Ayuntamiento de Almaty (Kazajistán). 5 enero 2022. 150 muertos. Revueltas populares por los precios de la energía.
Desde hace casi un año los acontecimientos económicos y políticos se han acelerado, las noticias se multiplican y se hace difícil formarse una idea cabal de lo que realmente está sucediendo, en conjunto. Para la mayoría de los ciudadanos, se ha creado una situación informativa que hace que los árboles no dejen ver el bosque … que hay detrás.
En septiembre de 2021, la prestigiosa agencia estadounidense de noticias económicas (y también políticas) Bloomberg titulaba del siguiente elocuente modo su crónica sobre la génesis de la crisis energética en el Viejo Continente:
“Europa se encamina a una desoladora crisis de la energía este invierno, que lleva fraguándose desde hace años”.
Es importante resaltar que, como pueden comprobar Vds. -una vez más-, la crisis energética internacional precedió en casi medio año a la invasión rusa de Ucrania, que se desencadenó el 24 de febrero de 2022. Esta guerra ha agudizado aquella crisis, pero no es, ni mucho menos, la principal causa de las fuertes y repetidas subidas del precio de la electricidad y del gas natural en Europa y más allá. Sus orígenes, son otros.
La Europa democrática es donde se ha aplicado más a fondo las políticas climáticas, en su afán de ser el líder internacional en esta materia
Desde hace unos 30 años, a comienzos de la década de 1990, la Comisión Europea se ha embarcado –de hoces y coces– en la equivocada senda de ir obstaculizando la extracción y el uso de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), sustituyéndolos -gracias a enormes cantidades de subvenciones, que nunca acaban- por las intermitentes, ineficientes y caras energías renovables, principalmente la eólica y la solar fotovoltaica. Casi todos los gobiernos europeos (salvo los de Europa central y oriental) han asumido totalmente dicha política, ya sean de izquierda o de derecha.
Además, para satisfacer los intereses políticos de Greenpeace y del ecologismo radical, a pesar de que las centrales nucleares apenas emiten CO2, les han retirado cualquier forma de apoyo público. Al mismo tiempo, han dificultado su existencia con un número excesivo de exigencias técnicas y prácticamente han impedido con medidas administrativas su financiación por instituciones privadas, con las distorsionadoras normas medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG son sus siglas en inglés). Únicamente con gran retraso, en febrero de 2022, la Comisión Europea ha dado marcha atrás en el bloqueo a la financiación de la energía nuclear.
El caso extremo es el de Alemania. Tras el accidente nuclear de Fukushima (Japón) en 2011, la Canciller Angela Merkel impuso el cierre de las 17 centrales nucleares entonces operativas (para diciembre de 2022); centrales que habían proporcionado en 2011 el 20% de la electricidad total y daban empleo a 370.000 trabajadores.
¿Y ahora resulta que hay una insuficiencia e inestabilidad en la generación de electricidad en Europa (con la posibilidad de que se produzcan grandes apagones en invierno) y escasez de suministro de gas natural?
Para no extendernos más sobre este asunto, baste con afirmar aquello de que “de aquellos polvos vienen estos lodos”.
Inestabilidad política en Reino Unido, Francia y Alemania
Desde hace un año, el primer ministro británico, Boris Johnson (quien ganó por goleada las elecciones generales de diciembre de 2019), se ha desgastado rápidamente y en julio de 2022 se ha visto obligado a dimitir. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien también cosechó una amplia mayoría en 2017, este pasado mes de junio ha quedado en minoría en la Asamblea Nacional. En ambos casos, la crisis por los altísimos precios de la energía y la subsiguiente inflación, ha sido una de las principales causas de sus respectivas derrotas políticas.
La erróneamente admirada Canciller alemana, Angela Merkel, quien completó su mandato a fines de 2021, presenció el fracaso de su partido en las elecciones de septiembre de 2021, dando paso a una coalición arcoíris (socialistas, verdes …). Además, ya a comienzos de 2022 se extendió en Alemania la opinión de que habían sido las políticas energéticas de Merkel (cierre de las nucleares, arrinconamiento del carbón, creciente dependencia del gas de Rusia …) el principal desencadenante de la agudísima crisis energética que aún amenaza a su economía.
Hace escasas semanas, Annalena Baerbock, actual ministra de asuntos exteriores de Alemania, del Partido Verde, declaró que en caso de que Putin cerrase totalmente el suministro de gas a Alemania, se producirían “multitud de levantamientos populares” por el desabastecimiento de gas para la población.
Ya en septiembre de 2021 manifesté que “Este creciente alboroto político se debe a que … la situación se les ha escapado de las manos [a la mayoría de los gobernantes europeos], y decenas de millones de europeos van a sufrir un brusco empobrecimiento (la pobreza energética), … Un poco antes o un poco después, van a ponerse en marcha en países europeos amplios movimientos populares opuestos a estas perversas políticas”. Algunos opinaron que estaba siendo alarmista.
Oras convulsiones políticas y sociales en diversas regiones del mundo
Hace poco, el escritor canadiense contestatario Jordan Peterson, nos recordaba varios de los movimientos de protesta que han venido sucediéndose, contra las políticas energéticas o por otras medidas progresistas descabelladas.
— Julio-agosto 2022.- Protestas de los agricultores y pescadores de Holanda, contra el plan del gobierno de reducir en una tercera parte la cabaña vacuna del país para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y contra el alto precio de los combustibles.
— Abril de 2022.- Suspensión de pagos de la deuda nacional de Sri Lanka (antiguo Ceilán), caos social y dimisión forzada del presidente, tras el asalto a su palacio. La política del gobierno para imponer una «agricultura orgánica«, con la prohibición de usar fertilizantes no naturales, ha hundido las cosechas (de té, arroz …), extendido el desempleo y provocado el alza de los precios agrícolas. La agricultura emplea a más del 70% de la fuerza laboral.
Asalto a la Oficina del Presidente (Sri Lanka). 13 julio 2022.
— Febrero de 2022.- El parlamento nacional de Canadá estuvo rodeado varias semanas por miles de camioneros, reclamando a su gobierno el fin de las restricciones a su trabajo con motivo de la pandemia del Covid-19 o, dicho de otro modo, poner fin a “la sociedad de control” instaurada por la izquierda
— Enero de 2022.- Las revueltas en Kazajistán (Asia central) por los altos precios del gas, provocó la mayor crisis política de su historia. El ejército salió a las calles, ocasionando más de 150 muertos, en varias ciudades. El presidente del Consejo de Seguridad, Nursultán Nazarbáyev, en el poder desde 1989, tuvo que dimitir y tropas de Rusia entraron en el país para evitar el desmoronamiento del régimen político … y ampliar, de paso, el área de influencia de Putin.
Los brotes iniciales de la contestación
— Otoño de 2021.- Amplias protestas en numerosos países europeos -incluido España-, de agricultores, camioneros, etc. por el gran aumento de los precios del gas natural, la electricidad y los fertilizantes.
— 2018 y 2019.- Movimiento de los chalecos amarillos en Francia -a lo largo de casi un año- reclamando la congelación de los impuestos ecológicos que habían ido encareciendo los combustibles para los automóviles y furgonetas (de los que dependen, sobre todo, los habitantes de las zonas rurales), así como los recibos de la electricidad.
“Los mercanchifles [peddlers] del alarmismo climático han mostrado ya su verdadero rostro totalitario”
Lo anterior es el título que Jordan Peterson ha dado a su artículo y, al hablar de las actuales crisis, resalta que “Las grandes corporaciones y los [ecologistas] utopistas están ofreciendo soluciones autoritarias a las crisis que únicamente el sistema democrático y los mercados libres pueden solucionar”.
En base al “pensamiento grupal [groupthinking] de las élites que nos gobiernan”, nos imponen un “radical salto adelante en el poder de las burocracias”, como la de la Comisión Europea y NNUU, relegando el decisivo mecanismo democrático que debe presidir la orientación que tome la sociedad con cada nuevo gobierno.
Para lograr dicho reaccionario traspaso de poder asustan a la población con una incesante propaganda sobre la “emergencia climática” que amenaza al Planeta e, “incluso, a la misma existencia de los humanos”. Como todo el mundo sabe, gobernar mediante la intimidación de los ciudadanos es propio de los políticos demagogos y de quienes adolecen de inclinaciones totalitarias.
Continuando con las palabras de Jordan Peterson, los políticos del catastrofismo promueven que “la ¨ciencia¨ ha alcanzado un punto tal en el que los ¨expertos¨ pueden crear modelos [matemáticos] que representen [con fidelidad, el comportamiento] de la economía global y del sistema ecológico de todo el Planeta (!) y que, por lo tanto, todos nosotros debemos modificar nuestros modos de vida, por las buenas o por las malas, [mediante leyes, prohibiciones administrativas, elevados impuestos, amenazas de multas, prohibición de que ciertos automóviles puedan acceder a los centros urbanos, etc.] …”.
La utilización autoritaria de los modelos matemáticos
Los modelos matemáticos, con semejante ambición de universalidad y exactitud, no dejan de fracasar y, en realidad, constituyen una excusa para que cedamos nuestra capacidad de decisión colectiva por medio de elecciones democráticas a los tecnócratas y a las grandes burocracias. Gobierne quien gobierne está obligado a adoptar un único plan económico, “derivado de la ciencia”: la transición ecológica, a marchas forzadas, para el año 2050.
Conocido es que el eminente escritor estadounidense Mark Twain, de finales del s. XIX, proclamó lo siguiente:
“Existen tres tipos de mentiras: las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas”. Si hubiese conocido el uso que se está haciendo actualmente de los “modelos matemáticos”, habría añadido un cuarto nivel a su listado.
Otros artículos de mi blog sobre estos temas:
Principal causa del encarecimiento del gas natural en los mercados internacionales. 7 de abril de 2022.
Para abaratar la electricidad y derrotar a Rusia, a medio plazo, Europa debe maximizar la extracción de gas y diversificar su suministro. 9 de marzo de 2022.
Considerable recorte de la extracción de gas en Europa occidental, durante los pasados años. Aumento de la dependencia respecto a Rusia. 2 de marzo de 2022.
El gas natural y la energía nuclear aceptada por la Comisión Europea. Histórica derrota del ecologismo. 7 de febrero de 2022.
El fracking en Europa del gas natural es primordial para superar la actual crisis energética y bajar el precio de la electricidad. 20 de diciembre de 2021.
La electricidad es mucho más barata en Europa en los países que usan más combustibles fósiles (gas y carbón) y energía nuclear. En Hungría cuesta menos de la mitad que en España. 27 de octubre de 2021.
La escalada de precios de la electricidad en España y Europa no cesará mientras no se abandonen las políticas climáticas. 22 de septiembre de 2021.
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