Trump ha continuado gobernando el país
Durante casi medio año (desde fines de septiembre 2019) los medios extranjeros han informado –casi exclusivamente- del proceso para la destitución del Presidente Trump, dando la impresión a los lectores de fuera de EE.UU. que la Administración federal estaba paralizada.
Para los medios de izquierda, el simple hecho de que pareciera que se estaba acogotando al gabinete Trump –impidiéndole realizar su labor de gobierno- era en sí mismo una victoria, pero … también en esto la progresía en EE.UU. ha salido derrotada.
Durante el otoño de 2019 y lo que va de invierno, el gobierno estadounidense ha logrado sacar adelante diversas e importantes medidas, para el país y en aplicación de su programa político, esto es, de las promesas electorales que formuló Trump en la campaña de 2016 y que obtuvieron los votos ganadores.
Por cierto, la Casa Blanca ha tenido la habilidad de saber aprovechar en su favor el tremendo inconveniente que ha supuesto el proceso de impeachment, que concluyó el pasado miércoles, día 5 de febrero, con la absolución del presidente Trump (como expliqué en mi artículo).
Los demócratas sabían muy bien que los ciudadanos podrían castigarles –en las elecciones de noviembre- si daban la imagen de estar paralizándolo todo, ocupándose únicamente del intento de destituir a Trump.
Este temor ha dado lugar a que la izquierda haya tenido que ceder en el Congreso ante varias de las medidas procedentes de la Casa Blanca, a las que se había negado en redondo en los tres anteriores años, con resultados desiguales.
Nuevo acuerdo comercial con México y Canadá
El nuevo acuerdo comercial entre EE.UU., Canadá y México (USMCA), que sustituye al anteriormente denominado NAFTA (de 1994), fue ratificado por el Senado el 16 de enero de 2020, con el voto de 52 republicanos y de 38 senadores demócratas.
El proteccionismo comercial frente al exterior de Trump ha sido, quizá, la política más errónea de todas las que ha aplicado este presidente.
No debe olvidarse que la revisión de los principales acuerdos comerciales de EE.UU. fue suscitada en varias ocasiones por Trump en la campaña, obteniendo con ello total legitimidad para hacerlo, luego, desde la Casa Blanca. Algo diferente es que se trate de una política equivocada y contraproducente, que el Partido Republicano viene rechazando desde hace muchas décadas.
Con este nuevo acuerdo, un comercio libre entre las tres naciones norteamericanas, que tan beneficiosos frutos ha dado, está garantizado para el futuro.
No hay que olvidar que solo tres días después de instalarse en la Casa Blanca, el 23 de enero de 2017, Trump convocó a dirigentes sindicales nacionales. Durante el encuentro, “Trump les informó que acababa de firmar una orden ejecutiva anunciando la salida de EE.UU. del acuerdo comercial con países de la cuenca del Pacífico (pero no China), conocido como TPP”, como describí en un artículo.
Dicha decisión fue claramente equivocada, en mi opinión, pero los sindicalistas la recibieron en la Casa Blanca ¡con aplausos a Trump!, cómo se ve en la foto en mi artículo. Lo que muestra que el nuevo presidente no estaba sólo en su erróneo planteamiento en la cuestión del comercio internacional.
La reticencia de los congresistas demócratas a aprobar el nuevo acuerdo con Canadá y México durante los últimos meses de 2019, respondía a una motivación púramente partidist: privar al Presidente Trump de un éxito ante la opinión pública.
Fue el Partido Demócrata el que viró en bloque hacia el proteccionismo comercial
Ahora parece que son los republicanos quienes se oponen al libre comercio. Pero la gran mayoría de los senadores y congresistas de la derecha está en desacuerdo con el proteccionismo del Presidente Trump.
Por el contrario, fue el Partido Demócrata el que fue oscilando hacia el proteccionismo comercial hace un par de décadas, a finales de los años 90 … y ahí sigue.
Aunque, como expliqué en un artículo de marzo 2018: “En las elecciones presidenciales de noviembre de 2000, ninguno de los [dos] principales precandidatos de la izquierda (el ex–Vicepresidente Al Gore y el senador Bill Bradley) había abandonado todavía la política de libre comercio”.
Pero en octubre de 2001, con George Bush hijo como presidente, el 88% de los congresistas demócratas votaron en contra del libre comercio. Y no han corregido todavía su equivocación.
Por tanto, Donald Trump es un recién llegado a esta equivocada posición sobre los acuerdos de libre comercio, que la izquierda viene propugnando a lo largo de dos décadas.
Aumento del presupuesto militar
Con tres meses de retraso (en EE.UU. los años fiscales comienzan los días 1 de octubre), el 19 de diciembre de 2019 el Congreso aprobó (con amplias mayorías, 86 a 8 en el Senado) el presupuesto federal de defensa para el año fiscal 2020: 738.000 mill. US$. Esto supone un aumento de 6,5% (44,9 miles de millones de $) respecto al ejercicio anterior (en el que fue de 693.072 millones US$). Este presupuesto ha atendido la mayoría de lo solicitado por la Casa Blanca en mayo 2019.
Desde sus mítines de campaña para noviembre de 2016, Trump prometió recuperar una clara hegemonía militar de EE.UU. en el mundo, que Barack Obama había hecho retroceder, como se puede ver en el elocuente gráfico que publiqué en julio de 2019. Los demócratas se han opuesto hasta ahora a cualquier incremento, en línea con la postura de debilidad bélica de Obama, aunque sólo lo lograron parcialmente.
Los militares y soldados obtendrán un incremento salarial del 3,1%, el mayor en diez años. Se mejorarán los alojamientos en las bases militares. Se creará la 6ª rama de las Fuerzas Armadas: la Fuerza Espacial de EE.UU. Podrá comprometerse la construcción de 12 grandes navíos militares: 3 destructores, 2 submarinos, una fragata y otros. Etc.
Este será el tercer aumento del gasto militar realizado bajo Trump, en los presupuestos de 2018, 2019 y 2020, revirtiendo los constantes recortes de Obama en casi todos sus ocho años de presidencia.
Como este incremento de fondos para defensa fue el resultado de una dura negociación entre ambos partidos, los demócratas también lograron incluir algunas de sus peticiones, tales como la concesión de permisos parentales pagados de 12 semanas a los empleados federales en general.
Extensión del muro en la frontera con México
La ampliación del muro con México (cuya construcción comenzó en 1993, bajo el presidente demócrata Bill Clinton), fue uno de los asuntos que más entusiasmo levantó entre los participantes en los mítines de Trump en 2016. Y él, se comprometió a alargar y reforzar dicha estructura.
Dentro del presupuesto militar para el año fiscal (FY) 2020 (aprobado por el Congreso el 20 de diciembre de 2019), Trump ha conseguido gran parte de lo que pedía, en cuanto a fondos para la extensión del muro en varios cientos de kilómetros.
Para hacer factible dicho trasvase del presupuesto de construcciones militares a la extensión del muro, el Presidente Trump declaró en febrero 2019 una situación de emergencia de seguridad en la frontera suroeste, con México.
La izquierda cuestionó la legalidad de dicha decisión ante los tribunales, pero fracasó ya que es al poder ejecutivo –al presidente- al que corresponde tomar este tipo de decisiones.
Como medio alternativo de bloquear el plan estrella de Trump, emplearon su actual mayoría (desde enero de 2019) en la Cámara de Representantes, acordando expresamente la prohibición de aquel trasvase en varias ocasiones … pero –como luego veremos- también fracasaron.
En diciembre de 2019, embarcados ya en el impeachment, los demócratas tuvieron que ceder y se asignaron directamente 1.380 millones de $ al muro. Además, en ese presupuesto militar no se prohíbe que el presidente pueda trasvasar 3.600 mill. $ del presupuesto militar, para la infraestructura fronteriza. En total, son unos 5.000 mill. $ los fondos puestos a disposición del presidente desde el presupuesto de defensa (construcciones militares) para 2020.
En 2021 Trump habrá cumplido su promesa electoral sobre el muro
Cuando acabe el primer mandato de Trump, a finales de enero de 2021, las obras del muro con México estarán avanzadas para otros 650 km. adicionales (aproximadamente), que se sumarán a los 1.000 km que ya existían cuando Trump se instaló en la Casa Blanca.
Simple valla (fence), para evitar el paso de vehículos
En varios tramos de la frontera, no habrá extensión del muro sino conversión de bajas vallas (incluso de solo 2 metros, para evitar el paso de vehículos) por un muro de 10 metros de altura, prácticamente infranqueable –como el de la foto de abajo-. Además, la Administración Trump habrá introducido modernos sistemas digitales de video vigilancia, nuevos y mejores caminos (paralelos a la frontera) para acelerar el movimiento de las fuerzas policiales, etc.
Inauguración de un tramo de muro (wall), con un modelo más alto y fuerte.
ExSecretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen. Febrero 2019
En definitiva, Trump habrá cumplido también esta promesa electoral. Las obras estarán contratadas y dispondrán de fondos (unos 5.000 millones de dólares) para ser pagadas, aunque perdiera las elecciones en noviembre.
Como era de esperar, algunos altos cargos militares han expresado, incluso públicamente, su disgusto por estas pérdidas de fondos para los fines propiamente de defensa. Pero, ¿cómo podrían los generales oponer una dura resistencia a esos trasvases cuando es precisamente este presidente el que está logrando presupuestos de defensa récord en sus tres años de mandato, por el momento, como vimos más arriba?
El presidente ya había amasado muchos fondos para el muro durante 2019
Además de lo ya dicho, durante 2019 -antes de la aprobación en diciembre del presupuesto militar-, el Presidente Trump había conseguido por otros medios trasvasar en favor del muro –superando la oposición demócrata- otros 13.000 mill. $ y los tribunales le han dado la razón.
Sumado a lo ya explicado más arriba, se alcanza la bonita cifra de 18 miles de millones de dólares para el muro. Los demócratas no han logrado atarle las manos a Trump, aunque se jactaron de ello hace un año.
De hecho, el cierre de la Administración federal (Government shutdown) a fines de 2018 y principios de 2019 –el más largo de la historia- se debió principalmente a esta disputa sobre los fondos para extender la estructura fronteriza.
Ahora bien, lo que no pueda invertir el presidente en la construcción durante 2020 (de aquellos 13 mil millones $ extra), podrían ser bloqueados por el nuevo presidente, si Trump perdiera las elecciones.
Por otro lado, casi todo lo que se construya con este dinero constituirá un gran fortalecimiento de vallas y muros existentes y la instalación de sistemas electrónicos de vigilancia, no tramos adicionales que implican un largo proceso de expropiación cuando sean tierras privadas las afectadas.
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