Japón se prepara para disuadir a China.
A mediados de este mes de diciembre el gobierno de Japón hizo pública su nueva estrategia de defensa para los próximos diez años, que comprende su intención de llevar a cabo el mayor rearme del país desde el final de la II Guerra Mundial.
El muy reducido gasto histórico en defensa de Japón, que ha venido siendo alrededor del 1% de su Producto Interior Bruto (equivalente al de España, 1,01%), se doblará en cinco años alcanzando el 2% del PIB a partir de 2027. Recordemos que dicho 2% del PIB es el ratio que la Organización del Atlántico Norte (OTAN) ha fijado como objetivo para sus estados miembro, para que estén en condiciones de hacer frente a las amenazas existentes para su seguridad.
Cuando Japón alcance aquel nuevo nivel de gasto militar -en 2027- se situará en el tercer puesto mundial, únicamente por detrás de EE.UU. y China, con unos 110.000 millones de US$ anuales. No hay que perder de vista que China, en la actualidad, ya dedica 293.000 millones US$ a su defensa (según el Stockholm International Peace Research Institute – Sipri).
El pacifismo social y de estado en Japón
La Constitución japonesa, del año 1946 -aún en vigor-, en su artículo 9, establece que Japón renuncia a su potestad soberana de recurrir al uso de la fuerza militar para resolver sus diferencias con otros Estados, lo que es el único caso en el mundo: ni si quiera la Ley Fundamental de Alemania (de 1949) llega tan lejos. Por ello, es acertado referirse a la de Japón como una Constitución pacifista.
Japón también renunció constitucionalmente al establecimiento de unas fuerzas armadas regulares propiamente dichas, limitándose a la creación de unas Fuerzas de Autodefensa que suponen una extensión de las fuerzas policiales, en tierra, mar y aire. Hasta hace más o menos una década Japón ni siquiera tomaba parte en misiones de paz de Naciones Unidas.
Puede que en las primeras décadas tras la II Guerra Mundial tuviera algún sentido estas disposiciones tan exigentes e insólitas, pero más de 75 años después han dado lugar a una grave anomalía de defensa en Extremo Oriente y el área del Pacífico.
Ante la presencia en el Pacífico norte, tras la contienda mundial, de una superpotencia nuclear agresiva -la Unión Soviética– tuvo que ser directamente EE.UU. la potencia occidental que contuviera sus planes expansivos, creando un paraguas defensivo del nuevo Japón desmilitarizado.
Con la desaparición de la URSS en 1991, se creó la sensación -gravemente equivocada- de que las más peligrosas contiendas internaciones habían pasado definitivamente a ser historia, por lo que Japón prosiguió con su confiado enanismo militar. Las sucesivas encuestas mostraban que el pacifismo era el estado de opinión preponderante en la sociedad japonesa.
El retroceso de la injustificada confianza
La nueva Federación Rusa, a pesar de su autoritarismo y de su gran poderío nuclear, no constituye para Japón una amenaza de primer orden, actualmente.
Pero, el creciente programa de armas nucleares y misiles de medio y largo alcance de Corea del Norte (acelerado desde comienzos del presente siglo: 2006), con el carácter imprevisible y agresivo que es propio al régimen comunista norcoreano, sí que supone un gran peligro para el que Japón no está suficientemente equipada.
En varias ocasiones Corea del Norte ha hecho volar sus misiles (sin cabezas explosivas) por encima de diversas islas de Japón. Este mes de noviembre el gobierno japonés ordenó el confinamiento urgente de los habitantes de una isla al norte del país cuando detectó el lanzamiento simultáneo de 20 misiles por parte del régimen comunista coreano.
Como se aprecia en el gráfico a continuación, más de la mitad de todos los lanzamientos de misiles han tenido lugar bajo el nuevo dirigente, Kim Jong Un, desde 2011. La aceleración reciente de este programa es evidente.
Lanzamiento de misiles y pruebas nucleares de Corea del Norte
(1984 – 2022)
Fuente: AlJazeera, tomado del CSIS Missile Defense Project.
China es la mayor amenaza actual para la seguridad de Japón, quien carece de capacidad suficiente para defenderse
Como refiere el editorial del Wall Street Journal, “El documento de estrategia [del Gobierno japonés] acierta al calificar la situación actual como ¨el ambiente de seguridad más grave y complejo [para Japón]¨ desde la Segunda Guerra Mundial”.
Los editorialistas prosiguen afirmando que “el documento de estrategia menciona explícitamente el “desafío” desde Beijing. Recuerden que en agosto cinco misiles balísticos chinos cayeron a aguas cercanas a la costa de Japón”.
Como ya indiqué, China actualmente dispone de un presupuesto de defensa que es más de 5 veces superior al de Japón: 293 miles de millones de US$, frente a 54 m.mill. US$, en 2021.
Por otro lado, en el gráfico a continuación puede apreciarse que China comenzó su gran despegue en el gasto militar hace más de 15 años, a partir de 2006. En dicho año 2006 ambos países contaron con un gasto militar semejante y desde entonces China no ha dejado se alejarse de Japón, año tras año, superándole en casi todos los campos de la defensa.
Gasto militar de China (en US$ corrientes). 1989 – 2021.
Fuente: World Bank y Sipri.
La evolución que se recoge en este gráfico y las realidades de efectivos, equipos y armamentos que están tras dichas cifras, muestra la ambición de las autoridades comunistas de China de actuar como una superpotencia, a escala verdaderamente global -no sólo regional- frente a EE.UU., tratando de llegar a desbancarle como primera potencia mundial.
La trascendencia de la nueva caracterización de China y Corea del Norte como “amenazas” para Japón, destaca al tener en cuenta que en el precedente documento estratégico de Japón, de 2013, aquellos dos países -asombrosamente- eran definidos como “socios estratégicos” de Japón.
EE.UU. ha tenido que responsabilizarse casi en solitario de la seguridad en Extremo Oriente
De los tres países del mundo en los que EE.UU. cuenta con un mayor despliegue de tropas, dos se encuentran en esta región: Japón (54.000 efectivos) y Corea del Sur (25.000). El otro es Alemania (36.000). Además, la Séptima Flota estadounidense -incluido el grupo del portaaviones USS Ronald Reagan- lleva décadas teniendo como su puerto de amarre Yokosuka, al sur de Tokio.
Dicha inusual situación se prolonga ya más de 60 años. Por ello, no es de extrañar que tras haberse comprobado sobradamente la reducidísima probabilidad de que Japón vuelva a convertirse en una potencia agresiva en la región, EE.UU. haya venido promoviendo desde hace mucho tiempo que Japón asuma un mayor protagonismo en la defensa de su país, contribuyendo con ello a la estabilidad del conjunto de la región.
Washington DC también ha demandado una mayor implicación de Corea del Sur y Australia en la tarea de contener y neutralizar el expansionismo del régimen comunista chino en sus respectivas zonas.
Por otro lado, cuando el intervencionismo de China se hizo más patente, a mediados de los años 2000, EE.UU. promovió un marco institucional de diálogo sobre la seguridad estratégica de la región Indo-Pacífica que ha recibido el nombre de Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, o simplemente, la Quad. Además de EE.UU., la integran Japón, Australia e India. Corea del Sur y Vietnam (ambos países amenazados también por China) intervienen en algunas de las actividades de la Quad, como el intercambio de información y maniobras militares conjuntas.
Los ciudadanos japoneses han adquirido conciencia de los peligros para su seguridad nacional
Durante décadas, la mayoría del pueblo japonés mantuvo su adhesión a un extremado pacifismo respecto a sus relaciones con otras potencias. Pero, a lo largo de la pasada década ese estado de ánimo ha cambiado sustancialmente: la muy seria amenaza que representa China y, secundariamente, Corea del Norte les ha hecho comprender que su país necesita unas fuerzas armadas con el suficiente tamaño y preparación para proyectar hacia el exterior su determinación a no dejarse presionar y someter.
Aunque esté sucediendo muy lejos de su territorio, la invasión rusa de Ucrania ha contribuido a que los japoneses hayan comprendido rápidamente los peligros de su propio entorno geopolítico. Desde el mismo comienzo de la invasión rusa la República Popular China expresó su apoyo a la agresión de Vladimir Putin, aunque con algunas reservas, para tratar de evitar las consecuencias de un posible fracaso ruso. También desde febrero de 2022, todos los medios y los dirigentes occidentales señalaron el paralelismo que podría producirse con la cuestión de Taiwán, si Rusia lograra sus objetivos agresivos en Ucrania. En estos meses los dirigentes chinos han intensificado su reclamación de soberanía sobre Taiwán, no excluyendo el uso de la fuerza militar para conseguirla.
Un importante factor de estimulación en esta toma de conciencia de los japoneses ha sido que actualmente el primer ministro –Fumio Kishida– pertenece al conservador Partido Liberal Democrático. Este dirigente, así como un antecesor en el cargo, Shinzo Abe (de aquel mismo partido), han venido promoviendo el rearme del país desde mediados de los años 2010 e, incluso, la revisión de la cláusula pacifista de la Constitución del país.
La izquierda japonesa quiere mantener el pacifismo pero los ciudadanos no le secundan
El Partido Democrático Constitucional, la actual principal oposición de izquierda en la Cámara Baja (que agrupa a varias formaciones anteriores), se opone a aspectos esenciales de la nueva posición militar estratégica del Gobierno japonés.
Ahora bien, una encuesta del grupo mediático público japonés NHK, de septiembre de 2022, mostró que el 55% de los encuestados eran partidarios de un rearme del país, oponiéndose el 29% de ellos.
En diciembre de 2022, una encuesta conjunta Yomiuri Shimbun – Gallup Inc. pone en evidencia un movimiento de muchos de los indecisos en favor de la propuesta del Gobierno: el 68% de los japoneses se posicionaron en favor del rearme de Japón, mientras que el 27% la siguieron rechazando.
La BBC nos informa que el Primer Ministro Kishida explicó del siguiente modo la necesidad del nuevo concepto estratégico de Japón: “Desgraciadamente, existen países en nuestra vecindad que están llevando a cabo actividades tales como el reforzamiento de su capacidad nuclear, una rápida escalada militar [en general] y el intento unilateral de alterar el estatus quo mediante la fuerza”.
Otros artículos de mi blog sobre temas internacionales de defensa:
Trump propone un nuevo aumento del presupuesto militar estadounidense. 14 de julio de 2019.
La crisis con Corea del Norte. 23 de noviembre de 2017.
La capacidad militar y el presupuesto de defensa de EE.UU. Obama redujo el poder militar estadounidense. 26 de julio de 2017.
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