Liz Truss nueva primera ministra del Reino Unido.
Hoy, lunes, día 5 de septiembre, se ha hecho pública la elección de la actual Ministra de Asuntos Exteriores (Foreign Secretary), Liz Truss, como la nueva líder del Partido Conservador, en sustitución de Boris Johnson quien, a comienzos de julio, tuvo que dimitir al perder la confianza de buena parte de los dirigentes y ministros de su partido.
La Sra. Truss se enfrentaba en esta votación a quien fuera, hasta este pasado mes de julio, el Canciller del Exchequer (esto es, el ministro de hacienda y economía), Rishi Sunak, británico, de origen indio. Mi comparación entre los perfiles de ambos candidatos, puede ser consultada aquí.
La victoria de la Sra. Liz Truss ha sido contundente y en línea con lo que esperaban los analistas políticos: 57,4% de los votos, frente a los 42,6% de su contrincante, Rishi Sunak. Una diferencia de 15 puntos.
La nueva primera ministra tomará posesión mañana martes, día 6, ante la Reina.
Será la tercera mujer que ocupe este puesto en Reino Unido -una de las potencias mundiales-, y las 3 de ellas han sido del Partido Conservador: Margaret Thatcher (1979-1990), Theresa May (2016-2019) y, ahora, Liz Truss … y esto sin cupos ni otras trampas de la progresía, por la capacidad de estas mujeres, reconocida en cada caso por el Partido Conservador.
La nueva dirigente ha sido elegida por el conjunto de los 170.000 miembros del Partido Conservador. Ya que este partido ganó las elecciones de diciembre de 2019 y por tanto cuenta con mayoría en la Cámara de los Comunes, la Sra. Liz Truss pasará a ocupar el puesto de primer ministro del país, hasta las elecciones generales de finales de 2024.
La Sra. Truss, por tanto, cuenta con sólo dos años para darle la vuelta a los sondeos electorales, que vienen dando resultados negativos para este partido. Ahora bien, hay que tener presente que los conservadores han conseguido -nada menos- que ganar las últimas cuatro elecciones generales, seguidas. Si alcanzaran la victoria en 2024 será la primera vez en la historia del país que un partido gana cinco veces seguidas.
Despertar del conservadurismo en Reino Unido
Al observar los anteriores datos, parecería que Reino Unido ha vivido una prolongada etapa política conservadora, pero -en realidad- no ha sido así. En este país, como en casi todo nuestro continente, los dirigentes conservadores (David Cameron, 2010-2016, Theresa May y Boris Johnson) han practicado un muy lamentable seguidismo de las políticas de la izquierda, derivadas del pensamiento políticamente correcto y -recientemente- del pensamiento woke (ultraprogresista).
La única, pero decisiva, excepción a lo que acabo de decir, ha sido la determinación de los dos últimos dirigentes conservadores -algo, Theresa May y mucho, Boris Johnson-, de respetar y llevar a cabo la decisión tomada democráticamente por la sociedad británica en el referéndum de 2016, de abandonar la Unión Europea. La culminación del Brexit habría sido boicoteada por un gobierno laborista, como ha pasado en anteriores ocasiones en países de la UE.
Aquella pesimista valoración no es sólo mía, sino que está bastante extendida en los ambientes conservadores británicos, ya que en ese país -afortunadamente- viene produciéndose un renacimiento de las posiciones auténticamente conservadoras.
El principal diario conservador del país, The Telegraph, empezaba del siguiente modo su editorial de ayer:
“Si las encuestas [sobre la elección del nuevo líder conservador] resultan acertadas [como ha sido el caso], por primera vez desde Margaret Thatcher el Reino Unido va a contar con un primer ministro de principios, un liberal clásico, partidario de los mercados libres, bien formado, con conocimiento de los asuntos económicos y centrado en [sacar adelante] las políticas [de su preferencia]”. Se referían, claro, a la Sra. Liz Truss.
Y completaban con lo siguiente: la Sra. Truss “aborrece las burocracias [como la administración nacional británica, Whitehall, que ella va a tener que reformar a fondo] y desea que Gran Bretaña sea más productiva …”.
Otra valoración de aquel periodo (2010-2022)
Por su parte, el periodista británico Gerard Baker, uno de los redactores del estadounidense Wall Street Journal, ha definido del siguiente modo a los tres últimos primeros ministros conservadores:
“La escurridiza vacuidad, tipo relaciones públicas, de David Cameron, la gentil futilidad de Theresa May y la amoralidad pirotécnica de Boris Johnson …”.
Respecto a la labor llevada a cabo por estos tres personajes, no es menos caustico:
“Doblegándose ante los dioses de un sector público y de un estado del bienestar en constante expansión, han ido elevando el peso de la tributación a su mayor nivel de los últimos 70 años [afirmación que han efectuado otros varios analistas, con los datos en la mano]. Se han subido al carro del extremismo climático, sometiendo a las empresas a severas normas [intervencionistas]. [También] Se han mostrado como sumisos facilitadores de la revolución woke en la cultura, el arte y las ciencias. [Finalmente,] Impusieron muy restrictivos confinamientos y mandatos con ocasión del Covid-19, con alegre desenfado” [mientras los dirigentes se los saltaban: el partygate].
Primera declaración de la ganadora Liz Truss
Este mediodía, en el breve discurso de Liz Truss tras el anuncio de su victoria, en la sede de su partido (que he seguido por tv), declaró algo así como:
“Durante este proceso electoral he ido proponiendo políticas conservadoras” y, a reglón seguido, añadió “y me propongo gobernar también como una conservadora”, lo que fue recibido con una ovación, por muchos de los dirigentes de su partido presentes en el acto.
Hay que mencionar que esta nueva dirigente carece, en gran medida, de dotes mediáticas, lo que en el mundo de hoy, dominado por los medios y las redes sociales, parecía descartarle como primera ministra. Pero se equivocarán quienes interpreten este rasgo personal como equivalente a falta de decisión, incoherencia política o alguna otra seria deficiencia análoga.
En sus escuetas palabras ha señalado que coincide con los ciudadanos conservadores de su país, quienes anhelan un sector público de la economía reducido, el control de sus propias vidas (sin intervenciones excesivas del Estado) y el ejercicio de la responsabilidad personal (lo que se contrapone con el objetivo progresista de incrementar la parte de la población que se hace dependiente de las subvenciones públicas).
Ejes de acción de su futuro gobierno
Acto seguido, la Sra. Liz Truss resumió los ejes de su futura acción de gobierno, que puede sintetizarse en la reducción del nivel de impuestos (dejando el dinero en los bolsillos de los ciudadanos, en lugar de que sea el Estado el que lo gestione), bajará -también- la imposición sobre sociedades, y esto contribuiría a un relanzamiento del crecimiento económico como base imprescindible del bienestar de los ciudadanos y, por último, hacer frente -con urgencia- a la crisis del coste de la vida y a la crisis energética.
Previamente al acto de hoy, los colaboradores de Liz Truss ya anunciaron que -en caso de ganar la elección- en la primera semana se anunciarían unas medidas de ayuda directas a los hogares menos favorecidos para que puedan hacer frente a las facturas de los suministros energéticos este invierno: electricidad, gas para la calefacción, etc. Ciertas medianas y pequeñas empresas también serían receptoras de estas ayudas.
Aunque, naturalmente, aún no existen cálculos oficiales de a cuánto dinero ascenderían estas ayudas, analistas privados manejan cifras elevadísimas: unos 26.000 millones de libras esterlinas.
Pero, la nueva primera ministra ha insistido en que estas ayudas, necesarias para solventar -en el corto plazo– el gravísimo problema social que supone el encarecimiento de la energía, no constituyen una solución de la crisis energética. Esto, ha dicho Liz Truss, sólo puede conseguirse incrementando la oferta de productos energéticos, a medio y largo plazo.
Soluciones para la crisis energética, que en Reino Unido es muy grave
Aunque hoy la nueva primera ministra todavía no ha entrado en detalles, como es natural, durante la campaña electoral de este pasado mes y medio Liz Truss se ha ido pronunciando en favor de autorizar la explotación de nuevos yacimientos de gas natural existentes bajo el Mar del Norte, que Theresa May y Boris Johnson fueron retrasando o prohibiendo.
También ha considerado -sin tomar un compromiso definitivo- poner en explotación los yacimientos de gas de esquisto (shale gas) que existen -en abundancia- en varias zonas de Inglaterra, en tierra firme, para lo que habría que autorizar el empleo del fracking, en los municipios que estén conformes con esta medida.
La incentivación de la construcción de unas cuantas nuevas centrales nucleares, ha sido -asimismo- citado por Liz Truss estas pasadas semanas.
Finalmente, ella no descarta la ampliación del uso de las energías renovables, pero sometidas a ciertas condiciones: por ejemplo, que los nuevos aerogeneradores se implantes prioritariamente en zonas offshore, o cuando las comunidades locales aprueben la colocación de más aerogeneradores en su territorio.
Pero, hasta que se haga público el plan energético, no conoceremos con seguridad en qué se van a traducir estas propuestas generales, aunque aporten alguna información, frente a las políticas ecologistas que ha practicado sistemáticamente Boris Johnson.
Para diseñar, de modo amplio y definitivo, el plan del nuevo gobierno para ir solucionando -a medio y largo plazo- la crisis de la energía, Liz Truss se ha dado el plazo de los primeros 30 días de su gobierno, lo que es muy corto para la gran variedad y trascendencia de las decisiones que deberán tomar en este campo.
Sombría descripción de la situación de la economía británica
Aunque este no es el lugar de abordar en detalle las muy graves dificultades que afronta la economía británica, baste con reproducir el modo en que la describen los editorialistas del The Telegraph:
La Sra. Liz Truss “va a hacer frente a un enorme desafío: nuestra economía se había ya semisocializado y estaba muy dañada antes de la crisis energética [iniciada en 2021] … [Como país] Hemos retrocedido a épocas anteriores, con niveles extremos de reglamentación [de la economía], extensión de la burocracia [nacional], aversión a la toma de riesgos, incompetencia pública y privada [incluido el Sistema Nacional de Salud], disfuncionalidad del sistema monetario, elevada inflación, empeoramiento del nivel de vida [de la población en general] y una horrible burbuja inmobiliaria”.
Otros artículos de mi blog sobre estos temas:
El próximo Primer Ministro británico. 27 de julio de 2022.
Mañana, 31 de enero de 2020 los británicos abandonan la UE … con ilusión. 30 de enero de 2020.
La victoria conservadora en las elecciones es un gran éxito para la democracia. 13 de diciembre de 2019.
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