Central nuclear compuesta por tres reactores. La energía nuclear resurge.
Como examiné en un anterior artículo, de hace una semana, la construcción de nuevas centrales nucleares no sólo se paralizó casi del todo, en los países occidentales, tras el accidente en Chernóbil (antigua URSS) en 1986 -lo que fue totalmente injustificado-, sino que varios de estos países -incluida España– se embarcaron en el disparate de ir cerrando muchas de sus centrales, antes del final de su vida útil.
Por ello, la capacidad global de generación eléctrica de la energía nuclear ha permanecido prácticamente estancada, en términos absolutos, durante lo que llevamos del siglo XXI. Como porcentaje de la generación eléctrica total, la procedente de las nucleares no ha cesado de contraerse hasta suponer tan sólo el 10,2% en 2020.
Durante los pasados 35 años (desde Chernóbil, 1986) Greenpeace logró que los poderes de los países occidentales asumieran su catastrofismo sobre las centrales nucleares y evitaran apoyarse en ellas para asegurar su suministro eléctrico, consumo de electricidad que ha estado en casi permanente crecimiento. En su lugar, aceptaron la política ecologista, a saber, ir sustituyendo las nucleares con las intermitentes y carísimas energías renovables.
Lo anterior, junto con el forzado arrinconamiento del uso de los combustibles fósiles (gas natural, carbón y petróleo), nos ha conducido a la actual crisis energética internacional a partir del verano de 2021. Crisis de la energía que, desde el 24 de febrero de 2022, se ha intensificado con la invasión rusa de Ucrania.
En mi anterior artículo repasé los muy amplios planes de expansión de la energía nuclear que se están poniendo en práctica en dos grandes economías asiáticas: Japón y Corea del Sur.
La perentoria necesidad actual de producir más energía ha desembocado, lógicamente, en la recuperación de la importancia de la energía nuclear a medio y largo plazo
Los demagogos ecologistas y sus vasallos de los partidos de izquierda y muchos de derecha europeos, repiten hoy en día que las nucleares no van a sacarnos de la grave amenaza de este próximo invierno, ni del siguiente -que también va a ser bastante difícil-.
Naturalmente, esta fuente de energía eléctrica -la nuclear- no supone una solución a corto plazo, por los muchos años para su gestación y construcción.
Pero lo que no quieren considerar estos irresponsables autoritarios es que los graves problemas actuales de suministro energético mundial expresan también causas profundas de déficit de oferta de energía, que únicamente se solventarán con medidas para el medio y largo plazo.
Las energías renovables son completamente incapaces de superar la actual crisis … por eso la mayoría de los gobiernos están considerando reactivar las nucleares y también las centrales térmicas de gas natural y de carbón.
Nadie responsable debería oponerse hoy en día a la extracción y uso de mucho más gas natural, petróleo y carbón, aunque -por ejemplo- Joe Biden lo sigue haciendo.
De hecho, durante 2022 muchas decenas de países del mundo, incluidos europeos (Alemania, Polonia, Holanda, Austria, Italia, Reino Unido, Ucrania …), están reactivando sus centrales térmicas de carbón para poder hacer frente a la acuciante necesidad de electricidad y eludir, de este modo, los previsibles apagones eléctricos.
Por otra parte, en relación a la terminología nuclear, deseo recordar que las centrales nucleares pueden comprender entre uno y cinco reactores nucleares (o unidades), que son las vasijas en las que se produce el vapor, que generará la electricidad.
La capacidad mundial instalada de energía nuclear más que se doblará en 2050
Hace ahora un año, en septiembre de 2021, el Organismo Internacional de la Energía (IAEA, de su nombre en inglés), declaró lo siguiente: “Por primera vez desde que hace diez años tuvo lugar el accidente de Fukushima [en 2011], la IAEA ha revisado al alza sus proyecciones relativas al posible aumento de la capacidad nuclear para la generación de electricidad en los próximos decenios [hasta 2050]”.
“En la hipótesis alta de su nuevo pronóstico, el IAEA prevé que la capacidad mundial de generación nuclear se duplique, pasando de los 393 GW(e) del año anterior [2020] a 792 gigavatios (eléctricos netos) para 2050”. En términos del porcentaje de la electricidad total aportado por la energía nuclear, se mantendrá muy parecida a la actual, 10,2% (en 2020), descendiendo ligeramente, a lo largo de las próximas tres décadas.
Probablemente, en pocas semanas se publicará la nueva previsión del IAEA y, teniendo en cuenta los intensos y amplios cambios en favor de la energía nuclear en estos doce meses, como vamos a repasar en los siguientes apartados, es difícil que este organismo no vaya a volver revisar al alza sus previsiones sobre la futura capacidad instalada.
El estudio completo de la IAEA sobre las perspectivas del sector mundial de la energía y las centrales nucleares hasta 2050, puede consultarse pinchando aquí. La previsión que nos interesa aparece en la página 18.
“La crisis energética hace renacer las nucleares en Europa”
Este título es como el diario alemán online en lengua inglesa, The Local, abre su reciente crónica sobre el despertar nuclear actual en nuestro continente.
Aparte del relevante caso de Alemania, del que ya hemos tratado, existen varios otros países europeos que se enfrentan a un cambio de rumbo semejante o a una ampliación de su parque, los países que no abandonaron esta acertada política, como Finlandia, Eslovaquia y Hungría.
El grave fracaso de la política energética de Alemania, le hace replantearse el cierre nuclear
Alemania, que es la 4ª economía del mundo y la mayor de Europa (con diferencia), es uno de los países europeos que se encuentra en una peor situación. Ahora, se enfrenta a un gran déficit de suministro energético, por su histórico error de hacerse totalmente dependiente del gas de Rusia (a través del gasoducto Nord Stream 1, desde su apertura en 2011); suministro ruso que ahora está en peligro por los cortes decididos por Vladimir Putin, en respuesta a las sanciones occidentales, por su invasión de Ucrania. Error, aquel, también atribuible a la fracasada Canciller Angela Merkel (2005-2021).
Amenazada de apagones de luz durante el próximo invierno, ante la posibilidad de no poder eludir racionar el consumo de la energía y tener que cerrar multitud de empresas industriales (para reducir el consumo de gas), “Alemania … puede verse obligada a recurrir a la energía nuclear para cubrir parte del descenso del suministro ruso [de gas], según han declarado [a finales de agosto de 2022] los dos más poderosos políticos” del país: el canciller federal Olaf Scholz (socialdemócrata) y el Ministro de Economía Robert Habeck (del Partido Verde).
Según el suicida plan ecologista de Angela Merkel, este próximo día 31 de diciembre de 2022 deberían cerrar las 3 últimas centrales nucleares aún activas. Otras 14 centrales han sido ya desconectadas de la red, anticipadamente, según decidió la canciller en 2011, tras el accidente de Fukushima. En aquel año, la energía nuclear proporcionaba más del 25% de la electricidad y daba gran estabilidad al suministro eléctrico.
Sin las nucleares Alemania arriesga padecer apagones de electricidad
Desde hace unos cuantos meses el gobierno ha venido considerando detenidamente prolongar la vida de aquellas 3 centrales -programadas para que cierren el último día de 2022-, para evitar apagones este invierno. Su aportación es del 6% del consumo eléctrico nacional, que desaparecería de la noche a la mañana.
Según repiten los más altos dirigentes alemanes, esta prolongación sería meramente pasajera -hasta la primavera-, pero su simbolismo internacional sería -en cualquier caso- enorme. Además, nada les garantiza que en poco tiempo pudieran renunciar -definitivamente- a aquellas nucleares, sin quedar expuestos a déficits en el suministro eléctrico.
Esta encrucijada energética en la que se encuentra el gobierno socialdemócrata-verde patentiza las graves deficiencias de la política energética durante la época Merkel.
Para quien pueda tener dudas de lo anterior, fíjese en que la nueva dirección del partido conservador CDU, a los pocos meses de la salida de Merkel en diciembre de 2021, se ha apartado claramente de sus políticas energéticas y antinucleares, reclamando airados al nuevo gobierno de coalición que prolongue la vida de las 3 centrales nucleares, para las que Merkel dispuso su cierre inminente.
Quien lea directamente la prensa alemana, verá que los enconados antinucleares aducen, como si fuese algo serio, que “existen ¨problemas legales¨ para mantener abiertas esas 3 centrales”. Pero, a lo único que se están refiriendo es que para hacer aquello sería necesario cambiar las leyes de Merkel. ¿Desde cuándo un gobierno no puede proponer al parlamento cambiar leyes anteriores? Esto no es más que palabrería para confundir a incautos.
A comienzos de este mes de septiembre, se ha conocido la decisión final del gobierno alemán: pospondrá el cierre de 2 de las tres centrales aún operativas hasta la primavera, dejándolas en reserva ante posibles grandes déficits de oferta.
Alemania podría reactivar muchas de las centrales nucleares que Merkel fue cerrando
No sólo es técnicamente posible seguir utilizando esas 3 últimas centrales (en lugar de cerrarlas el día 31 de diciembre de 2022), sino también -sin gran esfuerzo- reactivar varias de las otras 14 centrales que Angela Merkel cerró estos pasados años. Por ejemplo, el último día del año 2021 también se cerraron 3 centrales; no hay ningún inconveniente técnico relevante para reactivarlas, pero para ello -naturalmente- las leyes de Merkel deberían ser también modificadas y, con ello, reconocer el gran error cometido por Merkel y por su partido, la Unión Demócrata Cristiana (UDC).
Hipotéticamente, si se abrieran las 3 centrales cuyo cierre estaba programado para diciembre de 2022, junto con las 3 que cerraron en diciembre de 2021, Alemania podría cubrir el 12% de sus necesidades eléctricas totales.
En Francia el centrista Macron da media vuelta y retoma el desarrollo de la energía nuclear
En 2019, Francia obtenía el 70% de su electricidad de la energía nuclear. De los países grandes o medianos del mundo, Francia es el que ha logrado y mantenido en el tiempo un más alto porcentaje de su electricidad procedente de la energía nuclear.
Con escasísimos incidentes, siempre menores, este sector ha sido un gran éxito para la economía del país. Con gran diferencia, Francia es el país europeo que ha desarrollado un mayor y más amplio sector nuclear y es el mayor exportador neto de electricidad de Europa y del mundo; esta exportación le viene a suponer a Francia unos ingresos de alrededor de 3.000 millones de euros anuales.
Además, Francia viene exportando sus equipos y servicios para el sector nuclear a muchos países del mundo. Por otro lado, su electricidad viene siendo, casi un 40% más barata que, por ejemplo, la de Alemania (uno de los países con una mayor implantación de las renovables, sobre todo, eólica). Con respecto a España, la electricidad francesa suele ser una 1/5 parte más barata, por término medio.
A fines de 2018 el Presidente Macron -correveidile de los ecologista y del progresismo en general- anunció que se proponía cerrar 14 de los 58 reactores nucleares entonces activos, para antes de 2035. De hecho, Macron ha llegado a desconectar dos reactores, el Fessenheim 1 y el 2, durante 2020.
Con sus actuales 56 reactores, Francia sigue siendo la 2º potencia mundial de energía nuclear (tras EE.UU.), aunque en poco tiempo será sobrepasada por China, que se encuentra en plena y rápida expansión de su parque nuclear.
Finalmente, Macron renuncia a sus anunciados cierres de centrales nucleares
A mediados de febrero de 2022 el Presidente Macron -forzado por las circunstancias adversas- dio un volantazo, anunciando la construcción de 6 nuevos reactores, a los que se podrían añadir otros 8, más adelante. Macron también ha dado a conocer su intención de prolongar la vida útil de gran parte de los 56 reactores actualmente operativos.
Observen que dicho giro en la política nuclear de Macron tuvo lugar al medio año del comienzo de la crisis energética internacional (el verano de 2021) y justo antes de la invasión rusa de Ucrania, a partir del 24 de febrero. Además, este drástico cambio de política fue anunciado pocos días después del gran giro dado por la Comisión Europea, aceptando las centrales nucleares como una “energía verde”, ante los desafíos de la crisis internacional.
Con independencia de lo anterior, está previsto que en 2023 -tras muchos retrasos- se conecte a la red el reactor Flamanville-3, en la costa de Baja Normandía, que incorpora la tecnología de III generación de reactores nucleares, del tipo Evolutionary Power Reactor (EPR), que empezó a construirse en 2007. Será el más potente de Francia, con 1.650 MWe (megavatios eléctricos) de potencia y una vida útil inicial de 60 años, veinte más que los anteriores.
Ambiciosos planes de expansión de la energía nuclear en Reino Unido
Fue en este país donde se diseñó y construyó el primer reactor nuclear del mundo, para uso comercial, en 1954, en Calder Hall (en la costa NO de Inglaterra).
En coherencia con dicha puntera capacidad tecnológica, Reino Unido fue poniendo en explotación otros muchos reactores en los años 60, 70 y 80, del pasado siglo, obteniendo alrededor del 25% de su electricidad de esta fuente durante la segunda mitad de los años 1990.
Tras el accidente del Chernóbil en 1986 y debido también a diversos debates en el país, el reactor Sizebell B es el último que se construyó en Reino Unido, entrando en operación en 1995: hace 27 años.
En la actualidad (año 2020), sólo el 16% de la electricidad británica procede de los 9 reactores operativos, que van quedándose anticuados.
Durante los mandatos de los últimos primeros ministros conservadores, en 2018 y 2019, unas corporaciones privadas emprendieron la construcción de 2 nuevos reactores nucleares (Hinkley Point C1 y C2), que estarán listos hacia 2027 y 2028.
Boris Johnson fijó un extenso programa de apoyo a nuevas centrales nucleares y Liz Truss lo ha asumido
El anterior primer ministro, Boris Johnson, en abril de 2022 -mucho antes de su forzada dimisión-, cambió de postura y pasó a propugnar una importante expansión de la energía nuclear para poder hacer frente a la crisis energética internacional.
Concretamente, se refirió a 7 nuevas centrales, para 2050, y puso en marcha la búsqueda de fondos públicos y privados para acometer su construcción. Actualmente, sólo hay 4 centrales, con 9 reactores operativos.
Boris Johnson añadió que desearía que, nuevamente, Gran Bretaña llegara a obtener un 25% de su electricidad de la energía nuclear.
En agosto de 2022, semanas antes de su dimisión efectiva, Boris Johnson concertó una ayuda financiera (en forma de toma de participación) para asegurar la construcción de dos reactores, de III generación, denominados Sizewell C, promovidos por la compañía francesa EDF Energy. Esta medida se cargaría sobre un fondo público ya existente, por lo que no reduciría las posibilidades de acción del nuevo gobierno, que no parece que vaya a alterarlo, en lo fundamental.
La nueva primera ministra, Liz Truss, en su primera declaración ante la Cámara de los Comunes, el 8 de septiembre de 2022, afirmó literalmente: “Mantendremos el objetivo de alcanzar una potencia de energía nuclear de 24 GW, en 2050”.
Objetivo que había sido fijado, el 6 de abril de 2022, por Boris Johnson. Como, en la actualidad, la capacidad británica es de sólo 6,9 GW (gigavatios), dicha meta supone multiplicar por casi 3,5 veces la potencia presente.
Polonia se embarca en un programa de construcción de centrales nucleares
Este país se ha basado siempre en el carbón para la generación de su electricidad. Esto es muy lógico, ya que dispone de los mayores yacimientos de carbón del continente, que podrían cubrir las necesidades eléctricas del país durante varios siglos. En 2020, tras las presiones de la Comisión Europea, Polonia todavía obtenía el 69% de su electricidad del carbón.
Durante muchos años, los gobiernos polacos han retrasado todo lo posible la implantación de la energía eólica y de la solar; en 2020, únicamente suponían, respectivamente, el 10% y el 1%. Además, en 2016 el parlamento aprobó una ley que introducía drásticas condiciones para cualquier nuevo proyecto de los aerogeneradores en tierra firme (onshore), para proteger a los habitantes de las zonas rurales. Actualmente, se van a suavizar dichas exigencias: la distancia mínima a viviendas quedará fijada en sólo 500 metros, al parecer.
Desde hace bastantes años, Polonia ha estudiado la opción estratégica de la energía nuclear como alternativa a las renovables, para reducir sus emisiones de CO2, como le obliga a hacer la Unión Europea. Pero únicamente ha podido avanzar en esta política cuando supieron que la Comisión Europea iba a levantar sus obstáculos a que se financiara la construcción de nuevas centrales nucleares, lo que se discutió a lo largo de 2021, viendo la luz en febrero de 2022.
Polonia ha decidido construir sus 6 primeros reactores nucleares
Como ha publicado el diario privado online World Nuclear News: “En septiembre de 2021 se anunció que se podrían construir 6 reactores de agua presurizada … para 2040”. “La construcción del primero de ellos comenzaría en 2026 … y se conectaría a la red en 2033 [dentro de unos 11 años]. Los demás, [uno a uno,] irían siendo acabados cada dos o tres años”. Su capacidad conjunta sería de entre 6 GW y 9 GW.
Según la agencia Bloomberg, hace unos días, “Polonia está en conversaciones con EE.UU., Corea [del Sur] y Francia sobre las plantas nucleares”. El importe conjunto del programa asciende a 30.000 millones de US$.
Proyectos nucleares de otros países europeos
Deseo recordar que en España la energía nuclear, en 2020, proporcionó el 22% del total. La capacidad conjunta de los 7 reactores es de casi 7.400 MWe. Pero el izquierdista presidente del gobierno, Pedro Sánchez (del PSOE) tiene la intención de adelantar su cierre.
Finlandia, en marzo de 2022, conectó a la red un nuevo reactor (Olkiluoto 3, de 1.600 MWe de potencia), de III generación, del tipo EPR, siendo el primer país europeo en el que opera esta versión avanzada, por delante de Francia. Tras esta incorporación, Finlandia obtiene alrededor del 48% de su electricidad de la energía nuclear, de los cinco reactores operativos, en dos centrales nucleares.
Suecia extendió la vida de 2 reactores diez años más, hasta 2028.
Eslovaquia. A finales de agosto de 2022, ha comenzado el proceso de carga de los elementos combustibles en la central Mochovce 3, que es el penúltimo paso para la puesta en operación de la central y su conexión a la red eléctrica nacional. La carga de la central había sido retrasada varios años por los pleitos de una organización ecologista y la indecisión de las autoridades nacionales eslovacas. Previsiblemente entrará en funcionamiento a principios de 2023.
Actualmente (en 2021), Eslovaquia ya obtiene un 54% de su electricidad de la energía nuclear. El nuevo reactor aportará el 13% del consumo eléctrico del país, llevando el porcentaje conjunto al 67%, logrando -de paso- un altísimo grado de autonomía energética nacional. Este país -como casi todos los de Europa Central- hace frente a unos problemas energéticos bastante reducidos.
La electricidad para los hogares eslovacos era (en el 2º semestre de 2021, antes del arranque de este nuevo reactor) un 43% más barata que en España (16,2 c€/kWh, frente a 28,2 c€/kWh), según la Oficina Estadística de la UE (Eurostat).
También Holanda y Chequia
Holanda. Sólo cuenta con un reactor operativo (Borssele), de reducida capacidad: 482 MWe. Tras el accidente en Chernóbil (1986) se detuvo la construcción de otro reactor y, más tarde, se votó en el parlamento cerrar el que seguía activo, decisión que finalmente fue revertida.
En diciembre de 2021, el nuevo gobierno de coalición decidió construir otros 2 reactores. El estado ha dispuesto 5.000 millones de euros como ayuda a dicha operación. La capacidad conjunta de ambos nuevos reactores será, aproximadamente, de 2.500 MWe, multiplicando por cinco la capacidad actual.
Chequia. Una de las dos centrales nucleares que operan en el país -Dukovany I, con 4 reactores- está acercándose a los 40 años de antigüedad. El gobierno ha ordenado ya llevar a cabo el mantenimiento necesario para poder extender la vida de la central otros 20 años. La central Temelin (con 2 reactores) cuenta todavía con un par de décadas de vida útil inicial.
Estas dos centrales proporcionan el 33% de la electricidad consumida en la República Checa.
Por otro lado, el gobierno nacional ha decidido, en septiembre de 2021, construir una nueva central (con un único reactor), junto a la existente: será la Dukovany II, con una elevada capacidad de 1.200 MWe. El inicio de su construcción está programado para 2025 y deberá estar operativa en 2036.
Con esta incorporación, hacia 2036 la energía nuclear generará en torno al 58% de la electricidad total.
En paralelo, el gobierno irá reduciendo el uso del carbón, pero ha tenido el acierto de no prever su total eliminación hasta el distante año de 2038.
Otros artículos de mi blog sobre estos temas:
Renacimiento de la energía nuclear (1 de 2). Cambio de rumbo en Japón y Corea del Sur, tras los perjuicios económicos causados por Greenpeace. 3 de septiembre de 2022.
El gas natural y la energía nuclear aceptada por la Comisión Europea. Histórica derrota del ecologismo. 7 de febrero de 2022.
Movimiento en Europa para potenciar la energía nuclear. 1 de diciembre de 2021.
Movimiento en Europa para potenciar la energía nuclear. 27 de octubre de 2021.
A poco se produjo un gran apagón en varios países europeos por las renovables. 17 de febrero de 2021.
La radiación nuestra de cada día, de todas las personas presentes y pasadas. 22 de diciembre de 2020.
El accidente nuclear de Chernóbil se debió principalmente al régimen soviético, no a la tecnología nuclear. 27 de noviembre de 2020.
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