Elecciones en Italia. Giorgia Meloni con el eslogan “Orgullo italiano”.
En el siempre confuso, inestable e impredecible panorama político de Italia, las elecciones generales de ayer domingo, 25 de septiembre, marcan un considerable cambio de rumbo para el país.
El partido Fratelli d´Italia (Hermanos de Italia) -fundado en 2012-, dirigido por Giorgia Meloni (45 años), según han venido apuntando los sondeos, se ha convertido claramente en el primer partido del país, obteniendo el 26% de los sufragios para la Cámara de Diputados. Su único rival de importancia en estos comicios, el Partido Democrático (de izquierda), ha logrado el 19%, siete puntos menos. Giorgia Meloni se encamina a ser la nueva primera ministra del país.
Son las primeras elecciones que se celebran desde que fue reformada la Constitución, hace dos años, con objeto de modificar la composición de la Cámara de Diputados, que se ha reducido de 630 a 400 escaños. El Senado, pasa de 315 a 200 escaños. Una reducción de una 1/3 tercera parte, aproximadamente.
Desde hace 9,5 años (abril de 2013) el poder en Italia ha estado en manos de la izquierda (el Partido Democrático, heredero del Partido Comunista) o de coaliciones de centroizquierda (como la extraña alianza que ha dirigido el moderado Mario Draghi, durante el pasado año y medio).
Según las coaliciones electorales ya constituidas, la de centroderecha ha obtenido el 43,8% de los votos, frente a sólo el 26,1% de la de centroizquierda.
La coalición de centroderecha gana una amplia mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado
El sistema electoral vigente que favorece a las coaliciones, por cuanto al resultado casi definitivo otorga una mayoría holgada al centroderecha en la Cámara de Diputados: 237 escaños, del total de 400. En el Senado también han conseguido una mayoría de escaños: 115 de los 200.Esto es, sus mayorías no son «por los pelos» como ha sucedido varias veces en aquel país y, por tanto, amenazadas de quedar en minoría con que dos o tres congresistas cambien de chaqueta.
Este resultado proporcionará una considerable estabilidad parlamentaria al nuevo gobierno, aunque en Italia las posibles sorpresas a mitad de legislatura no pueden descartarse nunca.
La coalición ganadora, de centroizquierda, está constituía, principalmente, por tres partidos:
a) Fratelli d´Italia (FdI – Giorgia Meloni), derecha conservadora;
b) Lega (La Liga – Matteo Salvini, 49 años), derecha populista, y
c) Forza Italia (FI – Silvio Berlusconi. 85 años), partido suigéneris de derecha, en franca decadencia, gracias a Dios.
Matteo Salvini. Dirigente de La Liga.
El partido de la Sra. Giorgia Meloni –Fratelli d´Italia– se ha situado en la coalición en una incuestionable posición predominante, al alcanzar el 26% de los votos. La Lega, del populista Matteo Salvini, ha logrado el 8,8%, prácticamente la mitad que en 2018 (el 17,4%), por lo que ha sido uno de los partidos que ha perdido más fuerza. Finalmente, el partido de Berlusconi ha sido votado por el 8,0%, perdiendo -afortunadamente- gran parte de su electorado, ya que en 2018 obtuvo el 14,0%.
Está claro que Giorgia Meloni ha absorbido casi la mitad del electorado de sus dos socios de coalición y, además, parte de los votantes de otros diversos partidos, desencantados con ellos. Esta muy positiva evolución electoral seguro que se traducirá en una fuerte preponderancia del partido de Meloni en el nuevo gobierno frente a sus dos socios, que son de poco fiar.
Las fuerzas de centroizquierda divididas y sin apenas liderazgo
La coalición de centroizquierda la integran otros tres partidos:
a) Partido Democrático (PD), procedente -sobre todo- del Partido Comunista de Italia (PCI), dirigido actualmente por Enrico Letta, que ha conseguido el 19% de los votos, manteniendo su resultado de 2018 (18,8%).
Enrico Letta. Dirigente del Partido Democrático.
b) Alianza Verde y de Izquierda (AVS), que es uno de los dos partidos italianos más izquierdistas en la actualidad (junto al populista radical 5 Estrellas), ha cosechado un mero 3,6%.
c) +Europa (Más Europa), partido centrista de izquierda y proeuropeista, fundado en 2017, dirigido por la histórica política Emma Bonnino, ha recibido el 2,8% de los sufragios emitidos.
Los dos siguientes partidos, se han presentado fuera de las coaliciones, por su cuenta.
El Movimiento 5 Estrellas (populista de izquierda, dirigido por Giuseppe Conte) ha logrado el 15,4%, lo que es menos de la mitad que en los pasados comicios, 32,7%.
Azione – Italia Viva (A-IV – Carlo Calenda y Matteo Renzi; centro izquierda), ha recibido el 7,8%.
Como se aprecia en el siguiente mapa, la victoria de Fratelli d´Italia ha sido muy amplia y se ha producido en casi toda la geografía del país.
Candidatura ganadora en cada distrito electoral. En azul, coalición de centroderecha. En rojo, coalición de centroizquierda. El Movimiento 5 Estrellas se indica en amarillo.. Fuente: Il Corriere de la Sera.
¿Es el partido de Giorgia Meloni de ultraderecha?
Casi todos los medios de comunicación europeos han incurrido, una vez más, en esta manipulación informativa, tratando de activar el antidemocrático “cordón sanitario” contra las fuerzas de la derecha conservadora europea, lo que vienen impulsando a lo ancho y largo del continente.
Junto al calificativo de “ultraderecha”, han añadido que Fratelli d´Italia “procede del movimiento fascista italiano”, como si fuese algo insuperable. Pero, se da el caso de que en 1995 desapareció la única formación política realmente filofascista: el Movimiento Social Europeo.
Por otro lado, hasta 1991 siguió existiendo también el Partido Comunista de Italia (PCI). No hablo de un partido filocomunista, sino directamente de dicho carácter.
Los dirigentes y militantes del PCI, tras sucesivos cambios de nombre y la incorporación de diversas pequeñas organizaciones políticas, acabaron en 2007 fundando el actual Partido Democrático (PD), que ha ostentado la presidencia de tres gobiernos nacionales durante la pasada década.
Todo el mundo sabemos que este nuevo partido supone una profunda transformación política respecto al inicial Partido Comunista.
Pero nunca se dice del Partido Democrático, ni de sus dirigentes, que “procede de un partido totalitario, comunista”.
¿Por qué no reconocen que Fratelli d´Italia también constituye una formación totalmente distinta al Movimiento Social Italiano y que también ha vivido una profunda transformación democrática, como los antiguos dirigentes comunistas del PCI, ahora PD?
La hipocresía, a este respecto, de los progres y de los acomplejados de la derecha que les hacen el juego, es aún más sangrante en el caso de España.
¿Cómo se atreven los progres españoles a llamar a Giorgia Meloni fascista o ultraderecha, cuando el PSOE ha colocado en el Gobierno de España a una vicepresidente que se declara -hoy en día- comunista? Esta individua es Yolanda Díaz.
Experiencia política de Giorgia Meloni
Hasta recientemente, esta política apenas ha tenido una proyección mediática internacional, pero eso no significa que sea una nueva llegada a la política, una outsider. Por otro lado, Giorgia Meloni es profesionalmente periodista.
Es diputada de la Cámara Baja desde 2006, ocupando hace años el cargo de vicepresidente adjunta de dicha cámara. También fue ministra (2008 – 2011) bajo uno de los gobiernos de Silvio Berlusconi. En el Parlamento Europeo fue presidente del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, en el que se encuadran -entre otros- los eurodiputados del partido español Vox, del gobernante partido polaco Ley y Justicia y del partico Demócratas de Suecia, que acaba de ganar la segunda posición en las elecciones generales de este mes de septiembre.
Problemas perentorios del nuevo gobierno conservador
Al igual que sucedió a comienzos de este mes de septiembre en Reino Unido, con el nombramiento de la nueva primera ministra Liz Truss, la nueva primera ministra italiana no va a tener ni un minuto que perder desde que asuma el cargo.
El invierno está a la vuelta de la esquina, con los acuciantes problemas asociados a cómo calentar las viviendas y oficinas, frente a la insuficiencia de la oferta energética actual, al tiempo que se evitan apagones del sistema eléctrico. Además, Italia cometió -al igual que Alemania- el gravísimo error de confiar la mayoría de su aprovisionamiento de gas al enemigo estratégico: la Rusia de Vladimir Putin.
Por otro lado, el relevo en el gobierno tiene lugar en pleno proceso para culminar la elaboración del presupuesto nacional para 2023.
Décadas de mal gobierno financiero en Italia, cercena ahora la capacidad de acción del gobierno. Italia ha acumulado una deuda nacional equivalente al 150% de su PIB, limitando drásticamente el margen para asumir nueva deuda para, por ejemplo, subvencionar las facturas eléctricas y del gas de los ciudadanos y muchas de las empresas.
Para no asustar a los mercados financieros, Meloni ha venido repitiendo que respetará las normas de déficit y deuda pública de la UE (que su país ha vulnerado desde hace décadas), aunque esto le ate las manos.
De momento, ha tenido éxito en evitar una alarma en los mercados, lo que dificultaría nuevas financiaciones del Estado italiano. Como nos cuenta la agencia Bloomberg: “Las declaraciones prudentes de Meloni han contenido la evolución de la prima de riesgo de Italia. La diferencia con los bonos del Estado de Alemania únicamente ha crecido en 15 puntos básicos”, desde el 16 de julio.
Medidas políticas que Fratelli d´Italia contempla
El centro de estudios estadounidense, de centroizquierda, Atlantic Council, ofrecía hace unos días las siguientes pinceladas sobre lo que se propone este partido, una vez llegue al poder.
Constata este think tank que “los sentimientos antiinmigración [ilegal] han estado presentes en la campaña electoral”, como no podía ser de otra manera, ya que el país se encuentra en primera línea de las rutas que parten desde Libia. Por otro lado, los anteriores gobiernos han practicado -en mayor o menor medida- la irresponsable y progre política de puertas abiertas a cualquiera que se presente en las costas italianas, lo que exaspera a los habitantes de muchas regiones de Italia, como es lógico.
Asimismo, el centro de estudios apunta que “los derechos LGBT y ¨abortivos¨ podrán verse restringidos por el nuevo gobierno”, lo que no sólo es legítimo, sino muy acertado, teniendo en cuenta los excesos que la izquierda ha venido introduciendo esta pasada década, en su ofensiva progresista.
Ella gusta en equiparar su partido con los Tories británicos (el Partido Conservador), el Partido Republicano de EE.UU. y el Likud israelí.
Prosigue el artículo de Atlantic Council que “Giorgia Meloni se define a sí misma y a su partido como conservadores. Entre los asuntos que más han estado presentes en la campaña del partido figura la libertad individual, la libertad de mercado, la educación en libertad, el papel central de la familia en la sociedad, la protección de las fronteras frente a la inmigración ilegal y la defensa de la identidad nacional de Italia”.
Como solemos decir en España ante casos como éste, de entrada lo anterior suena a gloria bendita, teniendo en cuenta la deconstrucción de nuestras sociedades que está impulsando la locura woke (ultraprogresista). Naturalmente, la letra pequeña cuenta, pero vamos a tener oportunidad de contemplarla dentro de no mucho tiempo.
Nuevas orientaciones de política exterior para Italia
“Giorgia Meloni declara que, como primera ministra, organizará un bloqueo naval en el Mediterráneo para detener a los inmigrantes [ilegales], al tiempo que sus eslóganes ¨Dios, familia y patria¨ y ¨Menos Europa, pero una mejor Europa¨ preocupa a los europeos”.
Bueno, les preocupará a quienes comulgan con ruedas de molinos, como la eterna ampliación de las funciones y competencias de las instituciones de la UE, en detrimento de la soberanía nacional de los países miembros, pero lo único sensato es detener esta evolución europeísta desbocada, sin romper la UE.
“Meloni aspira a que Italia adopte una actitud distinta [a la de los pasados años, de cierta condescendencia], por ejemplo, en las relaciones con la Comisión Europea, pero esto no significa que queramos destruir la Unión Europea, ni abandonarla …”. “Simplemente significa que la defensa del interés nacional [de Italia] es importante para nosotros, como lo es para los franceses y los alemanes”.
El Atlantic Council también nos relata que “a pesar de que en la fase final de la campaña [Meloni] parece haber asumido el atlantismo [la alianza entre EE.UU. y los países europeos], no está claro cuan serio se tomará este asunto”.
Lo que si podemos añadir, en el plano de las relaciones internacionales, es que no se conocen a Giorgia Meloni declaraciones preocupantes -como las de Matteo Salvini- de acercamiento a Rusia. De hecho, Meloni es partidaria de la OTAN, ha apoyado la ayuda militar a Ucrania y las sanciones contra Rusia.
Pero, desgraciadamente, recordemos que incluso el Presidente Macron cojea, continuamente, de este pie, como gran parte de la clase política de Francia.
Y, ¿qué decir -a este respecto- de los gobernantes alemanes, empezando por la cristianodemócrata Angela Merkel?
Otros artículos de mi blog sobre la rebelión conservadora en Occidente:
Liz Truss nueva primera ministra británica. 5 de septiembre de 2022.
El próximo Primer Ministro británico. 27 de julio de 2022.
Giro político conservador y democrático en EE.UU. 8 de julio de 2022.
Resultados finales de las legislativas en Francia. Macron, muy debilitado. La derecha conservadora ha crecido enormemente, pero ha dejado escapar un protagonismo nacional mucho mayor. 20 de junio de 2022.
El programa político de Le Pen es constitucional, no propone el Frexit, ni es racista, pero rechaza los dogmas de la corrección política que Macron viene aplicando. 14 de abril de 2022.
Florida legisla contra el adoctrinamiento LGBT en los colegios. 12 de marzo de 2022.
Mañana 31 de enero los británicos abandonan la UE con ilusión. 30 de enero de 2020.
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