8 de marzo. Feliz Día de la Mujer Trabajadora. Feminismo
En Estados Unidos, como en casi todo el mundo occidental durante el pasado más de medio siglo (desde los años 60), siempre han sido las organizaciones radicales del feminismo las que más se han hecho notar y las que más ruido ocasionan. La mayoría de los estados nacionales del mundo desarrollado, además de casi todas las organizaciones internacionales (Comisión Europea, Naciones Unidas …) han adoptado esta ideología izquierdista, junto con todo el paquete de lo políticamente correcto.
Pero, aunque apenas lo conozcamos en España, en EE.UU. hay una profunda y larga tradición de repulsa a esta forma de entender los derechos de las mujeres, a la que contraponen los valores de la familia y el derecho a vivir del no nacido.
El feminismo en EE.UU. está hoy a la defensiva
En la actualidad, desde noviembre de 2016, el movimiento feminista radical estadounidense está en posición defensiva, por mucho barullo y muchas marchas que monten. Mes a mes, trimestre a trimestre, van encajando derrota tras derrota … y lo que les queda todavía.
( Al final del artículo figuran enlaces con los anteriores artículos que también han tratado sobre temas feministas, como
la brecha salarial de género, etc )
El partido político en control de la Casa Blanca cambiará dentro de 2, 6 o 10 años, como máximo. Eso es lo normal en una democracia.
Pero la actual mayoría conservadora en el Tribunal Supremo (5 a 4, conseguida gracias a Trump), considerando la edad de los cinco magistrados de esta orientación (el mayor tiene 70 años, Clarence Thomas, de raza negra), podrá mantenerse entre 10 y 15 años. Incluso podría reforzarse, aún más, ya que una de las magistradas de inspiración de izquierda, Ruth Bader Ginsburg (RBG), tiene, nada menos, que 85 años. Quizá se vea obligada a retirarse bajo el mandato de Trump y éste podría proponer un nuevo juez conservador, lo que colocaría el equilibrio ideológico en 6 a 3. Ya veremos.
Por cierto, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) ha aceptado la voz “antifeminismo”, a la que define del siguiente modo: “Tendencia contraria al feminismo”.
El colectivo nacional de mujeres no es «monocolor» sino que está dividido
Como se decía no hace mucho tiempo en un atinado artículo en el Wall Street Jornal (al que sólo puede accederse por suscripción), “las elecciones de [noviembre] de 2016 pusieron en evidencia que las mujeres siguen siendo uno de los grupos de identidad más divididos [internamente]. Alrededor del 52% de las votantes blancas estuvieron dispuestas a dar su papeleta a un hombre al que las feministas desprecian como un misógino. Y las cuestiones suscitadas en las batallas [políticas] de 1977 –¿quién debe hablar en nombre de las mujeres?– aun es motivo de fuerte polémica en la política de EE.UU.”
No parecen compartir el feminismo
La defensa de la vida es una forma esencial de antifeminismo
Resulta curioso que en nuestro país (España) muchas personas parecen adjudicar a “la ideología de género” el origen y principal impulso del denominado derecho a elegir, esto es, el conocido como derecho a abortar. Pero esto no es así.
Las organizaciones de la ideología de género (que en EE.UU. llamarían transgender-rights organizations), con entidades estructuradas nacionalmente, puede decirse que no existieron en EE.UU. hasta mediados de los 90s. La celebración de la 4ª Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Pekín en 1995, fue un punto de inflexión internacional para la agenda mundial de la igualdad de género. Naciones Unidas, organizadora de dichas Conferencias, una vez más jugó un papel deplorable.
La ideología feminista se desarrolló en EE.UU. mucho antes, a lo largo de los años 60, reforzándose tras las movilizaciones de universitarios a mediados de aquella década cuestionando la moral y las costumbres sociales prevalentes y, además, oponiéndose a la guerra de Vietnam y a un mayor despliegue de armas nucleares.
El momento culminante de dicha evolución ascendente del feminismo se produjo en enero de 1973, con la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Roe v. Wade, que legalizó el llamado derecho al aborto.
Aquel paso en EE.UU. en 1973 dio impulso al movimiento abortista en todo el mundo occidental, en cada caso con diferente cronología.
En definitiva, el derecho al aborto es producto muy principalmente del movimiento feminista de EE.UU. de los años 60 y 70.
Desde aquellas lejanas fechas la oposición al aborto en EE.UU. ha sido una expresión decisiva del rechazo ciudadano (mujeres y hombres) al feminismo radical, que es de lo que hablamos en este artículo, no de reivindicaciones razonables en favor de las mujeres que casi todo el mundo respalda en los países occidentales y que se van introduciendo progresivamente.
El potente movimiento antifeminista en EE.UU.
Simplificando, para acortar en lo posible, hay que recordar tres periodos fundamentales del rechazo al feminismo extremista en aquel país.
A) Desde comienzos de los años 70 (hasta el final de esa década), en respuesta al aparentemente invencible movimiento feminista, surgió y tomó fuerza y extensión una actitud en defensa de los valores de la familia y, concretamente, del derecho a la vida del no nacido, así como otra forma de entender los derechos de las mujeres.
Las activistas del feminismo radical y la izquierda en general, en plena ofensiva, habían conseguido que en 1972 el Congreso pusiera en marcha el largo trámite para incorporar una nueva enmienda a la Constitución, conocida como Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA, de sus siglas en inglés). ¿Les suena a Vds. esto de “la igualdad”? Entonces, ya saben de qué iba aquella enmienda, a pesar de su bello nombre.
Según el Wall Street Journal (al que sólo se accede por suscripción) “en 1975 las encuestas mostraban que en torno al 58% de los ciudadanos respaldaban la iniciativa [ERA]. La corriente de la historia había aparentemente cambiado”. Pero “la preparación de la conferencia despertó la rabia contenida entre las mujeres enfrentadas al orden feminista emergente. Quienes protestaban eran [mujeres] blancas, casadas, creyentes, del sur [del país], del centro [el Midwest] y [de los estados del interior del] oeste [no de la costa], que estaban encrespadas por la sentencia” [de 1973, sobre el aborto].
Muchas mujeres se opusieron al feminismo
Las mujeres opositoras rechazaron de plano que “la Administración federal hubiese decidido [para la preparación de la conferencia] que las feministas hablaban en nombre de todas las mujeres”. Y lo rechazaron “como la peor forma de intrusión del Estado en la vida privada:” [big-government].
El caso es que este movimiento antifeminista, contra todo pronóstico, consiguió hacer fracasar in extremis la introducción de “la igualdad” en la Constitución, lo que ha seguido así hasta hoy en día. Con esto quedó demostrado que el feminismo radical no era invencible. Esto es uno de los puntos fuertes de la sociedad estadounidense, algo envidiable: no se dejan arrastrar dócilmente hacia donde no quieren ir.
Por otro lado, noviembre de 1977 fue un momento destacado en el que se manifestó plenamente la división de posturas existente entre las mujeres. En Houston (Tejas), con apoyo a alto nivel de ambos partidos políticos, se celebró la Conferencia Nacional de las Mujeres (National Women’s Conference).
Las feministas radicales habían obtenido una posición predominante en su preparación. Pero, tras la emotiva y colorida ceremonia de inauguración (con 4 exprimeras damas presentes), ya el primer día de la conferencia se produjo lo que el periódico de centro izquierda, The Washington Post, explicaba del siguiente modo:
“… las oponentes a esta reunión, cuestionaron que el dinero de los contribuyentes se gastara para hablar en esta conferencia de ¨matar a bebés y los derechos de las lesbianas¨ … Incluso mientras la conferencia tenía lugar, al otro lado de la ciudad, en el Astro-Arena, se celebraba un acto antiabortista, en contra de la ERA y opuesta a esta conferencia”.
El segundo periodo transcurrió durante le presidencia de Barack Obama
B) Bajo los dos mandatos del presidente más de izquierda, Barack Obama, de 2009 a 2016, el movimiento provida se robusteció y avanzó territorialmente, como reacción a las exacerbadas medidas feministas de Obama y a sus decisiones en favor del aborto. Sufrieron más derrotas (federales) que victorias (en los estados), pero se vigorizaron en estas lides, preparando su futuro.
De las elecciones legislativas a mitad de mandato de 2010, ya bajo Obama, surgió un potente, confuso y disperso movimiento conservador al que se llamó el Tea Party. Sus protagonistas fueron quienes, en buena medida, más pelearon durante los siguientes años para que se adoptaran en los estados las medidas a las que nos referiremos.
Para seguir, recurro a mi artículo del 12 de julio de 2017.
“Durante los pasados seis años (2011 – 2016) … la legislación próvida por parte de numerosos estados de la Unión se ha multiplicado considerablemente. Pero en el plano federal apenas se han producido cambios.” Conviene precisar: no hubo cambios federales sobre el aborto, pero sí una intensa aplicación de medidas correspondientes a la ideología de género, transexuales, etc.
“A lo largo de aquellos seis años los Capitolios estatales han aprobado un total de 350 limitaciones al llamado derecho al aborto, aunque varias de ellas han sido declaradas ilegales por los tribunales o se encuentran bloqueadas a espera de sentencia”.
“En abril de 2017, 17 estados tenían prohibido el aborto. Esta prohibición, naturalmente, se refiere a las gestaciones de más de 20 semanas”, ya que dentro de dicho periodo rige la sentencia federal de 1973 autorizando “interrumpir” el embarazo.
“Otros 4 estados lo tenían prohibido a partir de la semana 24”.
El tercer periodo es el actual, bajo Trump
C) La elección de Donald Trump y su acción de gobierno están constituyendo la mayor victoria del movimiento antifeminista.
La elección el 8 de noviembre de 2016 de una persona como Donald Trump a la presidencia del país, constituyó la peor derrota del feminismo en varias décadas.
No hay que dejarse engañar por las apariencias: desde noviembre de 2016 el feminismo extremista de EE.UU. se encuentra a la defensiva, no al revés, a pesar de las muchas marchas y protestas que protagonicen y todo el ruido que hagan. Como decía aquel: ¡ladran, luego cabalgamos!
Es bien conocido que desde finales del siglo XX el feminismo radical, los activistas proaborto, directivos de lobbys LGTB, justicieros de la ideología de género y demás lindezas progresistas, constituyen un mismo paquete ideológico y de acción. El avance o retroceso de uno de ellos, repercute intensamente en los demás.
El ecologismo extremista está un poco apartado, pero a fin de cuentas forma parte del mismo programa ideológico que la izquierda occidental puso en pie tras el hundimiento de la URSS en 1991, para reemplazar a la lucha de clases como instrumento para la influencia y dominación sobre la sociedad.
Millones de estadounidenses rechazaron la degeneración de la sociedad
No puede entenderse el resultado de aquella elección presidencial de 2016 sin tener en cuenta el hastío y total rechazo de muchas decenas de millones de estadounidenses a la degradación de la sociedad impuesta por Obama y el Partido Demócrata durante los anteriores 8 años.
Así lo expresé en mi artículo de una semana después de aquellas elecciones de 2016, que se titulaba precisamente “Lo que los estadounidenses rechazaron el 8 de noviembre 2016”:
“El Presidente Obama ha intentado revertir esta sana realidad [el apego de la mayoría de los ciudadanos a la institución familiar] a toda prisa durante sus dos mandatos, impulsando un programa radical de aplicación de los postulados de la ideología de género, hasta el punto de hacer que para grandes sectores de la sociedad la situación actual les resulta tan irreconocible como inadmisible”.
“Se ha expandido [durante dichos 8 años] la imposición de la práctica del aborto en todo tipo de centros [sanitarios], al tiempo que se denegaba radicalmente cualquier objeción [de conciencia] al personal sanitario”.
Sin prisa pero sin pausa, siguiendo escrupulosamente todos los trámites administrativos y periodos de consulta pública previstos (a diferencia de los trapicheos administrativos y abusos de autoridad de Obama), la Administración Trump está recortando todo tipo de excesos feministas, en favor del aborto y de la ideología de género que Obama introdujo con calzador, forzando las costuras de la sociedad. Luego, la izquierda se hace la extrañada por la actual polarización política que vive EE.UU.
La Administración Trump está suprimiendo excesos feministas
La lista de medidas correctoras por la Administración Trump es muy larga. Mencionaré tan sólo las actuaciones federales que yo he recogido en mi blog, que son una pequeña parte del total.
- Enero 2017.- Nada más tomar posesión en 2017, Trump aplicó la misma política antiabortista hacia los países en desarrollo que había inaugurado Ronald Reagan en 1984, pero ampliando mucho su alcance.
- Febrero 2017.- Trump propone para el Tribunal Supremo a un magistrado, Neil Gorsuch, que “es partidario de llevar a cabo de alguna manera una revisión de tan cuestionable derecho” [al aborto]. Están pendientes casos referidos a la objeción de conciencia de los médicos ante prácticas abortivas. El magistrado Gorsuch es receptivo a estos asuntos. Esta propuesta de nombramiento fue aceptada en abril 2017 por el Senado, incorporándose Gorsuch al tribunal.
- Febrero 2017.- “Los ministerios [Secretarías] de Educación y Justicia derogaron las directrices que la Administración Obama remitió a los colegios e institutos públicos en mayo 2016, instándoles a que los estudiantes transexuales pudiesen utilizar los servicios y los roperos de su elección, en lugar del correspondiente a su sexo al nacer”.
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Y también en 2018
- Marzo 2018.- Nuevas normas militares someterán a los soldados transexuales a la disponibilidad para el combate. En caso de no estarlo durante un cierto tiempo, serían expulsados, como cualquier otro soldado; no hay discriminación.
- Mayo 2018.- Plan de normas económicas para dificultar el funcionamiento de las clínicas de abortos, como Planned Parenthood.
- Julio 2018.- Donald Trump propone para el Tribunal Supremo al juez conservador Brett Kavanaugh.
Tras una intensísima batalla política en el Senado, esta propuesta acabó siendo aceptada en otoño. El Alto Tribunal adquiere, por primera vez en décadas, una clara mayoría conservadora (5 a 4). Ni el llamado derecho al aborto ni el matrimonio homosexual le parecen a este juez soluciones satisfactorias. - Octubre 2018.- La Administración Trump suprime excesos feministas en las universidades, volviendo a reconocer la capacidad de defensa a los jóvenes acusados de abuso sexual por una estudiante, que Obama les denegó.
- Octubre 2018.- La Administración Trump dará marcha atrás a la regulación específica para transexuales que Obama introdujo en su programa sanitario Obamacare. La llamada ”identidad de género” está siendo retirada progresivamente del ordenamiento jurídico.
- Diciembre 2018.- La persona propuesta por Trump como nuevo Fiscal General (ministro de justicia), William Barr, en el pasado se declaró favorable a derogar -por las vías judiciales pertinentes- la sentencia Roe vs Wade que legalizó en 1973 el derecho al aborto. Finalmente, Barr fue confirmado por el Senado en febrero de 2019, tomando posesión. (Ver la 2ª parte de este artículo)
- Febrero 2019.- Queda desbloqueada en el Supremo la aplicación de las nuevas normas de la Administración Trump para los soldados transexuales.
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Otros artículos de mi blog sobre el feminismo y temas conexos
15 de enero de 2019.- ¿Brecha salarial de género o diferentes opciones (voluntarias) de género?
12 de diciembre de 2018.- Las mujeres también mienten
4 de octubre de 2018.- La Administración Trump suprime excesos feministas en las universidades
25 de mayo de 2018.- La política provida más cabal de un Presidente de EE.UU.
17 de mayo de 2017.- Trump y Obama ante el aborto
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