La UE no ha dado nunca ayuda militar a Ucrania, hasta la anunciada el 27 de febrero de 2022. Asesor estadounidense en Ucrania.
Cuando está a punto de cumplirse el primer mes desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania (el día 24 de febrero), dos de las cuestiones relevantes que destacan en el panorama bélico, son:
a) la determinación de los soldados y civiles ucranianos en defender su territorio, que ha sido ya decisiva para desbaratar el plan de Putin de una conquista relámpago del país;
b) la imperiosa necesidad de un flujo de eficaces armas defensivas (anti-tanques, anti aéreas, municiones de todo tipo, …) de Occidente para frenar el avance de Rusia e infringirle el mayor número de bajas posibles (que pueda hacer despertar al pueblo ruso) y a su avanzado equipo militar.
En este artículo, me centraré en esta segunda cuestión, aunque resulta evidente que sin la voluntad combativa de los ucranianos de poco servirían las armas.
Como comentario previo, quiero expresar que lo ya logrado militarmente por Ucrania tiene un gran valor, no sólo para la independencia y soberanía de ese país, sino para el conjunto de Europa, cuyos países están emprendiendo –todavía de manera dubitativa y quizá transitoria- una corrección del nihilismo en materia de defensa que les ha caracterizado desde el fin de la Guerra Fría (1991), hace 30 años.
Recortar los presupuestos nacionales de defensa y delegar –voluntariamente- nuestra protección en EE.UU.
Un componente esencial de dicha irresponsabilidad histórica ha sido la encubierta –pero incuestionable- decisión de casi todos los países de la Europa democrática de hacer dejación de sus obligaciones militares más básicas, limitándose a “construir y mejorar nuestras sociedades civiles”.
Vergonzosamente, dichos países trasladaron a EE.UU. la responsabilidad de defender militarmente nuestro continente –a través de la OTAN-, con la aquiescencia de los adormilados ciudadanos de casi toda Europa, muy especialmente de los países más occidentales (Alemania, Italia, España, Francia, etc.).
De la mano de aquella buenista ensoñación –sobre el fin de los conflictos bélicos en Europa-, los presupuestos militares nacionales se desplomaron desde el desmembramiento de la Unión Soviética en 1991.
Salvo en Reino Unido, Francia, Polonia, Rumania y las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania), las fuerzas armadas se convirtieron casi en un cascarón vacío e irrelevante, con gastos en defensa inferiores al muy bajo listón del 2% de sus PIB, que la OTAN adoptó como objetivo hace unos pocos años (y que muy pocos de los integrantes de la OTAN han alcanzado todavía).
Por cierto, de los 30 miembros de la OTAN, España es el más “pacifista”, con un gasto en defensa del 1,02% del PIB. ¿Qué país nos puede tomar en serio?
Las fuerzas armadas europeas se han hecho casi inservibles
Nada menos que en Alemania, ya en 2014, se produjo un gran escándalo relativo al deplorable estado en que se encontraban sus ejércitos, según relató -entre otros muchos medios- The Washington Post.
“La cadena televisiva alemana ARD ha revelado que, en unas maniobras de la OTAN el pasado año [2014, en Noruega], soldados alemanes trataron de disimular su falta de armamento usando palos de escoba como ametralladoras pesadas [porque carecían de ellas]. Tras pintar los palos de negro, los soldados los colocaron sobre vehículos blindados, según informes militares confidenciales filtrados a la cadena ARD”.
El Ministro de Defensa alemán en ese momento, era un genio: más concretamente, era una mujer (como ahora resulta obligado en los países occidentales) y, actualmente, es la Presidente de la buenista y pacifista Comisión Europea: Ursula von der Leyen.
Por otro lado, el mismo día de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, el jefe de las fuerzas armadas alemanas, el Teniente General Alfons Mais, se vio obligado a declarar lo siguiente:
“Nunca hubiera creído que fuera a tener que vivir otra guerra [sic]”. Añadiendo que “La Bundeswehr [fuerzas armadas alemanas], que tengo el honor de comandar, se encuentran casi incapacitadas [para el combate]. Las opciones que podemos ofrecer en apoyo de la Alianza [Atlántica] son extremadamente limitadas”.
Esto es, las fuerzas armadas de la primera potencia económica de Europa democrática, son un cascarón vacío … tras los cuatro mandatos de Angela Merkel.
La Unión Europea (UE) no ha suministrado ninguna ayuda militar a Ucrania, hasta que ha sido invadida por Rusia
“¨Por primera vez, la UE va a financiar la compra y entrega de armas y otro equipamiento [bélico] a un país que está siendo atacado¨, declaró [solemnemente] el día 27 de febrero la Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una rueda de prensa acompañada por el responsable de la política exterior de la UE [Mr. PESC], el español Josep Borrell”.
La ayuda militar anunciada el día 27 de febrero de 2022, fue de 500 millones de euros (M€). El 11 de marzo, la UE se comprometió a doblar dicha ayuda, con otros 500 M€.
Naturalmente, esta ayuda llevará bastantes meses hasta completar su entrega y sin posibilidad alguna de adiestrar en su manejo a los combatientes del país, si es que el actual gobierno no es derrocado antes por Putin mediante las armas.
¿Podría alguien pensar que hubiera sido infinitamente mejor haberles dado esta ayuda militar desde hace años, lo que hubiera reforzado su capacidad de resistir la –probable- invasión de Rusia, que era de esperar?
Como de costumbre, las autoridades de la UE han intervenido extremadamente tarde, por su pacifismo y su determinación –a lo largo de lustros- de “no provocar” a Rusia: esto es, por su política de apaciguamiento, que ya sabemos a dónde ha llevado.
La ayuda económica, social y de buena gobernanza a Ucrania no puede sustituir a la militar
La hoja de parra que suelen emplear los responsables de la UE para tapar sus vergüenzas, suele ser la gran ayuda económica y humanitaria que han venido concediendo a Ucrania, siendo cierto que es la mayor de las recibidas por este país.
Pero eso no justifica, en absoluto, su comportamiento sesgado y timorato en lo militar.
A los tanques, aviones y tropas rusas no se les para a golpe de “transparencia en las Administraciones públicas”, ni de una judicatura más eficaz, digitalizada y resiliente (espantoso palabro), ni por medio de medidas de erradicación de la corrupción, ni con programas para un mayor reconocimiento de los derechos LGBT, ni con unos niños más sanos por la ayuda alimentaria suministrada en los colegios, etc., aunque (casi) todo esto es necesario promoverlo.
Desde 2015 EE.UU. ha proporcionado a Ucrania más del doble de la ayuda militar que la UE anuncia ahora, permitiendo un prolongado entrenamiento de las tropas ucranianas
Según el U.S. Naval Institute, en su informe al Congreso de EE.UU., de febrero de 2022, “Desde la invasión rusa de Crimea en 2014, EE.UU. ha destinado 2.700 millones de dólares de las Secretarías de Estado [Exteriores] y Defensa en ayudas a Ucrania para defender su integridad territorial y mejorar la interoperatividad con [las fuerzas y sistemas de] la OTAN”.
Los paquetes de ayuda militar estadounidenses “han incluido entrenamiento, equipamiento, armas y asesoramiento para elevar las capacidades defensivas de Ucrania, tales como sus sistemas de vigilancia marina, la capacidad y seguridad de sus bases aéreas, los sistemas de control y mando y los mecanismos de supervivencia de las fuerzas armadas de Ucrania. … También, el refuerzo de sus defensas frente a ciberataques y de sus comunicaciones estratégicas [encriptadas, entre las unidades y centros militares para que no puedan ser interferidas por el enemigo]”.
Asimismo, ha comprendido abundante munición, visores nocturnos militares, drones tácticos, rifles para francotiradores, vehículos blindados multipropósito, lanchas patrulleras, radares contra baterías de misiles, equipos de asistencia médica, ambulancias, etc.
Nada de esto ha formado parte de la ayuda de la UE … ¡hasta el 27 de febrero de 2022 o cuando se llegue a enviar!
Quien desee conocer un informe sistemático –pero resumido (2 págs.)- de esta ayuda militar histórica, del propio Congreso estadounidense, puede pinchar aquí.
El entrenamiento castrense ha conseguido formar a unos 70.000 militares y soldados ucranianos
En honor a la verdad, la faceta de entrenamiento de las tropas y oficiales ucranianos viene siendo desarrollada desde 2015 tanto por militares de EE.UU., como de Reino Unido y Canadá, en el marco de la OTAN (el JMTG), pero por ninguno de la actual UE-27.
La base de Javoriv, cerca de la ciudad occidental de Lviv y junto a la frontera con Polonia, ha sido uno de los principales centros de adiestramiento occidental y acaba de ser bombardeada con 30 misiles rusos.
Como aparece en el cuadro de aquí abajo, esos tres países anglosajones –ninguno de ellos, hoy en día, de la UE– han proporcionado a lo largo de aquellos 7 años un decisivo adiestramiento sistemático a unos 70.000 soldados y oficiales de Ucrania. Esto supone cerca de una tercera parte del total de efectivos del país, que se cifra en 250.000, aunque de ellos sólo 130.000 se juzgan que están realmente preparados para el combate, limitándose el resto a tareas auxiliares.
Aunque se ha revelado poca información sobre esto, se sabe que EE.UU. ha dedicado buena parte de sus esfuerzos de entrenamiento a las fuerzas especiales de Ucrania, que podrían llevar a cabo una guerra no convencional contra las tropas rusas, quizá dejando que otros países de la OTAN se hayan ocupado, más bien, en adiestrar a las tropas regulares.
También se han dedicado los estadounidenses a impartir adiestramiento sobre operaciones complejas como el manejo de drones para la vigilancia y el ataque a tanques y vehículos con combustibles del enemigo, que tan eficaces resultados están obteniendo ahora en el combate real. Asimismo, la defensa de los servidores de los centros de mando castrenses frente a los ciberataques que –como era de prever- lanzarían los rusos, en caso de invasión.
https://www.politico.eu/article/eu-ukraine-russia-funding-weapons-budget-military-aid/
La UE y sus 27 estados miembros no efectuaron ningún entrenamiento durante esos 7 años
Como se aprecia en el cuadro, ni las instituciones de la Unión Europea, ni ninguno de sus grandes miembros (Francia, Alemania, Italia, España …) ha proporcionado ninguna preparación a las fuerzas armadas ucranianas desde el final de la crisis bélica de 2014 (anexión rusa de Crimea y ocupación encubierta de zonas del este de Ucrania), hasta el año 2021.
No obstante, es posible que alguno de los antiguos países de la órbita soviética, como los bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), hubiesen realizado una tarea de este tipo que no he podido localizar. En todo caso, habría sido –lógicamente- a una reducida escala.
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También puerde leer: ¿Qué se propone Rusia en Ucrania? El expansionismo ruso.
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La ayuda internacional de armamento para los ejércitos de Ucrania desde 2015 sólo ha corrido a cargo de EE.UU. y Reino Unido. Nada de la UE
Como es patente, la UE y sus 27 países miembros tampoco han suministrado ningún armamento, equipos militares, sistemas defensivos, vehículos blindados, etc. a Ucrania, entre 2015 y 2021.
Sólo cuando los preparativos rusos para la invasión de Ucrania fueron evidentes desde enero de 2022, algunos de los países UE empezaron a enviar armas defensivas como misiles antitanques, defensas antiaéreas, etc. Hay que destacar las entregas efectuadas por Polonia, Chequia, los tres países bálticos, etc. Aparte del Reino Unido, que ha vuelto a destacar en su ayuda militar.
Pero es muy importante señalar que, únicamente cuando Rusia lanzó su invasión contra Ucrania el 24 de febrero, las principales naciones de la UE comenzaron a mandar armas al país atacado: Francia, Italia, Alemania (que únicamente había donado, generosamente, 5.000 cascos), Bélgica, Holanda, etc.
En marzo, España envió 1.370 lanzagranadas y abundante munición para ametralladoras, lo que no debe ser criticado del todo –viniendo de este gobierno de izquierdistas-, aunque haya llegado tarde y sea insuficiente.
Como ya hemos mencionado, la ayuda militar de EE.UU. fue muy variada en cuanto a armamento, equipos y vehículos (terrestres, marítimos y aéreos).
Por su parte, Reino Unido ha priorizado claramente la marina ucraniana en su ayuda militar a Ucrania, desde 2015.
Los británicos siempre han proporcionado pequeñas embarcaciones militares a dicho país, porque Ucrania –tras perder el 70% de su flota bélica cuando estaba anclada en el puerto de Sebastopol (Crimea) en 2014, ha decidido renunciar a las grandes naves (destructores, etc.) –por su elevado coste-, optando por una flota que estará constituida básicamente por una constelación de pequeñas embarcaciones, bien datadas de sistemas de misiles, para conseguir una cierta potencia disuasoria frente a sus enemigos, principalmente, Rusia.
Donald Trump inició la entrega a Ucrania de armas letales, que Obama había prohibido
El año 2018 constituyó un momento decisivo para el equipamiento de las fuerzas armadas ucranianas por parte de sus socios occidentales. En dicho año, por primera vez, Ucrania empezó a recibir armas letales avanzadas, aunque fueran de carácter defensivo: los lanza misiles antitanques Javelin, entregados por EE.UU., que se emplean sobre el hombro y que, una vez fijado el blanco, el misil guiado lo alcanzará con toda seguridad.
Ucrania recibió de EE.UU., en ese primer envío, 37 lanzadores Javelin y 210 de sus misiles. Siguieron otros varios cargamentos de Javelin, para escándalo de los pusilánimes gobernantes de Europa occidental: la alemana Angela Merkel, el presidente francés François Hollande, el primer ministro de Italia Giuseppe Conte (que gobernaba con el izquierdista Movimiento 5 Estrellas) …
Como anunció en aquel momento la Casa Blanca (y recogió el diario conservador The Washington Times) “el Presidente Donald Trump está dispuesto a tomar una actitud decidida cuando favorece al interés nacional de EE.UU., incluso cuando habla de intentar mejorar las relaciones con el Presidente Putin”.
[Por el contrario] La Administración Obama se abstuvo [hace pocos años] de suministrar a Kiev armamento letal por temor a exacerbar el conflicto militar [iniciado en 2014, en la parte este de Ucrania]”.
Barack Obama, básicamente, se desentendió de Ucrania
El redactor internacional de la histórica revista The Atlantic (fundada en 1857), revista que apoyó la candidatura de la demócrata Hillary Clinton, frente a Trump, escribió que “Barack Obama ha afirmado que defender a Ucrania frente a Rusia no constituye una de las principales preocupaciones americanas para su seguridad nacional y, además, incluso si lo fuera, Rusia tendría todavía más interés”, sugiriendo que EE.UU. debe básicamente desentenderse de la suerte de Ucrania.
No debe olvidarse que Obama fue, además, el presidente que optó en la guerra de Siria por “dirigir desde atrás”, permitiendo en 2013 que Rusia emplease repetidamente armas químicas (gas sarín) contra la población civil siria, ocasionando la muerte de unos 1.400 civiles en un barrio al este de Damasco, sin reaccionar con la necesaria contundencia, en realidad, más allá de las condenas verbales, Obama no inflingió ningún castigo a las fuerzas de Rusia que habían gaseado al apoblación civil siria.
Para muchos analistas estadounidenses y de otros países, esta decisión de Obama de 2013 puede haber marcado el inicio simbólico del declive del poder americano en la escena mundial.
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