Éxito de la política económica de Trump
Antes y después de la elección de Donald Trump el 8 de noviembre de 2016, los (innumerables) medios de la izquierda estadounidense (con el New York Times y la CNN, a la cabeza) auguraron una crisis económica y social en el país, sin precedente. El menos extremista Washington Post, en su editorial del 21 de julio de 2016, se explayaba bajo el siguiente y moderado titular: “Donald Trump. El candidato del apocalipsis”. 25 meses después de la toma de posesión de Trump el 20 de enero de 2017, o sea de aplicación de su política económica, que nos indiquen esos sabios medios donde ven dichas terribles crisis económica y social. Como expliqué no hace mucho tiempo, 2018 ha sido el mejor año laboral en medio siglo desde el periodo 1966-1969.
En este mes de marzo de 2019, la tasa nacional de desempleo en EE.UU. se encontraba en el 3,8%. ¿Hay que recordar que en marzo en España ha sido del 14% y del 8,8% en Francia? ¿Cómo es que muchos dirigentes europeos se empeñan en dar lecciones económicas a EE.UU.?
No parece que sea en el Estados Unidos de Donald Trump donde haya crisis laboral alguna, tras más de 2 años de su presidencia. Más bien, en varios países europeos -lo que es una verdadera desdicha-.
El pasado febrero completaba yo la exposición del cuadro laboral presente en EE.UU., con el siguiente párrafo:
“Nunca antes había habido una menor distancia entre el porcentaje de paro de los trabajadores negros y los blancos: 3 puntos, en diciembre de 2017 y 3,2 puntos en diciembre de 2018. [En el año anterior a la crisis, 2007, la diferencia fue de 4,6 puntos] Las mujeres, han progresado estos dos años en el mercado de trabajo”. [En marzo de 2019 sólo había 0,2 puntos porcentuales entre las tasas del paro masculino y el femenino]. “Finalmente, por primera vez desde la crisis financiera de 2008 – 2009, el incremento salarial anual se ha situado por encima del 3% en 2018”, concretamente el 3,2% en diciembre de 2018 con respecto a doce meses antes.
Demagogia izquierdista sobre el mercado laboral
La táctica de manipulación informativa de la izquierda en EE.UU. se asemeja bastante a la empleada en España por los sindicatos CC.OO. y UGT, y por el partido PSOE.
Un columnista del Washington Post, Paul Waldman, explicaba tranquilamente hace unos pocos días cómo lograr engañar a los lectores, sin tener que decir abiertamente mentiras:
“Lo anterior [los muy buenos datos laborales] significa que los demócratas no deben hablar sobre la creación de empleos mes a mes, sino sobre las cuestiones que son más fundamentales”. “¿Qué tipo de oportunidades laborales tiene Vd.? ¿Es Vd. tratado con respeto y de modo digno en su puesto de trabajo? ¿Puede Vd. sufragar estudios universitarios a sus hijos?”
¿Les suena esto a algo practicado en nuestro país? Que un gobierno -normalmente de derecha- crea empleo en España, pues eso solo se cita de pasada, como algo de poca importancia o algo casi automático, que se produce sólo. “Lo que realmente importa es crear empleo de calidad”, etc.
¿Por qué no les preguntan a los trabajadores si prefieren un empleo de no calidad o estar en el paro? ¿Qué es para los trabajadores “más fundamental”: disponer de un empleo o estar en paro?
Desde luego, si los subsidios de desempleo se acercan al salario mínimo -como la izquierda hace en España-, los trabajadores (seguramente, no menos de un millón de ellos) preferirán estar oficialmente en paro, trabajar en negro y cobrar durante años el subsidio, o el antes llamado PER andaluz-extremeño. El nombre actual del PER (desde 1996) es: Plan de Fomento del Empleo Agrario (PFEA).
Dos años de éxito de la política económica de Trump
El gráfico de abajo (de la Oficina de Estadísticas Laborales – BLS) pone en contexto histórico la incidencia de la política económica de Donald Trump en la que constituye la principal variable del mercado laboral (aunque los demócratas, ahora, quieran ocultarla): la tasa nacional de desempleo de EE.UU.
Puede observarse que desde 1966-1969 no se había alcanzado una tasa inferior al 4% durante más meses: 9 meses en 2018 (y 4 en 2019, de momento), frente a 48 en 1966-69. En el año 2000, la tasa se situó por debajo del 4% únicamente en 5 meses. Eso es todo.
Tasa de desempleo de EE.UU.
(Trump, desde enero 2017)
Fuente: BLS (Bureau of Labor Statistics)
https://www.bls.gov/webapps/legacy/cpsatab1.htm
Nota: La crisis financiera comenzó en septiembre de 2088.
Obama tomó posesión a final de enero de 2009.
Cuando Donald Trump tomó posesión (el 20 de enero de 2017) la tasa de desempleo se encontraba en el 4,7%, que ya era un valor bastante bajo. En estos más de dos años, el paro nunca ha vuelto a dicha cifra. Desde abril de 2018 se situó por debajo del 4% (salvo en dos meses), lo que podría considerarse pleno empleo -aunque hay diferencias sobre esta definición-. Este mes de marzo de 2019 estaba en el 3,8%.
Desde hace medio siglo (1966-69) el desempleo no había sido inferior al actual. La politica económica ahora aplicada, no puede ser ajeno a ello.
En cualquier caso, es obligado recordar que ningún presidente puede cambiar sustancialmente las leyes económicas. En junio de 2019 la economía entrará en su undécimo primer año de expansión económica, como puede apreciarse en el gráfico de arriba. Será la más larga expansión de la economía de EE.UU. desde los años 60 y, por tanto, un poco antes o después será inevitable que comience un periodo de desaceleración económica.
Ya es tiempo de una recesión
Cuando llegue la recesión, lo que importará es que no sea ni demasiado profunda ni demasiado prologada, por su buena salud de fondo.
Otra importante variable del mercado laboral es la evolución de los salarios. En EE.UU. es preferible comparar las medias nacionales de las retribuciones salariales por una hora de trabajo, en dólares corrientes, referido al conjunto de los contratados del sector privado, no agrario. Nuevamente, es la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) el organismo que efectúa su estimación.
En mi artículo de noviembre de 2016 indagando sobre los motivos que llevaron a Trump a ganar las elecciones, lo primero que indicaba era lo siguientes:
“I) Insatisfacción sobre la marcha de la economía … Trump ganó las elecciones, principalmente, porque los ciudadanos buscaban un cambio en la economía del país y en la personal: un mayor crecimiento económico, la creación de más empleos y una mejora de los salarios más bajos e intermedios”.
Y añadía:
“… los ingresos medios de buena parte de las clases medias apenas han crecido desde mediados de 2009, cuando finalizó la crisis económica en EE.UU. y Obama ya ocupaba la presidencia”.
En otro artículo venidero repasaremos con detenimiento aquella preocupante evolución de la retribución media de las clases trabajadoras en EE.UU.
Pero ahora ya puede señalarse (observando el gráfico de abajo) que durante el conjunto del año 2018 (bajo Trump) la retribución salarial media nacional ha superado el 3%, por primera vez desde 2008; siendo exactos, el 3,2% en diciembre 2019, sobre doce meses antes. Y en marzo de 2019 seguía aumentando al 3,2%. Esperemos que esto constituya un cambio de tendencia, aunque varios factores influyeron en la anterior e insatisfactoria evolución, muy plana, que abarcó toda la presidencia Obama.
Fuente: Elaboración propia.
Datos: Bureau of Labor Statistics (BLS). Current earnings for all employees on private nonfarm payrolls, seasonally adjusted
Finalmente comenzó un mayor crecimiento de la productividad
El incipiente aumento de la productividad del conjunto de la economía a comienzos de 2019, es un motivo de esperanza, pero es pronto para tener total seguridad de un cambio de tendencia. Sin elevación de la productividad de la economía no puede haber un incremento salarial sostenido.
Como analiza el Washington Post, “en caso de proseguir, la subida de la productividad [que ha sido del 3,6% en el primer trimestre de 2019] serían buenas noticias para el Presidente Trump y su propósito de un crecimiento económico sostenido por encima del 3%”.
El analista económico del Washington Post agrega que “las mejoras de la productividad durante la mayor parte de los anteriores diez años fueron deslucidos, promediando 1,3% entre 2007 y 2018”.
Finalmente, como fundamento de las dos mejoras indicadas (más empleo y salarios más elevados) Donald Trump ha conseguido sacar a la economía de EE.UU. de la atonía provocada por Obama en sus años de mandato, lo que se muestra en el gráfico de más abajo. Su política económica es claramente mejor.
Limitándonos al crecimiento en los ocho últimos trimestres de Barack Obama (2015 y 2016), frente a los ocho primeros de Trump (2017 y 2018) -recogidos en el gráfico de abajo- la tasa media ha aumentado más del 60 por ciento, pasando del 1,8% al 2,9%.
Tomando el conjunto del periodo poscrisis financiera de Obama, desde junio de 2009 a enero de 2017, la media del crecimiento económico sería del 2,1%. Pero su último año (2016) fue especialmente flojo, con una tasa de sólo el 1,5%. Esa débil economía es la que dejó Obama antes de abandonar la Casa Blanca.
PIB real. Porcentaje de variación de un trimestre sobre el precedente,
elevado a anual (Ajustados estacionalmente)
Fuente: La agencia federal Bureau of Economic Analysis (BEA)
(A un nuevo presidente se le atribuye el crecimiento a partir del 2º trimestre del año de su toma de posesión, a final de enero; la cifra del primer trimestre se le asigna a su antecesor. A la presidencia Trump, le correspondería desde el 2º trimestre de 2017)
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