Violencia de la extrema izquierda en Francia. Coche empleado para intentar quemar la casa de un alcalde.
En el quinto día de graves disturbios en Francia, tras lo que parece que fue el homicidio día 27 de junio de un joven de 17 años de origen magrebí a manos de un policía nacional, en un control de tráfico que el joven se saltó, este pasado sábado por la noche se ha llevado a cabo un claro acto de terrorismo. El domicilio familiar (un chalet) de Vincent Jeanbrun, alcalde de la localidad de L’Haÿ-les-Roses (cerca de Paris), fue atacado con intenciones criminales mediante el empotramiento en la vivienda de un coche en llamas, a una hora en que la mujer del alcalde y sus dos hijos (de 5 y 7 años, de edad) dormían en el hogar. El alcalde estaba trabajando en el ayuntamiento, ante la violencia reinante en dicha demarcación.
¿A qué partido político pertenece dicho alcalde? ¨Casualmente¨ al partido tradicional de centroderecha, Les Républicaines (LR). No existe en este ataque eso que algunos llaman -muy equivocadamente- ¨violencia ciega¨ o ¨actos incontrolados¨. Los atacantes sabían muy bien lo que estaban haciendo: a quien perseguían dañar o algo peor.
La mujer del alcalde recogió a sus hijos y salió a toda prisa por la parte posterior del chalet, fracturándose la tibia.
Tanto la mujer y sus hijos, como las fuerzas policiales que estaban llegando al lugar, fueron recibidos con lo que la radio pública RadioFrance calificó de ¨tiros de mortero¨ por los terroristas del multiculturalismo, aunque debieron tratarse de potentes cohetes de feria con una cierta cantidad de pólvora.
La fiscalía encargada de este atentado ha abierto ya una investigación por la “tentativa de homicidio voluntario con premeditación” del alcalde y su familia.
Intento de quemar el domicilio de otro alcalde
Por otro lado, ayer día 2 de julio, se descubrió otro intento de incendiar el domicilio del alcalde de una pequeña población, al sur de Lyon: Charly. El diario Ouest-France ha hecho público hoy el descubrimiento de un dispositivo incendiario en la entrada de la casa del alcalde, antes de que estallara.
Dicho alcalde ha declarado al diario Ouest-France que “estamos presenciando el cuestionamiento de todo y, además de a las instituciones, se ataca a las personas que están tratando de mantenerlas vivas. Intentar dañar a personas en sus domicilios, evidencia la intolerable relación de una minoría [política y social] con la autoridad. Esto es demencial; da la sensación de que [para algunos] ya no existen reglas del juego”.
Por otro lado, el alcalde ha declarado hoy lo siguiente: “La República es atacada cuando lo son sus representantes. El domicilio de los gobernantes elegidos debe seguir siendo un santuario respetado”.
El conjunto de la izquierda elude formular condenas claras … asumiendo así los ataques criminales a aquellos alcaldes y la violencia en las ciudades los días anteriores
Suede decirse que sólo muy infrecuentemente practica el alarmismo que en el mundo actual caracteriza a los medios de comunicación progresistas. Pues bien, entre los subtítulos que emplea hoy Le Figaro sobre este asunto, pueden leerse las siguientes expresiones:
“Se ha producido un serio agravamiento de la situación [política general de Francia]”.
“La clase política está en shock tras el ataque al domicilio del alcalde [cerca de Paris]”
“La Primera Ministra, Elisabeth Borne [del partido de Macron, naturalmente], condena ¨estos hechos intolerables¨, al tiempo que la derecha expresa su indignación”.
Pero, por su parte, “en conjunto, la izquierda permanece silenciosa”, nos informa Le Figaro. Esa misma izquierda (y no sólo la más extrema) que, desde la muerte del joven Nahel, no cesa de encontrar excusas de que la barbarie izquierdista se haya desbocado en Francia, una vez más.
Hace ya unos cuantos días, el diputado Arthur Delaporte, del Partido Socialista de Francia, manifestaba su ¨simpática¨ versión acerca de la violencia desatada: “Quienes están manteniendo ideas incalificables, quienes están atizando las tensiones, es la extrema derecha”.
La diputada ecologista (por tanto, procomunista) Sandrine Rousseau, disculpaba del siguiente modo, en su cuenta de Twitter, la violencia, destrucción y robos desenfrenados desde la muerte de Nahel: “¿Y si el pillaje tiene que ver con la pobreza … o con el sentimiento de relegación? Posiblemente habría que analizar [estos motines] políticamente, no solo desde el punto de vista de la seguridad”.
Jean-Luc Mélenchon no quiere que se recupere la calma, hasta …
El detestable máximo dirigente de la izquierda francesa (la coalición electoral Nupes) es en la actualidad Jean-Luc Mélenchon. Este individuo es también el líder histórico de la extrema izquierda de aquel país, la Francia Insumisa (LFI), que es equivalente a la española Unidas Podemos, recién devenida en la coalición Sumar, de la actual Vicepresidente segunda del Gobierno español Yolanda Díaz, quien se autodefine como comunista.
Dos días después de comenzar los motines en Francia, Mélenchon se negaba a llamar a la calma, afirmando por el contrario lo siguiente: “Los perros de guardia nos ordenan que llamemos a la calma. Nosotros llamamos a la justicia”, esto es, a continuar la violencia general en el país.
Le llevó 4 días a Mélenchon hacer el gran esfuerzo de pedir a “los jóvenes” que “no ¨tocaran¨ [esto es, que no quemaran] los colegios, las bibliotecas, los gimnasios …”. Ahora bien, Mélenchon se cuidó muy mucho en no pedir igual comportamiento civilizado con respecto a los edificios municipales, las comisarías, etc.
Marine Tondelier, la secretaria general del partido ecologista/comunista EELV, pontificaba en la cadena pública Franceinfo que “la calma no se consigue por decreto, se construye. Sin justicia, no habrá paz. Esto no es una amenaza [¿ah, no?], es un hecho”.
Cuando no logran el poder en las elecciones los izquierdistas se empeñan en manipularlo por medio de la violencia
La izquierda francesa tiene una prolongada historia de cuestionar la legitimidad del poder cuando ellos han perdido los comicios, admitiendo y hasta alentando las destrucciones, quemas, pillajes y otras formas de violencia para frenar los proyectos de ley que les disgustan. Eso es lo que sucedió durante los primeros meses del presente año para tratar de frenar la muy necesaria reforma del sistema de pensiones que estaba impulsando el Presidente Macron.
Afortunadamente, la reforma de las pensiones logró concluir su proceso en las instituciones, entrando en vigor. La medida más importante de dicha reforma es que situará la edad de jubilación en los 64 años, desde los actuales ¡62 años!
Los ecologistas franceses también practican formas de violencia, por cuanto su organización más radical ha sido disuelta
Este pasado 21 de junio, el Consejo de Ministros de Francia acordó la disolución de la organización ecologista, filoterrorista, Levantamientos por la Tierra (Soulèvements de la terre – SLT). Tras una prolongada investigación y tramitación política, el Ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha conseguido este importante triunfo contra el ecologismo más fanático y liberticida de aquel país.
Lógicamente, tras esta decisión administrativa será la justicia la que diga la última palabra.
El pasado año, este mismo Ministro del Interior calificó a esta organización de “ecoterroristas”, mientras que su colega -la Ministra de Cultura Rima Abdul Malak- les acusaba de “ecovandalismo”.
Aunque el asunto de estos fanáticos ecologistas franceses merece un artículo propio, mostraremos a continuación algunas de las acciones de estos enemigos de la democracia liberal para quienes “el fin justifica los medios”.
Según un informe policial consultado por el diario Le Figaro, “entre el 1 de enero y el 30 de octubre de 2022 tuvieron lugar no menos de 104 actos violentos” por miembros de aquella organización, a lo largo y ancho del país. Comprende 60 actos de vandalismo contra torres de telefonía móvil, 29 contra instalaciones de fibra óptica, y otros. Estas prácticas vandálicas, que ocasionaron desperfectos por un valor de varios millones de euros, no son nunca reivindicadas, para obstaculizar la acción de la justicia. Incluso un cable submarino de transporte de electricidad -en su tramo terrestre-, sufrió la acción de estos energúmenos, quedando inservible un cierto tiempo.
Esta banda aduce que es por medio de las nuevas tecnologías de la información cómo el estado va a ir controlando a las personas.
La “acción directa” y la batalla en torno a las balsas de agua para el regadío agrícola
Estos activistas son partidarios de la “acción directa”, esto es de los sabotajes. En términos generales, son contrarios al cambio climático que dicen estar ocasionado por los humanos, con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural).
Durante una ocupación de tierras de varios días contra la construcción de unas grandes balsas de agua para el regadío agrícola -proyecto denominado Sainte-Soline-, al oeste del país, cerca de la costa del Mar Cantábrico, tuvieron que intervenir 1.500 gendarmes para hacer frente a 6.000 activistas violentos. En los enfrentamientos, en octubre de 2022, 47 gendarmes sufrieron daños diversos, de los cuales dos tuvieron que ingresar en urgencias.
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