Fray Junípero Serra ante una misión. Participación indígena en las misiones.
Por término medio, a comienzos del s. XIX (antes de la independencia de México en 1821, con la que obtuvo el poder sobre la actual California), entre 500 y 1.000 indios habitaban en cada una de las 21 misiones creadas por los franciscanos en el territorio del actual estado de California, al que los españoles llamaban Alta California.
Por lo general, en cada misión estaban destinados dos frailes franciscanos y entre 4 y 5 soldados españoles.
(Ver pág. 348, del artículo del historiador y catedrático Steven Hackle, “The Staff of Leadership: Indian Authority in the Missions of Alta California”, de 1997. Publicado en The William and Mary Quarterly. Vol. 54, No. 2).
Es preciso aclarar que este fecundo autor sobre la historia de la época colonial en California, forma parte de la –casi omnipresente- corriente indigenista y buenista entre los profesores universitarios estadounidenses en la actualidad, si bien es un investigador sistemático y profesional. En consecuencia, de este autor se puede decir que practica unas interpretaciones indigenistas moderadas.
A lo largo de toda la costa californiana (de San Diego a San Francisco), de casi 1.000 km. de longitud, sólo habían –en el momento de máxima expansión, 1821– unos 250 soldados españoles y unos 45 frailes. Los indios que habitaban esta zona costera eran, en aquella época, unos 40.000.
(Las fuentes de las anteriores cifras las expongo en mi artículo de diciembre de 2018, en los apartados “Características de las misiones y presidios” e “Incorporación voluntaria de los indios al sistema de las misiones y pueblos”)
Distribución del reducido destacamento militar
Aquel exiguo contingente militar español (unos 250 soldados, en el momento de mayor expansión, 1821), a lo largo de los cerca de 1.000 km de costa, estaba concentrado sobre todo en los únicos 4 fuertes (llamados entonces presidios) existentes: en la bahía de San Diego, Santa Bárbara (no muy lejos del actual Los Ángeles), bahía de Monterrey y en la bahía de San Francisco, de sur a norte, en el sentido de la conquista. Junto a cada uno de dichos fuertes, había una misión y a veces un pueblo de colonos. El contingente estaba repartido a razón de unos 40 soldados en cada fuerte. El resto del destacamento estaba destinado en cada una de las restantes diecisiete misiones: 4 o 5 soldados en cada misión.
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También puede leer:
La colonización de California por España
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Indígenas que habitaban en las misiones y en toda California
De aquellos 40.000 indígenas que vivían en la franja costera de California, algo más de la mitad, 21.750 indios, vivían justo en las inmediaciones de las misiones y estaban sometidos a las normas de conducta que dictaran los frailes y las autoridades civiles españolas. (Indian Authority in the Missions of Alta California. Steven W. Hackel. The William and Mary Quarterly, 3d Series, Vol. LIV, No. 2, April 1997. Pág. 247)
Por otro lado, en el resto del territorio de la actual California, vivían otros 110.000 indios, por cuanto se ha estimado en 150.000 los indios presentes en el actual territorio de California, en torno a 1821. (“The Population of the California Indians”. Sh. F. Cook. Univ. of California Press. 1976. Pág. 44. Esta sigue siendo la obra más reconocida en esta materia)
La incidencia de las autoridades civiles españolas y de los frailes sobre los muchos miles de indígenas que habitaban en la franja costera, pero en sus propios poblados (dirigidos por sus jefes tradicionales), era reducida. Con respecto a los que vivían en las amplias zonas interiores de California, sería aún más limitada.
Algunas de los asentamientos españoles en la entonces Alta California, entre San Diego y San Francisco. Hacia 1785. (Fuente: Steven Hackle. 1997)
En el interesante blog La América española se encuentra, entre otos muchos, un artículo con una extensa e ilustrativa presentación de las misiones españolas en EE.UU., entre ellas, las de California.
[Nota: al reproducir citas de obras ajenas, coloco entre corchetes los términos o expresiones explicativos que considero de ayuda para el lector. Los posibles errores de traducción, son míos]
Los colonos también fueron muy poco numerosos
A las anteriores cifras sobre la –escasísima- presencia castrense en la zona costera de California, debería añadirse la de los colonos, civiles, que se establecieron en esa región, ya que en las zonas de frontera los civiles también han desempeñado frecuentemente un cierto papel militar al incorporarse con sus propias armas, provisionalmente, a la fuerza militar para, por ejemplo, detener una grave amenaza.
Pues bien, los colonos también fueron muy escasos en la colonización de la extensa costa de California. Como dije en mi artículo de diciembre de 2018:
“De acuerdo al profesor de historia, de la corriente indigenista, Steven W. Hackel, justo cuando España perdió California y México, en 1821 había en toda Alta California unos 3.200 colonos españoles y mestizos de Nueva España. (Indian Authority in the Missions of Alta California. Steven W. Hackel. The William and Mary Quarterly, 3d Series, Vol. LIV, No. 2, April 1997. Pág. 347) (También, The Spanish Frontier in North America. David J. Weber. Yale University. 2009. Tapa blanda. Pág. 194)”
Esta circunstancia, redunda en la debilísima fuerza de coerción de la que dispuso el poder español en California para someter manu militari a los indígenas, si se lo hubiera propuesto, cosa que no hicieron, salvo en situaciones críticas, en que se encontraban a la defensiva.
¿Puede alguien afirmar, con pretensiones de seriedad, que aquel exiguo número de españoles pudieron forzar a las decenas de miles de indios –incluidos sus aguerridos guerreros-, contra su voluntad, a trasladarse a vivir a los alrededores de las misiones y a aceptar condiciones de vida que ellos juzgaran opresivas e indignas?
El intencionado anacronismo de los indigenistas
Entre las varias deshonestidades intelectuales cometidas por los autores indigenistas estadounidenses, figura el calculado anacronismo de sus juicios. Sin inmutarse, juzgan los sucesos y comportamientos de hace varios cientos de años con los criterios socialmente aceptados en la actualidad o, incluso, con los radicales planteamientos que ellos –y solo ellos- defienden en el mundo presente.
Se rasgan las vestiduras, por ejemplo, al relatar actos de castigo físico a los indios por parte de los soldados españoles o de los frailes.
En primer lugar, ¿qué institución pública u organización privada del mundo no aplicaba castigos corporales en el siglo XVIII? Holanda, por ejemplo, no prohibió el castigo físico en las escuelas hasta 1920; Reino Unido, en 1986. En EE.UU., a día de hoy, 2021, no se encuentra totalmente prohibido.
Lo hacían también, y con particular crueldad y frecuencia, los gobernantes musulmanes en cualquier punto de Oriente Próximo, el norte y este de África o dondequiera que ostentaran el poder. ¿Acaso era diferente la situación en los países de Asia oriental, en China, Japón o en el sudeste asiático? Se hacía, asimismo, en los países más civilizados de entonces, los europeos: Gran Bretaña, Holanda, España, Francia, etc.
Con esto, pasamos a la segunda cuestión relevante: los castigos corporales que se infligieron a los indios de California (a finales del S. XVIII y comienzos del S. XIX), ¿fueron semejantes o mucho peores a los que eran habituales en Europa? Lógicamente, serían peores, como en los demás territorios conquistados por europeos en ese siglo.
Por último, llegamos al tercer y decisivo asunto: ¿los británicos, holandeses, franceses y las otras potencias coloniales europeas, aplicaron entonces en sus colonias castigos corporales análogos a los de los españoles en California, más crueles o más benignos?
No es el objeto del presente artículo abordar este asunto, pero resulta necesario señalar y resaltar esta sistemática manipulación del indigenismo de lo acaecido en la colonización española de California.
Las comunidades indias anteriores a la llegada de los españoles
Recordemos que, aunque ya desde mediados del s. XVI navegantes españoles exploraron en barco las costas de California (1542. Juan Rodríguez Cabrillo), fue sólo más de cien años más tarde, a partir de 1769, con la expedición de Fray Junípero Serra (y un puñado de soldados: 8 soldados y 14 voluntarios) a lo que bautizó como San Diego al fundar la primera misión, cuando en realidad arrancó la colonización del territorio, por tierra, y se empezaron a crear asentamientos permanentes que incidieron en las comunidades locales.
Siguiendo al autor Steve Hackle (pág. 250 de su artículo de 1997), de un indigenismo moderado, averiguamos que:
“En California los españoles se encontraron con la población nativa más densa y de mayor diversidad lingüística de toda Norte América … 310.000 indios habitaban en los confines del actual estado de California en los albores de la colonización española … Los asentamientos españoles se concentraron en la región costera, entre San Diego y San Francisco, en la que los indios ascendían a unos 60.000, en 1769”.
Continuando con el mismo autor: los indios “vivían en asentamientos semisedentarios de 100 a 1.000 personas”.
Al carecer de actividades agrícolas en sentido estricto, sus poblaciones estaban imposibilitadas para alcanzar mayores dimensiones, como las que –por ejemplo- se habían producido en las ciudades aztecas precolombinas, sobre todo en el valle de la actual ciudad de México, donde había numerosas lagunas.
Cazadores-recolectores centrados en su subsistencia
A pesar de que los indigenistas tratan de obviar el grado de (sub)desarrollo inicial de las comunidades indígenas, Steven Hackle (pág. 351) presenta una descripción acertada del atraso existente:
“Los indios de la Alta California seguían una estrategia de subsistencia. Eran cazadores-recolectores que empleaban la quema, el riego y la poda para maximizar las fuentes de alimentación”.
Había una elemental distribución del trabajo, por sexos (pág. 351). “Las mujeres recolectaban y elaboraban las bellotas, semillas, tubérculos y bayas, que constituían la base de su dieta; los hombres pescaban y cazaban [mamíferos terrestres], aves y mamíferos marinos” [ante todo, focas y elefantes marinos, que siguen presentes en las frías aguas de aquella costa].
Organización de las comunidades indias de las misiones
Los responsables inmediatos de estas comunidades fueron los frailes franciscanos, en las 21 misiones que constituyeron en Alta California. Como dijimos, lo habitual es que tan sólo hubiera dos frailes en cada misión, lo que suponía una seria limitación a su capacidad de actuación.
No obstante, eran las autoridades civiles –concretamente, el gobernador de las Californias (Alta y Baja)- las que ostentaban la superior autoridad sobre estas comunidades. así como sobre los “pueblos” habitados por los colonos españoles y de origen mexicano. Naturalmente, los fuertes (entonces denominados “presidios”) caían, asimismo, bajo la potestad de aquellos gobernadores.
Además de lo ya dicho, en última instancia, era la propia Corona de España la responsable de fijar políticas generales de aplicación para los territorios conquistados en el continente americano y otros.
Esto no supuso una mera formalidad burocrática, sino que se hizo muy efectivo con la sucesiva promulgación de Ordenanzas Reales (Leyes), como las de Burgos, de 1512 (bajo el denostado Rey Fernando, el Católico), que fueron las primeras, apenas veinte años tras el descubrimiento de América.
Las Ordenanzas de Burgos, entre otras muchas importantes y novedosas disposiciones en el ámbito internacional, estableció la condición de los indios como personas libres, que no podían ser sometidas a esclavitud, y titulares de derechos básicos, como el de la propiedad de sus tierras y casas.
Por ello, dichas ordenanzas supusieron el nacimiento del derecho internacional y constituyeron la primera declaración de derechos humanos, más de dos y medio siglos antes de la glorificada Revolución Francesa (1789) y de la americana (1776).
Las Leyes de Indias también se aplicaron a los indígenas de California
Todo este revolucionario cuerpo legislativo, como no podía ser de otro modo, fue aplicable a los indígenas de Alta California, debiéndose someter el Gobernador a sus disposiciones y hacerlas respetar.
Más de ciento sesenta años más tarde, en 1680, la Corona efectuó un compendio de sus 6.385 leyes referidas a los territorios de América y Filipinas, bajo la denominación de Recopilación de Leyes de los Reynos de las Indias.
Conviene advertir que las comunidades indias de las misiones y los “pueblos” de colonos, constituían diferentes entidades administrativas, con distintos órganos de gobierno. Fue muy inusual que algún indio formara parte del ayuntamiento (o cabildo, como se denominaba entonces) de los “pueblos” de colonos.
No obstante, como nos recuerda el ya mencionado autor estadounidense Steven Hackley (pág. 353), “[los indios] dispusieron de un cierto grado de autocontrol sobre sus comunidades, a través de la elección anual de sus propios cabildos [o ayuntamientos]”.
Elección directa de autoridades locales indias en las misiones españolas
Esta potestad era una de las miles que estaban contempladas en la Recopilación de Leyes [Reales], de 1680. Por ello (pág. 355), “en diciembre de 1778, tras una década de actividad de los franciscanos en Alta California … Felipe Neve, el gobernador militar y civil de California, ordenó a los franciscanos que permitieran a los indios de sus misiones elegir [de forma directa] a sus propios alcaldes y ¨regidores¨[los actuales concejales municipales]. Neve basaba su orden en precedentes históricos y en su interpretación de la Recopilación”.
Las mayores comunidades indias, las de las misiones de San Diego y el Carmelo (Monterrey), debían proceder a la elección directa, cada una, de dos alcaldes y dos regidores de raza india. Las demás misiones entonces existentes, elegirían tan sólo un alcalde y un regidor indios.
En este punto, es importante retener que la decisión del gobernador español de California, Felipe Neve, en 1778, fue tomada en ausencia de cualquier presión seria por parte de los interesados, los indios de las misiones.
Como es comprensible, los frailes franciscanos –con Fray Junípero Serra a la cabeza- vieron esa medida con malos ojos, ya que suponía una severa merma de su autoridad sobre las comunidades indias situadas en las misiones.
Los alcaldes y concejales indios también sirvieron a los intereses de sus comunidades
Se ha escrito repetidamente que los franciscanos lograron, a menudo, influir el proceso de elección anual (favoreciendo a los candidatos más acomodaticios), pero ¿qué otra potencia conquistadora europea puede ofrecer una política de semejante generosidad hacia los indígenas, no existiendo una fuerte presión por su parte? Una cesión de la Corona de España, voluntaria, en una época tan temprana como el final del siglo XVIII, concretamente en 1778.
El propio autor estadounidense, tras recoger las críticas contra los franciscanos, concluye (pág. 361) lo siguiente: “No obstante la supervisión ejercida por los franciscanos, las autoridades [municipales] indias dispusieron de una amplia autoridad sobre los otros indios de las misiones”.
De un modo general, Steven Hackle (pág. 348) llega a la siguiente y relevante conclusión: “Los alcaldes y concejales indios no sólo sirvieron a las necesidades de los españoles, sino que también protegieron los intereses de la comunidad india”. A esto, significativamente, añade que “en algunos casos, [dichos concejales indios] finalmente se levantaron contra el orden establecido por los españoles” [en los años de 1820]. ¿Podría afirmarse esto en caso de que dichos cargos electos hubiesen sido unos meros monigotes en manos de los conquistadores españoles?
A lo anterior, el autor estadounidense añade que “durante los primeros años de elección de los indios en las misiones, los alcaldes y concejales habían sido con frecuencia los jefes de sus poblados originales o sus próximos colaboradores”. Esto significa que el sistema de elección de alcaldes y concejales supuso una cierta continuidad entre los líderes indígenas anteriores y posteriores a la llegada de los españoles.
El sistema electivo preparó a los indígenas para su vida bajo México y EE.UU.
Finalmente, la –positiva- proyección histórica futura para los indios del sistema electivo montado por los españoles, aparece en la siguiente reflexión del indigenista moderado Steven Hackle (pág. 350):
“De este modo, el uso y dependencia de los españoles respecto a los concejales indios revela una notable paradoja de la historia colonial de América: el sistema de autogobierno indirecto [establecido por España] no sólo afectó a la vida de los indios, sino que también les proporcionó a los indios los medios y el personal para retener el control sobre algunos aspectos de sus comunidades, lo que en algunas zonas perduró mucho tiempo tras el colapso del sistema colonial”, a comienzos de los años 1830.
Otros artículos de mi blog sobre la participación de España en la historia de EE.UU. y del resto de América
A) Específicos sobre California
La colonización de California por España. 22 de diciembre 2018.
Los indígenas de California casi fueron exterminados por los estadounidenses, no por los españoles. 22 de agosto 2019.
B) Los demás artículos
Construcciones españolas en EEUU. Territorios, caminos y ciudades. 16 de marzo 2016
La colonización española de EEUU abarcó casi la mitad del país. 4 abril de 2017
No hubo genocidio americano de indígenas, sino epidemias involuntarias. 25 de septiembre 2018
España ayudó con celeridad a los colonos e indígenas de sus territorios contra la viruela. 29 de enero 2019
Hay varias incongruencias en la versión de los criminales, para empezar porque alguien va a dejar su Libertad, su pueblo, su familia y en general todo por propia voluntad? Como lo veían los españoles y como lo veían sus infinitas víctimas es literalmente antagónico
Estimado lector:
Tiene Vd. mucha razón en que los puntos de vista entre diversos pueblos, sobre los mismos hechos históricos, suelen divergir. Pero, ¿podría Vd. explicarme cómo es que apenas 250 soldados españoles y 45 frailes pudieron someter por la fuerza a unos 40.000 indios de la zona costera de California, acostumbrados a guerrear?
En cualquier conquista se ha ejercido -empezando por los musulmanes que conquistaron todo África del Norte y el Este y Oriente Medio- un cierto grado de violencia. Pero, en ciertos casos, como en la conquista española, a menudo se ganaron al mismo tiempo las voluntades de muchos de los indígenas por los adelantos técnicos que les enseñaron, lo que iba mejorando sus vidas de forma notoria. ¿Acaso no se pasaron muchos pueblos a las tropas del imperio de Roma por la superioridad de su cultura y de sus técnicas?
Reciba un cordial saludo,
Gustavo Jaso