Trump ordenó promover la libertad religiosa en el mundo
“La libertad religiosa, la primera de las libertades [conseguidas] en América [esto es, en EE.UU.], es un imperativo moral y de seguridad nacional. La libertad religiosa para todos los pueblos del mundo es una prioridad de la política exterior de EE.UU. y [nuestro país] respetará y promoverá vigorosamente esta libertad”. (Orden ejecutiva, presidencial. 2 junio 2020)
A menudo se olvida que uno de los principales motivos de la partida de muchos de los colonos ingleses al Nuevo Mundo en el s. XVII había sido como forma de escapar a los rigores y convulsiones religiosas que se vivían en la Inglaterra protestante.
Durante los próximos cuatro años, no volverá a poderse leer una declaración de principios como la del primer párrafo en una orden ejecutiva firmada por quien va a ser el nuevo presidente del país, Joe Biden; y ello, a pesar de que Biden se declara católico, pero lo es a su manera, esto es, al modo del Partido Demócrata radicalizado, lo que incluye su total apoyo al aborto, a que se denomine matrimonio a una pareja de homosexuales, a entregar una criatura humana a una pareja de homosexuales masculinos a guisa de mascota, etc.
Tampoco sucedió nunca nada semejante a aquello en los ocho años del -tan absurdamente alabado en España- presidente Barack Obama. Pero bajo Donald Trump, eso se produjo el día 2 del pasado mes de junio y en otras varias fechas sobre temas relacionados con la libertad religiosa.
Plan diplomático y sancionador en pro de la libertad religiosa internacional
Continuemos con el texto de la orden ejecutiva firmada por Trump el 2 de junio de 2020.
“Como se declara en [el documento de la] Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 [ya bajo la presidencia de Donald Trump], nuestros Padres Fundadores comprendieron la libertad religiosa no como una creación del Estado, sino como un don de Dios a todas las personas y un derecho que resulta fundamental para el florecimiento de nuestra sociedad”.
El diario conservador New York Post, explica que “la orden ejecutiva manda que el Departamento de Estado … desarrolle un plan para afianzar la libertad religiosa internacional, destinando al menos 50 millones de dólares cada año” con ese fin. Participará también en ese plan la agencia federal de cooperación internacional –la USAID-, que en cierto modo depende del Departamento de Estado e interviene en todo el mundo en desarrollo.
Como parte de aquel plan se mejorará la prevención de ataques contra lugares de culto, reforzando sus medidas de seguridad en aquellos países y zonas donde vienen sucediendo agresiones.
Por su parte, el diario conservador The Washington Times informa que aquella “orden ejecutiva establece que todo el personal del Departamento de Estado [esto es, de Asuntos Exteriores] reciba formación en materia de libertad religiosa al menos una vez cada tres años”.
Los dirigentes políticos de otros países y demás personas con influencia sobre el poder, en adelante podrán ver prohibida su entrada en EE.UU. y sus fondos depositados en este país podrán ser bloqueados si cometen serias violaciones de la libertad religiosa en cualquier parte del mundo. Estas sanciones internacionales se adoptarán en el marco de la ley Global Magnitsky Human Rights Accountability Act (o Magnitsky Act), de 2016, que persigue a los autores de graves delitos contra los derechos humanos.
La Administración Trump ya venía actuando en este campo
El diario The Washington Times continúa informando de que Donald “Trump ha suscrito iniciativas para fortalecer la libertad religiosa tanto en el interior del país como en el ámbito internacional, desde el comienzo de su Administración”, en enero de 2017.
Una muestra de ello es que la Administración Trump “ha incrementado sus actuaciones judiciales [dentro y fuera del país] en favor de varias confesiones [cristianas], de un centro islámico [de la minoría rohinyás, en el sudeste asiático] y [de las prácticas] de una tribu de indígenas americanos”.
Como se aprecia, las intervenciones de la Administración Trump no sólo fueron en favor de comunidades cristianas sino también de otras creencias religiosas.
Por otro lado, como recoge el diario conservador Washington Times, “El Departamento de Estado ha acogido [en estos pasados años] dos cumbres [internacionales] sobre la libertad religiosa [en 2017 y 2019], movilizando representantes de más de 100 países”.
En la segunda de dichas cumbres (en julio de 2019) el Vicepresidente Mike Pence, que es un evangelista practicante, “anunció que EE.UU. había sancionado a dos dirigentes de las milicias proiraníes en Irak por haber hostigado a comunidades cristianas y yazidíes de la llanura de Nínive, al norte de Irak …”.
Desde la derrota de la organización terrorista Estado Islámico (ISIS o Daesh), en 2018 –bajo la presidencia de Donald Trump-, los cristianos y yazidis de Nínive se han visto en gran medida libres de la terrible persecución a que le sometía ISIS, pero ahora eran acosados –con mucha menor intensidad- por las milicias proiraníes presentes en esa zona de Irak.
EE.UU. está ayudando directamente a los cristianos en Oriente Medio
Como relaté en diciembre de 2017, “El Vicepresidente Mike Pence anunció su visita a Jerusalén, Ramallah, Cairo, etc. en el transcurso de una conferencia en Washington el pasado 26 de octubre [de 2017] sobre la persecución religiosa en Oriente Medio, organizada por la organización In Defense of Christians (https://indefenseofchristians.org/)”.
“Durante su intervención [en octubre de 2017] Mike Pence dio a conocer que la Administración Trump ha comenzado a reorientar su ayuda a las minorías religiosas de Oriente Medio en vez de por instituciones de Naciones Unidas por organizaciones locales de aquellos países con los que viene trabajando la agencia estadounidense de ayuda al desarrollo (USAID)”.
“Eso incluía a las diversas iglesias y organizaciones religiosas de quienes están siendo más perseguidos en Oriente Medio [los cristianos y los yazidíes]. Esta medida ha venido siendo reclamada desde hace tiempo por organizaciones conservadoras [estadounidenses] y su anuncio fue recibida con una ovación con los varios cientos de asistentes puestos de pie”.
Ayuda indirecta a las organizaciones cristianas en el extranjero desde 2017
En 2018 informé de que “A los tres días de tomar posesión como Presidente, esto es el 23 de enero de 2017, Donald Trump firmó una orden ejecutiva restringiendo la financiación de EE.UU. hacia organizaciones sanitarias extranjeras no públicas que aconsejen o ayuden a realizar abortos en los países en desarrollo”.
“La decisión de Trump … establece que los fondos federales no podrán donarse a organizaciones que de hecho practiquen abortos o los aconsejen realizar, aunque sea con fondos de otra procedencia, no de la Administración estadounidense”.
“En total, son unos 8.800 millones de fondos federales [estadounidenses, anuales] de ayuda los que quedarán sometidos a la nueva política; unas 15 veces más que antes [de 2017]”.
Esta medida dejó fuera de muchos programas de ayuda internacional a diversas de las organizaciones extranjeras relacionadas con Planned Parenthood y, por el contrario, se beneficiaron con un importante incremento en su actividad multitud de organizaciones cristianas internacionales y también de otras creencias religiosas.
La Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998
No hay que pensar que EE.UU. no había actuado antes de Trump –con alguna intensidad- contra las persecuciones religiosas y, particularmente, contra las comunidades cristianas en varios países y continentes.
Fue en 1998 cuando el país dio un importante paso adelante, con la adopción de la Ley de Libertad Religiosa internacional (International Religious Freedom Act). Esta legislación se aprobó con los votos de buena parte de los congresistas y senadores de los dos partidos, aunque los republicanos tuvieron una participación más destacada en su gestación.
Hay que reconocer también el apoyo que este proyecto recibió del Presidente Bill Clinton, quien fue un dirigente de izquierda, pero del centro moderado, que hoy recibe el desprecio de la extrema izquierda del Partido Demócrata, como el senador casi octogenario Bernie Sanders, la joven congresista Alexandria Ocasio-Cortez, etc.
En 2016, bajo Barack Obama, aquella Ley fue reformada de manera relativamente amplia. Asombrosamente, Obama y el Partido Demócrata aprovecharon la oportunidad para extender la protección a las personas y organizaciones ateas …
Las tres categorías de infractores de la libertad religiosa
En aplicación de dicha Ley, en diciembre de 2019, el Secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció que EE.UU. había reconfirmado la calificación más adversa (Countries of Particular Concern) a China, Irán, Pakistán, Corea del Norte, Arabia Saudí, Eritrea, Birmania, Tayikistán, Turkmenistán … Se adopta este estatus cuando se han producido torturas o asesinatos, tratos denigrantes o prolongados encarcelamientos contra creyentes, por razón de su religión.
Por otro lado, el Departamento de Estado había incluido en su Lista de Vigilancia (Special Watch List) –que es la segunda más grave categoría de infractores- a Rusia, Cuba, Nicaragua, Sudán y Nigeria, entre otros varios.
La reforma de 2016 creó una nueva categoría de infractores de la libertad religiosa, la de “entidades particularmente preocupantes”, en la que se han incluido entes no gubernamentales como el Estado Islámico (Siria e Irak), Boko Haram (Nigería y países vecinos), los Hutíes (Yemen), Al-Qaeda, etc.
La libertad religiosa para los dirigentes del Partido Socialista español (PSOE)
Permítanme que relate, brevemente, una anécdota que yo presencié, demostrativa de la actitud imperante entre aquellos dirigentes a finales de 2011, cuando seguía siendo Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Éste fue el dirigente político que más daño hizo a España en cuarenta años, aunque ahora esté siendo superado por su “compañero” Pedro Sánchez.
Afortunadamente, en las elecciones generales de noviembre de 2011 el PSOE cosechó uno de los peores resultados de su historia reciente, perdiendo el poder durante los siguientes seis años, hasta 2018.
Uno de los últimos viajes al extranjero de R. Zapatero, en el mes de septiembre 2011, fue a la capital de Turquía, Ankara, donde yo me encontraba destinado como Agregado Comercial, en la Oficina Comercial de la Embajada española.
Una semana después, recibimos desde la Presidencia del Gobierno (esto es, desde La Moncloa) el informe de la reunión entre Rodríguez Zapatero y el hombre fuerte de Turquía, el entonces Primer Ministro Erdogan.
Se transcribían varias frases de Erdogan, entre las que aparecía la expresión si Dios quiere, que en turco se dice con la preciosa expresión árabe “İnşallah” (que se lee ínsháala). Pues bien, el genio -o la genia- que redactó dicho informe en la Presidencia del Gobierno de España, añadió, como muestra de su gran escándalo laicista, varios signos de exclamación: ¡¡¡¡si Dios quiere!!!!
No comment.
Es casi seguro que algo análogo esté sucediendo ahora, bajo el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, también del radicalizado PSOE.
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