Aislamiento térmico general de una vivienda y descarbonización de la calefacción.
El Gobierno de coalición (de tres partidos) del Canciller socialdemócrata Olaf Scholz no ha podido sacar adelante, ahora en julio, su proyecto de ley. Proyecto que obligaría a todos los hogares de Alemania a sustituir las tradicionales, seguras y baratas calderas de gas (o de gasóleo) para el calentamiento por las muy caras e ineficientes bombas de calor (esto es, digamos, unos aparatos eléctricos de aire acondicionado, funcionando al revés), en un plazo de tiempo bastante reducido, a toda prisa, de una sola tacada, que diríamos en España.
Esta iniciativa legislativa también obligaría a realizar un sistemático y carísimo aislamiento térmico del conjunto de algunas viviendas, así como la sustitución de ventanas y puertas, para las casas unifamiliares y edificios que tengan una cierta antigüedad.
Como viene ocurriendo en Europa occidental en estos últimos años, en multitud de aspectos de nuestra vida, el único propósito de este disparaste es eso a lo que llaman “salvar el Planeta”, tratando de hacer de Alemania una economía neutra en carbono en el año 2045. La calefacción de los pisos y chalets dejaría de emplear combustibles fósiles (gas natural y petróleo/gasóleo, llamado en España gasóleo tipo B), usando en su lugar electricidad … por decreto ley, como hacían los planificadores de la economía soviética, arrollando la libertad de consumo de los ciudadanos y causándoles graves trastornos económicos.
El Tribunal Constitucional Federal ha impedido que dicho proyecto de ley se sometiera a votación en la última sesión del parlamento, a comienzos de julio, a toda prisa -como vienen haciendo los gobiernos proecologistas-, sin apenas tiempo para que los diputados pudieran estudiar adecuadamente la nueva legislación y las nuevas enmiendas … de última hora.
Probablemente el proyecto de ley quedará arrinconado bastante tiempo
Cuando el parlamento nacional -el Bundestag– reanude las sesiones en septiembre, la discusión del proyecto de ley podría quizás proseguir, pero lo cierto es que existe una considerable y amplia insatisfacción entre la población por este nuevo trágala ecologista. Por ello varios partidos políticos ya se han posicionado firmemente en contra del proyecto en su conjunto o -cuando menos- en contra del corto plazo para que se lleve al cabo la substitución general entre ambos sistemas de calefacción: el partido Unión Cristiana Demócrata (el CDU y, en Baviera, el CSU, que tienen las mejores expectativas electorales) y el partido de derecha radical Alternativa para Alemania (AfD).
Además, dos de los tres partidos en el gobierno (los liberales del FDP -favorables a las políticas de libre mercado- y los socialdemócratas del Canciller Olaf Scholz) están internamente divididos y -sobre todo- enfrentados entre ellos dos en torno a este proyecto de ley.
Como, por otra parte, en este próximo otoño van a celebrarse elecciones regionales en los estados (Landers) de Baviera y Hesse y los partidos del gobierno tienen malas perspectivas electorales (salvo los Verdes), lo más probable es que no quieran empeorar sus posibilidades forzando en el parlamento en otoño el proyecto sobre la calefacción doméstica. Baviera es el segundo Lander más poblado de Alemania y su población es de las más conservadoras del país y más contrarias a esta “ley de la calefacción”.
No paran allí las dificultades para el Partido Socialdemócrata (SPD) y para el Partido Liberal (FDP), porque durante el año 2024 habrá elecciones en otros tres de los estados y, en junio, serán las elecciones al parlamento europeo en todo el país.
Por ello, es bastante probable que 2024 transcurra sin que el Gobierno de coalición vuelva a activar este proyecto de ley.
El plan de la Comisión Europea es que los gobiernos fijen estrictos plazos para que todas las viviendas deban instalar bombas de calor
De esto que estamos tratando, en España -afortunadamente- se está algo más atrasado que en Alemania, pero el plan de la Unión Europea es que vaya efectuándose la sustitución de los sistemas de calefacción en todos los países a lo largo de esta década de los años 2020, aunque los planes detallados van a ser decididos por los parlamentos de cada estado miembro.
La reacción de rechazo por parte de las distintas sociedades de Europa -estamos hablando de gastos adicionales, e inútiles, de varias decenas de miles de euros por familia-, no se está haciendo esperar mucho.
Más adelante, examinaremos una encuesta nacional en Alemania en la que se evidencia el mayoritario rechazo que existe en esa sociedad a este proyecto de ley ecologista … y eso que los alemanes son los más equivocados de Europa acerca del cambio climático, teniendo una verdadera obsesión con los asuntos medioambientales, en general, lo que les está costando muchas decenas de miles de millones de euros en gastos “climáticos”, cada año y lo que te rondaré, morena a lo largo de varias décadas. Hasta los alemanes están hartándose de tanto exceso y atropello de las políticas climáticas.
Para situar la trascendencia “climática” de este asunto, quiere recordar que en Alemania en torno al 15% de todas sus emisiones de CO2 procede de las calefacciones de las viviendas.
Las bombas de calor son mucho más caras que las calderas de gas (o gasóleo) y menos eficientes
Para estos costes en Alemania vamos a basarnos en las cifras empleadas por la radiotelevisión pública alemana DW. Esta cadena, como casi todos los medios en Alemania es muy favorable a las políticas climáticas al uso.
Antes de empezar, es preciso destacar que mientras que una parte sustancial de la electricidad en Alemania proceda de centrales térmicas de gas o carbón (que en 2022 supusieron el 46% del total, según la Oficina Federal de Estadística), la pretendida descarbonización del sector inmobiliario apenas podrá lograrse, igual que sucede con los vehículos eléctricos. Los gastos extraordinarios que deberán afrontar todas las familias a corto plazo influirán muy poco en la cantidad de emisiones de CO2, durante bastantes años.
Volviendo a la cadena pública DW, ésta nos informa de que “el gobierno alemán va a subvencionar hasta el 40% de los costes” de electrificar la calefacción de las viviendas. “Pero, incluso descontando el importe de la subvención, una bomba de calor para una vivienda unifamiliar cuesta alrededor de 17.000 €. Además, las viviendas de cierta antigüedad [según estipula el proyecto de ley] deberán acometer ciertos acondicionamientos tales como el aislamiento térmico [de paredes exteriores y tejado] y colocar nuevas ventanas y puertas. Cuanto más compleja sea la renovación, más costosa resultará … pudiendo alcanzar los 100.000 €”.
El sistema tradicional de calefacción cuesta mucho menos que la versión “eco-amistosa”
El artículo de la radiotelevisión pública DW tiene la honestidad de ofrecernos cuanto cuesta en Alemania colocar una nueva caldera de gas en una casa unifamiliar: unos 10.000 € y, como no estarían obligados legalmente a realizar acondicionamientos del inmueble, allí acabaría el desembolso para una familia.
Según la cadena DW, de los 19 millones de edificaciones residenciales existentes en Alemania (incluidos los bloques de pisos), hasta la fecha únicamente 1,2 millones (el 7%) ha instalado bombas de calor, casi siempre en viviendas unifamiliares de nueva construcción. Esto es, casi nadie ha cambiado el sistema de calefacción por voluntad propia en las viviendas ya existentes, sobre todo en los bloques de apartamentos. Como puede verse, incluso técnicamente no sería posible llevar a cabo semejante reemplazo en menos de unos 15 o 20 años.
El proyecto de ley del Gobierno tripartito de Olaf Scholz dispone que ya desde el 1 de enero de 2024 no se podría instalar ninguna caldera alimentada por combustibles fósiles (gas o gasóleo) en las viviendas de nueva construcción.
Respecto a los casi 18 millones de viviendas ya construidas, el proyecto gubernamental fija unos plazos cortos -unos pocos años- para efectuar todo el cambio de calderas y las reformas de paredes, ventanas y puertas; ahora bien, dichos plazos son intencionadamente confusos para tratar de ocultar el impacto real de dicho proyecto de ley sobre las finanzas de millones de familias.
Como afirma el subtítulo de uno de los artículos de la DW: “la transición hacia [una calefacción] renovable … está disparando el pánico entre los propietarios de viviendas”.
La mayoría de los partidos alemanes se inclinan por un periodo muy largo para la transición en las viviendas ya construidas, a diferencia del gobierno
De hecho, esta cuestión de los plazos para la dichosa “transición ecológica” de las viviendas ya construidas (lo que afecta a más de 18 millones de familias) es uno de los asuntos que son objeto de una más intensa disputa entre los partidos en el gobierno de coalición.
En general, los partidos de derecha y el Partido Liberal (que forma parte del ejecutivo) se inclinan hacia un plazo muy prolongado (varias décadas). Por el contrario, los ecologistas (Los Verdes) y la mayoría de los socialdemócratas abogan por un periodo corto, de unos pocos años.
El otro partido, el de derecha radical (AfD) -cuyas perspectivas electorales están mejorando mucho últimamente- prefiere lisa y llanamente que no se adopte ninguna ley sobre la calefacción.
A lo ya dicho sobre este proyecto de ley, hay que añadir que sus impulsores, el partido socialdemócrata y Los Verdes están llevando al límite su ensañamiento contra los débiles y su extremismo ecologista: únicamente los propietarios de viviendas de ¡más de 80 años de edad! serían excluidos de las onerosas obligaciones establecidas por este proyecto de ley.
Aclaremos que el total de 19 millones de construcciones destinadas a vivienda que menciona la cadena DW, comprende también los edificios con varias viviendas familiares, pero cada edificio sólo cuenta como una única construcción. Esto es, el total de viviendas familiares es, en realidad, muy superior: casi perspectivas electorales, según la Oficina Federal de Estadística. Son estos 41 millones de hogares los que deberían ser reequipados y asilados térmicamente, conforme al plan del actual gobierno alemán.
Los ciudadanos son más contrarios a este proyecto de ley que los dirigentes políticos
En Alemania, como en otros varios países europeos, son los ciudadanos quienes están reaccionando más decididamente en contra de las numerosas leyes y proyectos que preparan los políticos para llevar a la práctica la desastrosa “descarbonización” de nuestras economías y, además, hacerlo a toda prisa, antes de que se fortalezca la rebelión ciudadana en defensa de sus condiciones de vida.
Una reciente encuesta (abrirla y elegir traducirla a inglés), de la compañía demoscópica británica YouGov, muestra que hoy en día la mayoría de los votantes alemanes son contrarios al proyecto de ley que el Gobierno ha intentado que se aprobara hace una semana.
Fuente: Elaboración propia.
Datos: YouGov (Empresa demoscópica británica)
Abrir esta web, elegir traducira a inglés y pinchar en:
«Die Pressegrafiken können hier kostenios heruntergeladen werden»
https://yougov.de/topics/politics/articles-reports/2023/06/09/sonntagsfrage-juni-2023-uber-die-halfte-der-wahl
En el primer grupo de barras de este gráfico, puede verse que en el total del electorado alemán el 50% está en contra del proyecto de ley de la calefacción, mientras que sólo el 39% lo apoya. Los restantes 11 puntos corresponden a quienes “Ni saben, ni contestan” a esta pregunta.
Únicamente hay una clara mayoría de votantes en pro de la ley de calefacción entre los del partido izquierdista Los Verdes: el 73% la respaldan. De paso, recordemos que este partido ecologista alemán es el más poderoso de todos cuantos existen en los países occidentales.
Por otro lado, resulta altamente significativo -y peligroso para el Canciller Olaf Scholz- que entre los votantes de su Partido Socialdemócrata (SPD) son más quienes se posicionan en contra de este proyecto de ley (45%) que quienes lo apoyan (43%). En definitiva, la base electoral de este partido de gobierno está claramente dividida por la mitad, debilitando al canciller y al gobierno. El hartazgo con las inacabables políticas climáticas, enseña aquí sus orejas -que en este caso, son de buen agüero-.
Los votantes de derecha y centro (FDP, liberal) están abrumadoramente opuestos al proyecto de ley del gobierno
La Unión Demócrata Cristiana (CDU) -de centro derecha- viene siendo, junto a su partido hermano de Baviera (la CSU), la principal fuerza política del país. En 2021, tras el desastroso periodo de la socializante Angela Merkel (quien “solo-era-de-derecha-de-boquilla”), la CDU quedó en segundo lugar (con el 24%), a muy corta distancia (punto y medio) del Partido Socialdemócrata (SPD).
En estos pasados tres meses de 2023, el partido del Canciller Scholz se ha desgastado intensamente frente a los ciudadanos, mientras que los dos partidos de centro derecha (CDU y CSU) aparecen sistemáticamente en los sondeos a escala nacional con una muy amplia ventaja respecto a los socialdemócratas, de unos 10 puntos porcentuales, alcanzando esa derecha en torno al 30% del electorado nacional.
Lo dicho indica que, aunque no vayan a haber pronto elecciones generales, los ciudadanos de Alemania están embarcados actualmente en un claro giro hacia el conservadurismo … como en otros varios países de la UE.
Pues bien, de este gran partido, los votantes opuestos a la ley de la calefacción doméstica superan, actualmente, por mucho (unos 20 puntos porcentuales) a quienes la respaldan: 57%, frente a 36%.
El centroderecha no le va a poner nada fácil al Gobierno la tramitación de este proyecto legislativo.
Los electores de la derecha radical AfD se oponen frontalmente al proyecto gubernamental y a las políticas climáticas en general
Por su parte, los votantes del otro importante partido nacional de derecha, en realidad de derecha radical, Alternativa para Alemania (AfD), están posicionados abrumadoramente en contra de la propuesta del Gobierno: el 76% de estos votantes. Además, muchos de los dirigentes de este partido propugnan que nunca se emprenda esta “transición en las calefacciones”: ni pronto, ni tarde.
Como dije, este partido está ganando últimamente la adhesión de varios nuevos millones de ciudadanos, que serían 12 millones (el 19% del total) si se celebraran elecciones generales pronto … casi igual que el hoy gobernante Partido Socialdemócrata.
Pues bien, es difícil negar que uno de los asuntos que está atrayendo a estos ciudadanos hacia el AfD, es precisamente el rechazo de este partido a las políticas climáticas, como el proyecto de ley que estamos comentando.
El 63% de los votantes liberales, repudian el proyecto sobre la calefacción.
Como este partido forma parte de la coalición gobernante, como dijo hace un mes un comentarista del principal diario de la derecha convencional de Francia, Le Figaro: “Los liberales y los ecologistas [Los Verdes] se desgarran constantemente [en el seno del gobierno alemán] sobre el tema de la transición ecológica”.
A medida que el sentimiento antiecologista se expande por la sociedad alemana, el Partido Liberal adquirirá más fuerza en su labor de frenar los -inacabables- nuevos proyectos del delirio climático.
Deja una respuesta