavía sean mayoría quienes ignoran (gracias al velo informativo selectivo de los medios) que en EE.UU., en la actualidad, existen fuerzas de choque casi tan totalitarias como los camisas pardas nazis y los comités de matones castristas.
Aquí, en España, los “espontáneos manifestantes” que llevan años sometiendo a escraches a sus opositores políticos de la derecha –y a algunos dirigentes sensatos de la izquierda- en realidad son miembros del partido comunista Unidas Podemos o del ala radical del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), hoy ambos en el Gobierno nacional.
La mayoría numérica de las protestas están siendo pacíficas, pero …
Durante el mes de junio, posterior a la muerte en Minneapolis del negro George Floyd a manos de policías locales, el pasado 25 de mayo, tuvieron lugar muchos cientos de manifestaciones en EE.UU. En su inmensa mayoría consistieron en movilizaciones pacíficas.
Como dije el 4 de junio, tras la muerte de George Floyd, … “el martes día 26 de mayo, comenzaron actos de protesta, lo que resulta totalmente lógico y apropiado ante la innecesaria pérdida de una vida humana, en este caso, a manos de la policía. Protestas que se desarrollaron en un ambiente, naturalmente, tenso pero pacífico”.
Yo proseguía: “Sin embargo, a partir del jueves día 28 de mayo, particularmente tras la puesta del Sol, las acciones de protesta tomaron otro carácter muy diferente. Comenzaron los actos de vandalismo, las quemas de pequeños negocios, edificios municipales y vehículos y el saqueo de todo tipo de tiendas. Parecía como si quienes intervenían fueran personas de muy distinto tipo a las de los días anteriores. Y así era”.
En aquellos tempranos días, el historiador y periodista estadounidense Dominic Green tituló del siguiente modo una de sus crónicas:
“Las protestas por George Floyd han sido secuestradas por el podrido progresismo americano”.
Por numerosas que sean, movilizaciones pacíficas en contra de la muerte de un ciudadano negro bajo custodia policial no sólo no suponen un peligro, sino una aportación a una mejor convivencia entre las diversas comunidades del país.
El ejercicio organizado de la violencia por la izquierda
Pero las acciones violentas, las revueltas, saqueos, quemas de negocios e incluso viviendas y la demás parafernalia del programa radical del grupo Black Lives Matter y de los Antifas, si que constituyen un gravísimo problema para la vida y libertades de muchas decenas de millones de pacíficos ciudadanos.
Ciudadanos de Portland (Oregón), Seattle (Washington), Chicago, Minneapolis (Minnesota), Nueva York, Washington, D.C., Los Angeles, Atlanta (Georgia), Saint Louis (Misuri), Dallas (Tejas), etc.
En total, la acción destructiva de los agitadores izquierdistas –que se han desplazado, de un modo organizado, de uno a otro estado- ha tenido lugar en unas 220 localidades de EE.UU., por el momento. Este es el verdadero rostro de Black Lives Matter, su aportación específica a la protesta racial.
Manifestaciones mundiales relacionadas con Black Lives Matter (BLM)
Carácter violento (beige) o no (azul) del acto (24 mayo – 22 agosto 2020)
Fuente: Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED). Wisconsin (USA).
Demonstrations & Political Violence in America. 2020 Pág. 16.
En junio yo afirmaba que “La organización extremista, racista, de activistas negros “Black Lives Matter (BLM)”, que justifica los casos en que se ha empleado violencia contra policías, incluidas sus muertes, no representa –en absoluto- al conjunto de la población negra de EE.UU.” Concluyendo que “El movimiento Black Lives Matter no merece el más mínimo apoyo ni respeto”.
Por otro lado, desde los primeros días de este movimiento, a finales del mes de mayo, la prensa favorable a los demócratas agitó el espantajo de los extremistas y supremacistas blancos, como el origen de la violencia, para tratar de tapar las responsabilidades que apuntaban claramente a las organizaciones de izquierda. Hace sólo unas pocas semanas ha empezado a notarse la presencia de grupos de derecha o de extrema derecha, con armas de fuego en las calles de algunas ciudades.
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