Asamblea Nacional. Las elecciones legislativas en Francia. Fuente: Le Figaro.
El domingo, 12 de junio, ha tenido lugar la primera vuelta de las elecciones a la Cámara Baja de Francia, o Asamblea Nacional. El próximo domingo, día 19, se celebrará la segunda y definitiva vuelta.
El sistema electoral en Francia es unipersonal y a dos vueltas; esto es, cada partido o coalición puede presentar un único candidato en cada una de las 577 circunscripciones. Sólo pasan a la segunda vuelta los 2 candidatos que hayan recibido más votos en la primera vuelta.
Por esa razón, casi siempre son coaliciones de 3 a 5 partidos las que se presentan a las elecciones legislativas. Los candidatos de los partidos que sólo cuenten con sus propios votantes muy seguramente quedarán excluidos de la segunda vuelta y apenas lograrán representación en la Asamblea Nacional. Por lo tanto, la formación o no de coaliciones es un factor decisivo para el éxito en estas elecciones.
En ese país, el Senado es elegido de forma indirecta -cada seis años-, por las corporaciones locales, ya que es considerada una cámara territorial. En esta Cámara Alta es el partido gaullista (que ahora se llama Les Républicains, LR) el que ostenta la mayoría y esa es la situación en estos momentos.
Para sorpresa de todos aquellos que no siguen de cerca la política en Francia, los resultados cosechados por los diferentes partidos y coaliciones en estos comicios del pasado domingo suponen una gran incongruencia con las votaciones presidenciales, del mes de abril.
Más adelante, examinaremos las causas de esta discrepancia, pero ahora expondré cuales han sido las coaliciones constituidas específicamente para estas legislativas del 12 y 19 de junio.
Coaliciones para las legislativos y quiénes han concurrido divididos
En primer lugar, el partido de Macron (ántes La República en Marcha -LREM-, ahora llamado Renaissance) ha repetido su coalición de 2017 con el Movimiento Democrático (MoDem) y con otros pequeños partidos centristas o de centro izquierda, bajo la denominación de Ensemble! (Juntos, por una mayoría presidencial).
El principal partido tradicional de la derecha, el gaullista Les Republicaines (LR), también ha reeditado su alianza con la Unión de Demócratas e Independientes (UDI) y otro pequeño grupo centrista (democristiano), con el nombre -ya tradicional- de Unión de la Derecha y el Centro (UDC), empleado desde hace mucho tiempo.
La coalición de izquierda ha trastocado el mapa electoral
La gran novedad de estas elecciones ha sido la constitución, en el último momento y por primera vez, de una gran coalición de la izquierda francesa, bajo el expresivo nombre de Nueva Unión Popular Ecologista y Social (Nupes); agrupa a 4 partidos.
Además, en vez de que se haya formado a iniciativa y bajo las condiciones del históricamente principal partido francés de izquierda, el Partido Socialista de Francia (PSF), ya que no recibió ni el 2% de los votos en las presidenciales, ha sido el partido de extrema izquierda La Francia Insumisa (LFI) el actor decisivo de esta inteligente iniciativa. Este partido equivale a Unidas Podemos (UP) en España y, por ello, está repleto de comunistas y activistas woke de toda mala laya. Los insumisos obtuvieron el 22% en la primera vuelta de las presidenciales el pasado 10 de abril, en el mejor resultado de toda su historia; es un partido en clarísimo ascenso, que ha arrinconado a los dos partidos tradicionales de la izquierda, el PSF y el PCF, y ha sumado a los ecologistas radicales (EELV) a su novedosa alianza electoral.
Este movimiento ha cambiado radicalmente el tablero electoral y va a modificar profundamente el reparto de escaños, en su favor, en lugar de quedar dispersos sus votos, como en 2017.
La llamada derecha nacional ha acudido dividida a los comicios del 12 de junio
El segundo gran cambio en estas elecciones legislativas respecto a las previstas coaliciones, ha sido que la allí denominada derecha nacional, o derecha alternativa a la tradicional, se ha presentado dividida, en lugar de constituirse también en alianza y aprovechar los excelentes resultados que obtuvo en las presidenciales de abril: el 30% del total, entre la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen (el 23%) y el novísimo partido ¡Reconquista! (7%) de Eric Zemmour.
Hasta 2018, el partido de Marine Le Pen se había llamado Frente Nacional.
Eric Zemmour
Esto ha provocado, directamente, una enorme pérdida de escaños, como todo el mundo suponía que iba a ocurrir: en esta posición de desventaja, su descalabro no ha sido ninguna sorpresa. Casi todas las otras coaliciones, se han beneficiado de este “incomprensible” suicidio electoral de la derecha dura, en estuvo en fuerte ascenso en las presidenciales de abril.
Tras el ciclo electoral que estamos presenciando ahora puede afirmarse que en Francia estos partidos han logrado, en bastante medida, «normalizarse«, esto es, ser aceptados por muy amplios sectores de la población y de los políticos como organizaciones políticas «normales«. El sectario y antidemocrático «cordón sanitario» que toda la clase política ha aplicado durante muchos años contra esta derecha nacional, calificándola de «extrema-derecha, antisistema», ha quedado -parcialmente- levantado o-al menos- aflojado.
Hay que resaltar que en Francia, como en España y en otros muchos países de Europa, la izquierda y la derecha convencionales nunca han practicado el cordón sanitario contra la auténtica extrema-izquierda y los verdaderos antisistemas, como Unidas Podemos (UP) en España o La Francia Insumisa (LFI), en un ejercicio de cinismo y doblez política.
https://www.ipsos.com/fr-fr/legislatives-2022/direct-1er-tour
Resultados electorales de la primera vuelta del 12 de junio
Las siguientes consideraciones se basan en los resultados oficiales de 2017, de las presidenciales y de la primera vuelta del 12 de junio. Para la proyección de lo que puede suceder en la segunda vuelta, del 19 de junio, empleo el sondeo de una de las principales empresas demoscópicas de Francia, Ipsos, que, conjuntamente con Sopra y Steria, elaboraron sus cálculos para France TV el mismo día de la primera vuelta.
Conviene adelantar que tras la primera vuelta, del 12 de junio, casi todos los diputados (salvo unos muy pocos) pertenecerán a las 3 coaliciones a las que nos hemos referido y al partido de Marine Le Pen (Agrupación Nacional, RN).
1) La coalición del Presidente Macron muy probablemente no vaya a lograr una mayoría absoluta, a diferencia de los comicios de 2017. Posiblemente, se quedará a unos 15 diputados de esa mayoría: en torno a 275, frente a los 289 que requiere una mayoría. En 2017 Macron logró una holgada y cómoda mayoría de 350 diputados. Su poder y capacidad de maniobra se verían seriamente comprometidos, si esta previsión se materializa. El nuevo quinquenio quedaría sensiblemente reducido en sus ambiciones y bastante expuesto a los aliados que busque para cada iniciativa legislativa. La inestabilidad política, se incrementará, aún más en Francia
2) La extrema izquierda, anticapitalista, antifrancesa y proislámica, reunida en la coalición Nupes experimentará -casi con absoluta certitud- un avance espectacular: casi triplicará su representación de los 58 diputados de 2017 a unos 170, pasando a constituir -con gran diferencia- el principal grupo de la oposición, con quien Macron deberá contar a menudo en el terreno legislativo.
Todos esos avances, se deberán a haber concurrido unidos los 4 partidos en la nueva coalición.
La derecha gaullista se recuperará en parte de abril, a pesar de retroceder con respecto a 2017. Casi seguro que no desaparecerá
3) La derecha tradicional (agrupada en la alianza Unión de la Derecha y del Centro – UDC) experimentará un fuerte retroceso con respecto a 2017, por efecto del descalabro en las presidenciales (donde no alcanzaron el 5% de los votos).
Frente a los 130 escaños de 2017, lo que les colocó como principal partido de la oposición parlamentaria, probablemente pasará a unos 60 diputados, lo que le convertiría en el segundo grupo de la oposición: bastante debilitada, pero no moribunda.
Pero, este muy mal resultado supondría una importante recuperación respecto al calamitoso hundimiento de las presidenciales de abril, cuando no alcanzaron el 5%; este pasado domingo han superado el 13,5%. El fantasma de la disolución del partido -que ha circulado desde la debacle de abril- parece alejarse, si logra los resultados previstos este domingo.
Además, los republicanos resultarían muy fortalecidos si Macron no lograse la mayoría absoluta, ya que para las propuestas menos extremistas Macron podría apoyarse en ellos, al precio de aceptar algunas de sus enmiendas, dejando así una impronta reconocible en la labor legislativa de estos próximos cinco años, reforzándose para el ciclo electoral de 2027. Pero existen ya dos posiciones sobre este asunto: unos desean mantenerse como oposición, aunque «constructiva» y otros proponen actuar, de hecho, como aliados del grupo macronista en la Asamblea Nacional.
La principal razón de esta relevante recuperación electoral reside en la profunda y extendida implantación de la derecha tradicional a lo largo y ancho del país, en los ayuntamientos, departamentos y regiones. Todos los analistas daban por sentado un serio repunte de Los Republicanos en las legislativas.
El suicidio de la derecha nacional en las legislativas habrá sido enteramente autoinfligido
4) Por último, la derecha alternativa, que se colocó en una prometedora posición en las presidenciales de abril, logrando entre ambos partidos (que acudían por separado, como es normal para la primera vuelta de las presidenciales) el 30% de los sufragios, va a sufrir una tremenda derrota en las legislativas del 19 de junio.
De haber acudido coaligados la Agrupación Nacional de Le Pen y ¡Reconquista!, de Eric Zemmour, con toda seguridad habrían conseguido unos 100-120 diputados y hubieran pasado a ser el tercer grupo parlamentario, tras el de Macron y el del procomunista Mélenchon. Recordemos que el partido de Le Pen únicamente logró 8 escaños en 2017.
Dicho extraordinario resultado hubiera constituido una verdadera revolución política en Francia lo que, además, hubiera fortalecido a las derechas alternativas en toda Europa, como Vox en España, etc.
Simplificando, para no alargarme, puede decirse que ambos dirigentes tuvieron parte de culpa, aunque la responsabilidad decisiva reside claramente en Marine Le Pen.
El político “novato” y outsider Eric Zemmour, siempre se ha mostrado favorable a una colaboración electoral entre ambos partidos. Además, tras la primera vuelta en la presidenciales del 10 de abril, de inmediato y sin reclamar ninguna contrapartida (en contra de la práctica habitual: pedir alguna ventaja) llamó a sus seguidores a dar sus sufragios a Marine Le Pen en la segunda vuelta.
Marine Le Pen, muy molesta por la continua fuga de dirigentes de su partido hacia el de Eric Zemmour, durante la segunda mitad de 2021 -entre ellos, su propia sobrina, la inteligente y bella Marion Marechal-, siempre ha despreciado la posibilidad de una alianza electoral con el nuevo partido.
Marion Marechal. Una destacada dirigente de ¡Reconquista!
Anteriormente, del partido de Marine Le Pen, de quien es sobrina.
Los excesos y la arrogancia de Eric Zemmour
Aquello es el lado positivo de la actuación de Zemmour, pero existe un claro “pasivo” en su contra.
Durante aquella campaña para abril siguió siendo excesivamente crítico, a veces destructivo, con respecto a Le Pen y su partido. La puntilla fue su comentario la noche electoral, cuando Macron revalidó su mandato. Fue algo así, como: “Esta es la octava cita electoral para las presidenciales, donde el apellido Le Pen ha salido perdedor”. Marine Le Pen ha perdido tres veces las presidenciales y el resto corresponden a su padre, Jean Marie, ya políticamente inactivo y (bien) expulsado del partido por la propia Marine, en 2015.
No hace falta excesiva agudeza política para entender que Eric Zemmour estaba llamando a que los líderes del partido de Le Pen se rebelaran contra ella, le destronaran de sus responsabilidades, dejándola marginada como una mera figura decorativa, y esto, justo antes de las elecciones legislativas donde debían acudir coaligados …
El habitual personalismo y sectarismo de Marine Le Pen, han hecho el resto
En honor a la verdad, hay que decir que en septiembre de 2021, por iniciativa propia, Marine Le Pen dejó la presidencia de su partido, pasando a ocupar ese puesto -de modo provisional- un muy joven (26 años) y hábil dirigente: Jordan Bardella. Decisión que le honra y que ya suponía un cierto reconocimiento del lastre que podía suponer para el futuro de Agrupación Nacional.
Jordan Bardellla. Presidente -provisional- de Agrupación Nacional.
Desde algún momento de abril de 2022, Marine Le Pen decidió que su principal objetivo no era lograr un gran salto adelante -gracias a aliarse con ¡Reconquista!-, accediendo a una prominencia política nacional, rompiendo el injusto “cordón sanitario” que le habían impuesto durante décadas, etc. El principal propósito de Marine Le Pen pasó a ser destruir a dicho nuevo partido, durante las legislativas.
El partido de Le Pen presentó candidatos propios en todas las circunscripciones donde había uno del partido de Zemmour, en lugar de haber pactado -bajo cuerda, discretamente- no molestarse mucho en algunas circunscripciones, al menos.
Tras la vuelta del 12 de junio, puede decirse que Marine Le Pen prácticamente ha conseguido su objetivo: ni uno de los candidatos de ¡Reconquista! ha logrado pasar a la segunda vuelta, ni si quiera su líder, Zemmour, ni la sobrina de Le Pen, Marion Marechal, etc. El futuro político de este partido es muy sombrío, si es que consiguen sobrevivir.
Por otro lado, el propio partido de Le Pen, de haber logrado entre unos 80 y 100 escaños en alianza, seguramente va a quedarse en unos 33 este próximo domingo. Le Pen está repitiendo que conseguirán unos 100 diputados, lo que es totalmente imposible.
Por muchos errores que haya cometido Eric Zemmour, mucho peor ha sido la reacción totalmente desmedida y visceral de Marine Le Pen.
Una nueva ave se levantará de las actuales cenizas
No obstante el anunciado y estrepitoso fracaso que seguro que cosechará este domingo, 19 de junio, la derecha nacional francesa, como he dicho en un muy reciente artículo:
“A pesar de este lamentable y triste descalabro, que nadie se equivoque: sea por cambios en el partido de Marine Le Pen (de hecho, formalmente ya se ha apartado hace unos pocos meses de la presidencia de su formación), sea por medio de la -muy difícil- reconstitución del partido ¡Reconquista! o por otra vía diferente, el pujante movimiento conservador en Francia volverá a recuperar fortaleza y protagonismo en los próximos años”.
“La rebelión popular que se está fraguando contra las políticas del Presidente Macron (como las políticas energéticas “verdes” y el encarecimiento de la gasolina) y que estallará en menos de 24 meses -de modo análogo a la revuelta de los chalecos amarillos de 2018 – 2019-, alimentará aquel proceso de recomposición política de la derecha francesa”.
Pero, como cualquier actor o mero observador de la actividad política puede adivinar, el presente desastre electoral va a dejar muy hondas cicatrices entre los dirigentes y simples militantes de ambos partidos políticos, que van a ser muy difíciles de superar en el futuro, para la reconstrucción de una derecha nacional unida o, al menos, no enfrentada de modo cainita, como está sucediendo ahora.
Otros artículos sobre este asunto:
En la parte final del siguiente artículo, aunque el título no lo refleje más que tangencialmente, expongo brevemente lo que representa la crisis política, moral y civilizatoria de Francia en la actualidad, en el marco de las revueltas ciudadanas conservadoras que estamos presenciando en el conjunto de Occidente, desde 2016.
«El derecho al aborto en EEUU a punto de quedar anulado, en el ámbito nacional. Se afianzaría la apertura de una nueva era conservadora en Occidente«. 13 de junio de 2022.
Macron es el candidato fluido (o líquido) frente a la candidata y los votantes “sólidos”, aunque nada perfectos. 20 de abril de 2022.
El programa político de Le Pen es constitucional, no propone el Frexit, ni es racista, pero rechaza los dogmas de la corrección política que Macron viene aplicando. 14 de abril de 2022.
El impuesto ecológico rechazado por los franceses. El amplio movimiento de los chalecos amarillos. 26 de noviembre de 2018.
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