Peligro de apagón en varios países europeos. (Fotografía: Gran apagón en Argentina. 2019)
Hace algo más de un mes, el día 8 de enero, a las 14:05 hora CET, gran parte de Europa continental (Alemania, Francia, Italia, Rumanía …) estuvo a punto de sufrir un gran apagón eléctrico A estos efectos, un gran apagón implicaría algo así como que bastantes millones de personas se queden sin electricidad, en varios países al mismo tiempo y durante algunas horas.
Para evitarlo, el organismo europeo de gestores de las redes eléctricas (ENTSO-E), tuvo que interrumpir el funcionamiento del sistema único sincronizado de 24 países europeos, creando –durante un tiempo- dos zonas separadas. Esta medida excepcional puso de relieve la inestabilidad de la red europea continental, que abarca desde Portugal a Turquía e, incluso, comprende países del norte de África (Marruecos, Argelia … Ver mapa, más abajo)
Como informó el diario elEconomista.es, “la frecuencia [eléctrica] en la zona noroeste de Europa continental disminuyó notablemente [por debajo de los 50 hercios], lo que ponía en peligro la continuidad del suministro” [en toda aquella zona].
La prestigiosa agencia de noticias de negocios Bloomberg, tituló su crónica del siguiente modo: “El día en el que la red eléctrica de Europa estuvo cerca de sufrir un apagón general”, [a massive blackout].
Una semana después del incidente eléctrico, el 15 de enero 2021, dos diputados del Parlamento Europeo, del grupo liberal, dirigieron unas preguntas al Consejo UE, en las que se podía leer lo siguiente:
“El viernes día 8 de enero de 2021, unos fallos en la oferta de electricidad … perturbaron el funcionamiento del Área Sincronizada Continental Europea … Este incidente evidencia la fragilidad de la red [eléctrica europea] y la posibilidad real de que llegue a producirse un apagón a escala europea, que ha de ser evitado”.
La intermitencia de las energías renovables provoca fluctuaciones en las redes eléctricas
La prensa austriaca señala directamente, como principal causa de aquel incidente, a la expansión –forzada por los gobiernos a lo largo de los años 2010- de las energías renovables (eólica y solar) que comportan un tipo de generación de electricidad intermitente e inseguro.
Inestabilidad que, incluso, puede suponer que deje de generar electricidad casi por completo en regiones enteras cuando el viento se detiene.
Respecto a la energía solar, desaparece por completo todas las noches del año, -cuando no hay nada de luz solar- y se reduce intensamente cuando entran grandes masas de nubes sobre grandes partes del territorio.
“Según la compañía eléctrica de Viena, Wirn Energie, las redes eléctricas están sometidas a crecientes grados de fluctuación [de la frecuencia. Esto hace que] el número de incidentes del suministro eléctrico [en Austria] se haya incrementado desde unos 15 [al año, hace tiempo] a unos 240 en los años recientes”.
(Pinchar aquí, para acceder a un diario digital alemán sobre temas energéticos y climáticos. Activar, arriba, la traducción a inglés, y buscar el artículo del 17 enero 2021, “January 8, 2021: Just missed the blackout”]
Las centrales térmicas de carbón y de gas natural, así como las nucleares, han sido durante un siglo la base de la generación de electricidad. ¿Qué grado de inestabilidad podían y pueden generar en la red eléctrica? Muy reducida, si se administran adecuadamente. Además de producir una electricidad barata, su ritmo de producción era perfectamente estable y predecible; lo contrario que las renovables.
Se supone que en las economías modernas debe obtenerse un funcionamiento más regular y estable, así como un abaratamiento de los servicios básicos, pero la introducción de las energías renovables está ocasionando el efecto contrario: una generación de electricidad intermitente, fluctuante, con un riesgo creciente de que se produzcan amplios apagones y mucho más cara que las fuentes tradicionales arriba mencionadas.
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También puede leer:
Aniversario del apagón eléctrico en Australia del Sur por depender en exceso de las renovables
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A más energías renovables más inestabilidad de las redes en todos los países
Exactamente lo mismo está sucediendo en todos los países europeos que están aplicando la política de la Unión Europea en pro de la expansión acelerada y forzada de las energías renovables.
Por ejemplo, en Gran Bretaña (esto es, Inglaterra, Escocia y Gales), como se aprecia en el gráfico de aquí abajo, desde el mínimo de 2015 (con unos 450 incidentes de una frecuencia inadecuada), se multiplicó por cuatro en 2018, casi alcanzándose los 2.000 incidentes.
Número anual de incidentes (events) de fluctuación de la frecuencia
Red de la isla de Gran Bretaña. 2014 – 2018
Fuente: An analysis of frequency events in Great Britain. Febrero 2020. (ScienceDirect)
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352484720301967
Nota: En verde se indican los incidentes por frecuencias superiores a los 50 hercios, mientras que en azul se muestran las ocasiones en que la frecuencia cayó por debajo de los 50 hercios.
El estudio de ScienceDirect que aporta esta información –indicado bajo el gráfico-, explica del siguiente modo la finalidad del mismo.
“Ante la creciente penetración de la generación eólica y solar en las redes eléctricas alrededor del mundo, está aumentando la preocupación en torno a los efectos que esto pueda tener sobre la estabilidad de los sistemas. Una manera de medir dicha estabilidad es [observar] la volatilidad de la frecuencia de una red …” [esto es, cuantas veces se aparta de –exactamente- los 50 hercios que tiene que mantener la red en todo momento para su buen funcionamiento].
[En nuestro estudio] “demostramos que el número de incidentes [events] ha aumentado tremendamente en estos últimos años [2016 a 2018], lo que coincide con [el periodo de] la más rápida penetración de las energías renovables (eólica y solar)”.
Casi un millón de personas se quedaron sin electricidad en Gran Bretaña y se produjeron dos episodios cercanos a un apagón todavía mayor
La red eléctrica de Gran Bretaña –que opera independientemente del sistema continental- sufrió dos avisos de muy seria fluctuación de su frecuencia durante el verano de 2019, que fueron los más graves incidentes de toda una década, como recogió el diario británico The Daily Mail.
Además, a comienzos de agosto de 2019, “casi un millón de personas se quedaron sin suministro eléctrico”.
Red eléctrica continental europea
La red eléctrica continental europea es la mayor del mundo, dando servicio a unos 400 millones de clientes, en 24 países. Las islas británica e irlandesa, así como los países nórdicos y los bálticos, operan básicamente por su cuenta, aunque con alguna conexión con la red continental.
En EE.UU., sin embargo, con unos 330 millones de habitantes, cuentan con tres sistemas de red propios, en sendas zonas del país. Un gran apagón sólo afectaría a una de esas zonas, no a todas ellas.
Las 5 redes eléctricas sincronizadas de Europa
La red continental tiene que funcionar en todo momento con una frecuencia de exactamente 50 hercios, de forma totalmente sincronizada entre todos sus componentes nacionales, por ejemplo, entre Red Eléctrica de España (REE) y la Réseau de Transport d’Electricité (RTE) de Francia.
La organización de una amplia red entre los sistemas eléctricos de varios países vecinos tiene, entre sus finalidades, la de ayudar a alguno de sus mercados cuando se produzca una insuficiencia en su oferta nacional de electricidad.
Ahora bien, cuando una red eléctrica es muy extensa y está formada por un gran número de redes nacionales, aumenta mucho la complejidad de su gestión.
Tanto las desviaciones de la frecuencia por encima, como por debajo, de los 50 hercios suponen un peligro para toda una serie de costosos equipos e instalaciones en diversos sectores industriales.
Por ello, en ambos casos, los operadores nacionales (como Red Eléctrica de España) desconectan los centros de generación o las líneas de transporte de electricidad que no puedan mantener dicha constante, aunque esto suceda durante sólo unos pocos segundos. Estos incidentes pueden desembocar en una insuficiente oferta, una sobrecarga de las líneas aún activas y, en definitiva, en un gran apagón en gran parte del territorio, incluso en buena parte de Europa continental.
Las energías renovables están alargando las líneas de transporte complicando las redes eléctricas
Históricamente, las centrales térmicas se emplazaban no lejos de los grandes centros urbanos e industriales de un país, a no más de unas pocas decenas o cientos de kilómetros. Esto simplificaba el esquema y el funcionamiento de las redes eléctricas.
Pero, como se afirma en un documento de la Comisión Europea, “las mejores localizaciones para la generación de las energías renovables no están distribuidas uniformemente a través del continente europeo” …
Así, por ejemplo, en los países del sur de Europa las potencialidades de la energía fotovoltaica son muy superiores a las de los países septentrionales. Para tratar de maximizar su empleo, se precisaría de varias largas líneas de alto voltaje para su transporte hacia el norte de Europa, a lo largo de varios cientos de kilómetros.
Algo semejante sucede incluso dentro de cada uno de los grandes países europeos. Por ejemplo, en Alemania las mayores posibilidades de generación eólica se encuentran en el norte del país y en las costas del Mar del Norte y del Báltico.
Sin embargo, las actividades industriales y la población están localizadas, sobre todo, en el centro y sur de Alemania. Por ello, para poder emplear a fondo la energía del viento, ya en 2008 el gobierno federal calculó que se necesitaban 7.700 km adicionales de líneas de transporte -propiamente dichas-, no las de “distribución” en el interior y alrededores de las ciudades y pueblos.
Aparte de su enorme gasto, esta ampliación está avanzando muy lentamente, por la resistencia de las poblaciones y los largos periodos para efectuar los informes de impacto ambiental; y ello, a pesar de que Alemania es una de las mayores potencias industriales, económicas y de gestión pública de todo el mundo.
Por ejemplo, en 2017 tan sólo se completaron 30 kilómetros en todo el territorio nacional alemán.
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Información adicional sobre las energías renovables y los apagones eléctricos
Mi artículo del 4 de febrero de 2018: La crisis energética de Australia del Sur, deja a millones sin electricidad, entre 8 horas y 12 días.
Artículo del 8 de sept. de 2018: Cae el Primer Ministro de Australia por las renovables.
Mi artículo del 26 de julio de 2019: Los apagones de luz en Nueva York y las políticas climáticas.
Artículo del 18 de dic. de 2019: Nocivas consecuencias de las políticas climáticas.
Las fantasías del Cero Neto (de emisiones) suponen un experimento económico ruinoso. 7 de junio de 2021
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