Las renovables en España han recibido más de 100.000 mill. €. (Al final del artículo se reproducen las cifras originales de la CNMC)
“Las energías renovables son las más baratas”, repite una y mil veces -con todo desparpajo- el izquierdoso y embustero presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez (PSOE).
Si esto tuviese el más mínimo viso de veracidad, ¿por qué nos han obligado a las familias y empresas del país a regalarles a las compañías de las energías renovables 100.000 millones de euros, en nuestras facturas de la luz, desde el año 2000? … y lo que nos queda hasta 2050 o más allá. ¿Cómo se atreven a afirmar que se trata de energías “sostenibles”, si necesitan cuantiosísimas ayudas económicas o subvenciones, a lo largo de varias décadas?
Antes de seguir adelante, conviene informar de que esta política está siendo una de las mayores redistribuciones de riqueza que se ha producido en toda la historia de España.
Se cargan dichas primas al conjunto de la población, esto es, sobre todo a las mayoritarias clases trabajadoras y medias y se entregan estos fondos a los millonarios propietarios de las eléctricas dedicadas a generar electricidad mediante las renovables, especialmente, por medio de parques eólicos y solares fotovoltaicos (FV). Como resulta obvio, este trasvase de rentas tiene un carácter socialmente regresivo: todo el mundo necesita acometer un cierto gasto en electricidad para preservar un nivel de vida asequible.
También conviene aclarar que son los poderes públicos, los partidos políticos españoles y las instituciones de la UE los que más han presionado para que España -y el resto de países de la UE- se embarque en esta desastrosa aventura, de naturaleza política: “transformar toda la economía y la sociedad”.
Estas ayudas a las renovables ha sido una de las causas de que la electricidad en España sea de las más caras de Europa
Hace casi un año, el diario español El Mundo publicó un reportaje con el siguiente título:
“España ha pagado ya más de 100.000 millones de euros en primas ‘verdes’”
Añadía que “Este sistema de primas a las renovables se carga sobre el recibo eléctrico de hogares y empresas y ha sido una de las causas de que la luz en España se haya situado permanentemente entre las más caras de Europa en la última década. Tras años de gasto contenido entre las primas a la eólica y a la cogeneración, su auténtica explosión se produjo a partir de 2007 con la introducción acelerada de la energía solar por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero [PSOE]”.
El reportaje se basaba en “un informe realizado por la Fundación Naturgy que utiliza datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC)”. Dichos datos de la CNMC son los que aparecen en el gráfico de arriba y en el cuadro al final de este artículo,o y corresponden al concepto de “retribución específica”.
Otra vez más, se emplea un lenguaje eufemístico y encubridor
En la terminología empleada por la oficial Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), las ayudas económicas a las energías renovables se denominan “retribuciones específicas”. Según el diccionario de la Real Academia Española, retribución significa “pago de una cosa”.
Pero una ayuda no es ningún “pago (por un servicio)”, ni ninguna “retribución”, es casi lo contrario.
Sin embargo, en sucesivos preámbulos a normas del Estado (como decretos-leyes …), de hace algunos años, se les escapó la verdad y les llaman por su verdadero nombre: ayudas o apoyos económicos.
Por ejemplo, el preámbulo del Real Decreto 413/2014, de 6 de junio (2º párrafo), alude a “marcos normativos de apoyo [económico] que establecen incentivos económicos a la producción eléctrica con estas tecnologías [las renovables]”.
En los países anglosajones, por el contrario, llaman a las cosas por su nombre: “green levy” es la denominación más frecuente, pero tiene un importante inconveniente para los ecologistas y sus vasallos: dejan las cosas a las claras. La traducción española es “impuesto verde”, lo que en España es ocultado a cal y canto. En Inglaterra, también se le denomina a veces “environmental levy”, esto es, “impuesto ecológico”, lo que es también inconveniente.
Las primas verdes o impuesto verde en España
Añadamos que esta forma de ayuda o subvención económica a las renovables se denomina -de modo genérico- sistema de primas. Por ello, por ejemplo, de vez en cuando aparecen titulares en los periódicos hablando de las “primas verdes”.
En inglés, el sistema de primas en favor de las renovables se conoce como Feed-In Tariffs (FITs).
Según este sistema vigente, los propietarios de instalaciones de energías renovables reciben -de entrada- dos tipos de ingresos:
a) el procedente de la venta de su electricidad en el mercado mayorista diario, o sea un precio de mercado y, por otro lado,
b) el importe mensual de las primas verdes o impuesto verde, que es cargado en las facturas de la electricidad de las familias y empresas. Además, este mecanismo persigue asegurar a los generadores de renovables un precio final alto, más o menos estable, a medio plazo: si el precio de mercado de la electricidad baja, la prima verde aumenta para compensar dicha caída.
Un tercero, cuarto y quinto sistema de ayuda a las renovables
En realidad, los generadores de electricidad de origen llamado renovable, también reciben -indirectamente- otras varias y cuantiosas ayudas, los conocidos como costes ocultos de las renovables, sobre los que traté con anterioridad.
Muy resumidamente, consisten en los costes de las centrales eléctricas de respaldo (de gas o carbón), para que no se produzca apagones cuando el viento se para o la luz solar desaparece. En segundo lugar, los costes de enlace de los parques renovables, diseminados geográficamente y de poca potencia, con le red eléctrica nacional. Finalmente, la intermitencia de la generación eléctrica mediante renovables ocasiona considerables costes de administración del sistema eléctrico nacional.
Cada nuevo parque eólico o solar instalado, se rige por las normas vigentes en el momento de su autorización. Así, por ejemplo, desde la Orden Ministerial de 2014, las nuevas eólicas recibirán dichas primas verdes durante 20 años, mientras que los parques fotovoltaicos tendrán una “vida útil regulatoria” -o sea, recibirán el impuesto verde anual- a lo largo de sus primeros 30 años. Pasados dichos plazos esas instalaciones deberán recibir únicamente el precio de mercado por su electricidad, a menos que se decida alargar aún más las primas verdes.
¿A qué otra actividad económica le garantiza el Estado el precio de venta de su producto -en este caso, la electricidad- durante 20 o 30 años?
La «prioridad de despacho» a la energía eléctrica de las renovables es otra gran ayuda que debería supriserse para abaratar las facturas eléctricas
Como es sabido, y a pesar de la mucha verborrea sobre los “grandes avances en los sistemas de almacenamiento de la electricidad”, esto no es cierto más que como una lejana e incierta perspectiva. Hoy por hoy y durante las próximas décadas, la electricidad que se desea consumir en cada momento ha de ser generada -prácticamente- de modo simultáneo.
En cada instante, existen varias centrales eléctricas que pueden proporcionar la energía entonces demandada: nucleares, de gas natural (CC), quizás de carbón, eólica, solar FV, etc.
Otra enorme ayuda económica que están recibiendo las renovables (en España, desde comienzos del presente siglo), en detrimento de las fuentes convencionales (gas, nuclear …) es la denominada prioridad de despacho de la electricidad originada en las renovables. De un modo administrativo, por una disposición jurídica del Estado, en todo momento del año, es la electricidad “renovable” la primera que se “despacha” a la red eléctrica nacional y que es comprada, para cubrir las necesidades del mercado. Las demás electricidades únicamente accederán a la red (y a cobrar el precio de mercado) cuando no haya ninguna renovable disponible.
Desconozco que haya un cálculo del importe económico que esta preferencia (administrativa) proporciona a las energías renovables en España, pero deberá rondar cientos de millones de euros al año, en la actualidad.
En 2014, el gobierno del PP, por razones presupuestarias (de excesivo gasto) trató de suprimir este descarado favoritismo, pero duró poco tiempo, siendo restablecido por el PSOE.
Hoy en día, con las astronómicas cifras públicas que ya han recibido las renovables y estando agobiados los consumidores por los altísimos precios de la luz, debería suprimirse este mecanismo de la prioridad de despacho en favor de las renovables.
El mercado de derechos de emisión de CO2 también constituye una ayuda económica a las renovables
Los derechos de emisión de CO2 desfavorecen -intencionadamente- a las centrales de gas natural y carbón, que compiten con las renovables. Las centrales que utilizan combustibles fósiles (gas y carbón) deben comprar aquellos derechos de emisión, cada año, mientras que las renovables están exentas de hacerlo. Por tanto, el mercado de derechos de emisión de CO2 constituye otra forma indirecta, más, de ayuda a las renovables.
Como pueden ver, las ayudas a las energías renovables -que pretenden ser “sostenibles”- son cinco o seis y se miden en cientos de miles de millones de euros.
Y, ¿por qué necesitan ayudas económicas las energías renovables si dicen que son las más baratas?
Todo el mundo sabe que cuando un Estado subvenciona una actividad económica -y, además, lo hace durante décadas– es porque no es rentable, esto es, no es financieramente sostenible y apenas existirían dichas actividades sin las ayudas, subvenciones públicas o las distintas formas de apoyo que puedan adoptar dichas ayudas.
Con las renovables, naturalmente, no es diferente …
La única pizca de verdad que hay en la afirmación de que la energía eólica y solar FV son baratas, es cuando se refiere -exclusivamente- a sus costes marginales, esto es, al coste de obtener una unidad adicional de energía eléctrica.
Ciertamente, una vez realizadas las inversiones en cuestión, conectadas las nuevas plantas a la red (con su respectivo coste de inversión), establecido el sistema de centrales de respaldo de gas (para cuando se pare el viento o no haya luz solar), etc. el coste operativo adicional es muy bajo.
En los años 2010 se preocupaban mucho menos en encubrir sus propósitos
Pero aquel -el coste marginal- es únicamente un aspecto de las inversiones en renovables y de su viabilidad o inviabilidad financiera.
El propio Boletín Oficial del Estado (BOE), en el apartado II del preámbulo del Real Decreto de 2014, nos lo explicaba muy bien (y no se dieron cuenta de censurarlo a tiempo):
“La retribución a la inversión [esto es, la ayuda económica pública para las renovables] … permitirá cubrir los mayores costes de las instalaciones de producción a partir de fuentes de energía renovables …, de forma que puedan competir en nivel de igualdad con el resto de tecnologías [como la nuclear, centrales de gas o de carbón …] y puedan obtener una rentabilidad razonable por referencia a la instalación tipo en cada caso aplicable”.
Expresado en román paladino, en el Boletín Oficial del Estado (BOE), por el Ministerio de Industria y Energía (actualmente, el bodrio activista del Ministerio de la Transición Ecológica, que debería ser suprimido): debido a “los mayores costes de instalación” de las renovables (eólica y solar), respecto a las fuentes convencionales (nuclear, gas y carbón), aquellas “no pueden competir” en precio con éstas últimas.
¿Hay alguien que no entienda esto? Pero, claro, esto es justo lo opuesto a lo que afirma ahora el gobernante Pedro Sánchez.
¿Quién miente, el BOE de 2014 o el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez y sus aliados ecologistas?
Tras más de 23 años de vigencia, las primas en favor de las renovables en España deben ser suprimidas
Durante prácticamente un cuarto de siglo estas nuevas -y ruinosas- tecnologías llamadas renovables se han beneficiado de una ayuda como ningún otro sector de la economía, ni si quiera el sector bancario. 100.000 millones de euros, referido únicamente a uno de los múltiples canales vigentes de ayuda a las renovables.
Actualmente nos encontramos en una profunda crisis energética, que está provocando la duplicación o más de los precios energéticos para las familias y las empresas. Esta crisis de insuficiente oferta de productos energéticos (petróleo, gas, carbón) va a durar varios años y será tanto más prolongada cuanto más se tarde en retirar las erróneas políticas energéticas que están obstaculizando y encareciendo la producción de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).
Como se ve en el gráfico, cada año se dedican entre 6.000 y 7.000 millones de euros a seguir subvencionando las renovables. Altísima cifra que, además, procede íntegramente de las facturas eléctricas de los hogares y empresas españoles, que serían los beneficiarios directos de esta medida.
Alemania ha suprimido su impuesto ecológico de ayuda a las renovables
En abril de 2022 el parlamento de Alemania decidió eliminar su impuesto ecológico o prima verde (el impuesto EEG, siglas del nombre en alemán).
Como titulaba el comunicado oficial anunciando esta medida:
“Abolido el impuesto en favor de las renovables. Alivio para los consumidores de electricidad” [en vista de las grandes subidas de los precios de la energía]
La noticia explicaba que “el impuesto EEG se creó en el año 2000. Se conoce también como el ¨recargo para la energía verde¨ [green power surcharge] y sirve para subvencionar la expansión de las plantas solares, eólicas, de biomasa e hidráulicas”.
Cifras de una de las ayudas públicas a las renovables, según la CNMC
Las primas a las renovables deben ser verificadas y aprobadas, regularmente, por la Comisión Nacional del Mercado y de la Competencia (CNMC), por cuanto sus datos son los definitivos. En las estadísticas de esta institución, las primas figuran como “retribución específica”.
Como hemos mencionado, ésta es tan sólo una de las diversas ayudas públicas que reciben las renovables en España.
Otros artículos de mi blog sobre estos asuntos:
Principal causa del encarecimiento del gas natural en los mercados internacionales. 7 de abril de 2022.
¿Hay relación entre el uso de renovables y un alto precio de la electricidad en un país? 20 de abril de 2019.
La escalada de precios de la electricidad en España y Europa no cesará mientras no se abandonen las políticas climáticas. 22 de septiembre de 2021.
Considerable recorte de la extracción de gas en Europa occidental, durante los pasados años. Aumento de la dependencia respecto a Rusia. 2 de marzo de 2022.
El gas natural y la energía nuclear aceptada por la Comisión Europea. Histórica derrota del ecologismo. 7 de febrero de 2022.
Destruir el capitalismo occidental, no reformarlo, es el propósito del ecologismo radical. 6 de mayo de 2020.
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