Rishi Sunak. El gobierno británico recorta sus políticas climáticas.
Ayer, 20 de septiembre, el Primer Ministro británico, Rishi Sunak, ha hecho pública la decisión de su gobierno de aligerar las cargas económicas que una mayoría de los ciudadanos están soportando como parte de las políticas para alcanzar en el año 2050 una situación de Cero Neto, esto es, una neutralidad de las emisiones de CO2 generadas por la economía británica.
En los trece años (desde 2010) en que el Partido Conservador lleva en el gobierno nacional, es la primera vez que se adopta un recorte y relajación de las políticas climáticas; la única dinámica que se ha conocido en todos estos años ha sido la de una progresiva aceleración y multiplicación de las medidas para rebajar las emisiones.
Ni David Cameron (“mi gobierno va a ser el más verde de toda la historia británica”), ni Theresa May (quien convirtió el Cero Neto en una obligación legal del Estado, hasta 2050, votándolo en la Cámara de los Comunes en 2019), ni el conservador/ progresista Boris Johnson (quien ayer por la mañana advertía “con firmeza” al actual primer ministro para que no diera este paso) … ninguno de ellos se apartó nunca del programa nacional ecologista de la izquierda.
Además, ninguno de aquellos gobernantes cuantificó, oficialmente, la inmensidad de las cifras de miles de millones de libras esterlinas anuales que comportaría la aplicación de esta radical transformación de toda la economía del país.
El Primer Ministro Rishi Sunak ha presentado su giro en las políticas del Cero Neto como la forma de evitar a [la gran mayoría de] los ciudadanos “costes inaceptables” en el objetivo de descarbonizar a medio plazo la economía. Sunak responde a quienes le atacan ahora de “no preocuparse del impacto del Cero Neto en las familias”.
El mayor gasto público desde la Segunda Guerra Mundial
Aquí no podemos tratar en detalle el pantagruélico coste que supone alcanzar el Cero Neto en 2050, pero el gráfico de aquí abajo da una idea de magnitud, referido al Reino Unido. En la actualidad, estamos allí abajo, en la parte izquierda del gráfico. La montaña de gastos resalta a simple vista … y eso durará unos 30 años.
Inversión anual para que Reino Unido alcance el Cero Neto. 2020 – 2050.
(Agrupada por el tipo de medidas a adoptar. A precios de 2019)
Fuente: El británico Comité del Cambio Climático, reproducido por The Telegraph.
El origen de esta previsión es un poderoso organismo público, independiente, plagado de fanáticos funcionarios favorables al Cero Neto: el Comité del Cambio Climático (CCC). Esta estimación no compromete al Gobierno, quien no ha querido hacer sus propios cálculos, en dejación de sus responsabilidades, renegando de cualquier transparencia en decisiones tan decisivas.
En toda la historia del Reino Unido, solamente el gasto que supuso acometer la guerra contra la Alemania Nazi a lo largo de la Segunda Guerra Mundial es más o menos semejante a lo que muestra el gráfico de aquí arriba. Esta vez duraría 30 años, en vez de los siete de la Segunda Guerra.
Sin entrar en ningún detalle, ¿quién no puede comprender que una gran parte de los ciudadanos británicos estén comenzando a levantarse contra el brutal asalto a su nivel de vida que refleja aquel gráfico?
Las medidas de recorte del Cero Neto adoptadas ayer
A pesar de lo que vamos a exponer a continuación, el Primer Ministro Rishi Sunak mantiene el año 2050 como la fecha para que su país alcance el Cero Neto. Creo que no es preciso insistir en que el plazo -presentado como sacrosanto- de 2050, es totalmente arbitrario y no responde a ninguna necesidad real o perentoria. Para acceder al detalle de las medidas, pinchar aquí.
a) Aplazamiento de la prohibición de vender nuevos vehículos con motor de gasolina o gasóleo.-
Hasta ayer estaba en vigor la prohibición con efectos desde 2030. Ahora, el primer ministro lo ha pospuesto a 2035.
Esto supone que los ciudadanos que no estimen rentable el paso a usar un automóvil eléctrico o que, simplemente, no les guste esta sustitución, podrán continuar empleando su vehículo de combustión interna (gasolina o gasóleo) y comprar otro nuevo hasta 2035.
Por otro lado, durante este tiempo adicional es probable que bajen de precio los vehículos eléctricos, que se amplie la red de cargadores en las carreteras y que aumente la autonomía en kilómetros de estos vehículos.
b) Aplazamiento de la prohibición de vender nuevos calentadores de gas, permitiendo sólo los eléctricos (bombas de calor).-
La normativa en vigor obligaba a que todos los calentadores de agua para los hogares fueran eléctricos desde 2026, lo que ha quedado ahora fijado para 2035: una considerable prórroga de nueve años.
Es preciso recordar que aquella fecha llevaba también aparejada la obligación de que los hogares efectuaran una reforma general para lograr un fuerte aislamiento térmico en todos estos hogares, lo que suele superar en importe económico al cambio de caldera propiamente dicho.
Como es sabido este tipo de prohibición la acaba de adoptar el gobierno de Alemania (tras una intensa pugna en el interior del gobierno) y, un poco antes o después, llegará también a España y a los demás países de la Unión Europea.
Por otro lado, el Primer Ministro Sunak ha anunciado también que las ayudas públicas para los hogares que tengan dificultades en efectuar estos cambios van a incrementarse un 50%, de las actuales 5.000 libras esterlinas a 7.500 libras.
Se abandona la obligación de que los automovilistas tuvieran que llevar a otras personas
c) Eliminación del mandato de que todas las viviendas en alquiler cambiaran sus calentadores, como tarde, en 2025.-
Más de la mitad de este tipo de viviendas no disponen todavía en Reino Unido de la etiqueta energética de una mínima eficiencia que se venía exigiendo: D o mejor. Muchos propietarios han estado vendiendo sus inmuebles por este motivo. Las multas previstas para los infractores eran de 30.000 libras.
d) Abandono del proyecto de ley para forzar a los automovilistas a compartir el uso de su automóvil.-
Aunque en España nos resulte todavía incomprensible -afortunadamente-, en Gran Bretaña los ecologistas habían conseguido que las autoridades nacionales hubieran asumido su mantra progre de que los conductores se vieran obligados legalmente a admitir a otras personas en el viaje de ida a su trabajo. Una de las modalidades que esto podría haber tomado era implantar -de manera permanente- que sólo los coches con matrícula que acabara en par podrían circular en ese tipo de días. Igual con los impares, claro. Rishi Sunak declaró ayer que “La propuesta gubernamental interfiriendo en cuantos pasajeros Vd. tendría que llevar en su automóvil, la he suprimido”.
e) Renuncia al proyecto de impuesto para desincentivar el uso de las aeronaves comerciales.-
Este impuesto, también fuertemente apoyado por los ecologistas, hubiera ido en aumento en función del número de vuelos que cada persona hiciera cada año, con el propósito de reducir esto tan terrible a lo que denominan la “huella de carbono” de los pasajeros de aviación.
Desestimados los impuestos sobre la carne y los lácteos
f) Desistimiento en un nuevo impuesto sobre la carne y los productos lácteos.- Nuevamente, la finalidad hubiera sido disminuir las emisiones de gases de invernadero del sector ganadero, principalmente del metano expulsado por las vacas en su eructos y flatulencias. De acuerdo a algunos de los proyectos tributarios manejados estos años por el gobierno, el precio al consumidor de un solomillo de buey se hubiera visto incrementado un 14%, de 4,60 libras esterlinas a 5,24 L. El precio de un paquete de ocho salchichas hubiera subido casi el 80%, de 2,30 L. a 4,12 L.
g) Archivado el plan de embrollar las prácticas de reciclaje de los desechos domésticos.-
Estos pasados años, los burócratas encargados de estas normas en el ámbito nacional han venido preparando una nueva vuelta de rosca. Vista la buena disposición del conjunto de los ciudadanos, barajaban la brillante idea de imponer que en todas las viviendas hubiera 7 diferentes recipientes en los que distribuir los desechos.
Informal pero elocuente encuesta del Telegraph y otra de YouGov
En una informal encuesta online del Telegraph entre sus lectores, ayer día 20 de septiembre, justo después del anuncio del primer ministro, del total de 12.000 británicos que se habían pronunciado hasta un cierto momento, casi el 60% de ellos eran partidarios de que el gobierno abandone las políticas del Cero Neto, en su conjunto; el 30% deseaba que se aplace la aplicación de estas políticas y tan sólo el 10% optaba por que el Gobierno continuara con esas mismas políticas, sin aplazamientos.
La empresa demoscópica profesional YouGov acaba de anunciar el resultado de una rápida encuesta sobre, específicamente, el apoyo o no de los ciudadanos británicos a la medida de retrasar de 2030 a 2035 la prohibición de venta de coches de gasolina y gasóleo. El 50% han expresado un apoyo firme o mediano a la medida de aplazamiento, mientras que el 34% se ha opuesto.
Se desata la -inevitable y saludable- guerra interna en el Partido Conservador
Indudablemente, el anuncio de ayer es la mayor apuesta política que ha hecho Rishi Sunak desde que accedió a Downing Street 10, pensando en diferenciarse del Partido Laborista que -a apenas un año de las elecciones generales- sigue superando con mucho en las encuestas a los conservadores. Advirtiendo el gran descontento popular hacia las políticas climáticas, el actual gobernante ha querido recuperar el apoyo ciudadano emprendiendo este decisivo giro de política.
Como ya dije, el Partido Conservador lleva 13 años de seguidismo sistemático de las políticas climáticas de la izquierda, lo que significa que son muchos y muy poderosos los dirigentes y parlamentarios de este partido que han invertido gran parte de su capital político en el programa del Cero Neto. En consecuencia, el valeroso giro dado ayer por el primer ministro es indudable que les deja a ellos en evidencia, podría decirse -si me permiten la licencia- que “con el trasero al aire”. De ahí la fuerte reacción que están ejerciendo para desprestigiar y tratar de echar abajo los cambios saludables de política anunciados de ayer.
Ya mencioné que el anterior Primer Ministro Boris Johnson enseguida expresó su decidida oposición. Ahora bien, quien le sucedió -brevemente- en el cargo, la Primera Ministra Liz Truss ha tomado partido claramente en favor de la apuesta política de Rishi Sunak. De hecho, ella misma tomó algunas pocas decisiones en esta misma dirección.
La poderosa Secretaria (Ministra) del Interior, Suella Braverman (de origen indio), declaró -en un sentido inequívoco- que “no vamos a salvar el planeta arruinando a los británicos”.
Suella Braverman. Secretaria de Interior.
El diputado Craig Mackinlay, que es el líder de un grupo (informal, NZSG) de 50 parlamentarios conservadores escépticos sobre el cambio climático, ha saludado la decisión de Sunak calificándola de “razonable y pragmática”.
Otros artículos de mi blog relacionados con estos temas:
Grave traspiés del Canciller alemán en la descarbonización de la calefacción de los hogares. 21 de julio de 2023.
El gobierno británico se distancia de la ¨guerra contra los automovilistas¨. 24 de agosto de 2023.
Las fantasías del Cero Neto (de emisiones) suponen un experimento económico ruinoso. 7 de junio de 2021.
Liz Truss nueva primera ministra británica. 5 de septiembre de 2022.
Deja una respuesta